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La Sangre de Asclepio: El Don de Curación de una Mujer Divina".

La Sangre de Asclepio: El Don de Curación de una Mujer Divina".

Status: En proceso
Genre:Amor en la guerra / Matrimonio entre clanes / Secretos de la alta sociedad / Reencarnación
Popularitas:1.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Luisa Manotasflorez

La historia de esta mujer es un viaje de autodescubrimiento y valentía en un mundo donde el estatus de género dicta el valor de una persona. Nacida en el seno de una familia noble en Roma, ella desafía las expectativas de su género desde una edad temprana. Despreciando la idea de ser tratada como una simple "vaca para preñar", busca igualdad y reconocimiento por su mente y habilidades, en lugar de simplemente por su género.

Sin embargo, la vida no es fácil para ella ni para su familia. Cuando una guerra obliga a su familia a huir de Roma, se encuentran enfrentando la discriminación y el escrutinio de aquellos que los rodean. La gente no puede entender por qué esta mujer es educada como un hombre y posee habilidades de curación que parecen provenir de los dioses de la salud y la curación de la antigua mitología griega. Sus dones se convierten en una bendición y una maldición, ya que la gente la ve con sospecha y temor, cuestionando si es una bruja o está involucrada en prácticas oscuras.

A pesar de todos los obstáculos, ella no se rinde. Se casa con un senador para protegerse y encontrar un lugar seguro en un mundo peligroso e incierto. Juntos, viajan por varias ciudades, escapando de la furia de un emperador vengativo que busca venganza por la muerte de su padre a manos de traidores. En su viaje, enfrentan desafíos constantes y peligros inesperados, pero su determinación y amor mutuo los mantienen fuertes.

Esta es una historia de resistencia, amor y perseverancia en tiempos de adversidad. Es un recordatorio de que, incluso en un mundo donde el género y el estatus social dictan las reglas, el coraje y la pasión pueden trascender todas las barreras. La protagonista demuestra que el verdadero poder reside en el corazón y la mente, no en el género o el estatus social, y que el amor y la esperanza pueden guiar incluso en los momentos más oscuros de la historia.

NovelToon tiene autorización de Luisa Manotasflorez para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 15

La Respuesta de los Dioses**

El sol apenas comenzaba a asomarse en el horizonte cuando Aurelia se levantó de su cama, un presentimiento extraño y excitante llenando su corazón. Había pasado muchas noches en vela, rezando a los dioses por el regreso seguro de su esposo, el príncipe Adriano, y su cuñado, el emperador. Cada oración había sido un susurro de esperanza, una súplica ferviente por su bienestar y la victoria en la guerra contra Hispania.

Aurelia se dirigió al templo del palacio, como lo hacía cada mañana. Encendió una vela y se arrodilló ante las estatuas de los dioses, susurrando sus oraciones con devoción.

“Dioses poderosos, he venido ante ustedes una vez más, agradecida por cada día que me conceden. Les ruego que continúen protegiendo a mi esposo y a su hermano, que los guíen con su sabiduría y fortaleza. Prometo cumplir mi palabra y servirles con todo mi ser si regresan sanos y salvos.”

En ese momento, un rayo de luz se filtró a través de las ventanas del templo, iluminando las estatuas de los dioses con un resplandor dorado. Aurelia sintió una cálida paz inundar su corazón, como si los mismos dioses estuvieran respondiendo a sus plegarias.

Mientras salía del templo, uno de los sirvientes corrió hacia ella con una carta en la mano. Reconoció el sello de Adriano y sus manos temblaron de anticipación. Rompió el sello y leyó las palabras escritas con una caligrafía familiar.

“Mi amada Aurelia,

Hoy es un día especial. Los dioses han escuchado nuestras plegarias. Hemos asegurado la victoria en Hispania y estamos en camino de regreso. La guerra ha sido ardua, pero tu amor y tus oraciones nos han dado fuerzas. En cada batalla, sentí tu presencia, tus palabras susurradas al viento, dándome valor.

Te extraño más de lo que las palabras pueden expresar y no puedo esperar para estar a tu lado nuevamente. Pronto, muy pronto, nos reuniremos y celebraremos nuestra victoria y nuestro amor.

Con todo mi amor,

Adriano”

Las lágrimas de alegría inundaron los ojos de Aurelia. Sus plegarias habían sido escuchadas, y los dioses le habían concedido su deseo. Se dirigió rápidamente a la plaza principal del palacio, donde los pequeños príncipes y la servidumbre comenzaban sus actividades diarias. La noticia se difundió rápidamente: la guerra había terminado y los hombres regresarían pronto.

Los días siguientes fueron un torbellino de preparación y anticipación. El palacio se llenó de alegría y celebración mientras todos se preparaban para el regreso de los héroes. Aurelia supervisó cada detalle, asegurándose de que todo estuviera perfecto para la bienvenida.

