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MALDITO AMOR

MALDITO AMOR

Status: En proceso
Genre:Completas / Amor prohibido / Incesto / Diferencia de edad / Pacto con el demonio
Popularitas:3.1k
Nilai: 5
nombre de autor: Guadalupe Nieves

¿EL PECADO ES EL ÚNICO CAMINO? UN AMOR PROHIBIDO NACIDO DE UNA MALDICIÓN...

Aiden, un hombre al borde de los cuarenta, huye con su sobrina y se convierte en el "conserje" de la mafia, limpiando escenas del crimen. Ambos esconden un oscuro secreto: son Shadowborn, seres mitad vivos y mitad muertos, destinados a procrear con sus propios sobrinos-tíos y así perpetuar una ancestral maldición. Aiden lucha contra el amor prohibido que su sobrina, de manera enfermiza, le profesa. Sin embargo, una amenaza los arrastra al "otro lado," un lugar donde un macabro juego podría otorgarles la libertad, pero a un precio que desafiará todos sus límites. ¿Será capaz Aiden acabar con la maldición? ¿Podrá liberar a su sobrina de aquel amor maldito entre ambos? ¿O vagarán en la oscuridad por toda la eternidad?

NovelToon tiene autorización de Guadalupe Nieves para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO 3

Aiden sabía muy bien el dolor que estaba ocasionándole al corazón de su sobrina, podía ver como sus bellos y dulces ojos se tornaban cristalinos, evidencia de la tristeza que estaba pasando. Pero, como el adulto de los dos, consciente de la maldición que había entre ellos, lo más responsable era poner tierra de por medio.

—Sí—dijo con frialdad—lo que pasó entre ambos, Rosemary, solo fue un error de tragos. Soy tu tío, y tú, mi sobrina, no podemos volver a cruzar la línea. Espero que comiences esta semana a arreglar tus cosas antes de irte.

—¿Yo... yo no soy... nada para usted?—preguntó cabizbaja.

—A la única persona que veo como mujer y mi futura esposa, es Anna. ¿Puedes entenderlo de una vez, por favor?—respondió levantándose con molestia—puedes dejar los platos en el fregadero, iré a dormir un poco más.

Quería hacerle de entender de una vez por toda que aquel amor enfermizo que ella sentía no podía ser posible, era incorrecto desde todas las formas que se viera. Aunque le doliera mucho tratarla, aunque le diera en secreto el anticonceptivo, lo mejor era que ella viviera lejos de él y de la maldición que los seguiría persiguiendo, de no tomar otro rumbo.

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Una vez cerró la puerta, se sentó en la cama que anteriormente había compartido con Rosemary, donde podía ver aún la evidencia de su virginidad robada. Suspirando con pesadez, intentando descansar y calmar su atormentada alma, el sonido de su celular le arruinó sus planes.

—Entiendo, allí estaré—respondió antes de colgar secamente la llamada.

Observando con frialdad el segundo celular que usaba, exclusivo para su trabajo, recordó que aquel día en su pasado había sido por completo un desastre. Sin nada que poder hacer, se dirigió al baño para arreglarse y utilizar el overol impermeable.

Dejando una nota para su sobrina y unos billetes encima de la mesa, se acercó a la puerta de su habitación para despedirse; sin embargo, el leve sollozo de esta le hizo arrepentirse. Dándose la vuelta sin decirle un adiós, se dirigió rumbo a su camioneta.

El camino casi resbaladizo por la lluvia de aquel día tormentoso solo hizo que su dolor de cabeza aumentara, mientras más recuerdos de lo que había pasado ese día afloraban. Esperando que la aspirina surtiera efecto, pasó por la vía marcada por su jefe para llegar a su objetivo.

En ese momento su otro celular sonó, frunciendo aún más con fuerza sus ojos, no tuvo de otra más que contestar la llamada de su próxima esposa.

—¡Mi amor!—la voz chillona de Anna resonó por lo alto—¿Dónde está el futuro padre de mis hijos?

