Cora Montilla de 23 años, una estudiante de 4to año de medicina que deja su sueño de ser doctora por causa de un enamorado que la estafa quitándole todo.
Casi en la ruina, Cora debe lidiar con los deudores de su ex enamorado, no tiene idea como saldar esa deuda que no es de ella, hasta que conoce a un chico no muy agraciado físicamente pero con mucho dinero, quién fue humillado por sus amigos y al querer impresionarlos a ellos y a la chica que le gusta, ve a Cora sentada en una plaza, y le ofrece una tentadora propuesta, pagarle para que se haga pasar por su novia el Día de Los Enamorados.
Fue un éxito total en dividendos para Cora, y de allí surgió su emprendimiento ser “Novia en Alquiler”, un negocio que la sustentó por tres años y quería retirarse y retomar su sueño de graduarse de doctora con el dinero ya ahorrado pero ante de su retiro fue alquilada y se metió con alguien que no debía y será perseguida por Franco D´amico Guerra.
¿Ahora que le ocurrirá a Cora?
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#21. Adrenalina
...***...
🎶Es que tu cuerpo
Es pura adrenalina que por dentro me atrapa
Me tiene al borde de la locura
Es que tu cuerpo
Es pura adrenalina que por dentro me atrapa
Me tiene al borde de la locura🎶
...Wisin ft. Jennifer López y Ricky Martin...
...***...
...CORA...
Estaba nadando plácidamente en esa cascada, es la primera vez que vengo para despejar mi mente por todo lo que está pasando. Aún las palabras de Franco me duelen, y no sé porque siento que cada vez se refiere a mi como ladrona, estafadora o peor aún como una prostituta, zorra y una cualquiera hace doler mi corazón. El tiempo que llevamos aquí no me ha dado la oportunidad de aclarar la situación, siempre anda en la defensiva.
—Ah!— Pero para insinuarse y seducirme no va lejos. Es de lo peor.
Tal vez di pie a ello, por la manera que dejé libre mis $3n0$ delante de él, el día de su lesión de tobillo y más la manera como mal interpretó cuando estaba examinando la parte íntima de Massimo, ̶Dios! — , el castaño tiene lo suyo, fue el primer p3n3 que veo en mi vida virginal como mujer y como casi médico en este país.
Cuando iba a punto de salir del agua, allí lo vi a Franco, el muy pervertido vio todo de mí, vio mi desnudez que ningún hombre ha visto, por eso grité al salir enseguida del agua y correr a ocultarme en una piedra grande. Sin duda que me puse como tomate de la vergüenza, hasta sentí que mi cara y todo mi cuerpo se calentó con solo notar que sus ojos ébanos recorrieron cada centímetro de mi cuerpo bronceado. Me molestó cuando dijo con desdén que al verme desnuda no era gran cosa, de inmediato giré mi cabeza como la exorcista de Linda Blair para darle una mirada fulminante pero ver semejante molescultura varonil y lo bien, pero lo bien que está dotado su amiguito, fui al cielo y vine.
En mi mente se me vino, una célebre frase popular en las redes sociales por el influencer venezolano Marko: —"Marica, me dio 10 cucacardias por ver semejante tamaño que no es nada pequeño"—, me volteé para no mirar más de la cuenta porque me estaba quemando. Escuchamos unas voces que nos sacaron de nuestra acalorada discusión por la ropa que por arte de magia desapareció, eran los matones de Paolo ya dieron con nosotros en este pueblo, un hombre desconocido nos vendió. Franco no perdió tiempo me insistió en salir de la piedra en donde me estaba ocultando y comenzamos a correr, parecíamos Adán y Eva corriendo libremente por el Edén hasta nos ocultamos debajo de un tronco caído. El bizcocho italiano entró primero y yo luego, el espacio era demasiado estrecho y por obligación tenía que estar encima de él.
El hombre exclamó —¡Santo Cristo!— en italiano cuando me acosté encima de su cuerpo, pues las piedras debajo de él lo estaban lastimando, y yo quemándome encima de él, estaba muy nerviosa, sentí como la adrenalina recorría en todo mi cuerpo; estaba tratando de no moverme mucho, pues con el mínimo rose de nuestros cuerpos puede encender esa chispa de excitación, y yo no soy capaz de hacerme cargo de su libido; una, no soy Chiara, su prometida; dos soy virgen nunca he tenido intimidad con ningún hombre. Franco es el primer hombre que me ve desnuda. Y lo que sé de sexo es pura teoría.