Finalmente, llegó el día tan esperado. Aurelia estaba de pie en la entrada del palacio, vestida con un hermoso vestido blanco adornado con bordados dorados. Su cabello, cuidadosamente peinado, caía en suaves ondas sobre sus hombros. Llevaba una tiara que brillaba bajo el sol y guantes de seda que cubrían sus manos temblorosas.

El sonido de los cascos de los caballos y el clamor de los soldados anunciaron la llegada del ejército victorioso. El príncipe Adriano, montado en su caballo, avanzó hacia el palacio con una expresión de triunfo en su rostro. Sus ojos buscaron a Aurelia entre la multitud y, al encontrarla, se llenaron de amor y alivio.

Adriano descendió de su caballo y se dirigió directamente hacia Aurelia. Sin decir una palabra, la abrazó con fuerza, como si temiera que pudiera desaparecer en cualquier momento. Aurelia sintió el calor y la fuerza de su esposo, y supo en ese instante que los dioses habían estado con ellos todo el tiempo.

“Te he extrañado tanto,” susurró Adriano contra su oído.

“Y yo a ti,” respondió Aurelia, sus lágrimas de alegría empapando su rostro.

El emperador, observando la escena, se acercó y sonrió. “Los dioses nos han favorecido hoy. Nuestra familia está completa una vez más.”

Aurelia se separó ligeramente de Adriano y miró al emperador. “Estoy agradecida por su regreso y por la victoria. Prometo que cumpliré mi promesa a los dioses y que serviré con devoción.”

Esa noche, el palacio se llenó de celebraciones. Hubo banquetes, música y bailes en honor a los héroes que regresaban. Pero para Aurelia, el momento más especial fue cuando ella y Adriano se retiraron a su alcoba, lejos del bullicio de la fiesta.

Adriano tomó la mano de Aurelia y la miró a los ojos. “Los dioses nos han dado una segunda oportunidad. Prometo no desperdiciarla. Te amo, Aurelia, y haré todo lo posible para hacerte feliz.”

Aurelia sonrió, sintiendo una felicidad indescriptible. “Y yo a ti, Adriano. Estamos destinados a estar juntos, y nada podrá separarnos.”

Los dioses habían escuchado sus plegarias y habían concedido su deseo. En ese momento, rodeados de amor y gratitud, supieron que cualquier desafío que enfrentaran en el futuro, lo harían juntos, con la bendición de los dioses y el poder de su amor.

La Bañera de los Dioses**

El día comenzaba con una brisa suave que atravesaba las ventanas abiertas del palacio. La luz del sol iluminaba cada rincón, reflejándose en las cortinas doradas y los muebles finamente tallados. Aurelia había decidido que hoy sería un día especial para su esposo. Después de la larga y ardua campaña en Hispania, Adriano merecía todo el cuidado y el amor que ella pudiera ofrecerle.

"Hoy, nadie entrará en la cámara de baño," dijo Aurelia a las criadas. "Yo me encargaré de todo."

Las criadas la miraron con sorpresa, pero no discutieron. Sabían que la determinación de Aurelia era inquebrantable cuando se proponía algo. La dejaron sola en la cámara de baño, donde una gran bañera de mármol blanco ocupaba el centro de la habitación, llena de agua tibia perfumada con aceites esenciales y pétalos de flores.

Adriano entró en la habitación poco después, intrigado por la insistencia de su esposa en prepararle el baño. Su figura imponente se perfilaba contra la puerta, vestido aún con los restos de su armadura, que había sido retirada tras su regreso.

"Aurelia, ¿qué estás tramando?" preguntó con una sonrisa traviesa.

"Simplemente cuidando de mi marido," respondió ella, desabrochando los últimos restos de su armadura con dedos hábiles. "Después de todo, has pasado por mucho y mereces un poco de atención."

Con cada pieza de armadura que caía al suelo, Adriano sentía cómo el peso de la guerra se desvanecía un poco más. Finalmente, quedó de pie, solo con un simple pantalón de lino. Aurelia le tomó de la mano y lo guió hasta la bañera, ayudándolo a sumergirse en el agua tibia.

Adriano suspiró de placer mientras el calor del agua relajaba sus músculos tensos. Aurelia tomó una esponja suave y comenzó a lavarlo con delicadeza, recorriendo cada rincón de su cuerpo con movimientos lentos y cuidadosos. La intimidad del momento era palpable, cargada de una tensión que ambos disfrutaban.

"Creo que te estás tomando tu tarea muy en serio, mi amor," dijo Adriano, con una sonrisa juguetona.

Aurelia levantó una ceja y respondió: "Alguien tiene que hacerlo. Después de todo, los soldados necesitan que alguien cuide de ellos cuando regresan del campo de batalla."

