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EL PADRE DE LAS DOCE PRINCESAS BAILARINAS

EL PADRE DE LAS DOCE PRINCESAS BAILARINAS

Status: Terminada
Genre:Completas / Mujer poderosa / Doctor / Época / Diferencia de edad / Secretos de la alta sociedad / Duque
Popularitas:30.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Guadalupe Nieves

¡LA TEMPORADA DE ESCÁNDALOS HA COMENZADO!

Tras haber salvado la vida de su hija, casada con el príncipe heredero y madre del nieto de la reina regente, se enfrenta a la insistencia de esta última para que vuelva a casarse y disfrutar de su jubilación en compañía. A pesar de sentirse desalentado por la idea de encontrar pareja como un divorciado de mediana edad, que para nada es atractivo, accede a asistir a los bailes debut para complacer a su hija. Lo que no imagina es que en ese ambiente hipócrita podría hallar una nueva oportunidad en la duquesa de Rosaria, la primera mujer en heredar un título nobiliario y formar parte de la guardia real. ¿Podrá un hombre marcado por el estigma de un divorcio, su edad y de su fealdad, encontrar nuevamente el amor en alguien como ella, que desafía las convenciones sociales con su posición y poder?

NovelToon tiene autorización de Guadalupe Nieves para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CAPÍTULO 3

Tras una semana desde su llegada, el albacea volvió a su casa de campo tras una reunión con el gremio de agricultores con el que se había decidido hacer una asociación. Al ser grandes compañeros del líder del gremio, un anciano lord que esperaba el poder ayudar a desposar a su nieta, había organizado el primer baile que abriría de manera oficial la temporada.

—¿Lady Serena?—tocó la puerta del despacho.

Preocupado al no obtener respuesta, decidió ingresar para darse cuenta de que la nueva duquesa se había quedado dormida en el sofá, luego de haber hecho un poco de trabajo administrativo. Riéndose un poco, le colocó una manta encima y fue a la cortina para abrirla, ya que se notaba que la luz del sol le molestaba.

—¿señor Anthony?—preguntó somnolienta.

—Sí, mi lady—respondió el albacea—perdone mi atrevimiento.

—No, tranquilo—lo calmó—perdón, es que aún no me acostumbro del todo a la contabilidad.

—Para eso me tiene a mí—fue a la mesa a servir un poco de té—la reina me ha pedido no irme de su casa hasta que tenga la suficiente fuerza para hacerse cargo de las finanzas.

Tras recibir una tasa de té, le agradeció con una sonrisa. Agradecía en el alma la ayuda del albacea, la persona con la que pudo mantener a flote lo poco que su padre había dejado.

—Por cierto, en dos días será el primer baile de temporada—le dijo extendiéndole una invitación—mi esposa, usted y mi persona hemos sido invitados... ¿Sabe lo que quiero decir, cierto?

—Vaya, no pensé que las invitaciones de bailes debuts fueran tan bien hechas—respondió admirando el sobre y la carta—pero sí, entiendo. Será mi primera vez en sociedad.

—Déjeme preguntarle, ¿ya tiene listo su ajuar para esta temporada?—preguntó.

Serena, quien ni siquiera había tenido su propia presentación, ladeo su rostro confundida. Desde que la reina había confirmado que ese año sería su último en la guardia real, no había pensado en un vestido o varios como tal. Simplemente aspiraba a salir con el traje de gala militar que usaba para los eventos.

—¿Y tacones?—preguntó un poco nervioso.

—¿Qué es eso?—contra pregunta—¿son botas, no?

—Esto es malo—suspiró el hombre— y todas las boutiques han sido arrasadas en la ciudad por las debutantes.

Bajando la mirada, ambos se asustaron ante el panorama desolador. Poco a poco el señor Anthony comenzó a tener dolor de cabeza, intentando encontrar alguna solución. La única forma en que podrían ayudar a lady Serena en su búsqueda de esposo era apelando a su belleza; sin embargo, era bien sabido que el prepararse para la temporada era cosa de meses y no de último momento.

—¿Pero qué hay de malo en que vaya con mi uniforme de gala?—cuestionó nerviosa—cuando era niña hasta mi padre lo hacía.

—Si fuera hombre, mi señora—le respondió de forma honesta—no habría ningún problema; sin embargo, si quiere encontrar esposo, su uniforme no la ayudará.

Mordiéndose un poco los labios, asintió frustrada ante aquel hecho. Tenía no solo frustración con ella misma por haber sido tan olvidadiza, sino también por la prejuiciosa sociedad en la que había crecido. Analizándolo mejor, suspiró con suavidad. Había pasado por cosas peores en el ejército, intentaría afrontar todo lo que se viniera encima con la frente en alto.

