DEJARTE FUE MI ERROR

MIRANDA

Después que mi hijo me hizo saber cómo se sentía en cuanto a la llegada e inminente encuentro con su padre, me dispuse a comunicarme con Richard para hacer de su conocimiento la disposición de Jonathan de verlo.

Me detuve un momento a cuestionarme si lo llamaba de una vez o mejor al día siguiente, pero en vista de la emoción que mostró mi hijo, tomé la decisión de hacerlo ya mismo. Busqué en mi cartera la tarjeta que me dio temprano, y tomé mi celular para marcar, pero resolví mejor llamarlo desde la casa… me acerqué al sofá y tomé el teléfono, inhalé, exhalé y marqué… al segundo tono escuché su grave voz.

. – Hola Miranda… – Y yo por unos segundos me quedé pasmada ¿Cómo caramba sabia que era yo? Fue tanta la impresión que me bloqueó el tonto…

. – Tu… ¿Cómo sabias qué era yo? – le pregunté e inmediatamente me declaré más tonta que él…

. – Eres la única que estoy esperando que me llame… – Me dijo con demasiada dulzura en su voz – La tarjeta que te di, es personal...

Miré la tarjeta en mi mano y era cierto, y yo había asumido que era de la empresa…

. – ¡Oh! – Susurré bajo, sin embargo, escuché su risa y cerré los ojos - Uhmm okey, hola – Esto es tan difícil como hablar en persona …

. – Hola Miranda… - Me saludo demasiado meloso para mi gusto – He estado ansioso esperando tu llamada, y lo has hecho, eso quiere decir que ya me tienes una razón… - Su voz en esta ocasión sonó nerviosa, quedándose de pronto en silencio y me supuse que estaba preocupado por lo que le diría – Él…

. – Cálmate Richard… - Le pedí en un tono reconfortante al notar su vacilación – Jonathan se puso feliz y está ansioso por conocerte… - le dije para apaciguar su inquietud, y de todos modos esa era la realidad, no tenía sentido omitirla…

Lo escuché suspirar e imaginé su cara de felicidad, preguntándome ¿Por qué no tendría más hijos? Para luego regañarme por dejarme traicionar por la curiosidad…

. – Miranda no sabes la alegría que le causas a mi corazón, tanto que no sé cómo manejarlo – Me contó con tanta sinceridad y emoción que me contagió.

. – ¡Créeme, lo puedo imaginar! – Es así, porque cualquier cosa que tenga que ver con mi hijo me causa esa misma emoción, y ha sido así desde el primer día que llegó a mi vida.

. – ¡Gracias Miranda, gracias por darme este hermoso regalo!

. – Nada tienes que agradecer… - Por mi mente pasaron imágenes donde él no se iba y recibía esa noticia… 11 años atrás – Volví al presente, ¿Qué tienes planeado para su encuentro?

. – Pues estoy tan emocionado que no he pensado mucho, además de que no sé su rutina, que es lo que le gusta… estoy perdido Miranda ¿Me puedes ayudar?

Me sonreí, porque sí, se notaba que está desorientado…

. – Pues él mañana tiene una exposición, pero puedes invitarlo a almorzar, eso estaría bien… digo, si lo vas a presentar a tu familia de una vez…

. – Perfecto, me parece bien, le diré a mi mamá… - Richard parecía un niño con juguete nuevo – Gracias nuevamente Miranda…

. – No te preocupes, deseo que todo salga muy bien…

Por supuesto que era lo que más deseaba, sobre todo por la estabilidad emocional de nuestro hijo.

. – Miranda ¿Crees que pueda hablar con él? – Me preguntó con algo de temor en la voz.

. – Sí, por supuesto, permíteme… - Cubrí la bocina con mi mano – Él es tu papá mi amor, no temas, se tú mismo… - Mi hijo asintió que también estaba nervioso, y besé su frente antes de facilitarle el teléfono.

. – Hola… - Pude escuchar inmediatamente los sollozos de Richard y casi como una reacción en cadena los de mi hijo, lo que me obligó a tapar mi boca porque si no, seguramente seguirían los míos.

