Natalia es obligada a casarse con el amante de su hermana gemela. Si no lo hace verá a sus padres morir delante de ella.
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Un golpe
...Narra Natalia...
Mis manos, como gran parte de mi cuerpo se encontraba cubierto de sangre. Me esforzaba como nunca lo había hecho, para evitar derramar lágrimas.
No quería que este hombre me viera derramar lágrimas, no importa si eran de dolor, o de frustración. Me sentía profundamente herida de mi alma.
Sin embargo, no lo iba a demostrar delante de este miserable... Entre mis manos tenía una estatuilla de bronce, que mi padre amaba celosamente.
La había comprado en uno de sus viajes a Australia, decía que era su amuleto de la suerte, y que era algo muy valioso para él. Lo repitió tantas veces que ya lo sabía de memoria...
_ ¡No eres suficientemente valiente, para terminar con mi vida!... _ Me dice con valentía.
Sin darse cuenta de que él es quién está arrodillado delante de mí. En mis manos, tenía la oportunidad de matarlo y vengar todo el daño que les ha hecho a mis padres.
Delante de mí, tenía al hombre más miserable que pudiera existir en todo el mundo. Había hecho cosas terribles en contra de mis padres, y de mi hermana mayor.
Siendo, Sofía, una niña, fue obligada hacer cosas horribles que causaron su locura... Todos estos años, mi pobre hermana, no ha podido borrar de su mente la tortura que vivió en ese infierno.
Ella ha sufrido tanto, que no merece continuar sufriendo por la culpa de este maldito perro. Entre mis manos tenía el arma, para acabar de una vez con este desgraciado.
__ ¡¿Qué ocurre, no puedes terminar de matarme?!... _ Me provocaba cada vez más con sus palabras.
Mis manos temblaban como nunca antes lo habían hecho, mi corazón palpitaba de una manera sorprendente.
Lo único que deseaba era matar a este hombre, sin embargo, la muerte sería muy poco castigo para lo que se merece por todo el daño que les causo a mis padres.
El dolor que le ha causado a mi familia, es indescriptible. ¡Cada una de las cosas, que acaba de decirme, se ha metido en lo más profundo de mi mente!...
Simplemente, no puedo borrar de mi cabeza, las cosas tan crueles que ha hecho. La manera en que me ha confesado como se hizo pasar por mi padre para embarazada a mi madre, la manera en como se burla, cuando habla del infierno que vivió mi hermana, por su culpa
_ ¡Eres una niña idiota!...
_ Deseas convertirte en la heroína de tu miserable familia... Pero, ¡Nunca, vas a poder salvar a ninguno!... _ Dijo sin quitar su mirada de mí.
Solté el primer golpe, golpeando su cabeza con poca fuerza, pero, la suficiente, para abrirle la cabeza y que su sangre cayera con más fuerza.
Sin embargo, al parecer no causo el suficiente daño. Este maldito parecía inmortal, su maldita sonrisa burlona era difícil de borrársela…
__ ¿Crees que vas a poder vencer a un hombre, que ha sido torturado miles de veces?...
_ ¿Crees que vas a poder hacerme algún tipo de daño?... ¡Eres muy ingenua!... _ Mencionó estirando su mano...
Rápidamente, esquivé su mano, y levanté un poco más el objeto que traía entre mis manos, ya había golpeado una vez su cabeza, no me importaría volver hacerlo...
__ ¡Cállate, de una maldita vez!..._ Estaba perdiendo la poca paciencia que me quedaba... _ Grité furiosa.
_¡No vas a poder salvar a ninguno miembro de maldita familia!...
__ ¡En el lugar donde están es imposible entrar y salir con vida!... _ Gritó furioso Marcelo, mientras que sus manos ejercían mucha fuerza en la herida...
__ ¡¿Dónde está mi familia?!... _ Le pregunté en voz baja.
Marcelo hizo una mueca burlona, por algunos segundos, solo se burló de la desesperación que sentía por no saber donde estaba mis padres y mi hermana.
_ Para poder salvar a cada uno de tu familia, debes casarte con Lawrence... _ Susurró con burla.
Era imposible que me case con ese tal Lawrence, debe de ser un viejo, horrible, igual o mucho más cruel que este maldito...
El cual debe estar odiando a la tal Lorett, por haber causado que estuviera en una silla de ruedas... Mi vida a su lado se convertiría en el peor de los infiernos, y yo no tengo por qué pagar por algo que ocasionó esa mujer.
__ Me crees tan idiota, para creerte, que solo casada con ese hombre podré salvar a mis padres.
__ ¡No!...
__ Estás muy equivocado... No voy a caer en algo tan estúpido... _ Le mencionó agarrando con más fuerza, lo único que me podía salvar...
__ Eres la niña más estúpida que he conocido, ¡Cobarde, además!...
__ No serías capaz de matar a tu propio padre... _ Mencionó el idiota con burla.
Cuando estaba por golpearlo de la cabeza de este desgraciado, escuchó el sonido que hacen los tacones detenerse afuera de la puerta.
Me asusté, lo reconozco. Nunca en toda mi vida me había enfrentado algo tan estresante, y traumático; como lo que me estaba sucediendo.
Delante de mí, tenía a un hombre arrodillado, cubierto de sangre que yo misma provoque. Eso no era lo peor, lo peor era que era idéntico al hombre que siempre he considerado como padre.
Ernesto, sin duda a sido un hombre excepcional, un verdadero padre, aunque últimamente, tuvimos unas discusiones, por mi novio, él ha sido un magnífico padre.
Me ha apoyado en todo, estaba a unos días de irme de esta país, y vivir en Manhattan. Quería vivir sola en otro país, vivir alejada de mis padres y estudiar una carrera que tuviera que ver con la mente humana, para poder ayudar a mi hermana a salir de todo ese infierno.
_ Tienes suerte, ..._ Susurré antes de golpear la cabeza de este hombre.
Cayó inconsciente a mis pies, su cabeza, como si cuello sangraban violentamente... Agarré con más fuerza la estatuilla de bronce, qué ahora estaba bañada con la sangre se esté desgraciado.
La levanté de nuevo con toda la intención de matarlo. Pero, en ese instante, la voz de afuera me dejó en alma congelada.
__¡Papá! ¿Todavía estás ahí?... _ Esa voz era idéntica a la mía, me sorprendí demasiado.
_ Papá, estás allí... ¡Necesito hablar contigo!...
Mi cuerpo se quedó congelado, mis manos no dejaban de temblar, estaba por conocer a mi hermana gemela... Tenía el cuerpo de su padre a mis pies, todo lo que estaba sucediendo era tan fuerte, que ni respirar podía...