En esa posición mi cuerpo ardía, mi respiración era pesada, exhalaba todo el tiempo para tratar de controlar los nervios, el contacto con su piel me hacía estremecer de gran manera, lo duro de su pecho y sus latidos errantes de su corazón eran fuertes. No me estaba ayudando para nada para controlar este traicionero cuerpo que se muere que este hombre lo acaricie con todo lo que tiene, que me dé como pandareta de evangélico y me deje como Bambí: —Cora saca esos pensamientos lujuriosos y pecaminosos de tu cabecita, desde cuándo eres una pervertida y depravada?—, me dije a mi misma.
Mordía mis labios para no soltar un gemido involuntario y apretaba mis ojos porque no soportaba la vergüenza pero era inevitable que mi cuerpo temblaba de nervios y de exitación.
—Franco: Cora, tranquila estás templando —carraspea— tienes frío?—, preguntó con voz grave.
—Cora: Eh?, No. No es frío es que estoy muy nerviosa—, dije con voz temblorosa.
—Franco: Tranquila bella...—Calló—, hagamos silencio, allí vienen—, posó su mano en medio de mi espalda desnuda, y me estremecí aún más, tanto que me aferré más a su cuerpo cálido y hundí más mi cara en su pecho.
Y escuchamos las voces de esos asesinos.
^^^—Hablando en Italiano 🇮🇹—^^^
—Desconocido 1: Se lo juro señor que ellos no deben estar muy lejos, están desnudos y acá no hay parte en donde ocultarse—, dice con voz asustada.
—Desconocido 2: Más te vale hombre porque sino aparecen no solo tu cabeza rodará también de tu mujer e hijos, con el JEFE no se juega—, amenaza.
El hombre tosió y con una voz ahogada pide clemencia
—Desconocido 1: No por favor, se lo suplico no mate a mi familia, yo hice esto fue por ellos para darles una vida mejor—, dijo con más desespero.
—Desconocido 2: Entonces, ruega que aparezcan... Vamos sigan buscando—, gritó el hombre.
Pasaron los minutos y tal vez las horas, y nosotros aún ocultos debajo de ese tronco, ya no soportaba estar en esta posición, mis nervios y mi exitación era cada vez notoria.
—Franco: Calma Cora, vamos esperar un poco más para salir, debemos asegurarnos que no estén meriodiando aún o haya dejado vigilancia—, dijo calmado.
—Cora: Ok, está bien—, mi voz era más agitada, como este hombre puede estar tan calmado con esta situación.
Aclaró su garganta.
—Franco: Vamos salgamos—, me dijo al quitar su mano de mi espalda para poder salir.
—Dios mío!—, este hombre tenía una erección, sin querer rosé su miembro con mi pierna.
—Cora: Lo siento Franco, no fue mi intención—, dije avergonzada y salí pronto de allí, tratando de cubrirme con mis manos mis $3n0$ y mi venus.
Al salir Franco, me puse de espalda para no verlo. Y escuchamos unas pisadas y unos silbidos, unos bien conocidos.
—Massimo: Allí están —dijo casi audible y silbó—, Señor Franco y doc...—, fue interrumpido por Franco cuando el sexy castaño venía corriendo hacia nosotros.
—Franco: Detente Massimo, ni se te ocurra ver a mi mujer, no te permito que vea lo que es mío—, espetó con voz grave y molesto, a su vez cubrió mi desnudez con su escultural cuerpo posando sus dos manos en mi medio de mi espalda, por inercia hundí mi cara en su pecho.
—Qué dijo: Su mujer?, Suya?, suya, suyita?, Cora por favor...—, me recriminé.
—Massimo: Lo siento señor Franco, voy a voltearme para darle privacidad, no sabía que estaban desnudos—, noté su voz avergonzada.
Saqué mi cara del pecho de Franco y como pude miré encima de su hombro a Massimo, y en casos metros venía Manolo quien entendió la seña de Massimo que se volteara y que nos hablaran de espaldas.
