Lian se enfrenta a la realidad en la que despierta como un anómalo, y deberá enfrentarse a las dificultades que su mundo le preparará; un mundo en el que la iglesia y la sociedad consideran a los anómalos como personas malditas, mientras el gobierno los ve como una amenaza.
¿Cómo superará Lian todos los desafíos por venir?
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Capítulo 3: Departamento de Control de Anómalos
"John, el fin de los tiempos se acerca"
"Rick... por favor, ¿Cómo puedes decir eso?"
"¿No lo ves? Como más personas malditas aparecen por todo el mundo. Eso esta en El libro sagrado."
"Se que esta escrito en El libro sagrado, pero no creo que porque unos cuantos casos más de anómalos aparezcan, vaya a ocurrir el fin del mundo."
"Tú no me creerás, pero para aquellos que nos escuchan, recuerden esto... "
Y de un momento a otro una chica se puso delante de mí.
—Tenemos trabajo que hacer.— dijo la chica mientras apagaba la radio.
—¡Emily!, estaba escuchando la conversación que tenían esos dos.
—Lo siento, pero hay trabajo, Leo.
Simplemente la mire con decepción en mi rostro.
Y con un suspiro me levanté de la silla.—Bien, vamos a trabajar.
—Primero vístete adecuadamente.
—¿Qué tiene de malo como estoy vestido?
—Así no debe vestirse un agente de la DCA.
—Está bien, voy a cambiarme.
—Te espero afuera.
—Espera, ¿Cómo sabías dónde vivía?
—Me dijo Carolina.
—Esa tipa.— murmuré para mí.
Entonces, me dirigí al armario para poder poner ropa más adecuada. Una vez estando ahí, decidí llevarme un traje de tres piezas azul oscuro, solo no me pondría la corbata, y por encima del traje, me pondré una gabardina de color negro, mientras mi cabeza sería cubierta por un sombrero estiló sedora, por otro lado, el calzado serían unos zapatos de color negro bien lustrados.
—Bien, casi listo.— dije mientras me veía en el espejo.
Entonces, solo tenía que sacar la identificación y el arma de uno de los cajones de la mesita de noche.
—Ahora si estoy listo para ir a trabajar.
Después de vestirme y recoger mis cosas, me dirigí a la puerta de mi departamento para salir al pasillo, donde me esperaba Emily.
—¿Lista?
—¡Ja!, siempre lo estoy.
—Por cierto, ¿No te vistes de otra manera?
—¿Qué tiene mí vestimenta?— dijo con seriedad.
—No es eso. Simplemente es que no te veo vestida de ninguna otra forma.— dije mientras observaba lo que llevaba puesto.
Y hoy llevaba el mismo estiló de siempre; siendo una camisa blanca de mangas largas de botones, una falda negra que le llegaba a las rodillas, una gabardina de color gris; llevando unas medias que cubrían el resto de las piernas que la falda no pudo y, por último, unos zapatos de tacón bajo de color negro.
—Eso lo dices porque solo nos vemos durante el trabajo.— exclamó mientras comenzaba a caminar
—Si tú lo dices.— murmuré para mí.
Y aunque lo haya dicho en voz baja, ella giro su cabeza y me miró de una forma no muy amigable.
(Suspira)
—Dejemos esta conversación hasta aquí.
—Sí.— dije mientras trataba de contener mi risa.
«Realmente era muy fácil hacerla enojar»
Y después de haber hecho todo el trayecto desde mi departamento al elevador en completo silencio, por fin se escucharon palabras entre nosotros dos.
—¿Planta baja o estacionamiento?
—Planta baja. Después de todo traje mi coche.
—Bien, hoy serás la que conduce entonces.— exclamé mientras le daba al botón del elevador.
—Y... ¿Cuál es la misión de hoy?
—Un edificio en llamas en los suburbios bajos del distrito 11. Varios vecinos afirman que el incendio se produjo por culpa de un anómalo.
¡Tin!
—Parece que será otro trabajo complicado.
—siempre son complicados.— replicó Emily.
Tras bajar del elevador cruzamos la recepción para poder llegar a la puerta que da a la calle.
—¿Dónde esta tu coche?.
—Es ese rojo.
Y posando mi visión en la misma dirección a la que miraba ella, ví un coche deportivo recién nuevo.
—¿Cómo pudiste comprar ese coche?
