Los hijos de Ruso Gavril Volkova y sus travesías para encontrar y mantener un verdadero amor. Dylan hermano mayor, frío y calculador, Mylan mujeriego egocéntrico, Alana la traviesa tóxica y la pequeña Nina la princesa.
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Sr. Sexy
Dylan, Randy y Justin se disponían a salir de la industria. El castaño se despidió de su amigo y se marchó.
Justin ingresó a su auto y al mirar por el retrovisor para dar reversa se encontró con los ojos verdes de su tormento. El hombre suspiró y puso en marcha su vehículo "Te llevaré a casa Nana"
"Te invito a cenar, reservé..."
"Estoy cansado, deseo dormir..."
"Pero aún no cenas, entonces vamos a tu departamento y pedimos un domicilio ¿Te parece?" Preguntó Alana quitando su abrigo.
"¿Qué sucederá si me niego?" Preguntó Justin.
"Tengo preparada una serenata, ellos estarán dispuestos a tocar y cantar hasta el cansancio toda la noche" Dijo Alana divertida.
"Está bien vamos al departamento, pero cocinaré, sabes que amo lo casero" Dijo Justin.
"Puedo ayudar..."
"Nana, no sabes ni freír un huevo" Defendió Justin.
Lo que el hombre no sabía era que Alana estaba tomando un curso de cocina con su cuñada Sophia que era una experta y aunque todavía era principiante se podía defender "Puedo intentarlo, sé encender la estufa y calentar fideos" Sonrió.
Justin llevaba algunos meses divorciado, esa ruptura había sido fatal, el engaño de su pareja lo había dejado destrozado y lo peor era que Alana le recordaba a su ex. Cuando la conoció era así, intrépida, sin pelos en su lengua para decir las cosas y muy extrovertida. Aunque Alana la superaba, su ex nunca llenó su oficina de dulces, flores y globos hasta el punto de odiarlos. Tampoco tuvo ataques de ira donde su auto pagara las consecuencias, en definitiva Alana era su ex elevado al cubo.
Por otro lado, estaba su familia, Alana era adorada por todos y sus caprichos eran festejados y complacidos. No era la primera vez que la mujer se obsesionaba con hombres, la última vez sus hermanos tuvieron que interferir.
Justin tenía una buena relación con la familia Volkova había conocido a los hermanos en la universidad y eran buenos amigos ¿Valdría la pena acabarlo todo por Alana? Mylan era un sobre protector mucho más que Dylan y ni que decir de Gavril, su padre era el peor, no tenía cabeza para pelear por una mujer que a la final se aburriría dejándolo solo y sin amigos.
"Nana comeremos y luego te irás"
"¿No podemos ser amigos?"
"Somos amigos, Nana, pero haces cosas que..."
"Me gustas, quiero..."
"No quieres nada, soy tu juego y no caeré ¿Crees que tengo cabeza para pensar en una niñita caprichosa como tú? Nana búscate a otro. Tengo amistades valiosas con tus padres y hermanos y esta locura puede acabar con la bonita relación que tengo con ellos. Son mi familia, así los veo, tú eres mi familia" Dijo Justin con la mirada puesta en las calles.
"¿Familia? El día que aparezcas con una novia la mato, eres mío y aunque no te guste te perseguiré por el resto de tu vida ¿Crees que esto es solo de momento? Estoy enamorada de ti desde que estábamos en la universidad y si nunca me acerque fue por respetar tu relación con mis hermanos ¿y qué pasó? Por tonta tuve que ver como te enamorabas y casabas con otra. Ese montón de tipos a los que seduje fue para llamar tu atención..."
"¡Basta Alana! No estoy enamorado de ti, eres mi amiga, eres mi hermana, así te veo, no pasará algo más" Dijo Justin.
Alana suspiró "Te enamorarás, de eso me encargo yo, estarás tan impregnado de mí como lo estoy de ti, te lo juro y nos reiremos de esta conversación"
Justin no sabía si reír o llorar, el acaba de ser cruel y ella parecía no escuchar ¿Qué pasaría si ella se cansaba de perseguirlo? ¿La extrañaría?
"Llegamos ¿Cómo entras a mi auto?" Preguntó Justin mientras recogía su portafolios y su celular.
"Hice una copia de tu llave" Dijo la mujer riendo mientras recordaba.
