Emma Walker es una joven entrenadora de artes marciales pero una serie de eventos le harán decir adiós a su tranquila vida para llevarla a otro tiempo en el que parece que entre guerras y conflictos todo acabará, pero entonces conoce al que cree será el amor de su vida y nuevamente el destino se encarga de recordarle que la felicidad no es tan fácil de alcanzar.
NovelToon tiene autorización de Lucia P. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Reencuentro
Después de algunos días por fin Meredith se había acostumbrado a la nueva vida con la única diferencia que en este mundo no podía entrenar como lo hacía antes para distraerse de su aburrida vida pues esto se vería mal en una joven de alta cuna y es que en aquel imperio era tan importante la reputación que incluso el tener concubinas era señalado aunque, eso no evitaba el hecho de que los hombres así como a veces no les importaba también lo hacían cuidándose de que otros descubrieran sus actos; por fin había decidido, y es que ella estuvo pensando en pedirle permiso a su padre de entrenar, ya que eso no era bien visto en la alta sociedad lo estuvo pensando durante todo el tiempo que llevaba en ese mundo…. Por fin había tomado la decisión y en ese momento se dirigía al despacho del duque, su padre.
Al llegar informo a los caballeros en guardia y uno de ellos ingreso para dar aviso al duque de su llegada, pronto este volvió y con seriedad le informo que tenía el permiso para entrar.
Buenos días, duque -Al saludar hizo una leve reverencia y tal como en su primer encuentro este indico el asiento frente al escritorio con un gesto.
Quisiera saber el motivo de tu presencia -Con firmeza pregunto casi parecía que la castigaría nuevamente tan solo por ir a verlo y es que decías después de despertar en aquel mundo no tan desconocido le empezaron a llegar recuerdos de la vida de Meredith antes de su llegada.
Resulta que los leves castigos aplicados a ella eran dejarla un mes o más tan solo con pan y agua sin la visita de nadie y por eso fue que al despertar no tuvo fuerzas suficientes para ponerse de pie.
Hoy estoy aquí para hacerle una petición, duque -Expreso Meredith con voz suave y tierna que la caracterizaba como si siempre fuera la chica más feliz del mundo.
¿Cuál es tu petición?, si está en mis manos decidiré si es apropiado cumplirla.
Deseo entrenar mi magia, aún no sé cuál me pertenece pero quiero averiguarlo. -Aunque parecía tan serena, por dentro Meredith estaba temblando pues ahora que han vuelto algunos recuerdos, inconscientemente sentía miedo hacia ese hombre que se hacía llamar padre y se había dado cuenta de que aquella soledad y tristeza en su vida anterior está vida podría ser peor y aún no estaba segura de si podría soportarlo.
¡Sabes que no está permitido! Una chica como tú no podría soportar los entrenamientos -Afirmo con furia, tanto que una vena sobresalía de su frente y parecía que sus ojos brotaban chispas.
¡Duque! Yo solo quiero saber defenderme, nadie por fuera del ducado debe saber que lo hago -Dijo Meredith y aunque por dentro temblaba de miedo, por fuera denotaba una seguridad sorprendente al hablar.
Si es lo que deseas y no molestas más con cosas insignificantes como esta, buscaré un maestro adecuado. -Este parecía cansado y tan pronto como termino de hablar Meredith se levantó, hizo reverencia nuevamente y salió tan rápido como pudo.
Meredith aunque parecía acostumbrada y segura de si misma, su mente nuevamente la atormentaba con aquellos pensamientos que en su antigua vida la hicieron casi adicta a los antidepresivos, con la diferencia de que acá no existían y ahora que conocía un poco mejor; después de preguntar supo de una planta llamada "origan" que era relajante E incluso la usaban los emperadores según las sirvientas.... Tan pronto probó un te de aquella planta quedó fascinada pues pronto aquellos pensamientos intrusivos se habían ido dejando paso a los buenos recuerdos de su anterior vida, aún tenía dudas sobre si hizo lo correcto respecto a acabar con su vida pues ya había notado que en ese lugar la querían muy poco excepto aquella sirvienta que sobrevivió junto a ella en el accidente donde murió su madre.
Sumida en sus pensamientos había llegado al jardín de aquel castillo, era verdaderamente hermoso y le encantaba pasar tiempo ahí pues las flores y el aire fresco tranquilizaba su mente y corazón; antes de que se diera cuenta estaba frente a un joven alto y co cabello largo y rojo como el fuego; por la sorpresa no tuvo tiempo para regresar por donde había llegado y el joven se dio la vuelta, sin duda era apuesto.
Perdone, ya me iba -Dijo Meredith mientras se daba la vuelta y es que para ella el sería como todos aquellos que aún siendo hija de un duque la despreciaban igual que a una sirvienta tan solo por los actos de su madre fallecida y aunque ella no era perfecta, Meredith no debería pagar por sus pecados .
Tranquila, el jardín es grande y puede disfrutar al igual que yo -Tenía una sonrisa encantadora pero a la vez llena de sarcasmo pues tenía razón, el jardín era grande.
Meredith Maxwell -Se presento con una elegante reverencia invitando al joven a hacer lo mismo.
Liam Lancaster, Lady Meredith -Se inclinó un poco y seguido a esto tomo su mano para dejar un suave beso.
Tan pronto se presentaron ella espero que esté la ignorara pues es bien sabido por parte de las sirvientas que el príncipe era algo extraño para los hombres pues no había tenido aún intenciones de comprometerse siendo que ya tenía 19 años y para esa edad los hombres ya tenían concubinas e incluso hijos, según lo que especulaban en la alta sociedad; se decía incluso que este tenía alguna maldición porque las jóvenes tampoco se acercaban a el. Algún tiempo después en completo silencio el príncipe invito a Meredith a dar un paseo, pronto se alejaron tanto de el castillo y llegaron a la orilla de un río entre charlas y risas pues tenían mucho en común ya que les gustaba la lectura y ambos amaban pintar y tocar el piano. Tan pronto como notaron lo lejos que estaban decidieron volver pero no esperaban lo que les sucedería camino al castillo....
A mitad de camino escucharon extraños ruidos alrededor y entonces se dieron cuenta que estaban en peligro pues aparecieron hombres con el rostro cubierto y espadas en sus manos, Meredith casi temblaba de miedo y es que aún cuando tuvo el valor de poner fin a su vida hacia poco, no imaginaba que habría problemas tan pronto. Los hombres armados los rodearon e intentaron tomarla como rehen y aunque este cuerpo era un poco débil ella era maestra de artes marciales y supuso que eso la ayudaría al menos a que no la tomarán y le hicieran daño.
El príncipe saco su espada y comenzó a luchar y aunque eran aproximadamente 10 hombres el pudo matarlos a todos y bueno, Meredith solo trataba de que no la atraparon pues era débil y cuando intento tomar una espada se dio cuenta que era demasiado pesada para ella y se resigno a tan solo intentar golpearlos mientras evitaba que la hirieran a ella ya que el príncipe se defendía muy bien, pronto regresaron al castillo y dieron aviso para que recogieran los cuerpos y el príncipe pronto se fue pensando en lo hermosa que era la chica aún con esa mirada que por alguna razón le parecía triste. Meredith al llegar cambio su vestido y se recostó pues aún podía ver a los hombres muertos a su alrededor y al príncipe Liam con su espada ensangrentada y es que esto la atormentaba un poco porque nunca en su vida había visto a alguien muerto tan de cerca.
Que los haga sufrir mucho 😤😤😤