—Ahorrando parte de mi sueldo, y no gastándolo para vivir en departamentos tan costosos.— dijo mientras observaba el edificio donde vivía.
—¡Ey!, ¿Es tú venganza por lo de la vestimenta?.
—No lo sé.— exclamó con una muy visible risa en su rostro.
—Bien, no importa, vámonos ya.
Entonces, nos subimos al coche y nos dirigimos al lugar del incendio.
Y después de veinte minutos llegamos a nuestro destino. Siendo un barrio de bajos recursos, muy visible en las fachadas desgastadas de los edificios, y en el poco mantenimiento de la vía pública.
—Parece que ya hay algunos periodistas.
—¿En serio?— exclamé con desinterés.
—Acerquémonos.— dijo Emily mientras bajaba del coche.
Habiéndonos acercado al lugar, preguntamos por el oficial a cargo, presentándose un tipo de mediana edad.
—Buenas tardes... oficial...
—Lo siento, soy el oficial Lier.— dijo mientras mostraba su placa. —Y ustedes son los agentes de los que me informaron que vendrían, ¿Verdad?
—Sí, él es el agente Leonardo y yo la agente Emily, y somos del Departamento de Control de Anómalos. Queríamos hacerle algunas preguntas, oficial Lier.
—¿Qué dudas tienen, agentes?.
—¿sabe algo sobre el incendio?... Por ejemplo: ¿Alguien lo provocó?, ¿O las causas que lo originaron?
—¿Si fue provocado por alguien?... No, la verdad es que no sabría responderle a esa pregunta, pero se rumorea entré los residentes y vecinos que pudo haber sido un anómalo, pero esto es solo un rumor, nada asegurado agente. En cuanto a las causas del incendio, por ahora solo se teoriza que pudo haber sido por el cableado defectuoso del edificio.
—¿Podría darme el nombre de las personas que han fallecido?
—Claro, déjeme buscar mi informe.
Entonces, el oficial partió hacia su patrulla, en busca de su informe.
—Emily, daré un vistazo por el área.
—Está bien.
Y así me marché del lugar, dejando a Emily con el oficial, mientras yo buscaba alguna pista o evidencia del anómalo.
Después de un par minutos dando vueltas por el área, y sin encontrar nada interesante, decidí acercarme a los afectados del incendio.
—Buenas tardes, soy el agente Leonardo de la DCA.— dije mientras mostraba mi identificación. —¿Serían tan amables de decirme cómo ocurrió el incendio?
—¡Ja!, si busca al anómalo que reportaron, lo siento, pero nosotros no sabemos nada de eso.— exclamó un anciano.
—Así es, eso es mentira.— ratificó una señora.
—Yo tampoco vi a ningún anómalo.
—De seguro es solo un rumor.
—¡¿Alguien que si lo haya visto?!
Y todos se miraron entre si, buscando a la persona que respondiera afirmativamente, pero eso no sucedió.
—Gracias por su...
—¿Qué sucede aquí?— pregunto una oficial mientras se acercaba al lugar.
—No es nada, oficial. Solo realizaba algunas preguntas.
—¿Y tú quién eres?... ¿Un periodista?
—No. Agente Leonardo del Departamento de Control de Anómalos.
—Yo soy la oficial Karen.
—Dígame oficial Karen, ¿Sabe algo del anómalo?
—Realmente no, yo lo he tomado como un rumor, ya que muchos afirman que no lo vieron, pero no estoy totalmente segura.
«¿Quién habrá reportado al anómalo?»
—¿Sucede algo?
—No, simplemente estaba perdido en mis pensamientos.
—Bien, si es todo, paso a retirarme.— dijo mientras daba media vuelta y caminaba hacia un grupo de policías.
Yo simplemente asentí levemente a sus palabras.
—Parece que tendré que esperar hasta que los bomberos extingan el fuego por completo, y así entrar al edificio.— murmuré para mí.
(Suspiro) «Veamos que dicen los periodistas»
Y así me acerque a los periodistas.
—Como bien lo dijiste Arturo, son trece las personas heridas en estos momentos, y desgraciadamente siete personas han fallecido.
—...
—No, aún no se sabe si realmente fue causado por un anómalo. Ahora se habla de que el incendio se produjo por el cableado eléctrico del edificio...
