Maktub

Capítulo 21

⚠️En este capítulo, tiene contenido erótico, etc. No aptos para personas susceptibles a ellos. Si no crees adecuada la lectura estás en libertad de omitirla.⚠️

Kala estaba muy emocionada, Aaron iría personalmente a Irak para rescatar a sus hermanas. Emir le había dado el dinero que necesitarían, ella se sentía feliz y su suegro le había prometido ayudar a que sus hermanas tuvieran su propio hogar y lo que necesitaran. Kala estaba bailando en su habitación con la danza árabe que le había buscado Aysel.

—Amo verte feliz.—dijo Emir, había llegado de trabajar temprano

—Hola amor mío.—saludo Kala y corrió a sus brazos, lo llenaba de besos

—Te amo preciosa, me gusta verte radiante. por cierto me llamo Zeynep para decirme que hoy saldrán al karaoke, que es una noche de chicas, no debe tardar en llegar.—decía Emir

—No sé de qué hablas, pero si me gustaría. Llamaron tus padres, mañana regresan. Además mi suegro se ofreció a ayudarme a instalar a mis hermanas, es por eso que estoy muy contenta.—le decía Kala

—Excelente noticia, entonces hoy noche de chicas y llegando, espero que me llenes de tus besos, te amo princesa hermosa.—decía Emir mientras besaba a su esposa

—Claro que si, entonces voy con Samira para saber qué usar.—dijo Kala emocionada, se daba cuenta que el mundo era extenso y que aún le faltaban cosas por descubrir—Emir, eres el mejor esposo del mundo. Gracias por todo.—expresaba Kala antes de salir, él le sonrió

Emir adoraba a Kala, ella lo hacía inmensamente feliz, pero a la vez estaba preocupado por Khaled, todavía no se recuperaba, aún así salió de casa para buscar a su supuesto amigo, no entendía en qué momento se distanciaron tanto como hermanos.

—Samira ¿puedo pasar?.—preguntó Kala

—Si adelante.—respondió Samira

—¿Qué debo usar para ir al kokoroke?.—preguntó Kala

—Se dice Ka-ra-oke es una palabra japonesa; significa sin orquesta, mira tengo un vestido que te va a quedar genial. Te haces un maquillaje discreto, es que vas con nosotras y todas somos solteras. Zeynep, Aysel, y yo, aunque sé que Emir no es celoso, o no lo sabemos aún, mejor algo discreto.—respondió Samira

—Esa palabra no la aprendí, pero ¿que se hace ahí?.—preguntó Kala

—Vamos a cantar, y después a bailar. Emir dijo que estaba de acuerdo que conocieras las diferentes maneras de divertirse.—respondió Samira

—Muy bien, iré a aprovechar el tiempo con mi esposo, y nos vemos más tarde. Gracias.—decía Kala mientras tomaba el vestido, Samira estaba feliz por su primo, ellos habían crecido juntos así que los amaba como si fueran sus hermanos

Emir estaba acostado, ella entró y de inmediato fue a su lado. Kala decidió darle un masaje en sus pies a su esposo mientras él leía.

—Mejor ven a acostarte aquí, quiero abrazarte.—le decía Emir, ella le hizo caso, se acostó sobre su pecho y él la rodeó con su brazo.—Estoy leyendo el método que escribí, cabe mencionar que fue el mismo procedimiento que hice en Nayla para que volviera a ver, lo voy a registrar.—le platicaba Emir

—Tus manos son benditas, estaré agradecida eternamente. Sabes se que pronto mis hermanas estarán conmigo, y podrán llevar una vida tranquila.—dijo Kala, después de hacer una pausa—La primera vez que te vi, pensé que eras el hombre más guapo que podía existir. A través del burka miraba tus expresiones, tus labios y tu cuerpo. Pero sobre todo lo que había dentro de tu alma, eres un sueño.—decía Kala

—princesa lo primero que conocí en ti, fue tu alma. Cuando miré tus ojos claros, ya no pude apartarte de mi, me tragué todas mis palabra dichas. Perdóname por ser un idiota.—expresaba Emir

—Me sentí culpable, yo crecí en el autoritarismo y la reprensión, podía entender como te sentías. Eres el único hombre que me ha brindado, compasión, amor y respeto.—decía Kala

Emir no pudo evitar que se le hiciera un nudo en la garganta al escucharla, pero por su parte siempre cuidaría de ella y de sus hermanas. Jamás permitiría que volviera al infierno de donde la salvó, o ella lo había salvado a él.

Mientras tanto Khaled estaba con Anatoli, fue a decirle lo que le había hecho el esposo de una de las asistentes que trabajaban para su familia, quería darle una lección.

