El Viudo

Fuí hacia Claudia por inercia, me sentía flotando aún por el remolino de emociones que ese hombre ejercía en mí, cómo podía ejercer ese efecto en mí sin tan siquiera tocarme ningún pelo, lo deseaba y mucho. Llegué a donde Claudia la abrace nuevamente.

- Perdón, amiga, fuí inoportuna lo sé, estaba tan feliz de verte que corrí hacia ti y no noté que algo serio pasaba, cuenta que ocurrió, lo último que supe fue que estrenarías ropa interior, que pasó.

- Hay amiga, deja que te cuente, pero mejor lo hago en casa, no te preocupes por lo de interrumpir, no hay problema en eso.

Claudia me tomó del brazo y colocó el otro sobre mi hombro y marchamos al auto, colocó mi equipaje y tomé asiento a su lado, puso música todo el trayecto mientras decía que en su auto no había sitio para la tristeza, ella siempre ha sabido levantar mi ánimo, comencé a corear los estribillos junto con ella y mi ánimo cambio para bien.

Llegamos a mí, apartamento y llevé las maletas a la habitación, fuimos a la cocina y puse hacer un poco de café para ambas, mientras comencé a explicarle lo ocurrido, ella estaba atónica y molesta por lo que me hizo.

- Si llegó a saber eso ni lo saludo la verdad, dijo aún enfadada Claudia. Pasa página, de verdad.

- Tú sabes mejor que nadie que pasó trabajo para que me guste alguien así que me haga intentar algo y este es el caso, equivocado, pero a pesar de lo ocurrido me sigue gustando. Además, creo que le pasa algo, no sé que, pero algo tiene.

- Sabes que jamás te juzgaré, solo te pido que tengas cuidado ok.

- Sí le dije, tampoco voy a forzar nada ni me lanzaré de cabeza a una piscina sin agua, sonrió.

Voy por el café, le doy una taza a ella y otra para mí.

- Bueno sí está, dice Claudia riendo.

Seguimos conversando un poco más, me pone al tanto de su vida, ya dentro de dos semanas será la boda, todo sigue de maravilla entre ella y David, cosa que me alegraba mucho ella se merecía eso y más. Luego de un rato se marchó, me invitó a ir mañana a su casa para cenar, yo acepté encantada, también me prometió preguntar a su madre por Gabriel, ya que ella conocía a su madre, habían asistido varios eventos en común.

Le agradecí por todo, me vendría muy bien tener algo de información de él para lograr entenderlo, en su perfil no había muchos datos de su vida y en la empresa tampoco se hablaba mucho de su vida privada, acompañé a Claudia hacia la puerta, nos despedimos y fui directo a mi cama, necesitaba descansar, dormir un poco, luego tendría que poner todo en orden y familiarizarme con la casa, este era mi segundo día aquí y debía adaptarme.

Tenía todo el fin de semana por delante para ellos. Cuando despierto ya había oscurecido por completo, al revisar el teléfono veo varias llamadas perdidas de un número desconocido, llamo al número para saber quién era, en el fondo tengo la esperanza de que sea Gabriel con su número privado, ya que el de la empresa lo tengo registrado.

Llamo, luego de varios timbres siento que lo cogen.

- Hola, soy Carlos, te llamaba porque supe que regresaste hoy de Corea, para saber si necesitabas algo o si querías salir a ver una película mañana. Dijo entusiasmado.

No tenía idea de cuando le di el número,

Carlos era un buen chico y parecía interesado en mí, no supe qué decir para no herir nuevamente sus sentimientos así que cedí.

- Hola, no sabía que eras tú por eso llamé, ahora mismo registro el número, sobre el cine mañana en la noche tengo un compromiso con mi amiga, pero el domingo sin falta podría, gracias por invitarme.

- Ok, el domingo me parece bien, pásame la dirección y voy por ti.

- Está bien, gracias, ya la envíe.

- Recibido, nos vemos entonces.

- Nos vemos.

Y finalizó la llamada, Carlos no me atraía sentimentalmente hablando así como para una relación a largo plazo, era majo, pero no lo veía así como veo a Gabriel. Pero no puedo cerrarme al mundo y vivir encerrada tampoco así que no veo por qué no salir con él, claro como amigos, tempo quiero jugar con sus sentimientos.

Pasé esa noche organizando la casa, no tenía sueño para nada, limpie todo y organicé todo, de vez en cuando miraba él móvil esperando un mensaje de Gabriel, cosa que jamás pasó, ya eran las tres de la mañana cuando decidí dormir, ojalá y mañana me escribiera un simple mensaje.