—Camino a un trabajo—respondió.

—¿Pero por qué tan seco?—preguntó un poco afligida—¿Eso quiere decir que ya no estás en casa?

—Perdón—intentó calmarse—y no, no estoy en mi casa.

—Papi es muy malo al hacerte trabajar un domingo, ¡lo voy a regañar!—espetó Anna—¿nos podemos ver cuando acabes?

—Sí, iré a tu apartamento más tarde—dijo antes de colgar.

Encendió las luces de su camioneta, dando la señal para que aquellos hombres de negro enfrente de él abrieran el portón de la mansión que debía de limpiar. Aún conmocionado y cansado, recordando en carne viva lo que vivió antes de retroceder en el tiempo, estacionó su camioneta y bajó sus enceres de limpieza.

—Allí vas otra vez, Aiden—susurró con desdén.

Asegurándose que sus botas impermeables estuvieran bien puestas, pisó con cuidado la entrada trasera de la zona de la piscina, para observar sin inmutarse el baño de sangre que allí había. No solo el agua de la piscina estaba roja, sino todos los muebles alrededor.

En medio de la misma, flotaban dos cuerpos adultos. Los recordaba muy bien, ya que había demorado casi el día entero limpiando el desastre. Todo por una vil traición del hombre gordo que, a cambio de un mejor puesto, había vendido información vital a una mafia rival.

Y, a su jefe, no le gustaba que se le traicionara en sus narices, menos un hombre que estuvo tan cercano a él, por ese envío a sus sicarios a matarlo y la condenada prostituta en turno solo fue un daño colateral. Sin ganas de pensar más, comenzó a dirigirse al área de las duchas.

Ignorando las manchas de sangre que continuaban hasta adentro, donde el traidor había sido previamente torturado, abrió la llave de la manguera exterior y comenzó a llenar un balde con agua que usaría para preparar el líquido limpiador.

—Piérdete, no tengo tiempo—dijo mientras vaciaba medio pote de lejía.

—Ayúdame—una voz femenina se escuchó por detrás—por favor...

—Busca a un padre—respondió levantándose.

Sin mirar al espectro de la prostituta que había muerto, el cual estaba por completo desnudo, mostrando signos de violencia, se dispuso primero a recoger toda la basura alrededor de la piscina, mientras esta comenzaba poco a poco a vaciarse.

Suspirando con pesadez, guardó la última bolsa de basura en el canasto de residuos que llevaba siempre, mientras se preparaba para limpiar la sangre en el piso y los muebles. Queriendo terminar lo pronto posible, terminaría por ignorar al espectro de la prostituta que seguía molestándolo.

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Con los ojos hinchados, Rosemary se levantó de su cama, luego de dormir por varias horas. Su celular mostraba varias llamadas perdidas de su mejor amiga, con la que había quedado de verse esa misma tarde. Aturdida, se levantó y se dispuso a caminar al baño para lavarse un poco; sin embargo, se detuvo de golpe al escuchar algo.

—¿Tío?—preguntó varias veces por este, pero no obtuvo respuesta.

Aterrada, siguió con su rutina, ignorando las pisadas que escuchaba provenir de la sala. Desde muy niña veía fantasmas, así como seres de otros planos que los humanos no podían ver. Según su tío, era algo de nacimiento, que él también había heredado; no obstante, era la hora y aún no se acostumbraba a ello.

Pensando que tal vez si ignoraba aquello no pasaría nada, salió con cuidado de su habitación, rogando que fuera su tío y no otra cosa. No obstante, mientras caminaba a la cocina, su corazón aceleraba al sentir como todo a su alrededor se tornaba frío.

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Martha Pérez
si me gustó pero no entiendo porque no terminan de escribir todo, no pueden dejar así el libro a medias ya que van muchas historias a la mitad
Snowykitty: Gracias a tu apoyo! Si, ya estoy empezando a liberar los capítulos. En cualquier momento te aparecen muchas gracias por todo tu apoyo!
total 1 replies
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