Vuelve

Paola está en casa, en su sala, pensando en un plan y para empezar opta por seguir a la esposa de Santino. Así que, perezosamente se levanta y va a su cuarto, allí, busca en uno de los cajones de su cómoda y saca una cámara fotográfica, revisa la batería y la pone a cargar. Paola está decidida a destruir el hogar Casiraghi.

Al día siguiente, Paola va a la casa de los Casiraghi, trata de no exponerse mucho, con paciencia espera a la esposa de su expareja, y la sigue, le toma fotos cuando la ve caminar, comprar, tomar café. No se pierde ni un solo movimiento, durante dos semanas.

Todo ese tiempo fue productivo, ha tomado muchas fotos y ahora está sentada sobre la comodidad de un sofá y escoge las fotos. Luego con su celular busca información de un diseñador gráfico, luego se contacta con el número dado en la página.

- ¡Aló! Servicios gráficos Toulouse -Lautrec. Buenas tardes ¿En qué le podemos servir?

- Aló, me gustaría saber si ustedes me podrían ayudar con la producción de algunos montajes.

- ¿Qué tipo de fotomontajes desea? Tenemos el básico, completo y elaborado.

- ¿Cómo es eso? Explique, porque no le entiendo.

- Bueno, el fotomontaje básico es la foto original en la que sacamos la imagen principal y se le cambia fondo y por cada foto se necesita por lo menos de dos a tres horas para que quede a la perfección. El fotomontaje completo es una imagen de fondo con dos imágenes que van a acoplarse, por lo tanto, hacer una se necesita unas cuatro a cinco horas. El fotomontaje elaborado es que, con una imagen de fondo, al que se la acoplan tres a cuatro imágenes y ese trabajo si toma mucho más tiempo.

- Entiendo, este…me podría confirmar su ubicación para hablar de manera personal como quiero los montajes.

Paola anota la dirección y quedaron para mañana por la mañana, pues el estudio pronto iba a cerrar. Se siente ganadora, se ríe hasta llegar a las carcajadas, parecía más a un ataque de risa, o como si estuviera bajo los efectos del gas hilarante, por más intenta controlarse no puede, está demasiado contenta consigo misma, del dolor y las lágrimas poco a poco dejó la risa. Salió a cenar y luego se fue a divertirse en una discoteca.

Durante esos días en que Paola estuvo siguiendo a Belice, los Casiraghi disfrutan plenamente su matrimonio, se dan muchas muestras de cariño, muchas veces en sus paseos, se han comportado adolescentes, se reían y se divertían de sus travesuras, los derroches pasionales se tornan lujuriosas. Todas las mañanas salían por separado, Santino salía a las siete y cuarto para ir a su oficina, en cambio Belice sale a las nueve para ir a su panadería.

Ella es la dueña de una panadería y pastelería y por campaña del mes del niño, está diseñando nuevas presentaciones de los panes y postres. Cuando llega, la venta del pan está casi terminada, casi cerrada la panadería, pero se mantiene activa por la pastelería, los panaderos están preparando la masa para el pan de la tarde. Los pasteleros inician su turno a las ocho.

Hoy, Paola se levanta tarde y con resaca, tanta felicidad merecía una fiesta. En una hora tiene cita en el estudio para personalizar los cambios en las fotos. Se prepara y sale de su casa con la memoria de su cámara. Cuando llegó al estudio la estaban esperando.

- Buenos días, soy Paola Cisneros, ayer me dijeron que hoy a las diez me atenderían.

- Buenos días, señorita Cisneros. Pase.

Ambas mujeres entran a una salita, Paola le muestra la memoria y la dueña del estudio busca su laptop.

- Bien, que le gustaría cambiar a la foto.

- Son muchas fotos en realidad, unas 30.

- Para empezar, vamos viendo una por una, copio la indicada en la carpeta, le ponemos un nombre y en este cuaderno anotaremos los cambios.

- Me parece bien. Así evitar confusiones.

Se pasan tres horas de indicaciones. La señora, dueña del estudio, está repletando su cuaderno de anotaciones, Paola está muy obsesionada con los tipos de arreglo. Cuando terminó de explicar todos los detalles para cada foto, negociaron el precio y tiempo.

- Ahora sí, dígame ¿Para cuándo quiere las fotos montadas?

- Cuánto antes mejor. En verdad las necesito.