—Hermano qué gusto verte.—le dijo Anatoli

—Batallé pero pude librarme de la seguridad.—respondió Khaled

—¿Qué te sucedió?.—preguntó Anatoli al verlo herido

—Estaba saliendo con una de las asistentes de Zeynep, su esposo se dio cuenta he intento asesinarme. Tuve que decirle a mis hermanos que había sido un asalto, quiero darle un lección.—respondió Khaled

—Me agrada que hables así, tienes valor y eso es importante. No sabía que te gustaban casadas.—decía Anatoli

—Me gustan muchas, pero ella en especial, además quien se resistiría a andar con el hijo del dueño del grupo RuVel, mientras ese infeliz es un muerto de hambre.—dijo Khaled con desprecio

—Vladimir, vayan por ese bastardo. Y tráiganlo hasta mi, le daremos una lección.—dio la orden Anatoli, Khaled les entregó la dirección

—¿Cómo te fue con mi hermana?.—preguntó Khaled

—Eso es confidencial, ¿dónde está ahorita?.—preguntó Anatoli

—No debe tardar en llegar, en la noche iban a salir. Al parecer quiere celebrar que cerró un negocio millonario, sin duda aprendió de mi padre el hacer dinero. También me enteré que salió con un Jeque, llamado Hassan y que estaba muy interesado en ella. Te lo digo hermano, para que no bajes la guardia—respondió Khaled, pero por dentro Anatoli estaba viviendo un infierno, solo de pensar que estuvo a solas con Hassan y que nadie se lo informó, ajustaría cuentas con el encargado de vigilarla

Más tarde habían encontrado al agresor de Khaled, él se veía confundido, Pero al ver la enorme mansión y a todos los hombres armados supuso lo peor, Anatoli se acercó a él

—¿Sabes por qué estás aquí?.—le preguntó Anatoli

—No, si quiere dinero le aclaro que no tengo mucho.—respondió

—Eres un pobre diablo, lo único que puedo sacarte a ti son súplicas. Fuiste muy valiente cuando intentaste asesinar a mi hermano, ¿lo recuerdas?.—preguntó Anatoli

—Tu hermano debería aprender a respetar a las mujeres ajenas.—respondió

—No, no estás entendiendo. Si él quiere chocolate, come chocolate. Si él quiere estar con tu esposa, tú debes mantenerte ciego, sordo y mudo.—le decía Anatoli, el pobre hombre estaba temblando

—Nunca me imaginé que los dueños de grupo RuVel fueran unos mafiosos, se supone que es una familia distinguida y respetada.—decía

—Son una familia distinguida, pero te metiste con la persona equivocada. Khaled tienes la oportunidad de enseñarle quién manda, créeme puedes hacerlo. Enséñale.—le decía Anatoli

Era una prueba para saber si Khaled tenía la valentía y la fuerza que se necesita para ser un líder dentro de la mafia. El plan estaba listo, Sherbina se desharía de Antonio y si Pedro no cumplía el pacto, pediría a uno de sus hijos. Pero Khaled no decepcionó, sacó todo lo que tenía reprimido dentro de él, sin importarle los consejos y la educación que le había dado sus padres.

—Ya por favor, perdóneme por haberlo herido.—suplicaba piedad

Khaled se sentía poderoso, y a veces las personas enloquecen con el poder. Al igual que otros sentimientos, algunas personas se hacen adictas, a eso que les provoca satisfacción

—Ahora llegarás a tu casa, tomarás a tu esposa y te largarás de Italia. Tienes veinticuatro horas, si no, iré por ambos y conocerás el verdadero terror. Sáquenlo de mi vista.—ordenó Anatoli, él observó a Khaled

—Me sentí liberado.—expresaba Khaled

—Sabía que había mucho dentro de ti, estoy orgulloso hermano.—lo felicitaba Anatoli

—por eso mi padre no me quiere cerca de ti, te dedicas a la mafia ¿verdad?.—preguntó Khaled

—Luego hablaremos de eso, ahora debes regresar a tu casa. Solo cuestiónate, ¿qué es mejor, tener poder o tener dinero?.—respondió Anatoli

Khaled no podía creer lo que había sucedido, en sus puños aun estaba la sangre de aquel hombre. Lo más difícil era que no sentía culpa o remordimiento.

Por la noche todas salieron para ir al Karaoke, Zeynep a pesar del dolor que sentía, se veía feliz y radiante. Era muy fuerte.

—Ahora en la mesa de nuestras chicas VIP, pidieron i will Survive de Gloria Gaynor. Denles un fuerte aplauso.—decía el coordinador del karaoke

Samira y Zeynep habían pedido esa canción, les recordaba cuando vivieron en Estados Unidos. Mahtob la ponía en su camioneta cuando las llevaba de paseo. Kala y Aysel les aplaudían al igual que todos los presentes, a su vez Aysel le explicaba de qué trataba la canción.

