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La Flor Del Imperio Raíces De Obediencia

La Flor Del Imperio Raíces De Obediencia

Status: Terminada
Genre:Yaoi / Posesivo / Dominación / Amor-odio / Enfermizo / Completas
Popularitas:5.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Anonymous (S.D)

Lo llamaban la flor del imperio. Tan perfecto, tan puro, tan irremediablemente suyo.

No era libre. No lo había sido desde que sus ojos cruzaron con los del emperador. Él lo llamo "La Flor del Imperio" y desde entonces no volvió a caminar solo.

Rodeado de lujos, pero encadenado al deseo de un hombre que confundía amor con poder, belleza con pertenencia.

—Eres mío— susurró —. Mi flor. Mi único tesoro y nadie roba lo que es del Emperador.

NovelToon tiene autorización de Anonymous (S.D) para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La Gran Fiesta

Eirian

Ahora estaba siendo preparado para asistir a la fiesta. Las sirvientas trabajaban con precisión y silencio, como si esto fuera algo cotidiano. Me vistieron con un atuendo de seda ligera, de un tono marfil casi etéreo. El corte era sencillo, pero no por eso menos elegante. Me colocaron un fino collar de perlas, pendientes pequeños y una pulsera que tintineaba apenas con mis movimientos. Todo encajaba perfectamente. Todo menos yo.

Me sentía... distinto.

No solo la ropa.

Era como si, con cada nudo en el corsé, con cada hebra de cabello acomodada, me estuvieran despojando de algo que no sabía cómo recuperar. Mi reflejo me miraba desde el espejo dorado frente a mí, pero no me reconocía.

—Se ve hermoso, señor —dijo una de las sirvientas con una sonrisa amplia.

—Como una flor de invierno —agregó otra, mientras alisaba las mangas del vestido.

Pero yo... yo solo veía un payaso. Una burla. Una abominación.

Un hombre disfrazado de algo que no era.

Aparté la mirada del espejo. No podía seguir viéndolo. No podía soportar ver cómo mi identidad se disolvía con cada elogio falso, con cada tela cuidadosamente elegida por manos que no eran las mías.

El emperador quería moldearme. Convertirme en algo bello. En algo suyo.

Y yo no sabía cuánto más de mí podía perder antes de romperme por completo.

Tocaron la puerta con firmeza. No hubo pausa para que respondiera.

La hoja se abrió de inmediato, y dos guardias imperiales entraron. Sus armaduras relucían bajo la luz de los candelabros, y sus rostros eran tan inexpresivos como las máscaras de mármol que decoraban los pasillos.

—Estamos listos para escoltarlo al Gran Salón —anunció uno de ellos, sin titubeos, como si esto fuera lo más natural del mundo.

Yo no respondí. Me limité a ponerme de pie con lentitud, sintiendo cómo el vestido caía con suavidad sobre mis piernas, como una cadena de seda. Cada paso hacia la puerta pesaba más que el anterior. El zumbido de la música a lo lejos, los ecos de risas y copas, ya comenzaban a filtrarse por los pasillos como un presagio.

Los guardias se posicionaron a cada lado, como si temieran que huyera. O quizás sabían que lo intentaría, si pudiera.

Caminamos en silencio por los pasillos iluminados con faroles dorados. Las paredes estaban cubiertas con tapices de héroes y leyendas antiguas. Ninguno de ellos llevaba vestido.

Con cada paso, el suelo parecía más frío.

Me estaban llevando hacia la fiesta.

Pero yo... no era un invitado.

Era una exhibición.

Una flor marchita, disfrazada de belleza.

—¡Es un gran placer para mí presentarles a la flor del Imperio! —la voz del emperador retumbó desde el interior del Gran Salón, fuerte y clara—. Mi flor.

Las palabras se clavaron en mi pecho como un puñal lento. “Mi flor.” No una flor. No la flor. Suya.

Mi estómago se revolvió con furia. Quería correr, desaparecer, arrancarme aquel vestido como si pudiera borrar con ello el bochorno. Pero no podía.

Las puertas se abrieron de par en par.

Una ráfaga de luz, calor y perfume me golpearon al instante. Cientos de rostros se giraron hacia mí, cubiertos de máscaras elegantes o descubiertos con desdén contenido. Había un silencio absoluto, como si todos contuvieran la respiración al mismo tiempo.

Y entonces lo vi, de pie en lo alto de la escalinata central: el emperador. Vestido de negro y oro, irradiando poder. Sonreía como si acabara de ganar una guerra.

Mi cuerpo avanzó sin que yo se lo ordenara, guiado por los pasos de los guardias a mis lados. Cada tacón que golpeaba el suelo era un disparo que perforaba mi orgullo. Sentía todas las miradas posadas sobre mí: algunas curiosas, otras morbosas, la mayoría llenas de juicio.

