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Siempre Fuiste, Tú...

Siempre Fuiste, Tú...

Status: En proceso
Genre:Amor de la infancia / Diferencia de edad / Cambio de Imagen / Venganza de la protagonista
Popularitas:39.7k
Nilai: 4.9
nombre de autor: @ngel@zul

Sofía y Erick se conocieron cuando ella tenía seis años y él veinte. Ese mismo día la niña declaró que sería la novia de Erick en el futuro.
La confesión de la niña fue algo inocente, pero nadie imaginó que con el paso de los años aquella inocente declaración de la pequeña se volvería una realidad.
¿Podrá Erick aceptar los sentimientos de Sofia? ¿O se verá atrapado en el dilema de sus propios sentimientos?

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Mala intuición

Sofía tomó aire, intentando calmar el torbellino que se agitaba en su interior, antes de girarse hacia la voz que la había detenido. Una vez que lo hizo, miró directamente a Erick, como si fuera un completo desconocido, y preguntó con voz firme pero tranquila:

—¿Me hablas a mí?

Erick asintió con esa sonrisa confiada que lo caracterizaba, dando un paso más hacia ella. La cercanía hizo que ella sintiera que su corazón latía con fuerza, pero se esforzó por no dejarlo notar. Allí estaba él, después de cuatro años. Seguía igual de atractivo, con esos ojos que parecían perforar el alma y su sonrisa que desarmaba a cualquiera.

—Por supuesto. Es difícil no hablarle a una mujer tan fascinante como tú —dijo con un tono suave y seductor.

Sofía apretó los labios para no dejar escapar una sonrisa, mientras su mente trataba de decidir qué hacer. Contra todo pronóstico y temor, decidió seguirle el juego. No sabía exactamente por qué, pero algo en su interior le decía que debía hacerlo.

—¿Es así? —respondía, arqueando una ceja con fingida indiferencia.

Erick sonrió aún más, aprovechando la oportunidad para presentarse. Extendiendo su mano con elegancia, dijo:

—Me llamo Erick. ¿Y tú eres?...

Ella tomó aire una vez más, y en un impulso decidió no revelar su verdadera identidad. No quería enfrentarse al pasado en ese momento, al menos no como Sofi.

—Abigail —dijo, con una seguridad que la sorprendió incluso a ella misma.

Erick ladeó ligeramente la cabeza al escuchar el nombre, como si algo no encajara del todo, pero decidió no insistir.

—Es un placer, Abigail —respondió con una ligera inclinación de cabeza. Sus ojos brillaban con un interés evidente—. ¿Son tuyas algunas de estas obras?

—Algunas —contestó ella, señalando vagamente hacia las piezas expuestas, mientras intentaba mantener la calma y ocultar la ola de emociones que la embargaba.

Erick dio otro paso audaz, sonriendo con un aire de confianza que mezclaba interés genuino y un toque de desafío.

—Tal vez podrías contarme más sobre ellas... mientras cenamos.

La propuesta cayó como una bomba en la mente de la muchacha. Podría haber sentido orgullo por la invitación, pero las palabras de Leonardo sobre la vida de Erick resonaron en su cabeza. Había escuchado cómo se había convertido en un hombre que vivía al límite, rodeado de excesos y relaciones superficiales.

Con una sonrisa controlada y un destello travieso en los ojos, respondió:

—Creo que te equivocaste de lugar. Si buscas a alguien para pasar la noche, seguro tendrás más suerte en el antro de la esquina.

La expresión de Erick cambió de confianza a sorpresa. Luego, como si quisiera disimular el golpe, hizo un puchero casi teatral y preguntó:

—¿De verdad es esa la impresión que doy? ¿La de un hombre que solo busca mujeres para llevar a la cama?

Sofía reprimió una risa, recordando todo lo que había escuchado de él. Con un encogimiento de hombros que denotaba indiferencia, replicó:

—No lo sé. Tú dime.

Sin darle tiempo a responder, se dio la vuelta con intención de marcharse. Erick se quedó allí, mirándola alejarse, intrigado y frustrado al mismo tiempo. Había algo en “Abigail” que lo descolocaba, una mezcla de familiaridad y misterio que no podía ignorar.

Mientras ella se alejaba, su corazón seguía latiendo con fuerza. Sentía la mirada de Erick clavada en su espalda, pero no se detuvo. Había logrado mantener el control de la situación, pero sabía que ese encuentro cambiaría algo dentro de ella.