- Señora, hay fotos de las que voy a tardar cinco horas. Hay mucho trabajo que hacer…

- ¿De cuánto estamos hablando? – Ella no deja explicar.

- De unos 1200 soles. Debido a la cantidad, le estoy haciendo un descuento de…

- ¿En cuánto tiempo lo terminas? - Era la pregunta de oro, está ansiosa.

- En unos 20 días mínimo, también tengo otros clientes que atender.

- Yo necesito estos fotomontajes. Atiéndanme a mí.

- Señorita estos trabajos toman tiempo. Y ya perdí tres horas y media con usted. Ese tipo de trabajo necesita su tiempo.

- ¿Así es como tratas a un cliente? ¿Y tienes el cuajo de pedir 1200 por algo que se hace en menos de una semana?

- Hágalo usted, si tanto dice que es fácil de hacer.

- ¡No sea malcriada! - levanta la voz - Sino fuera por la necesidad de salvar mi vida, no tendría apuro de hacer estos montajes.

La dueña del estudio captó el propósito del trabajo, es un trato sucio. Ella pone una mirada de cautela, examina cada gesto y movimiento en este momento. Mientras Paola toma un poco de aire, la señora piensa: “Con que la clienta pretende salvar su vida presentando fotos montadas, ¿Acaso piensa destruir un hogar? ¿Cuál será el verdadero trasfondo del asunto?”

- Mire señora, mañana le cancelo los 1200 y le doy quince días para que me entregue el trabajo.

- ¿Sólo quince días? – la señora estaba sorprendida. - no se puede, es mucho trabajo y tengo clientes.

- Apúrese, póngase a trabajar. El dinero se gana trabajando, no mirando mi cara. Más le vale cumplir o la denunció, mi novio tiene amigos en la fiscalía. Así que, ¡A trabajar! - maltrata a la señora y la amenaza.

- Está bien, señorita. - se deja llevar por el miedo.

Paola se fue del estudio, cómo siempre caminando con aires de gran señora, cómo de si fuera de la alta sociedad. La dueña del estudio sale de la salita con mucho pesar, el joven que está frente a la computadora es un ayudante.

- Señora ¿Se siente bien?

- Ay, hijo. Ha venido una señorita muy antipática, quiere que le haga 30 montajes, en su mayoría montaje completo y el resto elaborado.

- Guau, tenemos mucho trabajo.

- ¡Ten cuidado! Parece ser una mujer mala.

- ¿Qué le hace pensar eso?

- Dice que para salvar su vida. Pero la mayoría de las fotos son de un matrimonio y de una mujer sola. A mí entender es que ella quiere destruir una familia. Ahora tenemos quince días para hacer todo esto.

- ¿Qué? – El muchacho se aterra - ¿Quince días? Es una locura, eso toma tiempo, y ¿Los demás clientes?

- Hagamos una cosa. Escúchame bien.

- Sí, señora. Soy todo oídos.

- Haremos los montajes, pero descuidando detalles, para que la persona quién reciba las fotos montadas, pueda ver las malas mañas de esta mala mujer.

- ¿Y si la señorita fuera a denunciar?

- Pues… le diremos la verdad. Que ella quería las treinta fotos retocadas, pero sólo nos dio de tiempo quince días. Luego le diremos que por factor tiempo sólo pudimos cambiar a grandes rasgos, pero para las correcciones ya no se pudo.

- Pero ahí detalles que está omitiendo.

- Mira hijo. Yo sólo tengo pruebas de las cosas escritas, tengo anotado todos los detalles de cada foto, es más debo ir por otro cuaderno.

-Bueno, ya tiene la evidencia, pero no puede omitir ningún detalle.

- Entiende muchacho, si yo digo todos los detalles, con que lo pruebo, sería mi palabra contra la suya. No hay pruebas. Sólo tendremos de pruebas las fotos originales y el contrato que ahora lo voy a hacer. Hay que aprender a medir la lengua si no te quieres quemar.

- Mejor no hay que hacer el trabajo.

- Ella amenazó con denunciarme, porque su novio tiene influencias en la fiscalía.

- ¡Estamos acorralados! – exclamó con pesar el joven.

- Hay que trabajar, haz el trabajo grueso y de los detalles casi ni los mires ¿Te imaginas destruir una familia?

- Debe ser triste.

- Es un delito, hagamos los cambios, pero no nos enfoquemos en los detalles

- Manos a la obra – lo dijo sin ganas de trabajar.