Kala estaba disfrutando mucho, era la primera vez que asistía a un karaoke y eso la inspiraba a aprender un idioma más. Ella las admiraba a todas, todos los presentes les aplaudían cuando terminaron de cantar

—Tenía años sin escuchar o cantar esa canción. Un clásico.—decía Zeynep sonriente

—Zeynep debes probar este cóctel, esta alucinante.—le decía Samira, se había terminado el karaoke, estaba por comenzar el antro.

Zeynep tomó la copa de Samira para probarlo, cuando alguien de pronto le quitó la copa y la puso sobre la mesa

—No debes tomar.—dijo Anatoli

Todas se quedaron en shock al ver semejante hombre junto a ellas, era muy guapo, pero también era intimidante. Pero la pregunta era ¿Quién era? Y ¿cómo conocía a Zeynep? De inmediato Aysel lo reconoció, era el amigo de Khaled

—Este no es tu problema.—respondió Zeynep

—Debemos hablar.—dijo Anatoli

—Lo siento, no puedo atenderlo. Llame a mi asistente y haga una cita.—le decía Zeynep como si fuera un desconocido para ella

—No me gusta este juego, estas siendo una jovencita caprichosa.—dijo Anatoli, todas solo observaban el fuego entre ellos. Pero ninguna opinaba estaban realmente intimidadas

—Vámonos muchachas buscaremos otro lugar donde podamos divertirnos, sobre todo estar lejos de personas molestas.—decía Zeynep, el la detuvo del brazo

—Tu no te vas a ningún lado, hasta que hablemos. Todo es un malentendido.—le decía Anatoli

—No tenemos nada de que hablar, todo el mundo y yo te vimos besándote con ella. No te preocupes yo no estoy pidiendo ninguna explicación, sé que ahora soy una más en tu lista. No pasa nada lo superaré, así que señor le pido que me suelte. Por favor.—respondió Zeynep

—Tu y yo tenemos que hablar, así que no te estoy pidiendo permiso.—dijo Anatoli y se agachó para cargarla en su hombro y llevarla con el

—Bájame!.—gritó Zeynep

—oye bájala como te atreves.—decía Samira, todas fueron detrás de él para quitarle a Zeynep

—No la voy bajar ella se va conmigo.—decía Anatoli, Kala se puso frente a él

—Ella no quiere hablar contigo, bájala por favor.—suplicaba Kala

—Te has vuelto loco, bájame!.—pataleaba y lo golpeaba Zeynep

—Vladimir, lleven a las tres a su casa. Sanas y salvas, mi mujer se va conmigo.—ordenó Anatoli

Aysel no dejaba de llorar, Samira no sabía qué hacer y Kala estaba sorprendida. Cuando dijo su mujer, pero como era posible. Que le diría a Emir o a sus suegros.

—Por aquí señoritas.—le dijo Vladimir

—No gracias, llamaré a la policía.—dijo Samira, de inmediato Vladimir le quitó el celular y lo estrelló contra el piso.

—Tengo una orden, la señorita Zeynep va a estar bien. Ellos tienen una relación, así que no se preocupen por ella.—decía Vladimir

Las tres no podían creerlo, Samira traía la bolsa y las llaves del coche de Zeynep.

—Yo conduciré hasta la casa de mi familia, no es necesario que nos lleven. Puedes irte.—dijo Samira

—Bien conduzca nosotros las escoltaremos.—dijo Vladimir

Quedaba descartado el secuestro, las tres subieron al coche de Zeynep y condujeron de vuelta a casa. Durante el camino se cuestionaban, como Zeynep andaba con un hombre como el. El único que tenía las respuestas era Khaled

Minutos más tarde llegaron a la mansión de los Sherbina, Zeynep todo el camino evitó mirarlo o hablar con el. Al momento de llegar se ponía peor la situación, Anatoli abrió la puerta para ayudarla a bajar, pero ella se rehusaba

—Por favor mi amor, baja.—le decía Anatoli, ella lo miraba con mucho coraje

—No, diles a tus empleados que me lleven a mi casa.—respondió Zeynep

—Bien como tú quieras.—dijo Anatoli y la iba a cargar una vez más para llevarla a adentro de la casa

—Suéltame, como te atreves a tratarme como un costal de papas!.—gritaba Zeynep mientras luchaba con el, Anatoli la llevó hasta su habitación, y la dejó caer sobre su cama

—Bien, ahora si tendrás que escucharme.—le decía Anatoli, era obvio que estaba reprimiendo su demonio interno, ella tenía el poder de someterlo

—Te lo dije, usted y yo no tenemos nada que hablar. Una imagen dice más, que mil palabras, pero lo felicito logró acostarse con la inalcanzable Zeynep, así me ha llamado la prensa desde que tengo memoria. Soy un trofeo para usted, por otro lado su novia ¿sabe que estoy aquí con usted? igual le podemos avisar para que no se sorprenda y le cause un conflicto.—decía Zeynep, sin duda alguna lo estaba provocando, ella no le mostraba temor