Por su parte, él se quedó inmóvil por un momento, procesando lo que había pasado. Nunca nadie lo había rechazado de esa manera, y mucho menos con tal seguridad. Había algo en esa mujer que lo había cautivado, algo que no podía explicar.

Cuando finalmente reaccionó, decidió recorrer el resto de la exposición, pero sus pensamientos seguían volviendo a aquella mujer de cabello oscuro y sonrisa cautivadora.

Desde un rincón alejado del museo, Sofia observó a Erick, sintiendo que las emociones se agolpaban en su pecho. Había logrado engañarlo, pero ¿por cuánto tiempo podría mantener esa fachada? Por ahora, se conformaría con haber salido airosa de ese primer encuentro. Sin embargo, algo le decía que ese no sería el último.

La mañana siguiente comenzó tranquila, con el sol iluminando suavemente la habitación donde Sofia e Ian compartían el desayuno. Ella, se encontraba jugueteando con su taza de café, pensando en como encarar la charla que quería tener con su amigo, y después de un momento de silencio decidió contarle sobre el inesperado encuentro de la noche anterior. Ian, que siempre había sido su confidente y protector, la escuchó con atención mientras relataba cómo Erick había aparecido en el museo, cómo había intentado coquetear con ella y cómo ella había manejado la situación con una mezcla de nervios y determinación.

—¿Y qué piensas hacer si aparece de nuevo? —le preguntó Ian, alzando una ceja.

Ella suspiró, dejando su taza sobre la mesa.

—Nada. No creo que vuelva a aparecerse por el museo. Estoy segura de que solo fue una coincidencia.

Ian asintó lentamente, aunque una chispa de duda brillaba en sus ojos. Sabía que el destino a menudo jugaba sus propias cartas, y algo en su intuición le decía que aquello no había terminado.

Por otro lado, Erick había pasado todo el día con la imagen de “Abigail”, como ella se había presentado, grabada en su mente. Había algo en ella, en su presencia y en la forma en que lo había desafiado, que le atraía de manera irresistible. No podía sacarla de su cabeza, y en su nuevo papel de conquistador decidido, se propuso verla de nuevo y, esta vez, lograr que cayera rendida ante su encanto.

Cuando cayó la noche y las luces del museo volvieron a encenderse para recibir a los invitados, Sofia estaba en un rincón del salón principal, charlando con Ian. Habían estado comentando sobre la cantidad de gente que asistía a la exposición y cómo cada uno de los estudiantes había recibido elogios por sus obras. Todo transcurría con normalidad hasta que la muchacha, de pronto, se quedó en completo silencio. Su mirada se desvió hacia un punto fijo del salón, y su rostro palideció ligeramente. Ian siguió la dirección de sus ojos y entonces lo vio: Erick había llegado.

El hombre estaba de pie, cerca de una de las vitrinas que exhibía una de las fotografías, su porte era elegante destacándose entre los demás asistentes. Llevaba un traje oscuro impecable, y su actitud relajada y segura atraía miradas a su alrededor. Aún así, su atención parecía centrada en un solo objetivo: encontrar algo o mejor dicho a alguien.

Ian, al notar que Sofi no reaccionaba, la tomó del brazo con suavidad pero con firmeza y la arrastró hacia uno de los salones privados del museo. Una vez allí, cerró la puerta tras ellos y la miró fijamente.

—¿Ese era Erick, verdad? —preguntó, con un tono que no admitía mentiras.

Sofia asintió lentamente, incapaz de negar lo evidente. Su mente estaba llena de un torbellino de emociones, la noche anterior luego de cuatro años desde la última vez que lo había visto, pensó que lo había superado y la idea de no volver a verlo se había instalado esa mañana en su mente. Pero al verlo allí, nuevamente, se dio cuenta de que aunque había intentado convencerse de que lo había superado, su corazón latía desbocado al verlo de nuevo. Y sabía que la razón de que él estuviera allí nuevamente no era otra más que ella, o mejor dicho... Abigail.

Todos habían cambiado en esos años. Erick, ahora con treinta y cinco años, tenía un aire más maduro que lo hacía aún más atractivo. Su presencia seguía siendo tan imponente como Sofia recordaba, pero había en él una profundidad diferente, una especie de oscuridad que lo envolvía. Por su parte, ella había dejado atrás a la jovencita de diecisiete años, delgada y de rasgos inocentes. Ahora era una mujer hecha y derecha, con curvas que resaltaban su feminidad y un aire de misterio que la hacía irresistiblemente intrigante.