Justin abrió la puerta trasera para que la chica bajará "¿Cómo? Explícate"
"Cargo con un jabón y en un descuido aprisione tus llaves contra el y luego fui hacer la copia, es fácil" Confesó la pelinegra.
"En tu otra vida debiste ser una delincuente, con razon sentia una fragancia flores en mis manos" Dijo el hombre ayudando a bajar a la mujer, ella tenía sus zapatos en la mano y su abrigo.
"Enfermarás ¿Sabes cuantos germenes permanecen en el suelo?"
"Ahora me daré una ducha"
"Si claro estas en tu casa, el día que tu padre y hermanos sepan que haces eso en mi departamento seré hombre muerto" Dijo Justin.
"Nadie tocará ni un cabello de eso me encargo yo" Dijo Alana y Justin sonrió para sus adentros, ella lo hacía ver débil y le importaba cinco.
La chica fue a la ducha dejó sus prendas íntimas en el, busco una camisa negra del hombre y con una toalla en la cabeza se dirigió a la cocina. La fragancia era sensacional, Alana torció la boca haciendo un lindo gesto y dijo "¿No me esperaste?"
El guapo hombre había quitado su saco y estaba más fresco con un suéter y un delantal que lo hacía ver increíblemente sexi. Cuando volteó a mirar a la linda Volkova sus ojos hacieron un recorrido desde sus pies hasta su rostro, era injusto que la camisa le quedara mejor a ella. Pensó.
"En estos momentos quisiera ser una integrante Phriston para leer tus pensamientos, espero que no te moleste que use tu camisa" Dijo la pelinegra girando en puntillas.
Justin tragó en seco, era de carne y hueso no de piedra y esa mujer sabia como provocarlo, el hombre volteó sin decir palabra y siguió revolviendo su salsa.
Después de unos minutos, al tomar compostura dijo "Tardaste una hora en la ducha, agradezco a Dios no esperarte"
Alana quitó la toalla de su cabeza dejando caer su semi húmedo cabello y observó detalladamente como el hombre servía la mesa "Sr. sexy, todo huele y se ve muy bien. Debo probarlo"
Justin quitó el delantero y se dispuso a cenar, sirvió vino mientras escuchaba a Alana que nunca callaba, siempre tenía algo que decir.
La mujer recibió una llamada, el la pantalla se reflejaba el nombre de
"Hola papi"
"Estoy cenando en casa de..."
Justin espernancó los ojos y negó con la cabeza.
"De una amiga, me quedaré a dormir con ella. Si papi, no te preocupes, los guardaespaldas están afuera, te amo papi" Colgó.
"No te quedarás a dormir aquí" Señaló Justin.
"Está bien Llamaré a mi padre y le diré que pase por mí __ Alana tomó su móvil __ ¿Está avenida es...?"
Justin arrebató el móvil y dijo "Dormirás en el sofá"
"Está bien, pero el que está en tu habitación" Dijo metiendo la pasta en su boca.
Al terminar Alana se ofreció a lavar la vajilla, nunca lo había hecho, pero por ese hombre sería empleada de servicio si lo pidiera. Justin fue a la ducha y la mujer aprovechó para llamar a su hermano.
"Hola Dyl"
"Hola princesa ¿Dónde estás?"
"En casa de Justin, habla con los hombres de mi padre y diles que no digan que estoy en su departamento" Suplicó Alana.
Dylan contuvo la respiración, sintió que Alana estaba buscando lo que no se le había perdido "Nana..."
"No me regañes, solo dormiremos, el me ve como una hermana" Dijo Alana molesta.
Dylan soltó todo el aire contenido, esto de ser cómplice tenía sus desventajas, para el, Alana seguía siendo su pequeña hermana, aunque sabía lo loquilla que podía llegar a ser, no quería que saliera lastimada "Está bien princesa, descansa"
"Te amo hermano __ Dylan respondió __ El sentimiento es mutuo"
Alana fue a la habitación y se acostó en la cama, esperando que el dios griego saliera, Justin por un momento olvidó que no estaba solo y quitó la toalla que rodeaba su cintura sin percatarse que los ojos verdes de Alana lo observaban.
"¡Wow! Quedaré llena con eso" Dijo Alana mordiendo su labio inferior.