Joe, un estudiante pobre que a menudo sufre acoso, cambia su destino después de recibir un anillo mágico heredado de sus antepasados. Con este anillo, Rian puede convertirse en la persona más rica del mundo.
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Capítulo 3
Después de salir del casino, Joe caminaba con una amplia sonrisa... A partir de ahora, Joe William cambiaría. 22 años había vivido Joe en la dificultad. A partir de ahora, con su poder, Joe se prometió a sí mismo que pondría al mundo en sus manos. Como su estómago rugía, Joe decidió entrar al Hotel Luz para comer. Era el mejor hotel de la ciudad S.
"¿Señor, puedo ayudarle en algo?".
Tan pronto como Joe entró, un camarero alto y de piel clara se le acercó.
"He venido a comer", respondió Joe.
"¿Puedo saber cuántos van a comer, señor?", preguntó el camarero.
"Solo yo", respondió Joe.
"Muy bien, señor, por favor, sígame".
Joe pensó que lo llevarían a la zona de comidas, pero en cambio lo llevaron a un mostrador de recepción.
"¿Tiene tarjeta de miembro, señor?".
Otro de los empleados volvió a interrogar a Joe.
Casi todos los camareros de este hotel parecían modelos, con cuerpos delgados y piel clara.
"No", respondió Joe.
"Lo siento, señor, pero si no tiene tarjeta de miembro, debe hacer un depósito para comer. Los ingredientes del hotel son importados, e incluso tiramos las sobras todos los días para asegurar la frescura y la calidad".
"He venido a comer, señorita, ¿por qué es tan complicado?".
"Lo siento, señor, llamaré al gerente del vestíbulo".
El empleado del hotel llamó al gerente del vestíbulo por walkie-talkie.
Al poco rato, salió una hermosa mujer de piel clara y con un escote muy pronunciado en su ajustado uniforme.
Sin darse cuenta, Joe activó sus ojos especiales. Al ver aquel cuerpo blanco e impecable, sin una sola prenda, a Joe le sangró la nariz. De repente, Joe recobró el sentido y desactivó rápidamente sus ojos especiales.
"¿Se encuentra bien, señor?", preguntó la gerente del vestíbulo, que vio a Joe sangrando por la nariz. Estuvo a punto de reírse al ver al joven sangrando por la nariz mientras la miraba; si la viera sin uniforme, probablemente se moriría en el acto.
"Lo siento, señorita. Siempre me sangra la nariz cuando veo a una mujer tan hermosa como usted", se excusó Joe. ¿Cómo no iba a sangrarle la nariz con una vista tan hermosa? Puede que para otros la gerente del vestíbulo llevara el uniforme completo, pero para Joe, que acababa de activar sus ojos especiales, la gerente del vestíbulo no llevaba nada en absoluto.
"Me llamo Yasmin, señor. Soy la gerente del vestíbulo del Hotel Luz. ¿En qué puedo ayudarle?", preguntó la gerente, que resultó llamarse Yasmin.
"Soy Joe William, estudiante de la Universidad A. Solo he venido a comer", respondió Joe con rostro inexpresivo.
"Muy bien, señor William. ¿Desea hacerse la tarjeta de miembro o prefiere la opción regular?", preguntó Yasmin con educación. Se había encontrado con mucha gente rica, así que tenía mucha experiencia. A menudo veía a gente con trajes y marcas caras solo para fardar. Y no era raro que la gente de aspecto sencillo fuera en realidad la que tenía dinero.
"Regular. ¿Cuánto cuesta el plato más caro de este hotel con una botella del mejor vino? Y quiero la sala VIP, porque quiero comer tranquilo", respondió Joe con arrogancia. A partir de ahora, nadie podría volver a menospreciar a Joe William. En cuanto a ganar dinero, podía hacerlo fácilmente.
"Muy bien, señor. Nuestro plato especial y una botella de Lafite de 1983 cuestan 250 millones".
"De acuerdo, lo tomo. Lléveme a la sala VIP. Lo crea o no, dentro de una semana compraré este hotel", dijo Joe con arrogancia a los camareros que estaban de pie frente al mostrador.
Al oír las palabras de Joe, Yasmin se convenció aún más de que Joe no era una persona cualquiera. Se alegró de haber seguido atendiendo a Joe con educación. No podía imaginar las consecuencias si hubiera ofendido a Joe.
Yasmin se había encontrado con gente rica muchas veces. Ella también quería una pareja rica. Muchos se le habían acercado, pero ninguno le había interesado. Quería un auténtico caballero de corazón sencillo como Joe.
"Esta es la habitación más lujosa del hotel, señor William. Su comida llegará enseguida. Esta es mi tarjeta de visita, por si necesita algo", dijo Yasmin mientras le entregaba su tarjeta. No era la tarjeta de visita oficial del hotel, sino su tarjeta personal.
"Yasmin Prameswari, un nombre precioso, señorita", dijo Joe mientras cogía la tarjeta de la mano de Yasmin.
Cuando el dorso de la mano de Yasmin entró en contacto con la de Joe, éste sintió una extraña descarga.
"Unas manos tan suaves... una mujer tan hermosa... una auténtica seductora", pensó Joe.
Después de esperar, por fin llegaron a la mesa los platos de clase mundial. Había langosta, abulón, caviar, aleta de tiburón y mucho más.
Todos los platos parecían deliciosos y apetitosos. Sobre todo con la botella de Lafite de 1983.
Joe probó todos los platos. Realmente merecían ser llamados platos de primera clase en un hotel de 5 estrellas. El sabor era muy auténtico.
"¿Qué le parece, señor William?", dijo Yasmin mientras se apoyaba en la silla, detrás de Joe.
Como estaban tan cerca, el cálido aliento de Yasmin en su nuca hizo que a Joe se le pusiera la piel de gallina.
"Está delicioso, señorita Yasmin. No me arrepiento de haber pagado tanto", dijo Joe, un poco nervioso.
"Gracias por el cumplido, señor William. Con su permiso, me retiro. Si necesita algo, puede llamarme", dijo Yasmin, consciente de que no debía ser demasiado agresiva en su primer encuentro.
"Señorita Yasmin, hay mucha comida. ¿Por qué no se sienta y come conmigo?".
"Lo siento, señor William, no puedo...".
"Vamos, señorita Yasmin, es imposible que me coma todo esto yo solo".
"Pero estoy trabajando, señor. Si el gerente general se entera, me pueden despedir", dijo Yasmin, a la que le costaba rechazar la invitación de Joe.
"No se preocupe, señorita Yasmin. Si la despiden, compraré este hotel y la haré gerente general".
"De acuerdo, señor William, le acompañaré a comer", respondió Yasmin.
En cuanto a lo de comprar el hotel y convertirla en gerente general, Yasmin pensó que era una locura. Sabía que, por el momento, no podía seguir rechazando la invitación a comer de Joe. Así que Yasmin tomó la iniciativa de servirle vino en la copa.
Joe y Yasmin congeniaron rápidamente. Comieron entre risas y charlas triviales.
Después de comer y pagar, Joe salió del hotel. Nada más pasar la puerta, Joe miró hacia atrás. Detrás de él, los camareros se despedían con una reverencia.
Siska no era más que una mota de polvo en el desierto. Con las capacidades actuales de Joe, podía salir con más de mil mujeres hermosas.