Sobreviviendo Como La Villana

Rápidamente pasó una semana, quiero matar a ese Duque, en la semana no lo volví a ver, pero todas las noches termino soñando con el beso que me dio, y mi imaginación la cual es mucha, se deja llevar a muchas cosas sucias. Tengo que distraer mi mente con otra cosa y rápidamente, sino voy a morir de hemorragia nasal matutina.

Por su lado, la señorita Mariana me envió varias cartas, como tiene que manejar sus negocios es difícil poder vernos.

Por mi parte, estuve en mi habitación haciendo anotaciones y planeando mi vida, pero aburridísima ya que tenía que quedarme una semana encerrada. Eso no quito que una o dos noches me escape para buscar mi negocio de ensueños. Ya vi uno que está bien ubicado y nadie quiere hacer uso de él. Pedí a Sara que averigüe la razón, después de unos días me contó que las demás doncellas hablan que ese negocio estaba maldito, dicen que esta poseído por un fantasma y cada vez que tratan de colocar un nuevo negocio, este fracasa por inconvenientes en la mercadería o por accidentes inesperados.

En esta novela ¿había fantasmas? No recuerdo que existieran… mmm.. si la magia y las criaturas místicas como mi hermoso Lince. Pero fantasmas no recuerdo, sin embargo, estamos dentro de la trama de una novela de fantasía cualquier cosa puede pasar.

Después de esta semana encerrada por fin llegó el día, estuve practicando mis caras para dar lástima, veremos si hoy me consagro como una verdadera actriz. No voy a mentir estoy un poco nerviosa, hoy conoceré al emperador, espero que ese príncipe idiota no esté allí…

Comenzamos nuestro viaje al castillo donde fuimos convocados para declarar en el juicio contra el Conde y su hija. El encargado de llevarme a realizar mi actuación, digo declarar, era mi padre, si bien mi madre quería ir, hay un conflicto con que en un juicio del emperador estén miembros del gremio de magos. Ya que al ser independientes no responden al emperador, pero se deben respeto mutuo para vivir en paz.

Mi madre tiene un temperamento especial y cubre todas mis malas acciones, por ello esta chica encontró un final tan trágico. Si ella llegara a venir y viera que no me tratan de forma justa o alguien intenta difamarme, eso traería un conflicto entre dos potencias, mi madre quisiera destruir el castillo y todo lo que este dentro, y no me puedo dar el lujo de ser la causante de una guerra interna en un reino supuestamente pacífico, además no se bien dónde está la fidelidad del Duque, y tenerlo en contra de mis padres no traería nada bueno. Tengo que pensar esto con más detenimiento.

Llegamos al castillo y el cochero hace su aparición, abriéndonos la puerta y diciendo de forma cortes que ya estábamos en nuestro destino. Al bajar quedé impresionada, era enorme este lugar, si el ducado de mis padres me parecía demasiado, este lugar no tiene descripción, aquí puede vivir medio pueblo tranquilamente, cuanto desperdicio de lujos, los integrantes de la familia imperial no son muchos. Podemos encontrar al emperador, no hay emperatriz ya que murió de forma sospechosa sin tener descendencia, la que siempre quiso ocupar ese lugar pero el emperador no la dejó fue la madre de aquel príncipe inútil, lo que sí logró fue recibir el puesto de reina. Si bien el emperador tenía muchas concubinas ya que tenía que asegurar su descendencia solo había logrado engendras a 2 princesas, cada vez que nacía un varón, misteriosamente fallecía. Sin embargo, las princesas no eran tocadas ya que servían para formar tratados. Según la novela una de las princesas era pequeñas, de 10 años, todavía no sirven para venderla a otro reino o a alguien poderoso, mínimo tendría que tener 14 años. Pero la mayor es otro tema, por ahora logró que el emperador no la vendiera, ya que tiene 15 años, la edad que las señoritas solían casarse.

Cuando entramos al palacio, fuimos pasando primero por un hermoso jardín, cuando ingresamos al inmueble, todo era espectacular no podía cerrar la boca de lo asombrada que estaba, mi padre me codeo, pues íbamos caminando con los guardias y estos se reían por lo bajo de mis expresiones.

-Por aquí Duque y señorita, ya los presentaremos así pueden pasar a declarar.-

Vemos como un hombre que estaba en la puerta ingresa a la sala que estaba tras él y a los segundo vuelve, abre la puerta y dice.

-El Duque del ducado Plater, acompañado de su segunda hija la señorita Ludmila Plater.-

Ingresamos y no podía creer lo que veía, una sala llena de hombres en su mayoría a excepción de la reina, la señorita Julieta Baldron y yo. Luego eran todos hombres, la corte estaba compuesta por 15 personas de buen estatus y supuestamente sin manchas en su legajo, pero ya no creo eso después de haber hablado con Mariana.

Se visualizaban dos sillas en una tarima, imponiéndose ante la sala, allí estaban el emperador con su reina quien tenía la vista clavada en mí, el emperador parecería contar con mala salud, está muy pálido. Parado tras ellos estaba el príncipe siempre tan soberbio. Abajo había tres atriles al mismo nivel donde estaba la corte, en uno estaba el Conde y su hija, tan desalineados, se ven, hasta me da pena esa chica. El otro era ocupado por el Duque quien imponía una frialdad que aterraba a cualquiera que lo viera, sus ojos negros perecían aún más negros cuando miraba hacia donde estaba esa mujer en la tarima.

El tercer atril estaba vacío, allí nos teníamos que ubicar nosotros. Hicimos una reverencia y saludamos.