—Bien señores, el fuego ya fue apagado por completo... Buen trabajo.— dijo un hombre vestido de bombero; después de escuchar al bombero decir tales palabras, me acerque rápidamente a ellos.
—Buenas tardes señores... Agente del Departamento de Control de Anómalos. ¿Pueden darme un poco de su tiempo?
—Claro, ¿Qué necesita, agente?.— dijo el bombero con mayor edad del grupo.
—No es nada complicado. Simplemente quería saber si ustedes notaron cosas sospechosas en el edificio... ¿Algo qué se les hiciera extraño?
—Por mi parte nada.— dijo uno de los bomberos.
—Yo tampoco note nada inusual agente.— exclamó otro.
—Lo mismo por mí parte, nada fuera de lo normal.— dijo el bombero con mayor edad.
—Ahora que recuerdo.— murmuró el bombero que estaba más alejado del grupo.
—¿Usted vio algo extraño?— preguntando con mucho interés.
—Sí... En el tercer piso... Para ser más específicos, en la segunda puerta a la izquierda... Ahí podría haber iniciado el incendio, pero no por el cableado eléctrico, sino que por otra cosa.
—Hum... Gracias por la información. ¿Alguien más notó cosas fuera de lo normal?
Nadie respondió a mi pregunta, por lo tanto, era toda la información que podría obtener. Aunque no me quejo, es muy buena la información que obtuve.
—Bien, gracias por su tiempo señores. ¡Ah!, y buen trabajo.
—No fue nada.— exclamaron unos, mientras otros simplemente asintieron con la cabeza.
Y tras despedirme de los bomberos, me puse en marcha para hablar con Emily.
"Sí. Le informaremos si encontramos algo."
—¿El jefe?— pregunté con curiosidad.
—Sí.
—Hum... Bueno, encontré información interesante.— dije con una muy visible sonrisa en mi cara.
—¿Qué conseguiste?.— dijo con un tono de duda en su voz.
«¿No crees que haya conseguido buena información?» pensé mientras veía a Emily.
—Y... ¿Qué conseguiste?
—Uno de los bomberos me dijo que en la segunda puerta a la izquierda del tercer piso había algo inusual.
—¿Inusual?
—Sí. Ahí pudo generarse el incendio, pero no por el cableado eléctrico como todos dicen, si no por otra razón.
—El anómalo.
—Exacto.
—Bien, entremos al edificio.
Y habiéndolo decidido, entramos al edificio. Una vez dentro, vimos como la recepción había sido reducida a nada, apenas pudiendo distinguirse lo que había en el lugar.
—Bien, busquemos las escaleras... Y ten cuidado.
—Lo se, el edificio puede venirse abajo en cualquier momento. Bueno, es lo que me dijo el bombero antes de entrar.— exclamé mientras buscaba las escaleras.
—¡Estan aquí!— grito Emily mientras las señalaba.
Y después de haber subido hasta el segundo piso, nos dirigimos a la segunda puerta del lado izquierdo.
La habitación no era muy diferente al restó del edificio. Las paredes y techos habían pasado a tener colores grisáceos y negros, al igual se podían ver grietas muy visibles por todas partes, mientras que de los muebles apenas y quedaban rastros de estos. Todo el lugar tenía una atmósfera muy deprimente.
—¿Tú también lo sientes, verdad?.
—Sí, la concentración de Kuxtal en el departamento es alta. Definitivamente un anómalo causo el incendio.
—Bien, voy por la cámara, papel para el informe y por el medidor de Kuxtal.— dijo Emily mientras salía del departamento. —Tú busca más pistas por el lugar.
Simplemente asentí con mi cabeza.
—Veamos que hay en el dormitorio.— murmuré para mí.
Naturalmente el dormitorio se encontraba en el mismo estado que el resto del departamento, pero había algo inusualmente interesante en el suelo, y ese era el enorme agujero que estaba en el centro de la habitación. Además, no necesitaba un medidor para saber donde había más concentración de Kuxtal.
Y tras unos minutos de buscar alguna otra pista, sin tener mucho éxito, llegó Emily con un maletín en su mano derecha; dentro del maletín venía la cámara, un cuaderno de hojas de informe y un medidor de Kuxtal.
—¡Leo!, ¡¿Dónde estas?!
—¡En el dormitorio!
