Mi Pequeña Muda

La situación de Jeremy dentro de la familia Cash no era tan buena como Karla pensaba.

Ya sabes.

Karla supuso que debido a que Jeremy había nacido en cuna de oro, su vida estaba resuelta cuando la realidad difería demasiado.

Desde su nacimiento, aquel joven de ojos oscuros había sido menospreciado y despreciado debido a sus orígenes humildes.

Había enterrado a su verdadera madre solo, tuvo que soportar los malos tratos de su madrastra y sus hermanastros solo por los errores de sus padres. Incluso tuvo que aguantar la indiferencia de su verdadero padre y quién sabe cuánto más tuvo que soportar.

La única persona que le había dado amor a lo largo de su vida era su abuelo, nadie más, ni siquiera su odioso progenitor. Sin embargo, fue también el que colocó un cuchillo en las manos de sus verdugos para que lo sigan atacando.

Después de todo, la decisión del anciano Cash de hacer que Jeremy herede su legado fue lo que hizo que la situación que de por sí era desfavorable se volviera incluso peor.

Sin embargo, aquel anciano no lo hizo de mala fe, eso era indiscutible para Karla, el abuelo de Jeremy tomó esa decisión debido a que había visto la decadencia y la ineptitud de sus familiares. Por lo que era de esperar que decidiera dejarle su legado a alguien que lo iba a atesorar.

Karla sabía eso así como Jeremy lo sabía.

Por lo que, Karla entendió que debido a la petición de su abuelo, Jeremy no tuvo más opción que traerla a este despreciable lugar que no podía ser llamado hogar.

Ella podía imaginar la vida solitaria que Jeremy había llevado. Por lo que no pudo evitar sentirse triste por él.

Después de todo, Jeremy no era un príncipe arrogante que tenía el mundo a sus pies.

Él solo era alguien más que estaba luchando en contra de la corriente.

— Dejaré que te bañes, bajaré a hablar con el abuelo — comentó Jeremy mientras caminaba hacia la puerta de la habitación — Hay algo de ropa en el tocador — añadió antes de salir.

Jeremy decidió salir de su habitación debido a que quería recomponer sus emociones desgastadas. Hablar con Karla sobre su vida lo había dejado exhausto.

Además, también tenía algunos asuntos que atender con su abuelo. aquel anciano testarudo que no aceptaba un no por respuesta.

Karla lanzó un suspiro mientras pensaba en lo solitaria que se veía la espalda de Jeremy al salir de la habitación.

Ella se mordió el labio antes de acostarse en la cama y dar un par de vueltas alrededor.

Karla no pudo evitar sentirse frustrada.

Debido a que ella deseaba poder hablar con Jeremy y decirle que no estaba solo, ya no. Que la carga y la tristeza que llevaba sobre sus hombros podía ser compartida con ella, de un amigo a otro amigo. Después de todo, ella también había estado en el fango en el pasado, por lo que no pudo evitar simpatizar con Jeremy Cash.

Karla ya no veía a Jeremy como alguien con quien hizo un contrato de matrimonio, ni siquiera como un desconocido con el que había pasado una noche por error. Ni tampoco como el ídolo al que despreciaba por ser un jarrón con cero habilidades de actuación.

Pero, de nuevo ella no podía hablar, era una chica muda que a menudo era malinterpretada por los demás, que su voz silenciosa no era escuchada. Por lo que decidió demostrar sus sentimientos hacia Jeremy con hechos.

Eso era lo único que ella podía hacer por él.

Karla pensó para sus adentros mientras se levantaba de la cama reparando con curiosidad en el interior de la habitación.

Después de todo, había tantas cosas dispersas, por lo que Karla pensó que podían dejar que ella conozca un poco más a Jeremy.

Mientras ella merodeaba notó un portarretrato de una mujer hermosa, aquella mujer parecía un ángel, tenía unos hermosos ojos azules y un rostro pequeño que la hacían ver celestial.

Por lo que Karla dedujo que esa hermosa mujer era la madre de Jeremy.

Ante este hecho, ella suspiró lamentando el final de aquella mujer que amó a un hombre que la utilizó, le dio su corazón a alguien que no lo merecía bajo la esperanza de que él la iba a amar. Pero, al final, lo único que obtuvo fue dolor y desilusión.

Karla negó con la cabeza con pensamientos dispersos mientras se dirigía hacia el baño. Sin embargo, antes de que ella pudiera entrar vio un libro encima del escritorio de Jeremy.

Parecía un diario personal.

Con curiosidad lo abrió.

Sin embargo, la primera frase que Karla leyó hizo que se quedara pasmada.

«Hermosa como la corteza de un árbol, fuerte y valerosa, así serás recordada por siempre en mi memoria. La muerte no es el fin, es el principio de todo».

Luego, cuando leyó el nombre del dueño del diario, la última pieza del rompecabezas había encajado en su memoria.

Ahora Karla sabía a quién pertenece la lápida que había visto en ese árbol, también ahora sabía la razón por la que Jeremy pasaba su tiempo libre debajo de aquel árbol.

