El engaño fue la causa del cambio drástico en mi. La venganza es lo que pienso ejecutar ante mis Ex.
*Ex novio
*Ex mejor amiga
Después de unos largos años.
NovelToon tiene autorización de Thalita Lis para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Salvadora
La furia de Dylan Belanch estaba estampado en su rostro. Su abogado había fallado por primera vez en una simple misión.
Se sentó en su petaca de cuero negro cuando su teléfono volvió a sonar.
---Eres un imbécil. ¿Cómo pudiste dar con la mujer incorrecta?.
Descargó su ira ni bien deslizó el teléfono.
---¿De que hablas?. ---Preguntó al otro lado, la voz del hombre sonaba agitado, cómo si algo se cociera en su interior y estallaría si no lo dejaba salir cuanto antes. ---Lo que ahora importa es la prensa cochinada. De seguro ya están frente a tu casa.
---¿De que diablos hablas?.
---Revisa las noticias.
El guapo nombre se apresuró en mover sus dedos inquietos en la sección de noticias, mientras mantenía la llamada
Al ver la gran portada, junto a la esbelta mujer uniendo sus labios, abrió los ojos de par en par.
El título de la portada lo enfureció aún más.
"Suenan campanas de boda para Dylan Belanch".
Se dirigió a la gran ventana Francesa y bajó la mirada hacia la calle.
Una masa de periodistas estaban como aves carroñeros aguardando el lugar. Esa exclusiva sería el mayor descubrimiento del año. Dylan Belanch, jamás se había dejado ver con ninguna mujer. Y que lo hiciera era una noticia de otro mundo.
---¡Maldita sea!. ---Grunó a regañadientes.
---¿Por qué fuiste tan descuido Dylan Belanch?. Si querías dar rienda suelta a tus instintos carnales pudiste hacerlo por la noche.
---No digas idioteces. Encárgate de esa gentuza. No quiero verlos frente a mi casa.
---Esta bien, pero tiene que pronunciarse cuánto antes, de lo contrario la prensa escribirá su propia versión de la historia.
---Me importa un maldito rábano. Voy a matar al responsable.
El hombre al otro lado de la línea resopló.
---¿Que querías decirme a un principio?.
---Que eres un imbécil. Mía dijo que esa mujer no es quien la salvó. Encuentra a la mujer correcta, si no quieres morir.
---¿Que?. Por el amor de Dios. No puedo creerlo.
--- No me interesa oir tus lamentos. ¡Encuéntrala cuánto antes!.
Colgó la llamada y fue directo a servirse un trago. Su estómago estaba revuelto por muchas emociones.
A la mañana siguiente, María de los Ángeles salió por la puerta trasera de la Mansión Hoblitas encapuchada.
Llevaba un sudadera negra y unos joggers del mismo color, calzamos unas zapatillas deportivas de color blanco.
Se colocó los lentes negros antes de subir a un taxi.
Cuando llegó a la compañía tuvo problemas para ingresar, el de seguridad no la dejaba pasar por su raro atuendo.
---Déjame pasar. Me urge hablar con el señor Belanch.
---Lo Siento. No lleva identificación, y viéndola así. ---Se detuvo para recorrerla por tercera vez. Quizás sea un espía comercial. No me obligue a sacarla a rastras.
María soltó una risa sarcástica. Se quitó las gafas oscuras y le decidió una mirada gélida al enorme hombre.
---¿No sabes que estás ofendiendo a la futura esposa de tu jefe?. ---Preguntó con ironía. Estaba muy furiosa.
El hombre frunció el cejo sin entender.
María le dedicó una sonrisa a medias, su expresión era fría.
---¿Que no lee las noticias?. Si no lo hizo, lo invito a hacerlo.
El hombre sacó su teléfono y entró a la sección de noticias.
Su jefe estaba en primera plana, junto a una hermosa señorita.
El hombre abrió la boca con asombro.
La foto había sido tomada tan bien, que el rostro de ambos estaban ampliadas.
Miró a María, y se volvió a ver su teléfono velozmente, repitiendo la escena unas 3 veces, con incredulidad.
El lunar tan sexy en el mentón de María, el mechón cataño y su piel hermosa, eran más que evidentes para confirmar que se trataban de la misma persona.
María alzó las cejas dándole a entender que ella tenía toda la razón y estaba molesta.
---Disculpe mi atrevimiento Señorita. ---Se disculpó varias veces muy horrorizado. Si el Señor DYLAN se enteraba que había tratado de tal manera a su futura esposa lo echaría a patadas.
Sin dejar de inclinarse la dejó pasar.
María se puso los lentes de vuelta y evadió todas las miradas a su paso.
En todos los años de vida de la empresa, los empleados jamás habían tenido un huésped en tales prendas.
Al llegar a la oficina del presidente, la secretaria la detuvo, pero María la hizo a un lado de un empujón.
Su vida ya era muy difícil para tener que lidiar con una prensa loca.
Venía a exigir que quitara su foto de internet y que negara que se trataba de ella.
Giró la perilla de la puerta y entró molesta.
Lo vio en su silla de ejecutivo más fresco que una lechuga. Su rostro perfectamente cincelado mostraba despreocupación. Eso la hizo enfurecer un más.
---Señor, disculpe. La mujer insistió en verla. ---Anunció la secretaria con temor.
Dylan le hizo una ceña y la mujer alta y exquisitamente maquillada se retiró, pero antes que lo hiciera le dedicó una mirada de odio a María.
---Hombre de maldiciones y desastres. Exijo que arregles esa broma de mal gusto que circula por internet. ---Exigió ofuscada mientras se quitaba los lentes de sol y clavaba su mirada fría en el rostro del apuesto hombre.
Una sonrisa burlona se dibujó en su rostro varonil mientras la recorría fugazmente de pies a cabeza, con menosprecio.
---Por lo menos ten descendencia al presentarte frente a mi.
---Idiota arrogante. ---Agregó María entre dientes al tiempo que movia sus largas piernas llegando a su escritorio.
El hombre se puso en pie, su larga figura era como una poderosa montaña. María levantó la cabeza para no dejar de verlo a los ojos.
El la tomó del brazo y se inclinó cómo una gran árbol a un centímetro de su bello rostro pálido.
---Cuida tus palabras. ---Advirtió enojado.
Estuvo por descargar su furia cuando una pequeña vocecita lo interrumpió.
---Papi.
Ambos giraron para verla. Dylan la soltó de inmediato y ella dió unos pasos para atrás.
La niña que había estado ocupando el baño, al ver el rostro sonrosado de María, sonrió al instante. Jamás olvidaría su rostro hermoso y gentil que la salvó de morir.
Sus piernitas se movieron muy rápido y llegó dónde María.
"¿Papá?"
María estaba en un gran trance. Se negaba a creer que la dulce niña fuera hija del diablo. No había lógica para María, un dulce ángel no podía tener parentesco con un ogro.
Sus dulces ojos color miel la escudriñaron sin dejar de sonreír. Jaló con delicadeza de la polera de María y su pregunta no se hizo esperar.
---Salvadora. ¿Viniste para ser amiga de papá verdad?.
"¿Salvadora?"
El rostro de Dylan perdió color. Un sudor frío recorrió su espina dorsal al tiempo que daba unos pasos débiles hacia atrás.
---¿Viniste por mi?. ---Preguntó la niña por segunda vez.
María salió de su aturdimiento y sonrió. Se inclinó hacia la pequeña niña que esperaba con ansias una afirmación. Sus hermosos ojitos emitían un brillo especial mientras la miraba con detenimiento.