Adriano rió, su risa resonando en la habitación. "¿Así que ahora soy un soldado herido al que hay que cuidar?"

"No exactamente herido," contestó Aurelia con un tono sarcástico, "pero definitivamente necesitas un buen baño."

De repente, con un movimiento rápido y decidido, Adriano la agarró por la cintura y, con una fuerza sorprendente, la levantó del suelo y la metió en la bañera junto a él. Aurelia soltó un pequeño grito de sorpresa mientras el agua salpicaba por todos lados, empapando su vestido.

"¡Adriano!" exclamó ella, entre risas y exasperación. "¡Mi vestido está completamente mojado!"

Adriano la miró de arriba abajo, sus ojos recorriendo cada curva de su cuerpo a través del tejido húmedo y pegajoso. "Creo que te ves absolutamente encantadora así," dijo, con una sonrisa que destellaba picardía.

Aurelia trató de mantener una expresión seria, pero no pudo evitar sonreír. "Estás loco," dijo, negando con la cabeza.

"Loco por ti," replicó Adriano, acercándose más. "Y por todo lo que representas."

Aurelia sintió su corazón acelerarse. "¿Es eso lo que dices a todas las mujeres?"

Adriano negó con la cabeza, su expresión volviéndose más seria. "No. Solo a ti, Aurelia. Solo a ti."

La miró intensamente, sus ojos reflejando el amor y la devoción que sentía por ella. Aurelia se inclinó y lo besó suavemente, sintiendo la conexión entre ellos profundizarse con cada segundo que pasaba.

"Sabes," dijo Adriano, rompiendo el beso pero manteniendo su frente contra la de ella, "te ves mucho mejor sin ese vestido mojado."

Aurelia rió, el sonido llenando la habitación como una melodía. "Y tú te ves mucho mejor sin toda esa seriedad de príncipe."

"Entonces, ¿qué propones?" preguntó Adriano, su tono juguetón volviendo a la conversación.

"Propongo que disfrutemos de este momento," dijo Aurelia, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello. "Y que dejemos que el resto del mundo espere."

"Me parece un plan perfecto," respondió Adriano, inclinándose para besarla de nuevo, esta vez con más pasión.

La cámara de baño, llena de vapor y aromas florales, se convirtió en un santuario de amor y ternura. La conexión entre ellos, fortalecida por cada momento compartido, era un testimonio de su amor inquebrantable y su dedicación mutua.

En ese pequeño rincón del palacio, rodeados de agua tibia y risas, Adriano y Aurelia encontraron un refugio en medio del caos de la vida. Y, aunque el mundo exterior seguía girando, en ese instante, nada más importaba excepto el amor que compartían y la promesa de un futuro juntos.

Adriano después de unos minutos de estar besando a su esposa con unas ganas y una necesidad por estos 5 meses sin verla ve como ella se levanta un poco de la bañera y busca su miembro y después el siente un placer inmenso cuando esta se baja completamente y ella se mueve despacio y agarra su mano y se la pone en la parte trasera de la cabeza y la acerca para besarla y también su otra mano está en su cadera como ayudándole más que el impacto de sus movimientos sea más placentero Y el hace que lleve su cabeza hacia atrás y el ahora se mueve en la bañera ella se está agarrando de los dos lados de la bañera y ahora el quiere que se acerca y la abraza pone su mano en la cintura y la otra en su cuello y ella está agarrada muy bien de el así que cuando llegan al climax los dos están jadeando como perro cuando termina una maratón Y después ellos conversan y el la baña se levanta de la bañera agarra una esponja y cuando la veía cada centímetro de ella Su compañero lo traiciona quería más y el interior decía no puedes calmarte por favor la estamos bañando Y ella decía creo que tú compañero quiere otra carrera y ellos rieron lo que pasó ay dios mío estoy perdido por ella y ella lo sabe

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Lisa Estigarribia
me encanta esta novela la verdad
Luisa Manotasflorez: Gracias por tu comentario 😊 me alegra mucho leer esto
total 1 replies
Lisa Estigarribia
queeeee? Adriano? noooo/Sob/
Lisa Estigarribia
una novela esplendida..y el heredero?
Luisa Manotasflorez: muy pronto esperen
total 1 replies
Lisa Estigarribia
una obra exquisita esta novela. tenes un gran talento, exitos
Lisa Estigarribia
ah y los bbs ya urge unos herederos.!!
Lisa Estigarribia
me encanta esta novela es romántica e historica entretejida en envidias traiciones e inteligencia...una trama atrapante e interesante. Gracias autora tu escritos son fluidos y muy bien elaborados....
Lisa Estigarribia
me gusts...es apasionante....esta historia me atrapa...
Lisa Estigarribia
es una historia apasionante!! Animo💐
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