Ian también había cambiado. Había crecido y se había convertido en un hombre alto, corpulento y de facciones más definidas. Su atractivo natural y carácter protector lo habían convertido en el mejor amigo y apoyo de Sofia en los momentos difíciles.

—No puedo creerlo —murmuró Sofia, mordiéndose el labio inferior mientras paseaba nerviosa de un lado a otro del salón.— ¿Qué hace aquí? ¿Por qué volvió?

Ian cruzó los brazos sobre su pecho, observándola con atención.

—Quizá el destino quiere que te enfrentes a tus sentimientos. ¿Estás lista para eso?

Sofia lo miró fijamente, sin saber qué responder. Su corazón decía una cosa, pero su mente le advertía que Erick no era el mismo hombre que había idealizado en el pasado. Había escuchado demasiadas historias sobre su estilo de vida desenfrenado, y sabía que arriesgarse e involucrarse con él de alguna manera podía significar abrir viejas heridas.

—No sé si estoy lista —admitió finalmente, con la voz cargada de dudas.

Ian asintió, entendiendo que, al final, era una decisión que solo ella podía tomar. La abrazó con fuerza, ofreciéndole su apoyo incondicional.

—Entonces afronta lo que venga, Sofi. Pero recuerda, no estás sola. Siempre voy a estar aquí para ti.

Sofía sonrió levemente, agradecida por tener a alguien como Ian en su vida. Tomó aire profundamente y decidió regresar al salón principal, lista para enfrentarse al hombre que una vez había sido todo para ella, pero que ahora era un desconocido envuelto en memorias y emociones que no podía ignorar.

1
Julia Esther Vergara
me encanta bellisima historia.gracias por compartir
Eudy Brito
Erick está tomando todo muy tranquilo. Pero es momento de enfrentar todo lo que ha venido sucediendo.. Ojalá que Leo salga pronto de esa situación
Eudy Brito
Sofía tardaste mucho en decirle la verdad. Quien juega con candela tarde o temprano se quema
Nairobis Cardozo Portillo
Habla con Sofía y aclara todo ustedes se aman y merecen ser felices
Nairobis Cardozo Portillo
Sofía deja que procese y asimile todo, dale tiempo y el volverá a ti
Aracelis Durango
Pues que más va hacer amar a Sofia con su vida. Sofia tiene que aclarar la situación con Erick y después darse la oportunidad de frente a toda la familia
LUZMILA COSSIO MENA
tiene que hablar con ella
VásGa Nbeth
eso tenía que pasar era obvio Sofía e Ian te lo advirtió.
Nancy romero
sofia era más q seguro que esto pasaría, dale tiempo como dice Ian El te quiere y te perdonara
Mariela Alejandra Gonzalez
hay Erik chico va a ser el torbellino de emociones que vas a tener . eso sí sofi se va a enojar . y se va a alejar pero hay amor señores y eso los va a unir!!
Eudy Brito
Que Leo salga con bien de esa situación tan difícil.. Y bueno Sofía te llegó el momento que tanto temias, Erick sabrá que no eres Abigail y se pondrá muy feo para tí
Nairobis Cardozo Portillo
El encuentro será inevitable espero Erick lo tome con calma y no se aleje
Aracelis Durango
Bueno ya es inevitable que Erick se entere que Abigail es Sofia ahora lo preocupante es la reacción que va a tener Erick
Marshaan Sanchez: mi madre y ahora que no que erick no tome una actitud fuerte con ella
total 1 replies
Lisseth 👩🏽
Excelente
Marshaan Sanchez
yo solo pido mi querida escritora que les des una oportunidad y en esa relación prevalezca el amor que el siente a hacia ella y me hago una pregunta será ellos se separan y ella en ese lazo que da embarazada no pues yo ya que escribo un capítulo jajajaja es que mi disco duro se desató jajaja 😅
Eudy Brito
Sofía ya es momento de decir la verdad y que sea lo que la escritora decida
Eudy Brito
Es mejor que Sofía le diga la verdad y no que la descubra Erick
AndreaH
/Smile//Smile/
Carlota Bianchi
Espero no se extienda cuando el príncipe conozca la verdad. Se va sentir muy ofendido
Esther Antonio Andres
Sofia cayó en su propia trampa
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