Ese alguien que estaba enterrado ahí, no era su mascota o algo más. Era su amada madre.

Cuando Karla leyó la primera línea de aquel diario también supo la razón por la que Jeremy sabía tanto de su madre. Era porque ella había dejado un diario en dónde escribía todos sus pensamientos y frustraciones.

Rápidamente, Karla se alejo de aquel diario, aunque ella era curiosa, sabía muy bien que todo tenía su límite y leer el diario de alguien más sin permiso era algo que ella no iba a ser.

Ella sintió que no podía invadir por completo la privacidad de Jeremy sin ton ni son. Por lo que con un nudo en la garganta se dirigió hacia el baño.

Ahora Karla entendió muchas cosas.

Pero al mismo tiempo ella no pudo entender por completo todo.

Cuando, Karla salió del baño se sintió un poco renovada. Estaba usando un vestido para dormir algo revelador, parecía que la persona que preparado su ropa tenía una idea muy prejuiciosa sobre ella. O bien quería jugarle una broma.

Ella podía estar segura de que esa persona no era nadie más que la Sra. Cash. La cual desde el principio no se contuvo en mostrar el desprecio que tenía hacia Karla.

Karla solo pudo morder la bala por el momento y ponerse aquel.vestido algo revelador.

Debido a que Jeremy no había llegado, ella no tuvo ningún reparó en meterse en la cama y acaparar las sábanas.

Cómo Karla no tenía nada que hacer entró a la cuenta en la que publicaba cosas que le molestaban de Jeremy.

Karla se sorprendió al notar su número de seguidores.

De nuevo, parecía que más personas habían empezado a seguirla.

Lo que no era científico. Después de todo, su intención al abrir esa cuenta no era see famosa.

Además, ella tampoco pude entender como todos sus seguidores parecían ser fans de Jeremy que tenían la mala costumbre de regañarlo en línea.

Lo que era tan extraño, sin embargo, parecía que esa era la forma en la que demostraban su amor hacia él.

No puedo hablar: Parece que Jeremy es buen chico :)

Cuando Karla terminó de subir aquel post rápidamente recibió todo tipo de comentarios.

Rosa ama leer: Niña, ¿estás bien?, ¿fuiste secuestrada?

Leila no quiere a Aidan: Mi pendejo es el mejor, aunque ni en su casa lo conocen.

Soy la exnovia de Jeremy porque ahora tiene esposa: Claro, lo único malo que tiene es su cara intimidante XD.

Leo Hater: ¿Por qué no estás escribiendo mierda sobre él? Te estoy dejando de seguir en este momento.

Karla cerró sesión sintiéndose ligera dentro de su corazón.

Parecía que se había convertido en una más de las fans de Jeremy Cash.

Ella quiso reírse de mí misma debido a que el año pasado había luchado a capa y espada con un montón de gente solo para que su ídolo ocupe el primer lugar en las votaciones. Y ahora estaba apoyando a él enemigo de su ídolo.

Sin embargo, Dominik es el único en su corazón.

Karla pensó para sus adentros.

Ella tuvo que dejar de espaciar su mente debido a la aparición de Jeremy.

Rápidamente, Karla cerró los ojos tratando de fingir que dormía. No sabía por qué, pero ella se sintió un poco avergonzada. Después de todo, está era la primera vez que iba a compartir cama con él.

La vez que lo hicieron en el hotel no contaba debido a que ni siquiera lo recordaba con exactitud.

El corazón de Karla empezó a latir de manera fuerte.

Karla no sabía que estaba haciendo aquel hombre, sin embargo, cuando escuchó el sonido de la ducha supo que se estaba bañando.

Karla se envolvió bien con las sábanas para no darle ninguna idea equivocada a Jeremy como que ella quería seducirlo.

Cuando el sonido de la ducha finalizó Karla sintió que su boca se secaba.

¡Dios!

¿Por qué estaba tan ansiosa?

Karla trató de poner su mente en blanco, pero no estaba funcionando debido a que incluso sintió que su respiración se volvía artificial.

¿Qué me está pasando?

— No necesitas fingir que estás dormida — comentó aquel chico haciendo que Karla abriera los ojos y lo miré confundida — Si te sientes incómoda puedo dormir en otro lugar — añadió.

La forma en la que la estaba mirando, el tono de su voz e incluso su aspecto refrescado hicieron que la mente de Karla se pusiera en blanco.

Ella se mordió el labio tratando de calmarse un poco.

Luego se hizo a un lado e hizo un ademán hacia Jeremy como si estuviera invitándolo a la cama.

No sabía la razón, pero Karla se sintió avergonzada.

Jeremy la miró por un momento mientras se sentaba sobre la cama.

— Si te sientes incómoda con mi presencia, puedo dormir en el suelo — se ofreció de nuevo.

Karla frunció los labios para luego sacudir la cabeza.

— Buenas noches — susurró Jeremy ante su negativa.

Luego se acostó casi al filo de la cama como si no quisiera tener ningún contacto íntimo con Karla o acercarse a ella.