Princesa Asesina

Antes de que tan solo siquiera pudiera ver hacia el frente donde proviene la voz encantadora una de las figuras envuelta en nobleza avanzó.

– ¡Su alteza! “Por favor disculpe que nuestra conversación haya sido interrumpida, esta mujer es el rehén traído del imperio Kalisto por mi tercer hermano príncipe” – la voz masculina resonó de forma respetuosa.

Esa voz aguda tan fria como el hielo proveniente del joven vestido de manera lujosa es el segundo príncipe del imperio sagrado.

Su rostro reflejado ante la luz es verdaderamente hermoso, sus cejas finas delineadas con tinta fina parecían ser tan únicas, su mandíbula casi perfecta resaltaba  su belleza casi indescriptible al igual que sus ojos como la miel que te atrapaban en una trampa seductora.

Observando la belleza resplandeciente del joven frío, los ojos hermosos de Alia parpadearon varias veces.

– “Este es el segundo príncipe del imperio sagrado rumoreado, es uno de los grandes genios aunque muy por detrás de sus dos hermanos” – pensando en esto, Alia recordó lo fuerte que es ese malvado tercer príncipe por alguno razón siente que el príncipe heredero debe ser mucho más aterrador.

Juntando ambas manos Alia lo decidió, si se encuentra con el príncipe heredero debe alejarse rotundamente de un  hombre que puede ser mucho peor que el tercer príncipe pues ya había escuchado los rumores de que el príncipe heredero es extremadamente cruel y mata sin piedad tanto a hombres como mujeres.

Lo único que no sabe es que si este segundo príncipe sea tan malvado como esos otros dos hermanos.

Pensando en esto Alia se mantuvo alertar mirando con ojos determinados al joven guapo de modales tan nobles.

La mente hecha un lío de Alia no notó en lo absoluto que las miradas de los presentes se posaron sobre ella.

El segundo príncipe quien había mostrado sus disculpas miró a la joven quien se encuentra encadenada.

– ¡esta es la princesa del imperio Kalisto! – lo pensó el segundo príncipe su expresión que antes estaba llena de desdén ahora se volvió sorprendida.

La persona al lado del segundo príncipe es la emperatriz del imperio sagrado quien al no escuchar más a su hijo hablar frunció el ceño sintiendo que algo no estaba para nada bien.

Siguiendo la mirada de su hijo vislumbrando la hermosa figura albaricoque de la dulce niña

– ¡esta es! – sorprendida la emperatriz sagrada no sabía cómo pronunciar alguna palabra solo dirigió seriamente su mirada a la joven quien parecía estar un estado lamentable.

A pesar de su estado verdaderamente lamentable no podía opacar la belleza incomparable que portaba incluso en sus huesos de mariposa podían emanar.

Nunca pudo creer que existiera una niña tan hermosa de pies a cabeza.

¡Es como una diosa!

La mente hecha un lío de la emperatriz sagrada volvió a la normalidad, nunca pensó que quedaría fascinada por la belleza de una joven pequeña que apenas comienza a florecer, esto le parecía muy vergonzoso.

Volviendo a su lado noble la emperatriz sagrada recordó que estaba enfrente de una presencia muy noble e inigualable no podía permitirse ofenderla.

¿Quién podría ser la persona en la que piensa la emperatriz sagrada?

Soltando un leve tosido, la emperatriz sagrada volvió a mirar hacia el frente haciendo una reverencia.

– ¡Su alteza perdona nuestra falta de respeto ante usted! “ Como ha dicho mi hijo esta mujer es el rehén traído por el tercer príncipe, este rehén es la princesa del imperio Kalisto” – habló suavemente tratando de persuadir.

El segundo príncipe al escuchar las palabras de su madre despertó de su trance, apartando la mirada también hizo una reverencia.

Sus pensamientos caóticos del segundo príncipe eran como una maldición ni él mismo podía creer que quedó hipnotizado por la chica inútil más conocida del mundo ¿eso no lo convierte en ciego?

Molesto por la situación el segundo príncipe apretó los dientes con fuerza y moviendo su mano sostuvo las cadenas de Alia.

– ¡Arrodíllate antes su alteza! – rugió ferozmente mientras lanzaba a Alia.

Soportando el dolor de las cadenas Alia cayó con debilidad hacia el suelo.

Los presente escucharon el sonido de retumbar del cuerpo de Alia al caer pero ninguno mostró piedad o lástima les daba igual si vivía o muriera.

Usando sus manos Alia logró no caer por completo solo su trasero se golpeó contra el suelo.

– ¡duele! ¡Maldita familia imperial, son iguales que esos dos monstruos! – lo pensó Alia deseando poder tener poder para abofetear a la emperatriz sagrada y al segundo príncipe.

Maldiciendo a ambos tocó su trasero sobándose para hacer pasar el dolor.

La emperatriz sagrada junto con el tercer príncipe quedaron en shock no podían creer que una princesa pudiera tener tal educación esto era como una sopresa para ellos bueno no solo para ellos si no que también para los que están presentes.

Sin vergüenza a lo que otros digan Alia soltó un leve quejido, no podía aceptar tal crueldad.

– ¡esta es la princesa Kalisto! – la misma voz dulce encantandora resonó esta vez con un tono de desdén.

El segundo príncipe mirando hacia el frente sonrió suavemente – ¡su alteza por favor no se enoje! “Esta princesa bueno antes princesa es un rehén si la ha hecho enojar puede desquitarse después de todo debe sentirse disgustada al conocer a la persona que nació el mismo día que la genio incomparable”

“Genio incomparable”

Estas palabras le hicieron recordar a Alia que solo hay una chica que nació el mismo día que ella esa es ¡La princesa Sofía del imperio rojo!

El imperio rojo es uno de los diez imperios más poderosos controlan el fuego sus descendientes que obtienen este elemento siempre son mujeres esas mujeres son las que son elegibles para convertirse en gobernantes del imperio rojo mientras que los hombre sufren ante su poder.

Levantando la mirada Alia miró a la figura frente a sus ojos.

No estaba asustada por las represalias de la mujer que le había dicho que es la sirvienta de la princesa Sofía.

Nunca tuvo miedo pues pose el jade antiguo capaz de luchar con un nivel 30 bueno mientras lo cultive a su nivel máximo.

Mirando con atención a la rumoreada princesa genio Alia sintió una oleada de ira en su corazón.

– ¡Es ella! Es esa misma niña que le cortó los ojos cuando tenía diez años – apretando los puños Alia no podía creer que sea esa misma niña.

Esa niña quien conoció cuando fue transportada por talismán de su maestro a otro reino pasó varios tormentos quería creer que no era ella pero no la recordó por su rostro si no por que lleva sus ojos en sus cuencas de los ojos.