– ¡ESE NO ES MI HIJO!.
Eso fue lo último que Jake le dijo a Natasha, su esposa. Así la hecho de la mansión y de su vida, estando embarazada de su bebé, haciéndole caso a las malas lenguas que decían que lo había engañado.
Pero la vida le jugaría una doble jugada y literalmente doble.
Natasha decidió irse al campo a iniciar una vida nueva, criando sola a sus dos hijos Adler y Nicole, mellizos. Muchos años más tarde, a la mansión vecina a su granja se muda Jake con su nueva mujer e hijo de la misma edad que los suyos.
Intentará luchar por su perdón pero... ¿Que pasará cuando el corazón de Natasha se vea invadido por otro hombre?.
Oliver, un hijo ilegítimo del padre de Jake, un guapo hombre que creo su propio y exitoso negocio con el cual se hizo conocido además de ser llamado "El Vassil ilegítimo".
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Capítulo 7
NATASHA
Conduzco llorando, las lágrimas caen como cataratas, freno en el camino y apoyo mí frente en el volante, tiemblo mientras lloro.
Tuve que volver a recordar todo lo que viví.
– ¡Maldito! ¡Maldito desgraciado! –digo llorando–. Te odio tanto.
Seco mis lágrimas y sigo mí camino a la casa, guardo el auto y entro. Los chicos miran la televisión.
– ¿Mamá? –Adler se levanta–. Bienvenida...
– Gracias, mí amor –lo abrazo–. ¿Ya cenaron?
– Si, mamá –dice Nicole–. Pero... ¿Estás bien?. Estás rara. ¿Paso algo.?
– No, mí amor. No me pasa nada –les sonrío–. Estoy bien. Solo algo cansada.
– Bueno, vamos a dormir entonces –Nicole apaga el televisor–. Hoy dormimos contigo, mamá
Me río y subimos a mí habitacion, me acuesto en el medio y los chicos uno a cada lado, me abrazan. Cuando eran niños venían a dormir conmigo tan pequeños, ahora Adler me redobla en tamaño y es mucho más alto que yo, y Nicole es como yo físicamente, también parecida a mí.
Cierro los ojos dejándome llevar por el sueño. De repente estoy en otro lugar.
• SUEÑO DE NATASHA •
La señora Vassil está aquí, la madre de Jake está aquí. Me mira furiosa.
– ¡UNA TRAIDORA! –me grita–. ¡ERES UNA PUTA ZORRA!
– ¡Jamás engañe a su hijo! –me defiendo.
– ¡MAMÁ! –escucho el gritó de Nicole–. ¡MAMÁ!
Giro la cabeza y veo, detrás de mí, a mis hijos. De repente una oscuridad se los lleva lejos. ¿¡DONDE ESTAN MIS HIJOS!?.
Miro de nuevo a la madre de Jake quien se ha vuelto gigante. Su mirada de asusta y hace que tiemble.
– ¡SIEMPRE SERÁS LA NIÑA DÉBIL QUE SE CASÓ CON MI HIJO! –levanta la mano.
Su enorme mano viene contra mí, cierro los ojos esperando el golpe, pero no pasa nada. Vuelvo a abrir los ojos y veo otra mano, aún más grande, deteniendo la de ella. Miro al dueño de esa mano... ¿Oliver Vassil? ¿Por qué?.
– No eres débil –me dice Oliver–. Eres más fuerte de lo que piensas.
– Oliver... Yo... –tartamudeo.
• REALIDAD •
Despierto muy confundida. Adler y Nicole siguen aquí, durmiendo a mí lado, acaricio sus cabezas. Jamás dejaré que algo o alguien los dañe... Son mí vida, todo lo que tengo.
...****************...
ADLER
Al medio día voy al taller con Nicole. Hace mucho calor, menos mal que el taller tiene aire acondicionado.
Pasamos la mañana arreglando los autos, sus dueños los retiraron en tiempo y forma. Al mediodía el calor es insoportable hasta para nosotros.
