El Romance Prohibido Del Emperador

Romeo como el hombre prudente y sin malicia que es, quería alejarse, para así mejor irse por dónde mismo acaba de llegar, puesto que no desea aprovecharse de ella, pero de un movimiento rápido, la mujer hizo que él quede encima de ella y se aferró a él como un koala bebé, y profundizó el beso, provocando que su amigo que estaba dormido se levante, y la situación ahí abajo estaba complicada.

Él estaba en un aprieto, y por más que intentó zafarse de la mujer, ella estaba negada a dejarle ir, y al ver que él se movía, le mordio el labio inferior con lujuria, como buscando que él esté tranquilo.

Romeo nunca en su vida se imaginó que ella tuviera tanta fuerza, aun siendo tan flaca y pequeña, pero menos se imaginó que ella fuera así de lujuriosa y perversa.

Pero lo que fue peor, fue cuando ella tomó con unas de sus pequeñas su parte íntima y lo apretaba ligeramente, probando que el hombre esté a mil.

Lo que, desesperado, le dice con apenas un susurro.

—Abi, déjame ir, no quiero hacerte daño — susurró él, pero ella no hacía otra cosa más que dar pequeños masajes en aquello que deseaba ser atendido con urgencia, pues ya le estaba doliendo de lo rígido que estaba.

La respiración de Romeo estaba irregular, pues la dama estaba poniendo empeño en hacerle llegar al clima, pues los masajes los habían aumentado, y volvió a besar su boca con besos más profundos.

Cómo un último recurso, Romeo opta por morder uno de sus labios, y eso parece que trajo a la realidad a Abigaíl, ya que ella despertó solo para descubrir, que encima de ella, estaba alguien y que la estaba besando, y hasta tenía un dolor leve en uno de sus labios.

Dispuesta a salir del dominio del hombre, aparta al sujeto de su boca e intenta gritar, pero su boca fue callada por las manos de aquel desconocido, el cual tiene un ligero olor a aquel ser lujurioso.

—Calla mujer, vas a despertar a todas las personas que habitan en la mansión Lombardi, y mañana yo seré noticia en todos los imperios existentes y por existir, no por héroe, sino por qué moriré como un perro sin dueño — dice él con una voz ronca por el deseo que despertó esa mujer tan atrevida y ella al escuchar la voz ronca de Romeo, sintió frío en todo su cuerpo.

Romeo, al ver que ella se quedó tranquila, retiró sus manos de su boca.

—Tú... ¿Qué haces a esta hora en mi habitación? — pregunta ella en un susurro, pues si habla fuerte, puede que al ser todos en la mansión lobos, escuchen su peculiar conversación en medio de la noche.

—Yo solo vengo a advertirte que tenga cuidado de tu prima Sofía, pues mis cuervos me dijeron que ella fue a comprar algo al mercado negro, y si fue en horas de la noche, por algo malo será— dice él y se restriega en Abigaíl. Ella se enfureció al escuchar aquello.

—¿Qué? ¿Pero por qué no esperaste hasta mañana, no crees que estás exagerando? Con una carta hubiera sido suficiente, un emperador no puede estar lejos de su palacio, y menos en horas de la noche— dice ella y Romeo se avergonzó por eso, pues ella tiene razón en decir aquello, pero él no va a admitir abiertamente que se equivocó.

—Bueno... No lo pensé, ahora el caso es, que tú despertaste la pasión, y debes de hacerte responsable de mí— dice él y besa los labios de la joven con pasión, Abigaíl quería darle un golpe y lanzarlo lejos de ella, pero si hace sonido alguno, todo en la mansión Lombardi llegarán a su habitación y verán al emperador en ella, y como es su padre de enojón, teme que le mate.

Cuándo la joven se dio cuenta, aquel hombre estaba metiendo una de sus manos en su ropa interior, y allí estaba haciendo de la suya; por aquel acto, aquella zona estaba mojada.

