— Melisa espera. — La llamé pero me ignoró. — Melisa por favor. — Tomé su brazo. — Tú sabías que ésto podía pasar. — Ella me observo y negó con la cabeza. Luego jalo su brazo.
— ¿Qué sabía? ¿Qué sólo me veías cómo la opción de repuesto? ¿eso debo saber?
— Eres mi amiga, mi socia.
— Yo quería más. Y tú, me has cambiado por una colegiala. — Dijo con rabia.
— No te cambie, entré tu y yo nunca ha habido nada.
— ¡Por qué tú no has querido! — Gritó con desesperación. — Pero siempre has sabido de mis sentimientos por ti. — Sus ojos se pusieron llorosos. — Te has comprometido con una niña de 21 años, la pregunta es por qué. ¿La amas? ¿o es que te casas con ella para que te dé su virginidad?
— No sé de qué hablas.
— Te escuché hablando con Ramiro. Dijiste que es la primera vez que conoces a alguien virgen con esa edad y belleza.
— No es lo que piensas. ¿Creés que me casaría con ella por una razón tan tonta?
— No lo creó. Si esa fuera la razón te habrías casado conmigo hace mucho tiempo
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Parece un buen plan
... Mientras tanto en la empresa Villanueva. Un joven rubio de ojos verdes y piel bronceada camina por los pasillos, dónde se encuentra con su mejor amigo Damián.
— ¿Qué novedades hay?
— Aquí todo marcha a la perfección. Mejor dame tu una novedad. ¿Ya enamoraste a tu damisela?
— Todavía no.
— Lo que haces es una locura. ¿Qué piensas que pasará el día que te descubra?
— No quiero pensar en eso. Lo único que quiero es alejarla de ese idiota que tiene por novio. Y vengarme de quién la lastimo.
— ¿No fue suficiente la paliza que le diste?
— El se atrevió a tocar mi joya más valiosa. La paliza fue una entrada. Todavía falta el plato fuerte, y desde luego el postre.
— Rodrigo no te excedas.
— El se lo busco. Si yo no hubiera llegado el habría abusado de ella. Y nunca me hubiera perdonado que eso le pasará.
— ¿Has tomado en cuenta que Melisa está enamorada de Diego? Si el la pasa mal quizás ella vaya y lo ayude.
— No hará eso. No está vez.
— No estés tan seguro. Recuerda que casi se suicidó por el. — Rodrigo recuerda ese momento y se le revuelve el estómago. De no haber llegado a tiempo seguramente Melisa ya no estaría en este mundo.
— Se le va acabar el amor.
— ¿Y Roberto?
— No lo quiere. El tarde o temprano cometerá un error. Haré que Melisa se entere y esa relación llegará a su fin.
— Y entonces tú estarás junto a ella para...
— Apoyarla.
— Cómo si eso fuera lo único que te interesa. ¿Por qué no actúas cómo una persona normal? Preséntate con ella cómo Rodrigo Villanueva, invitala a salir, cómprale rosas, joyas, conquista a esa mujer cómo un hombre normal.
— ¿No lo intente ya? Le mandé flores, joyas. La invite a salir. ¿No recuerdas cómo me respondió? — Una risa aparece en Damián. Recuerda ese viaje donde la vieron por primera vez.
...Flashback...
Ambos estaban en España, comiendo en un restaurante, Melisa entro del brazo de Diego. En ese momento era una de las modelos más reconocidas y obviamente el sabía de su existencia. Pero verla en persona era algo totalmente diferente. Su presencia imponía respeto y admiración, por primera vez en su vida Rodrigo sintió celos de un hombre. Deseaba ser el quien sostuviera el brazo de esa hermosa dama.
— Es la modelo Melisa Torres. — Dijo Damián al notar el interés de su amigo por ella. — Muy bella. ¿No crees?
— Y el tipo que la acompaña. ¿Es su novio?