-Saludos a los soles de imperio, y al futuro sol del imperio, esperamos que tengan una larga y prospera vida.-

El emperador me mira, no parecía un corrupto muy astuto, más bien tenía la apariencia de alguien al borde de la muerte que no puede mantener los ojos abiertos.

-Dejen tantas reverencias por favor, sé que estuvo mal de salud señorita, ya el Duque Greyel me explicó todo, así que por favor ve a tu lugar.-

-Es usted muy amable, su majestad.-

-Comencemos con este juicio.-

Voy a mi lugar, no se permitía estar sentados en este tipo de eventos, pero había una silla en mi lugar, lo que me llamó la atención. Cuando escucho que su majestad se vuelve a dirigir a mí.

-Por favor señorita siéntese, sé que el veneno todavía corre por su sistema.-

Todos miraban asombrados la actitud del emperador y la reine dejaba ver un dejo de enojo e indignación a través de esos ojos café.

Proseguí a agradecer y sentarme, el demonio no giro a mirarme ni un segundo, solo veía la molestia en sus ojos cuando veía a la reina, qué estaba pasando…

Comenzó hablando el emperador

-Por favor señores de la corte pueden comenzar con las preguntas.-

Comenzó el Baron Wester

-Disculpe su majestad pero ¿por dónde empezamos?, porque si es por la actitud de la Señorita Plater, déjeme decir que sospecho que ella planeó todo, ya todos conocen los rumores de que la señorita es tan viciosa y codiciosa que no soportaba a la pobre señorita Baldron, y ya es la segunda vez que tiene un accidente en esa casa.-

El duque que no había movido la vista de la reino, echo una mirada asesina a ese idiota, y al séquito de hombres que lo apoyaban eran 5 contando al Barón. No podía quedarme callada con semejante acusación, así que entre todo el murmullo se escuchó mi carcajada. Lo que hizo que todos se callaran y me miraban.

-Veo señor que tomó su posición, pero me parece un poco descortés de su parte; primero, solo escuchar rumores, segundo no preguntar mi versión para tener un juicio equitativo y tercero y más importante que todo, no creo que sea tan importante el atentado de mi vida con las pruebas que hallaron cuando el Duque estaba buscando el responsable de tal alto atroz contra mi ser.-

Fui directa y concreta, si piensa que me van a echar culpas no sabe con quién se mete, no soy una niña que se queda callada. Además, mi actitud si bien fue directa mi cara dejaba ver un dejo de tristeza y más sentada parecía más desvalida.

Ahora habla el Conde Brow

-Mírela su majestad, usted lo ve con sus propio ojos, es una niña maleducada mire como se refiere al Baron Wester, sin respeto, además no sabemos de qué habla esta señorita, solo se nos informó que estábamos aquí para tratar el envenenamiento de la señortita Plater.-

El emperador se aclara la garganta y prosigue. Se ve que lo respetan todos, no tuvo que elevar la voz, ya que el silencio que se formo fue sepulcral.

-No veo la falta de respeto Conde, ya que el Barón la está acusando a la señorita, y esta solo respondió a la acusación. Además el Duque Greyel estuvo presente las dos veces que la señorita corrió peligro en esa casa, por suerte, ambas veces estaba él para actuar, sino esta sería otra historia. Adelante, Duque muéstrales lo que encontró.

Me quede pensando, entonces el muchacho que recuerda este cuerpo de la vez que murió fue este Duque, interesante….

Así pasamos el tiempo, escuchando como el Duque exponía todas las malversaciones del Conde, junto con la compra y venta de esclavos. Cuando casi todo estaba dicho, vuelve a entrar aquella persona que nos presentó y se acerca al emperador, le susurra algo , este le pide que lo haga que ingresar. Veo como se aleja y abre la puerta anunciando al mago imperial Robert Fox…. Hace su saludo y se para al lado del Duque.

Habla el emperador.

-Bien Mago, dígame ya terminó de analizar el contenido de la botella.-

-Si su majestad, el contenido coincide con la cuchara de plata que trajo como prueba la guardia del Duque Greyel. Es el mismo veneno, de no haber sido tratada inmediatamente por un mago especialista en pociones de un muy buen grado, como es el señor Lucero Velmonte, la señorita hubiera muerto de forma tan horrible, este tipo de veneno consume órgano por órgano y hace que la persona que lo bebió este en agonía durante meses. Recomiendo que la señorita Plater siga guardando reposo y no se la altere, y que por su lado la señorita Baldron sea tratada con todo el peso de la justicia.-

Si ya se, exageraron un poco con el veneno que usamos de cebo, pero ella ya trato de matarme, se lo merece…. Veo como la señorita Juliana, empieza a temblar y a gritar.

-Duque ¡sálveme por favor! Yo no tengo nada que ver.-

-¿ A no señorita? Mis guardias encontraron la botella con el veneno entre sus pertenencias y la doncella dijo que usted la obligó.-

-Eso no es así, alguien me inculpó.-

Pobre en sí, tenía razón… este demonio plantó toda la evidencia y el comandante convenció a la doncella que mintiera, esta veía los abusos de la casa en la que trabajaba y estaba al tanto de la compra y venta de esclavos. El comandante Julián prometió darle un buen puesto de trabajo si cooperaba de forma positiva. Como se puede doblar la balanza de la justicia, a tu favor, si tienes el poder, la corrupción se palpita en todo el reino, si bien no estaba al cien por ciento de acuerdo con esto, era la forma más sencilla de acabar con la verdadera corrupción y vengar mi anterior usuaria por una muerte tan cruel, lo desesperada que habrá estado cuando sentía que sus pulmones se llenaban de agua… pobre muchacha..