NovelToon NovelToon
Desde Que Te Vi

Desde Que Te Vi

Status: Terminada
Genre:Mafia / Amor a primera vista / Completas
Popularitas:2.4k
Nilai: 5
nombre de autor: sil Deco

una mirada una obsesión o amor a primera vista? su ángel misterioso o su demonio personal? que será de la vida de Mariana y Mauricio viconti.

NovelToon tiene autorización de sil Deco para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 19– Todo lo que soy, te lo doy

(Punto de vista compartido )

El hospital ya no olía tanto a desinfectante. O quizá era que ahora Mariana respiraba distinto. Con él sentado a su lado, contándole historias ridículas, trayéndole té de jengibre que sabía horrible pero que ella fingía disfrutar solo para ver su sonrisa torcida.

—¿Sabés que tenés cara de matón, pero cocinás como una abuela italiana jubilada? —le dijo un día mientras le ofrecía galletitas de avena y miel.

—¿Estás subestimando a las abuelas italianas? —respondió con una ceja alzada—. Te desafío a que sobrevivas a un almuerzo en casa de mi nonna. Nadie sale ileso.

Ella soltó una carcajada que le dolió en las costillas. El moretón aún le molestaba, pero ya no importaba. El dolor pasaba rápido cuando él estaba cerca.

Y lo estaba. Siempre. Desde que despertó, Mauricio se convirtió en su sombra. Se encargó de todo: los estudios, los medicamentos, incluso de sobornar a la enfermera para que le trajera pastelitos de membrillo porque ella no soportaba más la gelatina del hospital.

Los hermanos, al principio, seguían como perros guardianes. Agustín no le dirigía la palabra. Juan lo fulminaba con la mirada. Fede, el más blando, ya se había ablandado aún más, aunque intentaba disimularlo.

Pero Rosa, su madre, fue el puente.

—Dejen que lo intente. Si la lastima, no necesitaremos buscarlo. Él vendrá solito a que lo castiguemos —les había dicho una tarde en que pensaban echarlo del hospital.

Y tenían razón. Mauricio no tenía defensa ante Mariana.

Ella lo miraba como si lo viera de verdad. No como el temido Viconti, no como el mafioso implacable, sino como un hombre con las manos temblorosas que se derretía con cada uno de sus gestos.

—¿Me vas a contar la verdad ahora o tengo que sacártela a cosquillas? —preguntó una tarde, recostada en la cama, mientras jugaba con los cordones de su bata.

Mauricio tragó saliva. Sabía que el momento llegaría.

—Desde el primer día que te vi, saliendo del colegio, riéndote con tus amigas… no supe qué me pasó. Era como si el tiempo se hubiera detenido. Te vi con ese cuaderno de dibujos… y supe que mi mundo se acababa de desordenar.

Ella lo miraba sin parpadear.

—¿Me seguiste?

—Sí —respondió sin titubeos—. Al principio solo te observaba. Me escondía. No quería contaminar tu vida. Pero necesitaba verte. Verte reír, pelear con tus hermanos, escaparte al techo para dibujar. Y cuando vi a Miguel… me dio miedo. Celos, también. Hice cosas que no están bien.

—Si en eso de los golpes te pasaste.¿Vos mandaste el cuaderno y los lápices?

—Sí lo siento pero el podía hacer lo que yo no estar cerca, hablar tocarte aparte el era más adecuado para ti , eso me mataba y me daba miedo,celos

Ella sonrió. Se lo había imaginado, en el fondo.

—Y la beca.

—También. Tenías talento. Y necesitabas una oportunidad. Te la merecías.

—¿Y por qué te escondiste tanto tiempo?

Mauricio la miró, con el alma al desnudo.

—Porque no creía merecerte. Y porque no sabía cómo decirte que un hombre como yo… se había enamorado sin remedio de una chica de pueblo con tinta en las manos y una risa que curaba heridas.

Ella sintió que las lágrimas se acumulaban sin permiso. Tomó su mano, firme.

—Entonces… ahora que lo dijiste… ¿qué vas a hacer?

Mauricio se levantó, metió la mano en el bolsillo de su campera y sacó una pequeña caja de terciopelo. Mariana lo miró, desconcertada.

—Esto no es una locura. Es una promesa. No te pido que me digas que sí ahora. Pero sí que me dejes quedarme a tu lado. Ser tu casa, tu escudo, tu lugar seguro.

Abrió la cajita. No era un anillo de compromiso. Era un colgante. Un pequeño corazón de plata con una inscripción en italiano y en castellano: “Todo lo que soy, te lo doy.”

—¿Qué significa? —preguntó ella, acariciándolo.

—Lo que sos. Lo que me das. Lo que somos. Lo que podemos ser… si me dejás intentarlo.

Ella se lanzó a abrazarlo, con torpeza, con cuidado por su cuerpo aún débil, pero con fuerza en el alma.

—Sos un idiota por no decírmelo antes.

—Sí. Pero uno tuyo.

—No sé en qué lío me estoy metiendo con vos, Viconti —dijo ella con una sonrisa ladeada—. Pero me gusta.

—Te prometo que esta vez, el único peligro… es lo mucho que te voy a amar.

Y mientras la tarde se colaba por la ventana, ella apoyó la frente en su pecho. Y él supo que, por fin, ese pedazo de cielo que tanto buscaba, lo había encontrado en ella.

1
Gabriela Ferrel
He leído varias historias ?!
pero de todas está me GUSTO 😍 MUCHO ....
SIN TANTO Capitulo sencilla Pero bonita ❤️ ;
solo pudo decir GRACIAS 🫂
Silvina Decortw: hola Gabriela me alegro mucho que haya disfrutado la novela gracias a ti !!!!
total 1 replies
Gabriela Ortega
me gusto mucho bella historia te felicito
Silvina Decortw: /Kiss/mucha gracias 😊
total 1 replies
Rosa Rodelo
Foto de los protagonistas
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play