— Es Diego, se rumorea que son amantes, pero el siempre ha dicho que es su mejor amiga.
— ¿Dices que es una mujer libre?
— ¿Te importa mucho?
— No me molestes. — Ambos continuaron comiendo, pero Rodrigo tenía mucha curiosidad, investigo sobre ella y al saber que era soltera no perdió tiempo. Le mando un hermoso ramo de flores, con una nota.
"Eres la mujer mas bella que he visto, me encantaría salir a cenar contigo." Seguido de eso había un número de teléfono.
Melisa al leer eso rompió la tarjeta y pidió a la mujer de limpieza que se llevará el ramo de flores.
Rodrigo se quedó esperando una llamada durante todo el día. Pensó que su arreglo floral no le había llegado, así que envío otro. Está vez tampoco hubo respuesta. El continúo enviando flores, y al seguir sin respuesta, pensó que a una mujer cómo ella no debía enviarle algo tan simple. Compro una hermosa joya y se la mando. Está vez si recibió una llamada. Contento con eso le mostró a Damián. Ya que el llevaba días burlándose de él por no recibir una respuesta.
— Todas las mujeres son iguales. Se dejan conquistar por el dinero. — Dijo Rodrigo decepcionado. Luego contestó.
— Ya era hora de que respondieras. — Fue lo primero que escuchó. — No sé quién eres. Probablemente un mantenido, hijo de papi. No me interesa salir contigo. Deja de mandar flores, tampoco envíes joyas, yo no soy una de las putas con las que acostumbras salir. Dime a dónde te envío eso. — El no fue capaz de responder. — Si no lo quieres de regreso se lo daré como propina a la de limpieza. Y tú déjame en paz junior Idiota.
Luego de colgar Damián se rió a carcajadas.
— ¿Qué habidas dicho sobre las mujeres y su interés? — Pregunto su amigo burlón.
— ¿Quieres una visita al hospital? — Rodrigo amenazó con una sonrisa sarcástica.
— No te desquites conmigo. Yo no tengo la culpa de que Melisa no sea una de tus putas. — Rodrigo camino de un lado al otro muy molesto.
— Me llamo junior. ¿La escuchaste?
— ¿Y no lo eres acaso? — Si Rodrigo hubiera podido, lo mata con la mirada. — No me veas así. Ella tiene razón. Dependes del dinero de tu padre. Eres un junior. Y creo que a ella no le gustan. — Damián no pudo evitar reírse.
— Cállate. — Rodrigo estaba furioso. Desde ese día siempre estuvo al pendiente de ella. No sabía cómo acercarse, temia ser rechazado, así que se propuso iniciar su propio negocio, sin ayuda de su padre. Primero leyó varios libros sobre el emprendimiento, luego de informarse sobre ese mundo buscó un trabajo y ahorro lo suficiente para rentar un local. Así poco a poco fue creciendo en el mundo laboral.
Al ser alguien importante trato de hacer negocios con ella, pero Melisa rechazó su oferta y no pudo conocerla. Luego se enteró de los guardaespaldas que ella buscaba y pensó que era la oportunidad perfecta. El desde pequeño entreno boxeo y taekwondo. Además de que su pasatiempo favorito era disparar armas, lo único que faltaba era un buen currículum, lo mando hacer y se postuló para el empleo.
Fin del flashback.
— Ya no eres un junior. Creó que ahora sí podría considerarte digno de ella. — Trata de animarlo Damián.
— No puedo decirle. Me paralizó. Siento que me va gritar cómo lo hizo en esa ocasión.
— ¿Entonces tú plan es siempre estar con ella, echarle a correr a sus novios y nunca decirle de tus sentimientos? Parece un buen plan. — Dice sarcástico.
— Tomaré valor en algún momento.
— ¿Cuando la veas caminar al altar?
— No me pongas de mal humor. Ve y ponte a trabajar. Yo haré lo mismo.