—No... No hagas eso majestad — dice ella con la voz entrecortada, pero el hombre no le hizo caso, y sumergió sus dedos en su interior, causando que la joven deje salir un gemido de placer, el cual fue callado por la boca ajena.

Ella trató de moverse para escapar del dominio de Romeo, pero el hombre hacía demasiada fuerza sobre ella, y solo le quedó rendirse y dejarlo hacer lo que desea. Ya ve cómo se cobra esta vergüenza.

Pero el hombre al ver a la mujer tranquila, decide mejor retirarse, pues ella si lo deja hacer lo que desea, es para luego darle una lección y eso no es bueno.

Como hombre de bien que es, él retira la mano de adentro de la ropa de la joven, y por hoy la dejará ir.

Cuándo sacó la mano de adentro de ella, él, sin pudor alguno, metió aquella mano sucia de los fluidos de Abigaíl dentro de su boca, y aquellos fluidos estaban dulces como un panal lleno de miel.

Al terminar de lamer la mano, él dice.

—Por ahora te dejaré ir, pero no habrá una segunda vez para ti, recuerda que me debes una noche de pasión, tienes una deuda de amor que pagarme, así que, no te atrevas a huir nuevamente, pues me atrevo a buscarte por cada rincón del mundo — dice él para luego dejar un beso en el cuello de la joven, la cual sintió un cosquilleo por todos su cuerpo.

Romeo no se conformó con un solo beso en esa área, si no, que deja pequeño mordisco en todo el lugar, y de paso deja sus huellas de amor en ella, para que al día siguiente, tenga algo en lo que pensar en él.

Luego de eso, se baja de encima de Abigaíl y se transforma en lobo y sale por dónde mismo llegó, como si no hubiera pasado nada.

Abigaíl estaba que no lo podía creer, pues por un momento creyó, que aquel hombre la iba a devorar como un pedazo de filete, pero no, a última hora se echó para atrás, es claro que algo trama, y eso no es bueno, pues de ese modo, no tienen una estrategia para contrarrestarlo, y así evitar caer en las garras del mal.

Tal cosa le dejó pensando, y por más que pensaba, no encontraba la lógica, pues nada aquí es normal.

Pero algo sí hará, y eso es, evitar estar a solas él, y de esta manera salvarse de un revolcón épico, pues viendo cómo se fue, es claro que en esta no se escapa de su dominio, quizá huir sea mejor.

“Eso no funcionará, ya que me lo advirtió”

Piensa ella mientras se da la vuelta en la cama, pues por esa razón no ha podido dormir, puesto que no solo tiene su zona íntima con una sensación muy rara, sino, que sus pensamientos la están matando, pues ese hombre le ha quitado el sueño.

Por más vueltas que Abigaíl dio en la cama, no logró dormir ni un poco, por eso, cuando el día llegó, ella se levantó con el cuerpo cansado y las ojeras eran horribles, y tenía sueño, pero debe de levantarse, ya que aún quedan unas cuantas cosas por hacer y ese día es la cena familiar.

Cómo una sonámbula, ella se levanta de la cama y se va a bañar con agua fría, a ver si así el cuerpo se despierta.

Gracias al agua, ella logra despertarse un poco.

Lina no tardó en hacer acto de presencia, quien al entrar en la habitación, sintió un olor raro en la cama, lo que significa que alguien estuvo en la habitación de su ama, y no se tiene que ser adivino para saber quién fue.

Ella sin hacer sonido fue a ver a Abigaíl al baño y la encontró ya con la toalla puesta en el cuerpo, y tenía cara de preocupación.

* * * * *Nota* * * * * *

¿Qué tal les parecieron estos capítulos, será que ahora Abigaíl se salva del revolcón que le quieren dar?

Ya es hora de que ellos estén juntos ¿o quieren más sufrimiento para Romeo?

Dejen saber su respuesta, aquí los que saben son ustedes. Dejen su lindo me gusta en los capítulos

Sin más que decirles, nos vemos el viernes si Dios quiere.