Catalina Miranda es una joven deslumbrante que persigue con fervor sus sueños, a pesar de las adversidades que la rodean. Su familia no cuenta con grandes recursos económicos ni ocupa un alto estrato social, pero cada día luchan con valentía para salir adelante. Para Catalina, su madre y su hermana menor son el centro de su mundo; sueña con conseguir un buen trabajo que les brinde la vida digna que merecen, convirtiéndolas en verdaderas reinas.
Catalina es una soñadora incansable, siempre dispuesta a extender su mano a quienes la rodean. Sin embargo, su vida da un giro inesperado en una oscura noche. Al escuchar murmullos inquietantes provenientes de las afueras de su hogar, se siente atraída por la multitud de vecinos congregados. Con el corazón en un puño y temiendo lo peor, se acerca lentamente, solo para encontrarse con una escena desgarradora que cambiará su vida para siempre.
NovelToon tiene autorización de Crisbella para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo III El peligro acecha
Punto de vista de Gabriel
Soy Gabriel Lombardo, tengo 30 años, exitoso, millonario dueño de una de las empresas más importantes del país, pero eso es solo una fachada, pues el verdadero negocio familiar es otro.
Mi padre Federico Lombardo es el jefe de la mafia Costa Negra y yo soy su mano derecha, hemos luchado mucho por el estatus con el cual contamos.
Hace aproximadamente dos meses llegué a uno de los hoteles de la familia, estaba ahí por cuestiones de negocios. Siempre estuve acostumbrado a que las mujeres me persiguieron, era algo normal para mí, ese día tenía una cita después de la reunión con algunos inversionistas con una hermosa rubia deslumbrante.
Al terminar la reunión me dirigía a una de las habitaciones VIP del hotel, al llegar pedí servicio al cuarto, mientras esperaba empece a leer algunos de los mensajes en mi teléfono, la mayoría de mi padre, estaba molesto, ya que lo deje embarcado, teníamos que hablar sobre él otro negocio familiar, pero yo quería distraerme un rato. Escuche que llamaban a la puerta, en este lugar no tenía necesidad de tanta seguridad, pues mientras yo permaneciera en el hotel la seguridad se duplicaría.
"Adelante",dije despreocupado.
Al abrirse la puerta vi entrar a una hermosa joven de cabellos ondulados recogido en una cola desordenada. "Buenas noches, señor. Aquí le dejo su pedido", su voz era como una invitación a tomarla en ese preciso momento; sin embargo, ella me miró con indiferencia para luego salir de la habitación, era la primera mujer que no se lanzaba encima de mí. La muchacha llamo mi atención, así que envie a investigar todo de ella, habia puesto la mirada en ella y no descansaría hasta hacerla mía, luego bueno cada quien su camino.
Así fueron pasando los días y mi obsesión por ella iba en aumento. Conocía cada uno de sus pasos: donde vivía, donde trabajaba, quienes eran sus amigos. Ya tenía planeado la manera en la que me encontraría con ella, tenía que ser algo impactante que dejara una huella en ella y que nunca se olvidara de mí.
El día y la hora habían sido escogidos, pero en un abrir y cerrar de ojos todo cambio, como siempre mi gente la seguía de vuelta a su casa, al llegar a su destino se pusieron en contacto conmigo, lo que había ocurrido era algo terrible la familia de la chica había sido torturada hasta la muerte, pedí que no la dejara sola ni un momento, mientras tanto yo me preparaba para ir hasta ese barrio de mala muerte.
"¿Dónde está ella?", pregunté a penas llegue al lugar.
"Está dentro de la casa, nadie pudo detenerla", respondió Natanael uno de los hombres que seguía y Catalina y mi mano derecha.
Estaba por responder cuando veo salir de la casa a un hombre con ella en brazos, la subieron a una ambulancia. "Síganlos", ordene con voz fría.
En el camino la ambulancia fue detenida por un auto negro, nunca antes había visto a los hombres que de este bajaron, fueron directamente a la parte trasera, al parecer su objetivo era el mismo que el mío y no lo iba a permitir.
Así que nos enfrentamos a esos rufianes, no pudimos ver quienes eran, ya que llevaban pasamontañas, los hicimos huir como los cobardes que eran, fui hasta la parte trasera de la ambulancia saqueue en brazos a Catalina, era extraño que no hubiera despertado aun, algo no andaba bien.
La llevé hasta mi fortaleza, un lugar donde estaríamos seguros, al llegar la hice revisar por un doctor, y en efecto ella había sido sedada, ¿quién querría lastimar a tan inocente joven?, con muchas otras preguntas en mi cabeza le pedí a Esmeralda una muchacha empleada de mi casa quien tendría aproximadamente la misma edad de Catalina que estuviera pendiente. También le pedí a Carlos que la mantuviera vigilada y que cuando despertará me avisara, él seria quien resguardara la puerta de la habitación de Catalina.
Estuvo inconsciente por varias horas hasta que finalmente me informaron que ella había despertado, Esmeralda se encargó de ayudarla, pero cometió el error de querer entablar amistad con mi huésped, eso era una falta de respeto hacia nosotros, ya que ella no era más que una simple empleada en mi casa y Catalina era mi futura mujer, nadie podía osar querer ponerse a su nivel.
Después de ser reprendido, la envié nuevamente a la habitación de Catalina, pedí que le llevaran alimentos y ropa limpia, ansiaba poder hablar con ella y que se sometiera a mi voluntad, imaginaba su cuerpo entre mis brazos y finalmente poseer ese delicado cuerpo que ella tenía.
Espere impactante por un largo tiempo hasta que Esmeralda entro a mi estudio. "La señorita esta lista", dijo con timidez. A decir verdad siempre me gusto que las mujeres fueran sumisas e hicieran lo que yo pedía.
"Dile que pase", respondí con frialdad.
Esmeralda salió de mi estudio y segundos después entro Catalina, ella no mostró miedo hacia mí en ningún momento, su mirada era retadora, con una intensidad que demostraba su valor.
"Pasa y toma asiento", le dije con determinación.
Ella se quedó mirándome fijamente, daría toda mi fortuna por saber que estaba pensando; si embargo, estaba acostumbrado a que me obedecieran sin dudar.
"No repito órdenes", dije con frialdad. Que se creía esa mocosa insolente, debía enseñarle a obedecer mis órdenes sin chistar.
Vi que caminaba hacia mí mirándome de manera retadora, me estaba haciendo perder la paciencia. Sin darle mucho rodeo a la situación le hice una propuesta, era muy tentadora, ella tendría todo lo que quisiera, hasta vengarse de las personas que le quitaron la vida a su familia a cambio de que fuera mi mujer, lo que nunca imagine fuera que me rechazara, fue un golpe a mi ego y no conforme con rechazarme también se fue de ni casa.
Estaba furioso por su osadía, pero tampoco podía dejarla desprotegida, así que envíe algunos hombres a cuidar de ella.
Era tarde en la noche cuando me informaron que estaba yendo hasta su casa, sabia que estaba corriendo peligro así que fui hasta ese lugar tan peligroso y espere a que llegara, pero a unas calles de su casa fue emboscada por unos sujetos, gracias al cielo mis hombres fueron mucho más ágiles y lograron rescatarla a tiempo.