Angie Beltran es una hermosa y tierna muchacha que conoce a Pablo Aragón en un accidente , dónde el amor entre ellos surge al instante , haciendo la promesa que después de terminar cada uno su carrera se casarían y formarían una familia , Pero la obsesión de una mujer por Pablo los separa dos años , ella sin saber porque no llego el día de si boda y el pensando en ella cada dia . ¿qué pasará cuando se vuelvan a ver?¿ella lo escuchará?.
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CAPITULO 12
—Buenos días, escucho la voz de mi prima Melissa. Estás medio dormida, le hablo, pasándole una taza de café.
—Ya sé —me contesta, sentándose a mi lado y dándole un sorbo al café—. Deja de preocuparte, Melissa. Dejemos que el tiempo le dé la razón a quien tenga que dársela.
—Tienes razón, Angie. Ahora vámonos a recoger los resultados al laboratorio.
—Sí, vamos antes de que se llene de gente —respondí levantándome y preparándonos para salir.
Melissa y yo nos dirigimos al laboratorio, mientras caminábamos en silencio por las calles de la ciudad. A pesar de la tranquilidad del amanecer, había una tensión palpable en el ambiente. Ambas estábamos nerviosas por lo que podrían revelar los resultados de los análisis.
Finalmente, llegamos al laboratorio y esperamos nuestro turno. Cuando por fin nos llamaron, tomamos los resultados con ansias y los leímos con detenimiento. Para nuestra sorpresa, los resultados eran positivos y llevaban consigo buenas noticias.
—¡Lo logramos, Angie! ¡Todo salió perfecto! —exclamó Melissa emocionada, abrazándome con fuerza.
Ambas nos felicitamos mutuamente y salimos del laboratorio con una sensación de alivio y felicidad. Ahora podíamos dejar atrás nuestras preocupaciones y seguir adelante con la certeza de que el tiempo había estado de nuestro lado.
Mientras caminábamos de regreso a casa, Melissa me tomó de la mano y me miró con una sonrisa.
—Gracias por estar siempre a mi lado, Angie. Eres mi roca en los momentos difíciles —me dijo con sinceridad.
Sonreí y le devolví el apretón de mano.
—Siempre estaré aquí para ti, prima. Juntas podemos superar cualquier obstáculo que se nos presente.
Y así, con la certeza de que teníamos el apoyo mutuo, continuamos nuestro camino hacia el futuro con renovadas fuerzas y un lazo de amistad que sería inquebrantable.
Al llegar al apartamento con Melissa, nos miramos y soltamos una sonrisa de felicidad.
—¿Cuándo le vas a dar la noticia a Pablo de que va a ser papá? El día de la boda, ese será mi regalo para él.
—respondí con emoción. Melissa me abrazó con cariño y me felicitó por la decisión. Estábamos emocionadas por el gran paso que estábamos a punto de dar juntas.
—Será un día perfecto, estoy segura de que Pablo recibirá la noticia con mucha alegría. Será un regalo que recordará por el resto de su vida —dijo Melissa con una sonrisa.
—Y tú, ¿cómo le dirás a Samuel que se convertirá en padre también el día de tu boda, mi querida prima? —me contestó con una mirada pícara.
Nos pusimos a planificar los detalles de la boda y de cómo sería la forma en la que le daría la noticia a Pablo y ella a Samuel. Estaba ansiosa por ver su reacción y por compartir con él la felicidad de convertirnos en padres.
El tiempo pasaba rápido y la fecha de la boda estaba cada vez más cerca. Estaba nerviosa, pero también emocionada por lo que nos deparaba el futuro. Sabía que con Pablo, Melissa y Samuel a mi lado, todo sería maravilloso.
Hoy estamos en el centro comercial comprando vestidos para el día de la boda. Samuel me pidió el favor de hacer que Melissa compre un vestido blanco para el día de la boda y yo siento que ese día se casará mi prima al lado mío.
— ¿Cómo me veo? —me pregunta Melissa dando vueltas como una niña chiquita con ese vestido blanco. —Te ves hermosa, Melissa.
—dije con una sonrisa—. Ese vestido te queda perfecto, estoy segura de que Samuel se va a enamorar aún más de ti cuando te vea caminar hacia él en ese día tan especial.
Melissa se iluminó con mi comentario y siguió admirando su reflejo en el espejo. Estaba radiante y no podía esperar a que llegara su gran día.
Mientras tanto, yo no podía evitar sentirme emocionada y un poco nostálgica al mismo tiempo. Ver a mi prima tan feliz y emocionada por mi boda y la de ella. Pero no se lo diría.
De repente, una mezcla de alegría y melancolía invadió mi corazón. Sabía que pronto sería mi turno de caminar hacia el altar y casarme con el amor de mi vida. Y aunque estaba emocionada por ese momento, también sentía un poco de nostalgia por dejar atrás mi vida de soltera. Aunque ya esté casada por el, civil con Pablo.
Pero por ahora, el foco estaba en Melissa y en hacer que ese día fuera perfecto. Estaba decidida a hacer todo lo posible para ayudarla a tener la boda de sus sueños, a mi lado.
Nos pasamos horas probando vestidos, revisando cada detalle y asegurándonos de que todo estuviera listo para el gran día. Melissa estaba radiante y yo no podía evitar sentirme orgullosa de ella. Sé que la boda será una gran sorpresa para Melissa, ella desea casarse con Samuel y su sueño se hará realidad.
La emoción se podía sentir en el aire mientras nos preparábamos para la boda. Todo estaba perfectamente planeado y organizado, desde la decoración hasta la música. Todo estaba listo para que la boda de Melissa y Samuel, junto a la mía con Pablo, sea una realidad.
Llegamos a casa con Melissa, rendidas por el día de compras. "Falta una semana", la escucho decir.
— Lo sé —contesto, sirviendo un vaso de agua—. Estoy nerviosa, Melissa.
— Tranquila amiga, todo va a salir bien. Ya verás que todo estará perfecto para el gran día —me dice Melissa, tratando de calmarme.
Nos sentamos en el sofá y empezamos a planear los detalles finales de la boda. Revisamos la lista de invitados, la decoración, la música, todo estaba listo. Pero aun así, los nervios seguían presentes en mi mente.
— ¿Y si algo sale mal? ¿Y si la gente no se divierte? ¿Y si no soy lo suficientemente bonita? —le digo a Melissa, con temor en mis palabras.
Ella me mira con cariño y me toma de la mano. — Confía en ti misma, en tu pareja y en el amor que se tienen. Todo lo demás es secundario. Solo disfruta del momento y de la compañía de las personas que te quieren. Todo saldrá mejor de lo que imaginas, lo prometo.
Sus palabras me reconfortan y, por un momento, los nervios desaparecen. Respiramos profundamente y nos abrazamos, sabiendo que teníamos todo bajo control y que juntas seríamos capaces de enfrentar cualquier obstáculo que se presentara en el camino hacia el altar...
Continuara...