NO RENUNCIARÉ A NOSOTROS.

Luciana.

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Hoy es un día muy especial para mí, hoy cumplo 15 años y la hacienda está llena de vida y color, he esperado con tanto anhelo este día, mi corazón y mi mente bailan emocionados mientras recuerdo que en el claro del bosque, donde Alejandro me besó por primera vez, en dónde por fin me he convertido oficialmente en su novia. Recuerdo la forma en que me miró, con sus ojos azulados llenos de amor y nerviosismo. recuerdo la forma en que unió muestras manos y bailamos, y con su mirada dulce me dijo que quería pasar el resto de su vida conmigo.

No puedo evitar tocar mis labios mientras me miró al espejo, sé sintió tan bien nuestro primer beso... Fue como si el mundo se hubiera detenido. Solo estábamos nosotros dos, perdidos en el momento. Y después, me regaló una bella y delicada cadena con la mitad de un anillo. Me dijo que la otra mitad la guardaría él, como un símbolo de nuestro amor y nuestra promesa de estar juntos, que así como se unen esas mitades, así nos uniremos nosotros en el futuro.

Mi madre viene por mí y nos dirigimos al amplio salón en dónde es la gran celebración de mis quince primaveras, saludo a las amistades de mis padres, a mis compañeros de clases, a Leticia quien es mi mejor amiga, ella me abraza y besa mi mejilla con dulzura.

_ Estás hermosa, amiga, pareces una princesa de cuentos de hadas. _ me hace girar.

_ ¡Gracias! Tú no te quedas atrás, también estás muy chula.

La música suena en vivo, mis padres contrataron a una banda y aún grupo de mariachis que cantan muy lindo, todo se ve hermoso y divertido.

No dejo de pasear por todo el salón en compañía de mi madre.

 La hora del baile llega y abro la pista con mi padre quien me sonríe feliz.

_ Te me estás creciendo, vida mía. _ musita solo para los dos.

Soy hija única y siempre he tenido todo, comodidades, lujos, estudios, amor, mi madre aunque es más gruñona y seria siempre me demuestra su cariño, a su manera, pero lo hace, mi padre siempre ha sido el más sensible y consentidor.

Luego de bailar con papá, lo hago con algunos primos que viajaron desde el extranjero y luego con algunos compañeros de clases, me encantaría bailar con Alejandro, pero sé que mi madre no estaría de acuerdo y prefiero no hacerlo pasar un mal rato por un regaño de mi madre.

_ Hija, concédele una pieza de baile a Marcos. _ me pide mi madre y en su mirada puedo ver qué no aceptará un no, como respuesta.

_ Está bien, madre. _ ella sonríe satisfecha y se aleja dejándonos solos.

Marcos Torres es hijo de un hacendado de la región, quien es socio y amigo de mis padres. La nueva canción comienza y Marcos me toma de la cintura para acercarme a él y comenzar a bailar, no puedo evitar sentir incomodidad, deseo que con todas mis fuerzas que la canción termine pronto.

_ Felicidades por tu cumpleaños, Luciana y déjame decirte que estás deslumbrante. _ dice a mi oído. _ deseo que te guste el regalo que te traje

_ Gracias. _ es lo único que logró decir.

_ Me gustaría invitarte a salir una tarde de estas, podría hablar con tus padres para que nos den el permiso. _ quiero gritarle que no me interesa salir con él, pero suspiro, debo ser educada.

_ No creo que me den permiso, a mis padres no les agrada que salga sin ellos. _ miento, muchas veces me han dejado ir al pueblo en compañía de Leticia y Sergio, ellos me ayudan a verme con Alejandro.

_ Haré el intento. _ dice seguro.

La canción acaba, agradezco al cielo y me alejo de la pista inmediatamente con ganas de ir en busca de mi novio, pero debo esperar un poco más.

 Mientras disfruto de la fiesta, siento la cadena en mi cuello y sigo recordando ese momento mágico. Me siento como si estuviera flotando en una nube de felicidad. Alejandro está aquí, sonriendo y cantando desde la distancia con mis amigos, Leticia y Sergio, ellos son nuestros mejores amigos, mi novio me sonríe y siento como mi corazón brinca de alegría y yo sé que él es el único que puede hacerme sentir así, única y especial.

El salón está lleno de mesas con manteles de colores vivos y flores frescas. El aroma de la comida mexicana llena el aire, haciendo que los invitados deseen probar cada cosa, las empleadas se encargaron de preparar cada uno de los platillos, en especial Matilde, a mi me encanta su sazón, ella hace magia con cada ingrediente..

En el centro de cada mesa, hay una fuente de tacos de diferentes clases, con tortillas frescas, carne asada, cebolla, cilantro y limón. Junto a ellos, hay platillos de enchiladas rojas, chiles rellenos y sopes de chorizo, de todo un poco.

En un lado del salón, hay una mesa dedicada a los postres, con una variedad de dulces mexicanos como flan, tres leches, churros y buñuelos. Y, por supuesto, no podía faltar mi hermoso pastel de cumpleaños, un hermoso pastel de vainilla de cinco pisos, se ve delicioso y muero por probarlo.

Los invitados comen y disfrutan de la deliciosa comida y la compañía de los demás. El ambiente está lleno de risas y conversaciones, y yo me sentía como la reina del noche, aunque quiero tener a mi amor un poco más cerca.

En un momento de la noche la fiesta se volvió más intensa, todos se divertían bailando, mis padres conversaban con otros hacendados de la región y aproveché el descuido para tomar la mano de Alejandro y llevarlo a un lugar un poco más apartado, deseaba volver a sentirlo cerca y besar sus labios, he esperado tanto tiempo por sus besos.

_ Cubramnos. _ le pido a nuestros amigos y ellos asienten sonriendo.

Entre risas llegamos hasta uno de los jardines en donde se encuentra una gran fuente, la luna brilla en el cielo con intensidad, la observamos por un par de minutos y luego nos concentramos en nuestros ojos.

_ Estás muy hermosa. _ le sonrió nerviosa.

_ Bésame. _ le pido muy cerca de su rostro.

Él mira a ambos lados, lo noto muy nervioso yo también lo estoy, pero él accede a mi petición, une nuestros labios en un beso dulce y delicado, juro que puedo escuchar el latido acelerado de nuestros corazones.

_ ¡Gracias! _ dice emocionado y me abraza.

_ ¿Por qué? _ pregunto cuando me separó de su pecho.

_ ¿Por todo, Luciana, por existir, por aceptar ser mi novia, por permitirme besarte, por este momento. _ besa mi frente con dulzura como siempre.

_ Gracias. _ le devuelvo cuando toca la mitad del anillo que me regaló. _ Tus besos y está cadena, son el mejor regalo que he recibido hoy. _ soy sincera.

Nos abrazamos fuerte antes de despedirnos para volver nuevamente a la fiesta...