Sombras De Pasión

El aire fresco de la noche acariciaba el rostro de Sofía mientras se retiraba del jardín, aún embriagada por el beso compartido con Gabriel. La gala benéfica había sido un éxito rotundo, pero ese momento entre ellos, lejos de las miradas curiosas y las expectativas de los demás, había sido el verdadero triunfo. A pesar de la alegría que sentía, una inquietud persistía en su mente. Lucas había traicionado su confianza, y el eco de su deslealtad aún resonaba en su corazón.

—¿Estás lista para regresar? —preguntó Gabriel, observando la mezcla de emociones en su rostro.

Sofía asintió, pero su mente seguía atada a los recuerdos de Lucas, su antiguo socio y amigo. La traición había sido una de las experiencias más dolorosas que había enfrentado. Si Lucas había sido capaz de hacerle eso, ¿qué más podría estar ocultando?

Mientras caminaban hacia el interior del hotel, Sofía se sintió más fuerte que nunca. La conexión con Gabriel le había dado un nuevo sentido de propósito. Sin embargo, sabía que debía enfrentarse a sus miedos y a las secuelas de la traición de Lucas.

Una vez dentro, la música vibrante llenaba el aire, y los invitados continuaban disfrutando de la velada. Sofía se detuvo un instante, buscando en la multitud el rostro de Mariana. Necesitaba hablar con su mejor amiga y compartir lo que había pasado. La última vez que se vieron, las emociones estaban a flor de piel y había tanto que discutir.

—Voy a buscar a Mariana. Te veo en un momento —dijo Sofía, deslizándose entre los grupos de gente.

Gabriel la miró con una mezcla de admiración y preocupación. Sabía que había algo más en su expresión, pero decidió darle espacio.

Sofía encontró a Mariana cerca de la barra, riendo con un grupo de mujeres. Su sonrisa brillaba como siempre, y al verla, Sofía sintió que el peso en su corazón se aligeraba un poco.

—¡Sofía! —exclamó Mariana al verla—. ¡Tienes que contarme todo! La gala fue increíble, pero lo que más quiero saber es sobre ese misterioso hombre que has estado evitando.

Sofía sonrió, el color subiendo a sus mejillas al pensar en Gabriel.

—No es tan misterioso. Gabriel es un empresario con mucho éxito... y también, ya sabes, lo que pasó entre nosotros en el jardín.

Mariana levantó las cejas, emocionada.

—¿En el jardín? ¿Beso? ¿Conexión? Esto suena como una escena de película.

—Puede que sí. Pero hay algo más, y es complicado. Lucas…

La risa de Mariana se desvaneció al escuchar el nombre de Lucas. Su amiga había estado ahí cuando Sofía reveló la traición.

—¿Lo has visto? —preguntó Mariana, el tono de su voz serio.

Sofía asintió.

—Sí, lo vi al llegar. Me gustaría no tener que pensar en él, pero me ha dejado dudas. No puedo evitarlo.

—Tienes que dejarlo atrás, Sofía. Ya lo enfrentaste y lo echaste de tu vida y de tu empresa. No permitas que su sombra se interponga entre tú y Gabriel.

Sofía respiró hondo, sintiendo la verdad en las palabras de Mariana. Era momento de deshacerse de ese lastre.

—Tienes razón. Pero Lucas sigue siendo un recordatorio constante de lo que puede suceder cuando confías en la persona equivocada.

Justo cuando Sofía estaba a punto de seguir, una voz conocida interrumpió su conversación.

—¿Sofía?

Era Victoria, con una sonrisa glacial que heló el ambiente. Sofía sintió que se le encogía el estómago. La exnovia de Gabriel nunca había sido de sus favoritas.

—Victoria —respondió Sofía, manteniendo la calma.

—Me alegra verte. ¿Disfrutando de la gala? He oído que tu marca está dando de qué hablar —dijo Victoria, su tono despectivo apenas disfrazado.

Sofía se mantuvo firme.

—Gracias, Victoria. He trabajado duro para que eso suceda.

La exnovia sonrió, pero era una sonrisa vacía.

—Es una lástima que haya que lidiar con traiciones en este mundo. Debes tener cuidado a quién dejas entrar en tu vida. Algunos pueden ser... manipuladores.

Sofía sintió que la rabia comenzaba a hervir dentro de ella, pero recordó las palabras de Mariana. No podía dejar que Victoria la provocara.

—Gracias por el consejo. Lo tendré en cuenta —respondió, con un tono de voz que dejaba claro que no iba a entrar en su juego.

Victoria inclinó la cabeza, pero su sonrisa se ensanchó.

—No se preocupe, Sofía. Siempre estaré aquí para recordarte la importancia de ser cautelosa. Especialmente en este mundo de hombres —dijo, mirando a su alrededor.

Sofía sintió que la ira se disparaba, pero en lugar de responder, decidió ignorar la provocación y se dio la vuelta para buscar a Gabriel. No iba a permitir que Victoria interfiriera en su vida.

Cuando lo encontró, Gabriel estaba hablando con un grupo de inversionistas, su porte siempre imponente. Su presencia iluminaba la habitación, y Sofía sintió que la ansiedad se desvanecía al acercarse a él.

—Hola —dijo ella, sonriendo a Gabriel.

Él giró la cabeza, y al ver a Sofía, sus ojos se iluminaron.

—¿Todo bien? —preguntó, notando su leve inquietud.

—Sí, solo… un pequeño enfrentamiento con Victoria. Pero no es nada que no pueda manejar —respondió, tratando de ocultar la tensión.

—Ella siempre ha sido una amenaza —dijo Gabriel, su tono grave.

Sofía se sintió apoyada al escuchar su voz.

—Lo sé, pero no quiero que nos afecte a nosotros.

Gabriel la miró fijamente, como si estuviera pesando sus palabras.

—No dejaré que nadie se interponga entre nosotros. Te lo prometo.

El aire entre ellos se volvió más denso, y Sofía sintió que su corazón latía con fuerza. El peso de la traición, tanto de Lucas como de Victoria, comenzaba a desvanecerse en la calidez de su conexión.

Gabriel se inclinó hacia ella, su voz baja y cargada de promesas.

—¿Te gustaría salir de aquí? Hay algo que quiero mostrarte.

La invitación la llenó de curiosidad y emoción.

—¿Qué es?

—Un lugar donde podremos hablar sin interrupciones. Confía en mí.

Sofía asintió, y juntos se alejaron de la multitud, dejando atrás las sombras de sus pasados.