... Se dice que una convivencia jamás es fácil y menos para una pareja que se une en matrimonio, esperando que todo sea color rosa con sabor a miel, pero que sucede cuando el engaño se presenta. Y si un amor llega, las desiciones de los demás no importan, son solo ellos dos quiénes tienen el poder de hacer su vida una sola.
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Vete o te mato.
Camila Salva tierra...
Mi pecho siente una gran presión y subo al segundo piso, tomo los binoculares que Mario dejo sobre la ventana, mi corazón se acelera al ver lo que está sucediendo en la entrada del sendero.
No puedo creer, Hay cuatro personas y por lo que puedo distinguir uno de ellos es Mario y los otros dos no sé quiénes serán, la mujer de sombrero grande debe ser su nona, pero donde está Leonardo.
Tengo miedo, suena el timbre de la casa y me asusta, bajo despacio y miro por la cámara de seguridad, es un hombre joven, toca el timbre insistentemente, trae una mascarilla, de pronto empieza a forcejear la puerta.
¡Que hago!
Voy a la cocina y busco un cuchillo.
Me encierro en el clóset del armario de la habitación de Mario. Esto se está poniendo color hormiga, como puede estar sucediendo esto, pensé que solo era una disputa familiar, pero hasta eso.
Ahora estoy al borde del nerviosismo, en cuestión de minutos todo se va poniendo más dificil.
No y no, esto no obedezco estar sucediendo.
¡Cómo me encontraron!
Me quedo en silencio y espero a que pase lo que tenga que pasar.
(Nona) Questa terra appartiene a mia figlia.
(Mario) Tu hija era mi madre y ella no está muerta, ella aún vive aquí en este campo. Y tú y Mariano, váyanse y no me importa el cargo que tengas aquí en la isla, es mi propiedad y ni tú, ni tu corrupción pasarán por encima de lo que me pertenece.
Sé que consigues todo a base de amenazas y muertes. Conmigo pisaste en el punto más importante, este lugar es sagrado para mí y ninguno de ustedes tiene que estar aquí.
Aunque la policía esté comprada por ti Mariano Vanuatu Pellote, pues no te tengo miedo.
(Mariano) No eres nada a mi lado.
(Mario) Sí en eso tienes razón, no me puedo comparar contigo, tú eres una escoria y yo, yo no lo soy.
AHORA SALGAN DE AQUÍ TODOS...
En un parpadeo siento como la sangre se va deslizando por la parte baja de mi pecho, escucho un grito proveniente de mi nona y caigo en un suave manto de pétalos...
Cierro los ojos y la viva imagen de Camila, solo ella ocupa mi mente.
Leonardo Sanguinez...
Lo pensé una y otra vez, pero llamo a Donatello, mi hermano. Le digo que vaya urgente a casa de Mario, prefiero que Camila este con alguien acompañada a que sepan que esta sola y le puedan hacer daño.
De pronto veo aue Mario cae, se desploma y yo no sé en qué momento le dispararon.
(Mariano) Cleron, finisci il lavoro e vattene da qui.
Leonardo Sanguinez...
Suben a la camioneta y se van, Mariano y la señora Graciela, el tipo ese jala los depósitos y yo no puedo permitir que dañe los campos de flores.
Voy hacia Mario, aún respira aunque débil, le hago presión con mi camiseta y le quito el arma.
Voy a buscar al tipo y disparo en una de sus manos.
(Leonardo) Vattene da qui o ti ammazzo
(Cleron) E' il mio lavoro < Es mi trabajo>
(Leonardo) vattene o ti ammazzo.
El tipo me mira y yo hago otro disparo, esta vez al aire, él se va y yo voy a ver a Mario, no puedo sacarlo de aquí yo solo, salgo a la carretera y pido ayuda.
Un auto se detiene, lo subo y lo llevo al hospital, lo atienden rápidamente, espero y el disparo no haya dañado ningún órgano.
Donatello Sanguinez...
Salgo y corro lo más rápido, en que están metido ahora ese par, efectivamente es lo que Leonardo me dijo.
La cerradura está forzada, tomo un bate de béisbol y reviso en silencio hasta que una voz se escucha en la parte de arriba.
Subo con cuidado y veo a un tipo buscando entre las habitaciones, al fondo del pasillo una permanece cerrada, el tipo patea la puerta, para lograr abrirla, yo me voy acercando en silencio y logro darle con el bate en la espalda, se gira hacia mí, pero está un poco mareado.
Me empuja y cae una vez, baja por las escaleras, lo persigo y nos vemos enfrascados en una pelea a puño limpio.
No sé en que momento me empuja y caigo sobre una mesa, el tipo aprovecha y huye, puedo ver la placa del auto que lo está esperando al frente de la casa.
Me duele todo, un líquido corre por mi frente, vaya es sangre.
Llamo desde abajo a Camila, si, ese fue el nombre que me dio Leonardo. Nadie responde, vuelvo a subir y llamó una vez más.
(Donatello) Camila, soy hermano de Leonardo, estás a salvo, puedes salir, mi hermano me dijo que viniera por ti.
Camila Salva tierra...
Escucho una voz, peor no sé si sea una trampa, dudo en salir, se le escucha herido.
(Donatello) Escúchame mi hermano me pidió que viniera a ayudarte. No soy uno de los malos. Ya se fue el tipo que entró por la fuerza, créeme.
El teléfono de la casa suena y yo voy a contestar, entro a una habitación que está más cerca. Es mi hermano, me cuenta que está en el hospital porque Mario fue herido de bala. Le cuento a Camila, después de unos minutos ella sale de la habitación, trae un cuchillo en la mano.
Hola no te asustes soy amigo de Mario, lo que te dije es verdad, ahora tengo que ir al hospital, ven conmigo te llevaré a casa de Leonardo está a unas casas de aquí.
(Camila) Como sé que lo que me estás diciendo es verdad. Yo no sé quien eres.
(Donatello) Té explicó luego, ahora tengo que ir al hospital.
(Camila) ¿Mario? Dime como está él.
(Donatello) Fue herido y mi hermano me aviso, tienes que venir conmigo, te dejaré en casa de Leonardo y yo luego...
(Camila) Me voy contigo. Llama a Leonardo primero y coloca en voz alta, quiero oír todo.
(Donatello) No soy uno de los malos. Pero lo haré.
... Vuelvo a tomar el teléfono y marco el número de mi hermano, me contesta y Camila se pone a llorar. Salimos a casa de mi hermano, mientras llamo a un cerrajero, el señor Dorian se hará cargo de verificar que esté en orden.
Camila Salva tierra Echeverría...
Vamos a casa de Leonardo y su hermano saca el auto y nos dirigimos hacia el hospital. Voy con los nervios de punta, no sé cómo está en realidad. Llegamos y pregunta por Mario. La enfermera indica el pasillo, puedo ver a Leonardo que está sentado en el piso con las manos en la cabeza.
(Camila) Dime que está bien, dime por favor...
Lloro desconsoladamente, no sé en qué estado se encuentra y mi corazón se acelera al saber que algo malo le pudiese pasar.