. – Hijo mío, no sabes el gusto que me da escuchar tu voz… - Mi hijo al escuchar esas palabras de parte de su padre lloró aun más de felicidad mirándome con alegría por la forma tan receptiva en la que le hablaba su papá… - Jonathan, aun no te conozco personalmente, pero te amo mucho hijo… mucho ¿Me escuchas?

. – Si papá… – Mis lágrimas no dejaban de fluir y el nudo en la garganta me tenía atragantada… mi niño me tendió su mano al escuchar llorar a su padre cuando le dijo papá… entonces con toda la madurez que lo caracteriza le correspondió – Yo también te amo papá…

. – Oh Dios Jonathan como quisiera abrazarte ahora mismo hijo… - Él me miró con súplica en sus ojos y supe de una vez lo que me estaba pidiendo, y cómo decirle que no y romper con tan emotivo momento. Le hice una seña afirmativa y el feliz me sonrió agradeciéndome – Puedes venir ahora a casa, también deseo mucho abrazarte papá…

Hubo un silencio algo prolongado que entendimos muy bien, porque podíamos escuchar el llanto incontrolable de Richard, aunque trató de disimularlo. Lo escuchamos carraspear para poder nuevamente articular palabra.

. – Si tu mamá esta de acuerdo me encantaría hijo…

. – Sí, ella lo está, puedes venir papá… te espero ¿sí?

. – Claro que si hijito, ya mismo salgo para allá, te veo dentro de poco mi amor…

. – Si papá, te paso a mi mamá – Jonathan me entregó el teléfono y se sentó en el piso apoyando su cabecita en mis piernas buscando consuelo para calmar su agitación…

. – Gracias Miranda, jamás, jamás me alcanzará la vida para resarcirte lo… - Su voz volvió a entrecortarse.

. – Nada tienes que recompensarme a mi – Le dije para dejar claro que no es conmigo con quien tiene compromiso alguno… - Richard él es tu hijo y te necesita, es a él a quien debes destinar todo esfuerzo, y reponer el tiempo que han estado separados.

. – Si Miranda, así será… - Suspiró y volvió a hablarme – ¿Me puedes indicar la dirección por favor?

. – Si claro… – Le di las indicaciones de cómo llegar – Cualquier duda marcas a este número – Él estuvo de acuerdo y nos despedimos. Coloqué el teléfono en su lugar y acerqué mi cabeza a la de mi niño…

. - ¿Cómo te sientes mi amor?

. – Feliz, pero también nervioso mami… - Respondió aferrándose más a mis piernas

. – No tienes porque cielo, ya lo escuchaste, también está feliz de tenerte…

. - Gracias por dejar que viniera mamá…

. – Nada que agradecer mi rey – besé su cabeza y lo ayudé a levantarse para sentarlo en mis piernas – Haré todo lo necesario porque seas feliz mi amor… - levanto su cara para que me mire – Eso sí, no me vayas a dejar en el olvido…

Soy sincera, ya me siento amenazada y estoy comenzando a sentir celos…

. – Jamás mami, tu eres la mejor mamá del mundo y te amo muchísimo… - Me consuela mi príncipe dejando muchos besos en mi cara.

. – Jajaja okey, okey… ahora ve a arreglarte para que tu padre se caiga para atrás cuando vea al guapo hombrecito que tuve…

Nos reímos ambos y luego obedeció mi orden, pues andaba en pijamas… mientras mi hijo se arreglaba, hice lo mismo, cambié mi conjunto de shorts que es lo que uso para estar cómoda en casa, por un vestido casual y sandalias, decidí no ponerle mucho empeño a mi imagen, porque definitivamente no era a mí a quien venían a visitar, pero, aunque no era así, me fue imposible no ser dominada por unos nervios absurdos.

Para calmar la ansiedad, me dirigí a la cocina y decidí preparar una mezcla de yogurt con fruta para ofrecerle a Richard. Espero que le siga gustando…