—Manolo: Señor Franco vengo avisarle que se adelantó el viaje hacia una de las ciudades fronterizas con Milán. Ya aquí no es seguro, supimos que uno de los pobladores de un caserío cercano dio aviso a esa gente. Lo vimos con varios hombres peinando la zona. No deben en tardar pasar por aquí—, dijo el hombre con angustia.
—Cora: Viaje?, nos vamos, Franco?, pregunté asombrada.
—Franco: Si Cora, te iba decir que había planificado para irnos del pueblo tu sabes que no podemos quedarnos por más tiempo. Estamos arriesgando mucho, no solo muestras vidas sino de estas personas que nos han ayudado de gran manera—, me dice con calma.
—Cora: Tienes razón, es injusto—, sollocé y sentí culpa.
—Manolo: Señor Franco, las cartas que usted envío a Milán nunca llegaron a su destino, el camión del correo fue asaltado por eso no se tuvo noticias—.
—Cora: Cartas? , Cuáles Cartas?—, pregunté de nuevo.
—Franco: Para no usar teléfono o email preferí escribir unas cartas a mi guardia Luigi y a mi primo Paolo ya que la señal en las telecomunicaciones de aquí no es buena para que vinieran por nosotros pero ya vez está gente se adelantó—, dijo con seriedad.
—Massimo: Voy a un granja cerca de aquí, voy a pedir ropa para ustedes, y veré de qué forma puedo sacar sus cosas a que dona Nora, deben irse ya. Ya vuelvo—, se fue.
Aún Franco me tenía abrazada y estaba contando los segundos que Massimo llegara pronto con la muda de ropa. Llegó caminando de espalda para entregar la ropa a Franco. A mi me consiguió un vestido ceñido al cuerpo que me hacia resaltar mis curva, era eso o estar desnuda y a Franco unos jeans y un suéter que le quedó justo a la medida.
Massimo nos llevó a la granja, mientras que Manolo iba a buscar a la persona que nos iba a transportar a esa ciudad cerca de Milán. Lo que me dijo Franco que este viaje lo tenía planificado hace días. Llegó el camión que transportaba frutas, había una cabina oculta y allí nos escondimos iba ser muchas horas de viaje.
Gracias a Dios que Massimo pudo traer nuestras cosas, de hecho era mi morral con medicinas y mis documentos, nos dijo que esos hombres llegaron a casa de Dona Nora preguntando por la médico extranjera, y Clarissa les mintió, que estaba en un caserío atendiendo a unos pacientes junto con mi esposo.
No era la manera de irnos pero no podíamos poner sus vidas en peligro. Ahora la pregunta es de qué manera esos hombres se enteraron que estamos en este pueblo sí que Franco y yo nos comunicáramos con nuestros conocidos. Esto es raro. Aunque lo que argumenta Massimo no es del todo descabellado al correrse como pólvora la voz de una doctora extranjera casada con un apuesto hombre, no se ve todos los días y ayudar de manera desinteresada a muchas personas más, Franco ayudó a muchos lugareños con sus granjas reparando tractores y camiones, pues tengo entendido que él es dueño de unos viñedos y sabe de cultivos y siembras. Además de estudiar negocios, estudio ingeniería automotriz.
Nos despedimos de Massimo y Manolo, y también enviamos nuestras despedidas a dona Nora y a Clarissa. Espero algún volver y pagarles por lo que han hecho por nosotros.
Aún mi cuerpo y mi sangre hierve por la adrenalina que obtuve en el día de hoy, y aproveché a encarar a Franco, era el momento de despejar las dudas entre nosotros, quiero saber por qué Paolo nos quiere matar porque estoy segura que es él.
—Cora: Franco una vez más te doy las gracias por lo que hiciste por mí hace rato pero es hora de aclarar muchas cosas, cosas que no están del todo claras, te pido la oportunidad de contarte él por qué interrumpí tu boda—, me sinceré.
—Franco: Está bien, soy todo oídos—, fijó sus ojos en los míos cercando su cara a la mía y volví experimentar esa sensación de adrenalina en mi cuerpo.