—¡Arriba señor Anthony!—gritó levantándose.

—¿Eh?—preguntó confundido el señor Anthony.

—¡Arriba!—lo obligó a levantarse—¡Aún es de día! ¡Vayamos a la ciudad por mi ajuar de la temporada!

Teniendo aun de miedo en su corazón, Anthony aceptó acompañar a la duquesa a la ciudad para ver si aún había alguna boutique con vestidos; sin embargo, debido a la poca comprensión de moda de la chica, debía pedir la opinión de una mujer con experiencia, por eso antes de ir al distrito de la moda de la ciudad, fueron en búsqueda de su esposa.

No obstante, luego de recorrer gran parte de las cinco cuadras del distrito, antes de que la tarde llegaran, los tres decidieron descansar un poco en el parque y así de paso relajarse con la bella puesta de sol. Miranda, la esposa de Anthony, al ver tan cabizbaja a la duquesa, pidió a su esposo darles un poco de privacidad para poder hablar.

—¿Se siente mal, mi duquesa?—preguntó la mujer pelinegra.

—Estoy mareada, solo eso—respondió enderezando un poco su postura en la banca—jamás en mi vida pensé que casi todas las tiendas de modas se quedaran sin vestidos. A este paso tendré que ir con mi uniforme de gala.

—Bueno, debido a que en esta temporada ha habido un aumento de debutantes, es entendible que aun siendo pre-temporada esté casi todo escaso—le fue sincera—pero aún tenemos 1 día más y muchas tiendas por recorrer, estoy segura de que encontraremos algo para usted.

—Ojalá fuera eso—dijo con un atisbo de tristeza—pero... por más que vaya lo más arreglada posible, ¿de verdad usted cree que algún hombre querrá estar conmigo?

El duro golpe de realidad la desanimó en ese momento, muy pocas veces se sentía tan mal como ahora; sin embargo, aunque si deseaba encontrar un marido y formar una familia como la que ella tuvo antes de que murieran, sería una odisea que alguien la escogiera debido a sus antecedentes.

—¡Ánimo, duquesa!—respondió apretando un poco su mano—quién quita, de pronto encuentre un galán buen mozo en el primer baile.

—Aun si no fuera buen mozo—dijo observando a las familias jugar en el parque—lo único que deseo es que sea un buen esposo y padre.

Tras unos minutos más hablando, decidieron ir al carruaje de regreso a la casa de Serena, donde la esposa de Anthony dormiría ese día; no obstante, cuando estaban caminando rumbo a la salida del parque, observaron un tumulto de personas que observaban a una mujer desmayada.

—¡Está rompiendo fuente!—espetó un hombre gordito—¡Hay que llevarla al hospital!

—¡No, señor!—respondió otro hombre—somos muy pobres, no podemos pagar...

—¡Su esposa se ha desmayado y su hijo viene en camino!—lo regañó—¡Yo pagaré el hospital! ¡Vaya y busque un carruaje!

El hombre, quien había ido al auxilio de la pareja de plebeyos, empezó a socorrer a la mujer, indignado porque nadie la ayudara. Tomando un poco el pulso, notó que estaba muy bajo, aquello sería muy peligroso para que el bebé viniera al mundo.

—¡Qué alguien ayude con un carruaje!—gritó.

Todos en el público lo observaron con asco, hasta que un niño, el cual estaba jugando con su madre, intentó acercarse para ayudar, pero su progenitora lo detuvo agarrándolo con fuerza.

—¿Sir Jeremy?—escuchó una voz familiar.

—Sir Anthony—respondió al verlo acercarse—¿Cree usted que pueda ayudarnos?

—¡Por supuesto!—indicó con una seña al cochero que lo esperaba en la calle—pueden usar mi carruaje para ir al hospital, yo volveré en uno de alquiler.

—¡Muchas gracias!—agradeció el esposo de la mujer—gracias...

Con ayuda de Jeremy, ambos cargaron a su esposa y lograron subirse al carruaje, el cual se apuró para llegar al hospital. El público observador del momento, compuesto de algunos nobles, empezaron a murmurar ante la suciedad de los futuros padres, quiénes estaban pidiendo limosna antes de todo lo ocurrido.

—Quién diría que el padre de la princesa consorte estuviera en este parque—espetó Miranda.

