Malmcon es un hombre lleno de prejuicios al que le sale caro querer jugar con Lourdes, una joven inexperta en el amor
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Dejemos todo aquí
Malmcon llega a mi casa a las 11 de la noche, su semblante no es el mejor, no sé por qué presiento que su venida trae algo que no me va a gustar. Trato de no hacer conjeturas antes de que me diga algo.
- Hola Chucky - me saluda con ese horrible apodo.
- Hola Malmcon, adelante ¿deseas tomar algo?
Entra hasta la sala quedándose de pie, cosa que me parece aún más extraña pues el es bastante confianzudo.
- No, tranquila solo quiero que hablemos... - yo solo asiento - Lourdes eres una mujer excepcional, bella por fuera y por dentro - tantos halagos me dan mala espina - de verdad que he tratado de sentir más que solo atracción física por ti pero no existe más que eso - siento como si el piso se derrumbara a mis pies
- ¿Qué quieres decir exactamente Malmcon? - pregunto en un hilo de voz.
- Que ya no podemos seguir en lo que sea que tengamos - y ahí estaba la puñalada que estuve evitando por años - nena yo de verdad lo sien...
Coloco mi mano en señal de que se detenga.
- Vete por favor - trato de sonar impasible para que no note que me estoy muriendo por dentro
- Nena por f...
- Malcolm por favor no me hagas repetirte
Lo veo tratar de acercarse pero me alejo.
- Solo vete, y no te preocupes por la multa, yo te la pagaré.
- No necesitas renunciar, todo puede seguir igual.
- Nada será igual, ya conseguiste lo que querías, solo fui una más en tu lista, sabía que debía esperar de tí.
- Nena no quiero que pienses que solo buscaba un rato contigo, sí, me sentí fuertemente atraído por ti pero no fue más.
Me dirijo hacia la puerta y la abro, mantengo mi postura haciendo una señal para que salga.
Lo veo salir en silencio con la mirada gacha, cuando cierro me recuesto en la puerta, sintiéndome morir. Es la primera vez que entrego mi corazón, mi cuerpo y mi alma ¿para qué?, para nada.
Me voy a mi habitación y allí descargo toda mi frustración con llanto, después de llorar hasta quedarme sin lágrimas me recompongo para abrir mi laptop, debo empezar a buscar empleo, no me voy a derrotar porque un imbécil decidió ser un patán pedazo de porquería conmigo.
No dormí en toda la noche, pero vi tres opciones de empleo en mi área, llené las solicitudes y rogando a Dios que pronto me llamen.
Tomo mi celular para ver la hora, son las 4 de la madrugada, debo irme a dormir, ya amanecerá y nuevas cosas vendrán. Busco su contacto y lo bloqueo, no quiero tener nada que ver con él, ni amigos podemos ser.
Han pasado doce días y me llamaron de uno de los sitios donde mandé solicitud, así que el lunes haré la entrevista, si Dios permite, trabajaré pronto.
Rose me ha dicho que el señor Lebreu ha estado preguntando por mí porque no se ha podido comunicar conmigo. Ha venido varias veces al apartamento, se cansa de tocar porque yo nunca abro la puerta, también me he asomado a la ventana y he visto su carro.
Finalmente Malmcon Lebreu ha muerto para mí.
