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En Los Ojos Equivocados

En Los Ojos Equivocados

Status: En proceso
Genre:Romance / Elección equivocada / Dejar escapar al amor / Pareja destinada / Mujer despreciada / Divorcio
Popularitas:192.2k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Meche

A los ojos de la sociedad, Graciela tiene una vida perfecta: un matrimonio estable, una fortuna envidiable y un esposo atractivo, el exitoso empresario Pepe Benítez, diez años mayor que ella. Pero tras la fachada de perfección se esconde una verdad dolorosa. Pepe, que alguna vez se mostró atento y romántico, solo jugaba un papel para asegurarse la herencia de Graciela, quien quedó huérfana a los cinco años y heredó la fortuna de sus padres adoptivos tras su muerte.

Con el tiempo, influenciado por su madre Catalina, Pepe se transformó en un hombre frío y despiadado, reduciendo a Graciela a la sombra de lo que alguna vez fue. Ella creyó que no había salida, que su destino estaba sellado en un matrimonio sin amor y lleno de maltrato.

Hasta que un malentendido cambió el rumbo de su vida y puso en su camino a Simón Ferrero, un hombre capaz de devolverle la esperanza y enseñarle que existen segundas oportunidades. Con él, Graciela descubre un mundo distinto: un amor genuino, una nueva luz.

NovelToon tiene autorización de Meche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Ecos de una flor Inoportuna.

Una falta de respeto.

Muy lejos del drama que estaba viviendo Graciela en su mansión, la ciudad despertaba con un brillo particular. El sol iluminaba con suavidad las avenidas, como si el destino estuviera dispuesto a jugar una buena mano ese día. En lo alto de un moderno rascacielos, el lujoso hotel donde se hospedaba la élite empresarial, un hombre se ponía de pie frente a una ventana de cristal templado.

Simón Ferrero, el joven prodigio de los negocios, se ajustó el nudo de la corbata mientras respiraba hondo. Había algo en el aire, una especie de energía vibrante, como si el universo le guiñara un ojo. No era un hombre supersticioso, pero desde muy chico había aprendido a confiar en su intuición. Y hoy, su intuición le decía que el día traería algo importante.

Bajó hasta el lobby con paso firme, impecable en su traje azul medianoche. Apenas cruzó la puerta giratoria, su fiel asistente, Diego, se acercó con una taza de café en la mano.

—Señor, aquí está su café —dijo Diego con respeto, mientras le abría la puerta del vehículo que los esperaba.

—Gracias, Diego. ¿Has averiguado lo que te pedí? —preguntó Simón mientras se acomodaba en el asiento trasero del auto de cristales polarizados.

—Sí, señor. Tengo la información sobre lo sucedido en la gala—

Simón asintió, tomó un sorbo del café humeante y fijó sus ojos en el rostro de su asistente. Su mirada aguda denotaba curiosidad y una pizca de escepticismo.

—Entonces, adelante. Cuéntame—

—Según lo que logré indagar, hubo un altercado en el baño de damas. La esposa del señor Pepe resultó lastimada, aunque no se especificó con claridad la gravedad del asunto. Para evitar la vergüenza pública, el señor decidió sacarla por la puerta trasera del lugar —explicó Diego con tono profesional.

Simón enarcó una ceja.

—¿Un altercado en el baño? ¿Y nadie más lo vio? Qué conveniente—

—Al parecer fue un desacuerdo entre mujeres, señor. No logré obtener detalles exactos. Parece que la información está... restringida—

Simón miró por la ventana con gesto pensativo. Algo no encajaba. Había oído hablar de la esposa de Pepe, una mujer de carácter, sí, pero también de clase. ¿Quién podría haberla atacado?

—Quiero que envíes un ramo de flores para la señora Benítez —ordenó de pronto, girándose hacia Diego—. En mi nombre, ofreciendo disculpas por lo sucedido. Añade que me gustaría conocerla personalmente, y que lamento que un evento de nuestro círculo haya sido arruinado por un malentendido—

—¿Desea algún tipo de flor en particular?—

—Orquídeas blancas. Que sean muchas. Y asegúrate de que el repartidor observe su reacción. Quiero saber exactamente cómo recibe el gesto—

—Sí, señor —dijo Diego, tomando nota de todo con agilidad.

En cuanto bajaron del coche en las oficinas de Ferrero Holdings, Diego se apartó para hacer los arreglos. Ordenó el ramo más elegante del florista más exclusivo de la ciudad, y redactó una tarjeta con pulcritud:

"Señora Benítez, reciba mis más sinceras disculpas por lo sucedido durante la gala. Espero tenga la cortesía de aceptar estas flores como una muestra de consideración. Me encantaría poder conocerla personalmente. Atentamente, Simón Ferrero."

El encargo fue entregado a un repartidor de confianza, con una orden clara: debía regresar con un informe detallado de la reacción de la señora Benítez al recibir las flores.

Al mismo tiempo, Graciela se despertaba sin saber que su mañana estaba a punto de verse alterada. Se envolvió en su bata de seda y bajó por las escaleras, notando con alivio que Catalina no estaba. La casa parecía respirar en calma, un silencio que le ofrecía un raro momento de paz.