– ¡Ya no aguanto más, odio el verano! –exclama Nicole–. Lo único bueno que tiene es que no hay clases.
– Que amargada eres, Nicky –le digo–. Siempre te quejas por todo.
– Solo una vez que lo hago y ya andas diciendo eso –se cruza de brazos.
Empezamos a aburrirnos cuando ella se levanta rápidamente.
– Tengo una idea –me dice.
Camina hacia el parlante que tenemos sobre una mesa. Conecta su celular y me sonríe.
– Ahora si, hermanito –me dice–. Veamos que tan buen striptease eres.
La música empieza a sonar y la melodía de You Can Leave your Hat On suena. Nicole corre hacia el botón de la regadera del techo, el agua cae sobre mí.
– Vamos hermano... –me anima–. Baby take off you coat... –empieza a cantar–. Real slow....
Viene hacia mí y nos empezamos a mojar, mientras bailamos. Me quito mí camiseta manga corta y la giro sobre mí cabeza.
– ¡WOW!... ¡ESE ES MI HERMANO! –me grita animando–. ¡SSII!
Empezamos a saltar mientras nos mojabamos, mi pelo se me pegaba a la cara. Entonces miro hacia la entrada del taller, los Vassil están parados mirándonos sorprendidos.
Les sonreímos.
– ¿¡Que esperan!? –pregunta Nicole–. Vengan con nosotros.
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JAKE
Llegamos al taller, necesito verlos aunque sea solo como cliente, pero tengo que verlos, aunque sea unos minutos.
Cuando nos acercamos vemos a ambos bailando, bajo una regadera en el techo, están empapados.
– ¿¡Que esperan!? –grita mí hija–. Vengan con nosotros.
Erick y Ethan se miran entre ellos y van con ellos. Bailan, ríen entre ellos. Oliver y yo los miramos riendo, entonces noto algo... La mirada de Erick hacia Nicole.
¡Ay no! ¡No, no, no!. No puede ser... Le gusta ella, no puede, son hermanos.
Terminan de bailar y nos miran, noto la química entre Nicole y Ethan, no puede evitar molestarme por como la mira.
– Perdonen por recibirlos así –dice Adler–. ¿Necesitaban algo?
– Si, se que tu madre no permite que vengas a mí casa –le digo–. Pero puedo llevarte mí auto a tu casa.
– Es una buena idea –dice Nicole–. No creo que a mamá le moleste eso.
– Claro, pero antes hay que preguntarle –me dice Adler–. Además tendrá que ser el lunes, ya que hoy tenemos la fiesta de máscaras.
– ¿Fiesta de máscaras? –pregunta Erick–. ¿De verdad?.
– Si, es está noche –le dice Adler–. ¿Por qué no vienen?. Puedo pasarles la dirección.
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ADLER
Hablamos unos minutos hasta que tenemos que cerrar. Salimos y Nicole se pone a hablar con Ethan y Erick, estos dos están embobados, pero ella se ve interesada en Ethan.
– Debes cuidar mucho de tu hermana –me dice Oliver.
– Cuido de mi hermana y de mí madre –les respondo–. Siempre lo hice.
– ¿Y tu padre? –me pregunta Oliver.
– Jamás lo conocí, jamás pregunté por el –respondo cortante–. Tampoco me interesa saberlo, estamos bien. No lo necesitamos.
Me giro hacia ellos, les sonrío tristemente.
– Aprendí a jugar soccer gracias a mí madre, aprendí a defenderme gracias a mí madre –digo sonriendo–. Todo lo que yo soy se lo debo a ella, ella es el claro ejemplo de la fortaleza.
– Debes amar a tu madre –me dice Jake.
– Lo hago, es mí madre... –le digo.
El señor Jake me mira de una manera extraña, en sus ojos azules hay un sentimiento raro cada vez que me mira o a Nicole. Aún no lo entiendo.
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• JAKE VASSIL •