Después de unos cuantos pasos llegó hasta donde me encontraba, dejando el maletín en una de las esquinas de la habitación, y solo sosteniendo el cuaderno y un bolígrafo en sus manos.
—Sientes la ligera presión, ¿Verdad?
—Sí, así que aquí estuvo.— dijo Emily mientras veía el agujero en el suelo. —Entonces, tú tomas las fotos y mides el nivel de Kuxtal del lugar, mientras yo hago el informe.— exclamó Emily.
—Está bien.
El resto del día se baso en que yo tomaba fotos del lugar y medía con el medidor los niveles de Kuxtal, a la vez que Emily realizaba el informe.
—Por fin acabamos.— exclamé con alegría.
—Sí, pero no sabemos nada sobre la identidad del anómalo. Tampoco sabemos si está vivo o murió en el incendio.
—Tienes razón, pero dime Emily, ¿No se te hace raro todo esto?
—La verdad sí. Que nadie de los habitantes del edificio haya visto al anómalo, pero que aún así nos llegará un aviso, eso es muy extraño.
—Entonces, ¿Quién dió el aviso al DCA?
—El jefe me dijo que fue un informante anónimo.
—...
—Y otra cosa, este departamento estaba en desuso.
—¿En serio?
—Sí, mientras tú buscabas más pistas, yo me dediqué a preguntar sobre las víctimas del incendio, averiguando que un departamento del tercer piso no estaba siendo habitado. Puede que sea este... Además, tendría más sentido que nadie haya visto al anómalo.
—Pero... ¿Cómo el informante anónimo supo que había un anómalo en este lugar?
Tanto Emily como yo nos quedamos pensativos por la pregunta que realice.
—¿Y si fue el propio anómalo quien envío el aviso?— exclamó Emily.
Cuando Emily menciono tal cosa, solo la pude ver con duda en mi rostro.
—Sí, sería muy tonto pensar que un anómalo se delataría asi mismo, pero piénsalo, es lo más lógico.
—Si eso fuera cierto entonces... ¿Qué quería lograr con esto?
—¿Distraernos?
—¿Distraernos de qué?
—¡Aaah!, no lo sé, es muy confuso todo.
Después de eso, ambos nos quedamos en completo silencio, tratando de hallar una respuesta que nos ayudará a entender la situación, sin lograr llegar a nada.
—Hay que salir del edificio, ya está oscureciendo y no trajimos nada para iluminar.
—Sí.— respondió Emily mientras recogía la cámara, el medidor de Kuxtal y el informe para meterlos en el maletín. —Lista, vamos.
Al salir fuera del edificio nos percatamos de que gran parte de las personas afectadas se habían ido, por otro lado, solo quedaban dos oficiales en el lugar.
—Oficiales, ¿A dónde se fueron las personas?
—Hum... Algunos se fueron a los albergues preparados por el gobierno de la ciudad, mientras que otros decidieron irse con algún familiar.
—Ya veo, gracias oficiales.— dijo Emily con una sonrisa.
Los oficiales solo asintieron a las palabras de Emily para después regresar a su patrulla.
—Yo debo presentar el informe. ¿Tú qué vas a hacer?
—Yo...
¡Biiiip! ¡biiiip!
Y antes de que pudiera hablar, el comunicador de Emily sonó.
—Agente Emily, ¿Cuál es... ¡¿Eh?!
—¿Qué sucede?— pregunté con curiosidad.
—Sí, señor. Se lo comunicaré de inmediato.— dijo con una cara de seriedad.
—¿Cuál es la emergencia ahora...?
—Ahora estas al mando de esta operación.
—¿Qué?¿Por qué?
—Carolina, quien era la que estaba a cargo de esta misión, fue asignada a otra de manera urgente, y sera enviada a Arames, así que felicidades, ahora eres el responsable de la investigación.— dijo con una sonrisa burlona en el rostro. —Toma... Debía entregarle el informe a Carolina, pero como tú eres el responsable ahora, te deberás encargar de presentar todo al jefe.
—Espera, ¿Por qué no tú?
—Porque tú eres un agente de rango dos, mientras que yo soy del rango tres. Además, tú llevas más tiempo en la DCA.— exclamó Emily mientras se dirigía a su coche.
—¡Aah!, Bien... Llévame a la sede.
Y así Emily y yo nos retiramos del lugar para dirigirnos a la sede regional de la DCA.