Se dirigía a la cocina en busca de algo caliente cuando el timbre resonó con un eco que le sobresaltó los nervios. No era común que alguien llamara tan temprano. Un empleado se adelantó para atender, y tras unos segundos, llamó a la señora:

—Señora Graciela, han traído algo para usted—

Ella se acomodó la bata con elegancia, imaginando por un instante que Pepe, arrepentido, había decidido enviarle flores. Tal vez incluso había escrito una carta de disculpas por lo sucedido con su madre. ¿Era eso? ¿Acaso aún le quedaba algo de dignidad a ese hombre?

Con una sonrisa leve, salió hasta el vestíbulo y se encontró con un repartidor joven, trajeado con formalidad.

—Buenos días, señora. Vengo a hacerle entrega de este ramo. ¿Podría leer la tarjeta, por favor?—

Graciela tomó el sobre con delicadeza. Las orquídeas eran preciosas, blancas como la nieve. Deslizó los dedos por el papel antes de abrir la nota. Sus ojos se desplazaron rápidamente por las líneas escritas… y de pronto, su rostro cambió.

—¿Simón Ferrero? —leyó en voz alta, y frunció el ceño.

El repartidor esperó en silencio, observando cada gesto, tal como le habían indicado. Graciela alzó la vista hacia él, furiosa.

—¿Me está diciendo que esto no viene de mi marido?—

—No, señora. Viene del señor Ferrero. Me han pedido conocer su opinión al respecto—

La mirada de Graciela se volvió gélida. Respiró hondo, se irguió como si estuviera frente a un tribunal, y en un acto impetuoso, abofeteó al repartidor.

—¡Esta es mi opinión! —gritó, rompiendo la nota en mil pedazos frente al joven—. Y le advierto que no se le ocurra volver a traerme nada. ¡Nunca más!—

El empleado de la casa cerró la puerta con firmeza mientras Graciela desaparecía escaleras arriba con paso firme. El repartidor, aún atónito, se frotó la mejilla y recogió los restos del papel y el ramo. Volvió a su auto y emprendió el camino de regreso.

Diego esperaba nervioso fuera del edificio cuando lo vio llegar con las flores intactas. Corrió hacia él.

—¿Qué ha pasado?—

—La señora reaccionó con furia. Me abofeteó y rompió la nota. No quiso escuchar nada más—

Diego suspiró, pero antes de poder tomar el ramo para ocultarlo, Simón ya se había acercado.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó con tono serio.

El repartidor se giró hacia él, nervioso, con la mejilla todavía roja.

—Señor Ferrero… la señora no tomó bien el gesto. Me abofeteó y me dijo que no quería volver a recibir nada de usted—

Simón lo miró con una mezcla de sorpresa y decepción. Luego dirigió su mirada a Diego.

—Cancela todo. No iremos a la reunión—

—¿Está seguro?—

—Sí. Tengo que conocerla —

Sin decir más, se metió en el coche y pidió que lo dejaran solo.

1
Fabiola Miranda
más capítulos siii
Teresita Ramirez Lecuna
que tipejo
y lo peor es que son tantos los que hay asi
y las mujeres que caen en sus juegos ......
Teresita Ramirez Lecuna
le tengo un odio al tal Pepe 😠
Teresita Ramirez Lecuna
que tristeza da saber que hay tantas mujeres pasando situaciones similares y hasta peores
alguna logran salir, mientras que otras quedan atrapadas y se van perdiendo
Teresita Ramirez Lecuna
apenas e.pezando y ya quiero que la reseteen
que mujer más aguantadora por no decir tonta
a ver cómo se da cuenta de todo
porque tiene tremenda venda en los ojos
Martha Ordoñez
que bonito capitulo bendiciones escritora más capitulos porfi
Mary Letycia Ramirez de Martinez
muy bueno es una serie con una violencia moderada
y en cada capítulo uno desea saber que pasará en el.siguiente gracias por hacernos disfrutar de tus escritos.
Maria Riquelme
Me gusta mucho esta novela ,por suerte SIMON con el accidente no perdió la memoria y que GRACIELA ya está con el o ya se estaría volviendo loca, y me gustaría saber si el desmayó que tuvo ahí en el hospital es solo por no haber comido nada en tantas horas o es por otra cosa
Katiana Rivas
coñooo Diego por fin te diste cuenta que esa loca no te quiere,interesada es lo que es.
Nena Bastida
Entonces donde esta camila regreso a la universidad
Amelia Mirta Fernández
al fin de mostró como es, una trepadora envidiosa . mostró las garras. pobrecito Diego..
Nena Bastida
Pero que sigues ai tonto con esa loca
Amelia Mirta Fernández
ME ENCANTA. ES GENIAL.. EXCELENTE
Amelia Mirta Fernández
ME TIENE ATRAPADA DESDE EL COMIENZO..zES EXCELENTE
Meche: /Doge//Kiss//Rose/
total 1 replies
Amelia Mirta Fernández
que me parece???. EXCELENTE. GENIAL Y FUERA DE LA RUTINA. ES UN PLACER ESPERAR LOS CAPÍTULOS.
Nena Bastida
Esa trepadora solo quiere con el guapo de Simón solo te esta usando diego
Nena Bastida
Sigue tu camino termina tu carrera
Nena Bastida
Callo en sus garras
Nena Bastida
Que hermoso capitulo escritora
Nena Bastida
Hay que se recupere
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