Sorprendidos ante las palabras de la mujer, todos mostraron una cara de horror de inmediato. No podían creer que se habían negado a ayudar y habían visto de mala manera al padre de la futura reina, todo porque les daba asco la apariencia de los mendigos.

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.

.

Luego de quince minutos de espera, el trío logró embarcarse en un carruaje de alquiler; sin embargo, a causa de lo ocurrido, se les hizo muy tarde para volver a la casa de Serena, por lo que tuvieron que pasar la noche en la residencia del albacea de la reina.

Ya en la residencia, lady Miranda le prestó una bata para dormir en lo que esperaba la cena en su habitación. Al día siguiente una doncella le traería más ropa de su casa, así que no tendría ningún problema en esperar unas horas; no obstante, en vez de pensar en su problema con el ajuar para la temporada, seguía pensando en el padre de la princesa consorte.

—¿Mi lady?—escuchó a través de la puerta—¿puedo pasar?

—Adelante—respondió dando un brinco de sorpresa.

Tras ver como la doncella de la familia le traía la cena, se quedó observando en silencio el plato de comida. Tenía una rara sensación en su estómago, que si bien le agradaba y no era para nada dolorosa, la hacía inapetente para comer. De modo que, disculpándose por no poder probar bocado, ordenó que se le fuera retirada la comida para irse a dormir.

Apagando las lámparas de aceite que iluminaban su habitación, dejando solo un haz de luz de luna alumbrar su camino, se acostó en la cama cubriéndose hasta la nariz con la manta. Recordando de nuevo el rostro de sir Jeremy, no sabía el porqué jamás se lo encontró en el palacio real; sin embargo, no podía dejar de pensar en su cabello rubio, sus mechones adornar sus gafas y en el tono de voz autoritario con el que habló y trató aquella situación.

—Es bonito—susurró.

Poco a poco comenzó a dormirse, luego de que su cuerpo cayera producto del cansancio, pese a que su corazón latía más rápido de lo habitual. Una emoción desconocida la embriagó y el deseo de ver a ese hombre aumentaba aún en sus sueños.

1
Monica Barloni
Excelente
Bettzi Iseth Nieto Peralta
pues a qué edad entró a la milicia?
Maurelly Nájera Huaca
Excelente
Lucia Rosalba Garcia Mercado
yo mire ese cuento en el teatro de cachirulo espero que termine igual
Lucia Rosalba Garcia Mercado
ay no entonces no va aver un final feliz como puede ser que gane la maldad
Linupe
Excelente
Linupe
esooooo ahora sí me emocioné, así debe ser, despidelos por malagradecidos
Linupe
😱 que jovencita tan descarada 🤣🤣 menos mal ella no sufre de vergüenza o ese amor no floreceria 😅
Linupe
ahhh 😀😏 ella si encontró bonito al feito de Jeremy 😉😍
Maria Garrido
Excelente
Laura Diaz
excelente trabajo hermosa historia esperando con ansias la siguiente
Nora Margot Gomez Lancha
Excelente
Dulce Cira
Cómo es posible tanto dolor y sufrimiento 😭😭😭😭😭💔😡😡😡🤬😑😏
Dulce Cira
hasta muriendo lanzó su veneno 😡
Dulce Cira
No no no mucho mucho para mí corazón 😭😭😭😭😭😭😭💔
Mitsuki G
En verdad me gusto que Jeremy se casara con su amada duquesa y la liberará de la maldición pero pobre de sus hijas siendo manipuladas por demonios solo por la lujuria ya no pudieron entregar su primera vez ni siquiera cuántas veces a sus amados que algo me dice que ese sultán será uno de ellos en verdad pobres por la lujuria caerán con ellos en todas las noches solo de pasión
Maria Garrido: vuelvo a repetir tus historias raras y macabras
total 1 replies
Mitsuki G
Entonces no fue un sueño ambas hermanas se entregaron fácilmente a esos disque destinados por la pasión del momento y dónde estaba el amor que sentía por Scott en verdad son fáciles? o solo están siendo manipuladas y en verdad está vez ganará la perra de Selena ya que las princesas está cayendo fácilmente con esos solo por unas graciosas noche
Mitsuki G
Me preguntó si dónde están es como en el sueño de Serena dónde ahí les quita la virginidad donde las controla y deja su cuerpo en su cama y al parecer todas está cayendo fácilmente a la seducción
Diosa David Torres
ay Dios aquí seguiré sufriendo con esta historia muy pendiente de tus actualizaciones ❤️
Diosa David Torres
ay noooo cómo que ese demonio le quitó su pureza y nadie pudo hacer nada esto me dejó triste y mi pobre Scott 😔
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