Cassandra Yohana, una chica de 17 años que aún usa el uniforme gris de secundaria, tiene el pasatiempo de saltarse clases y dormir durante las lecciones. Aun así, sus calificaciones siempre son excelentes, lo que la ha vuelto bastante arrogante.
"¿De qué sirve tener cerebro si no lo usas? De nada sirve ser un ratón de biblioteca si tu cabeza sigue siendo débil", decía Cassandra con su lengua afilada al ver a sus compañeras estudiosas.
Hasta que un día, su clase recibe a un nuevo profesor que pone su mundo patas arriba.
Arsenio Xalendra, un hombre maduro con un carisma imponente, cuya mirada fría y penetrante intimida a cualquiera.
Pero para Cassandra, Arsenio Xalendra no es más que un hombre cruel que vino a destruir su tranquilidad.
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Capítulo 14
Casandra recibió cuidados intensivos después de que la niña recuperara la consciencia y continuara con ataques de miedo. Llevaba tres días en el hospital y volvía a estar bajo el cuidado del doctor Fadli.
Su salud mental estaba nuevamente afectada, y ahora era peor que antes. Casandra se negaba a ver a nadie más que al propio doctor Fadli.
Incluso cuando su propia madre fue a visitarla, Casandra se negó a verla, permaneciendo en silencio e ignorando la llegada de la mujer que la trajo al mundo. Solo respondía al doctor Fadli.
Esa mañana, Arsen llegó al hospital donde Casandra estaba internada, después de varios intentos rechazados. A pesar de eso, Arsen se mostró aún más decidido a venir y ver a la chica.
Muchos desconocían la desgracia que Casandra había sufrido, ya que el propio Arsen había ocultado la noticia del abuso en la escuela. Devan ya estaba siendo procesado por las autoridades gracias a Arsen.
"¿Cómo está?", preguntó Arsen al cruzarse con el doctor Fadli, quien salía de la habitación de Casandra.
"Está mejor, pero como antes, todavía se niega a recibir visitas", le dijo el doctor Fadli a Arsen.
Habían pasado cinco días y Casandra se negaba a recibir visitas. Arsen se sentía cada vez más frustrado.
"¿Puedo pasar?", preguntó Arsen, no quería que Casandra volviera a tener un ataque de pánico. Aunque ella ignorara su presencia, al menos no volvería a alterarse.
"Inténtalo, pero lo importante es que no la presiones", dijo el doctor Fadli.
Arsen asintió en señal de comprensión. Tomó el pomo de la puerta y la abrió.
Miró hacia la cama, pero no había nadie allí. Arsen entró en la habitación.
Delante de la gran ventana de cristal, Casandra estaba de pie, con la mirada fija en el vacío. Arsen vio a la chica y permaneció en silencio detrás de ella, sin que Casandra notara su presencia.
¿Qué pasado habría experimentado esta chica para estar así?
"Ya has comido?", preguntó Arsen, quien no soportaba seguir mirando a Casandra en silencio, como una estatua viviente.
Al escuchar la voz de alguien, Casandra se giró con rostro inexpresivo.
Arsen se acercó con cuidado. "El médico dijo que tu estado ha mejorado mucho, ¿te gustaría dar un paseo afuera?", dijo Arsen, sin apartar la mirada del rostro de Casandra.
En el tranquilo jardín del hospital, Casandra estaba sentada, mirando al frente. A su lado, Arsen estaba sentado también.
"Gracias", de repente, los labios de Casandra pronunciaron esas dos palabras.
Arsen, que estaba concentrado mirando al frente, giró la cabeza hacia un lado. ¿Sus oídos no le estaban engañando?
Pero al escuchar las siguientes palabras de Casandra, Arsen se convenció de que no se había equivocado.
"Por ayudarme", continuó Casandra, sin mirar a su interlocutor.
Arsen simplemente asintió y sonrió levemente. "Es mi deber ayudar a mis alumnas", respondió.
Casandra suspiró. Sabía que quien la había ayudado era Arsen, el profesor al que más odiaba. Y también sabía que Arsen había ido al hospital todos los días para visitarla.
De repente, sintió una opresión en el pecho al recordar que a sus padres no les importaba. Su madre había ido, pero solo una vez, y no había vuelto después de ser rechazada.
Sus ojos se llenaron de lágrimas que comenzaron a rodar por sus mejillas. Casandra se secó las lágrimas, maldiciendo su estupidez por esperar algo imposible.
Al ver a Casandra secándose la cara, Arsen se conmovió. Sintiendo lástima por ella, Arsen pasó un brazo por sus hombros.
"Tú..."
"Shhh", Arsen la abrazó con más fuerza cuando Casandra se resistió. "No sé a qué problema te enfrentas ni cómo ha llegado a causarte este trauma", dijo Arsen sin soltar el abrazo, haciendo que Casandra se acurrucara contra su pecho.
"Créeme, todo va a salir bien. Sé que eres una chica fuerte. Seré tu amigo si eso es lo que quieres".
Para sorpresa de Casandra, Arsen le acarició la cabeza con ternura. Casandra quiso resistirse a lo que Arsen estaba haciendo, pero, por alguna razón, sintió una repentina calidez en su corazón.
El abrazo de Arsen era tan reconfortante que sus lágrimas volvieron a brotar con fuerza. Durante todo este tiempo, nadie la había abrazado; Casandra había enfrentado su dolor sola. Y ahora sentía un abrazo tan cálido como el de un padre, un abrazo que no sentía desde hacía años.
Al oír los sollozos de Casandra, Arsen la abrazó con más fuerza. "Llora, si eso te hace sentir mejor".
Quién iba a decir que esa chica arrogante se convertiría en la más frágil. La expresión seria y la arrogancia de Casandra no eran más que una máscara para ocultar su dolor.
¿Qué herida habría marcado a Casandra?. Arsen sintió una punzada en el corazón.
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