—No voy a perderte y menos por esa mujer, ella no significa nada para mí. ¿Por qué te pones imposible? Tú sí puedes reclamarme, pero a mí quien no me dice que tú me engañaste con Hassan.—decía Anatoli

—Que bien enterado estás, si te dijera que si hubo algo ¿Que vas hacer?.—preguntó Zeynep

—Acabo con el, nadie toca a mi mujer. Tú eres mía y sé que estás comportándote de esa manera porque me amas, tanto o más como te amo yo a ti.—respondió Anatoli mientras se acercaba a ella

—Hassan y yo solo hicimos negocios, pero tú y la estirada esa, se besaron en público. Yo no voy hacer el plato de segunda mesa de nadie, así que se feliz con ella. Ahora me voy.—dijo Zeynep y se levantó de la cama, Anatoli la detuvo

—Yo no ando con ella, tú eres la única mujer que amo, y con la que quiero estar, dime que no me amas y ya no te buscaré más.—decía Anatoli mientras la sostenía con sus dos manos en su cabeza y pegando su frente a la de ella

—Te amo, pero me amo más. No pienso ser tu amante, y estar esperando por un hombre que jamás será mío.—respondió Zeynep

—Tu serás mi esposa, no ella. Jamás me casaría con alguien que no fueras tú, te amo con todo mi ser.—dijo Anatoli

Anatoli besaba a Zeynep sin control, ella le correspondía. Sin embargo también se resistía a caer.

—No puedo, la imagen del beso que le diste me atormenta. Cómo dices tu, quien me asegura que después de ese evento, no la llevaste a la cama. Debo irme.—le decia Zeynep

—Te equivocas, desde que estoy contigo no he podido estar con otra mujer. No sé qué me hiciste, pero ahora solo soy tuyo. Mi cuerpo solo responde a ti, acaba con mi deseo y agonía por sentirte mía.—le decía Anatoli

Zeynep no podía creer lo que decía, pero se acercó para besarlo. El fuego entre ellos era inextinguible, no sabía porque le creía pero también quería acabar con su sed de las caricias de Anatoli, después de besarse y acariciarse sobre la ropa, Zeynep dejó caer su vestido frente a él, estaba semidesnuda solo traía puesto su tanga de encaje, eso volvía loco a Anatoli

Ella se montó sobre él para quitarle la camisa y desabrochar su pantalón, lo besaba, pasaba su lengua en su oreja. llenaba de besos su cuello, al mismo tiempo el también la besaba y lamía sus senos. La agitación y los gemidos de Zeynep eran embriagantes

—Eres mío y si vuelves a engañarme, te castigaré por ello.—le decía Zeynep

Anatoli al escucharla se excitaba, estaba hechizado por las caricias y los movimientos de la cadera de Zeynep, por fin la tenía en su cama. No pudo contenerse más así que la acomodo para hacerla suya una vez más, los gemidos de ella lo hacían enloquecer.

Zeynep volvió a morderlo y arañar su espalda, él se giró una vez más poniéndola encima. Para así poder acariciarla, mientras ella llevaba el control de la situación. Sin duda era un experiencia sublime, ahora más que nunca la sentía totalmente suya

—Me encantas Anatoli.—decía Zeynep con su respiración agitada

—Soy tuyo, solamente tuyo.—respondió Anatoli

Ella se acercó para besarlo pero sin separase de él, al mismo tiempo lo mordía en los labios. Ambos llegaron al clímax de la pasión, después se quedaron abrazados. Había sido un encuentro agradable y muy apasionado.

—cásate conmigo, mañana.—le decía Anatoli

—¿Qué?—preguntó Zeynep

—Si, vamos a casarnos al registro. Soy tuyo y tú eres mía, te prometo que más adelante te haré una boda como la que siempre soñaste. Lo que quiero es que nadie nos separe.—respondió Anatoli, después de unos segundos en silencio

—Esta bien, casémonos.—dijo Zeynep, él le sonrió, sacó un anillo que tenía para ella, había sido de su madre, le quedaba justo, Zeynep se sentía feliz, ella lo abrazó y comenzó a besarlo, volvieron a entregarse uno al otro sin límites.

Al día siguiente Anatoli le había conseguido un vestido blanco, después salieron al registro. El juez aceptó casarlos solo con sus actas de nacimiento, obvio por una suma de dinero ofrecida por Anatoli. Zeynep sabía que era una locura, pero estaba enamorada de Anatoli, por eso no dudaba unirse a él para siempre, después del papeleo y la plática del juez. Ambos firmaron, se sonreían mutuamente, ahora Zeynep tenía que decírselo a su familia. Sobre todo a su amado padre.

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