Isabell Janssen es una hermosa mujer de 24 años, hija de una importante familia en Nashville y esposa del director de Multinational Bank DN, ha preparado todo para celebrar su aniversario de bodas y darle a su esposo el mejor regalo. Pero su esposo tenía otros planes, dos cuerpos semidesnudos en el sofá, es lo que Isabell encontró cuando se apresuró a buscarlo en su oficina. ‘A veces el amor dura y otras veces en cambio, duele mucho’, ella creyó tenerlo todo, pero esa misma noche lo perdió; se enfrentó a los recuerdos que la aprisionaban en la tristeza y frustración para poder levantarse y darse una nueva oportunidad.
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Capítulo 5. Su perfecto matrimonio.
Capítulo 5. Su perfecto matrimonio.
Se han cumplido las dos semanas de reposo, Isabell continua con el mismo estado de ánimo de antes, pero ha aceptado tomar la primera terapia. Ha terminado de arreglarse, sus padres la esperan en la sala.
- Ya estoy lista. – Isabell vestía pantalón de mezclilla y un suéter holgado en color beige\, algunos accesorios que le daban un toque sencillo a su outfit y ballerinas color café.
- Bien cariño\, vámonos entonces. – Dijo su madre tomándola del brazo.
Isabell no se sentía cómodo yendo a su primera terapia acompañada de sus padres, pero entendía que era la recomendación del doctor Guillermo. Aunque se mostraba renuente al respecto, era consciente que la única forma de poder mejorar era aceptando la ayuda de alguien más preparado.
- Te esperaremos aquí. – Dijo la señora Elizabeth tan pronto llegaron al consultorio\, Isabell asintió con la cabeza y se acercó a recepción para presentarse.
- Buenas tardes\, soy Isabell Janssen\, tengo cita con el doctor Murray.
- La recepcionista le sonrió cortésmente\, revisó en la agenda electrónica y levantó el teléfono para comunicarle al doctor de la llegada de la paciente. – Puede pasar señora Janssen.
Isabell sintió un pequeño tirón en el pecho, su madre había usado su apellido de soltera para concertar la cita con el psicólogo, echó de menos cómo se escuchaba su nombre al lado del apellido de su aún esposo, pero debía acostumbrarse, pronto dejaría de ser la señora Danner.
- ¡Gracias! – Murmuró mientras seguía a la recepcionista hasta el consultorio. – Buenas tardes. – Saludó al doctor Murray.
- Isabell\, buenas tardes. – Dijo el doctor extendiendo su mano indicándole que tomara asiento. – ¿Quieres contarme qué te trae aquí? – Preguntó el doctor.
- Yo… bueno\, en realidad no quería aceptar esto\, pero entiendo que no estoy bien ahora mismo y que necesito ayuda. Mis padres y hermanos están preocupados por mí\, temen que me haga daño a mí misma\, cosa que no creo tener el coraje para hacer\, pero bueno\, supongo que mi madre le informó algo al teléfono.
- De hecho\, sí\, ella y el doctor Guillermo me han hablado un poco al respecto\, pero me gustaría escucharlo de ti misma. Por supuesto que\, si no te sientes preparada para ello\, podemos hablar de cualquier otra cosa que quieras.
- No quiero alargar esto por mucho tiempo. – Isabell observó fijamente al doctor Murray\, un corpulento hombre de aproximadamente cuarenta años con expresión tranquila en su rostro. – Descubrí que mi esposo me era infiel el día de mi aniversario de bodas número cinco\, yo… bueno\, lo encontré a él y a su amante teniendo relaciones en su oficina. Y luego de eso…. Tuve un accidente automovilístico\, perdí a mi bebé\, yo le daría la noticia de que estaba embarazada.
El doctor Isaac Murray escuchó atentamente a Isabell, prestó atención a cada una de sus palabras y expresiones, entendía que estaba sufriendo, se estaba enfrentando a dos decepciones y necesitaba tiempo para poder canalizar sus emociones, para aceptar lo que le había ocurrido y para aprender a vivir con ese dolor.
- Hay cosas que nos toman por sorpresa, una enfermedad, la pérdida de un ser querido, una infidelidad y cuando esto pasa, nos sentiremos decepcionados, frustrados, impotentes, llenos de ira, todo tipo de sentimiento nos afectará, pero lo importante es cómo reaccionamos a estas situaciones. Como seres humanos es completamente normal reaccionar de tal forma. En este caso, es tú duelo y tú sufrimiento, pero debemos detenernos un momento y pensar hasta dónde vamos a permitir que estas emociones nos afecten. Para eso estoy aquí, para escucharte y ayudarte a canalizar todas esas emociones que ahora tienes.
Isabell salió del consultorio del doctor Murray sintiéndose más ligera, si bien, hablar sobre sus problemas no la hacían olvidar, ahora se sentía mucho más relajada.
Ha pasado un mes desde que Isabell inició su terapia, asistía sin perderse una sola de sus citas con el doctor Murray, aunque ahora se sentía mucho más tranquila, había momentos en los que la tristeza la embargaba, los recuerdos se apoderaban de ella haciéndola sentir miserable e irritable.
Joseph continuaba intentando hablar con ella, tanto él como sus padres insistían diariamente en la residencia de los Janssen, pero los padres de Isabell se negaban a recibirlos. No iban a permitir que Isabell recayera nuevamente en ese estado vulnerable en el que estaba cuando recién pasó todo, además, era demasiado pronto para hacerla enfrentarse a Joseph, hasta que ella no estuviera dispuesta a hacerlo, no la obligarían a solucionar los problemas que ahora tenía en su matrimonio.