Yo era el espectáculo.

Una marioneta con los hilos bien atados.

—Miren qué belleza —dijo el emperador cuando estuve a la mitad del salón—. ¿No es digno de un trono de cristal?

Algunas personas aplaudieron. Otras murmuraban entre sí. Yo solo quería desaparecer dentro de mí mismo.

Pero no lloré. No esta vez.

Sostuve la mirada al frente, con la espalda recta, aunque por dentro todo se estuviera derrumbando.

Dicho eso, el emperador descendió lentamente los escalones hasta llegar a mi lado. Su presencia se sentía como una sombra envolvente, cálida por fuera, pero helada por dentro.

—Estás hermoso, mi flor —murmuró, satisfecho, como si contemplara la culminación de su obra maestra. Su mirada recorría cada detalle de mi atuendo, cada joya que no había elegido, cada parte de mí que ya no sentía como propia.

Al fondo del salón, sobre una plataforma elevada, se alzaban dos tronos de oro: el suyo y el de una emperatriz inexistente.

Pero más abajo, justo al pie de aquellos símbolos de poder, había algo más.

Un trono de cristal.

Puro, reluciente... y frío.

Debajo de él, grabado en el suelo de mármol blanco, se extendía un círculo mágico que brillaba con símbolos arcanos. El resplandor azul palpitaba suavemente, como un corazón dormido esperando despertar.

—Fue preparado exclusivamente para mi bella flor —dijo el emperador, su sonrisa teñida de un orgullo que me heló la sangre.

No podía negarme. Todos esperaban. Las miradas me empujaban hacia adelante más que los guardias. Avancé con pasos lentos, temblorosos, y me senté.

En cuanto mi cuerpo tocó el trono, una oleada de energía invisible me envolvió. Un zumbido agudo me cruzó los oídos. Algo se activó.

Un muro transparente, brillante como el aire congelado, se alzó a mi alrededor. Apenas visible, pero absolutamente real. Extendí una mano, instintivamente. Me topé con una barrera invisible. No podía moverme. No podía levantarme.

Estaba encerrado. El trono me había reclamado.

Y mientras las copas chocaban, las risas volvían y la música llenaba el aire, yo permanecía allí, inmóvil, atrapado en ese trono que no elegí.

Una flor encerrada en el cristal.

Una jaula sin barrotes.

Me pregunté cuánto tardaría en marchitarme.

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La fantasma sin rostro
El final del protagonista no me gustó, pero siento que si es un final que el decidió ya que el en si mismo ya no poseia voz y esto es como revelarse ante el emperador
La fantasma sin rostro: Exacto como usted es el autor, sabe que no hay final más piadoso que la muerte a alguien que ya no tiene voluntad y lo a perdido todo
Anonymous: Exacto 👌.
total 2 replies
La fantasma sin rostro
🥰
Yendi Jaramillo Avila
Excelente
🌌Itza-san🏳️‍🌈💞🍙🍡☯️
Estoy llorando en este momento 😭
♓️Izabell🍀
yo también por favor 🙏.💔
Flor Romero
la novela no ha sido bonita es cruel y poco creíble, no hay quien resista tanto
Candelaria Melian Garcia
pues me encantaría una segunda parte y sobre todo si la reencarna ya que se merece ser feliz y que el niño ponga en su lugar al emperador gracias por la novela /Heart/
Mily \♥️/
Muy lindoo, aunque llore mientras lo leía, me dejó con una sensación pero aún espero que el hijo se vengeee, ese emperador merecee todo tipo de venganza 😭😡
Mily \♥️/
yo estoy de acuerdo!!! quieroo venganzaaaa 💔😡
Mily \♥️/
😭😭😭😭
Mily \♥️/
aaaaaa 😭😭💔
Guisela Yupanqui Ramirez
a mí igual ae que reencarne y se vengue
Julii ♥️
Si por favor
Julii ♥️
Estas bien demente ya mandenlo a dormir
Angelica Gil
porfabor aslo telo pido 😭
nairoby rodriguez
pues a mí me parece muy bien si haces la segunda temporada..
nairoby rodriguez: la espero con ansias
total 1 replies
Angelica Gil
😐😐 Nooo como que murió yo tenia la fe que ocuriria que rencarnara o que el árbol fuera mágico y lo tegresara a la vida y el pudiera alfin ser libre y feliz
🌌Itza-san🏳️‍🌈💞🍙🍡☯️: Totalmente de acuerdo, el maldito lo merece.
Mily \♥️/: yoo quiero que el hijo se vengeee😡😡 lo vengeeeee
total 3 replies
Julii ♥️
Bienvenido a tu jaula de oro
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