- Isabell… - ¿vas a salir? – Preguntó su madre cuando la vio bien arreglada.
- Isabell se acercó a saludar a su padre quien la observaba con ternura y acarició la mano de su madre. - Necesito tomar un poco de aire mamá\, tanto encierro no es bueno para mí\, creí que estarían de acuerdo. – Respondió Isabell.
- Por supuesto que lo estamos cariño. – Intervino su padre.
- Claro que sí mi niña. – Dijo la señora Elizabeth. - Es solo que… bueno\, nos alegra que lo hagas. – Acarició la mejilla de su hija.
- No se preocupen\, no creo tardar mucho. Iré con Elaine y las chicas a tomar un café\, si me siento mal…
- Estamos seguros de que Elaine cuidará de ti. – Dijo su padre haciéndola sonreír brevemente. - ¿Quieres que te lleve? – Preguntó el señor Bruce\, la camioneta de Isabell había sido reparada\, pero ella se negaba a conducir nuevamente.
- No\, no es necesario papá\, Elaine está esperándome ya. – Se despidió con un beso en la mejilla y salió de la casa saludando a su amiga.
Eran las ocho de la noche cuando Isabell y Elaine llegaron al café, sus amigas ya estaban en el interior disfrutando de una taza de café. Saludan con un movimiento de mano a las chicas y se acercan al barista para hacer su pedido.
Isabell observa a su alrededor, siempre les gustó ese lugar porque era tranquilo, podían hablar sobre cualquier cosa sin preocuparse por el bullicio de las demás persona. Era un ambiente íntimo y cálido, que, combinado con una taza de buen café y un suave ronroneo de una balada, hacían de la velada un momento agradable y completamente delicioso para disfrutar en compañía de sus mejores amigas.
Tan pronto el chico toma su pedido, ellas se acercan a la mesa donde sus amigas esperan y las saludan cariñosamente, ninguna habla sobre lo que ella ha pasado, saben que es un tema difícil, pero recién se les ha unido Dorothy, trabaja como maestra de primaria en el mismo instituto donde Elaine era directora, estaba recién casada y no dudó ni un minuto en hablar sobre lo que a cualquiera que la escuchara, le parecería un ‘matrimonio perfecto. Por supuesto, Dorothy no estaba al tanto de lo ocurrido con Isabell, la conocía por Elaine, pero no eran tan cercanas.
Todas escuchaban apenadas, Elaine tomaba la mano de Isabell bajo la mesa, pero su amiga tenía tantas cosas en su cabeza dando vueltas que no reaccionaba. Pronto empezó a escuchar con atención la conversación de las chicas, o más bien a Dorothy, sonrió internamente al ver lo apasionada que hablaba sobre su matrimonio.
Al inicio del suyo, ella era igual que Dorothy, escucharla hablar tan amorosamente de su esposo la hacía compadecerse de ella, lo que antes le hubiera parecido romántico y tierno a la vez, ahora le resultaba un tanto irritante, era como si le echara sal a la herida.
Deja escapar un suave suspiro antes de darle un sorbo a su café, observa su reloj, apenas ha corrido una hora, mientras Dorothy continúa hablando.
- Es que\, no lo sé chicas\, quizás esté exagerando\, pero tan pronto apagamos las luces de la habitación\, Steve me envuelve en sus cálidos brazos y es todo lo que necesito para poder conciliar el sueño. – Dice Dorothy\, Isabell deja escapar un pesado suspiro\, las chicas la observan apenada. – Perdón\, he hablado sin parar de mí\, ¿por qué no cuentan algo ustedes? Tú… Isabell\, apenas y nos conocemos\, pero sé por Elaine que eres una gran mujer\, ella te quiere mucho. – Dijo tomando por sorpresa a todas\, Elaine intentaba hacerle señas de que cerrara la boca\, pero la mujer no parecía tomarla en cuenta.
- Yo… - respondió Isabell con aire frío mientras asentaba sobre la mesa su taza de café. – Hace un tiempo era como tú\, hablaba sin parar sobre mi perfecto matrimonio. – Dorothy sonrió apenada. – Ahora me voy a divorciar. – Todas abrieron los ojos como plato\, menos Elaine\, ella tomó con fuerza la mano de su amiga para darle ánimo. – Lo siento chicas\, quizás fue muy pronto para salir de casa\, tengo cosas que arreglar\, me disculpo.
Isabell se puso de pie y se despidió de todas con un beso en la mejilla, Elaine intentó levantarse, pero al ver sus intenciones Isabell la detuvo.
- No es necesario\, tomaré un taxi de regreso. – Dijo Isabell sujetando su hombro.
- Insisto\, déjame llevarte por favor. – Elaine ignoró la mirada de Isabell\, se puso de pie y se despidió de las chicas antes de salir con su mejor amiga hacia el estacionamiento. – Lo lamento\, Dorothy escuchó a las demás hablar sobre reunirnos por la noche e insistió en acompañarnos. – Se disculpó.
- No te preocupes\, la entiendo perfectamente. – Isabell tomó su mano mientras caminaban en el estacionamiento. – Quizás podamos reunirnos luego con las chicas\, cuando me sienta mejor. – Elaine asintió con una sonrisa mientras desactivaba la alarma de su auto.
Las dos se mantuvieron en silencio durante el camino, Elaine tenía tantas preguntas por hacerle, pero no quería hostigarla y hacerla sentir mal, no quería hacerla recordar su sufrimiento.
te agradezco no poner fotos de referencia, cada le da forma a los protagonistas y eso es valorable