Alana una chica de 18 años, ha vivido sola con su madre desde que tenía 2 años de edad, yabque su padre las abandono, pero no fue empedimento para ellas, juntas salieron adelante y eran muy felices hasta que un día de pronto apareció su padre y la entregó para saldar una deuda que tenía.
NovelToon tiene autorización de NELSI BLANCO para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
capítulo. 21
Al llegar a casa, saludó a Luna.
Ha transcurrido una semana desde que Alana ha estado sola en casa con Luna. Esto no le incomodaba, ya que podía comunicarse con su madre y estaba enfocada en sus estudios. La exposición estaba casi finalizada y se sentía satisfecha, por el hecho de que mantenía una excelente relación con sus compañeros.
Era sábado y Alana se despertó a las 9 de la mañana. Se duchó y bajó a desayunar algo. Luna se encontraba en la cocina organizando algunas compras. Alana la saludó: Hola, Luna, ¿cómo estás?. Y todo esto.
Luna respondió: Salí muy temprano a hacer las compras. Mira, te traje unas deliciosas empanadas, sé que te gustan. Cheo me comentó que siempre comes una en la universidad por las mañanas.
Alana sonrió y dijo: Sí, me gustan mucho. Gracias, Luna. ¿Y tú ya comiste?.
Luna contestó: Sí.
Alana terminó de comer y comentó: Iré a la piscina un rato, no he ido en días y realmente necesito relajarme un poco.
Luna le respondió: Ve, yo me encargaré de todo y luego te prepararé algo delicioso.
Alana dijo: Puedes acompañarme, Luna.
Luna respondió: Iré más tarde.
Alana subió a buscar un traje de baño y optó por uno rojo muy bonito y revelador.
Bajó y comenzó a disfrutar de la piscina, mientras ponía música a un volumen suave.
Ya eran las 2 de la tarde cuando Luna le llevó algo de comer.
Luna se quedó conversando con Alana, quien le contaba sobre sus amigos y le mencionó que Carlos, su compañero, le había confesado sus sentimientos y le había pedido ser su novia. Sin embargo, Alana aún no le había dado una respuesta. Luna le ofreció su consejo al respecto. Justo en ese momento, sonó la puerta. Luna fue a ver y se encontró con Martín, quien entró y le saludó cordialmente, preguntando por Alana.
Luna: La señorita está en la piscina en este momento.
Martín: Iré a verla, necesito hablar con ella.
Luna: señor ¿podrías prepararle algo de comer?
Martín le dijo a Luna: Tranquila, ya he comido, pero ¿podrías traerme algo de beber?. Luna se dirigió a la cocina.
Por su parte, Martín se acercó al área de la piscina y vio a Alana bailando con un traje de baño rojo que le quedaba a la perfección. Su figura era espectacular. Martín quedó paralizado al verla, pero cuando Alana se dio la vuelta y lo reconoció, se asustó y exclamó: ¡Señor!, lo que provocó que cayera en la piscina. Martín se rió y dijo: ¡Cuidado!.
Alana emergió de la piscina y se cubrió con una toalla mientras comentaba: Me asustaste. ¿Desde cuándo estabas ahí parado? Qué pena.
Martín le dijo a Alana: No tengas vergüenza, lo haces muy bien. Al escuchar esto, Alana se sonrojó, y Martín le propuso: Necesitamos hablar. Alana lo miró y preguntó: ¿Ocurrió algo? ¿Prefieres que me cambie o que hablemos así?. Martín respondió: Puedes subir a cambiarte si lo deseas. Alana asintió y se dirigió a su habitación. Al pasar junto a Martín, este sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Luego, se trasladó a la sala, donde se sentó y se imaginó a Alana bailando, lo que lo hizo sonreír. Más tarde, Alana descendió de nuevo y dijo: Ahora sí, podemos hablar.
Alana se sentó y comenzó a hablar con Martín.
—Mis padres vendrán el martes; desean conocerte a ti y a tu madre. Necesito que hables con tu mamá sobre esto —explicó él.
Alana, sorprendida, preguntó:
—¿No vendrían en dos semanas para la boda?
Martín respondió:
—Han cambiado de parecer. Ahora quieren conocerte primero, así como a tu madre. Necesitas hablar con ella y te aconsejo que no intentes escapar o hacer alguna tontería, porque te encontraría rápidamente y no seré indulgente si decides actuar de esa manera.
Es evidente que conoces tu posición en esta situación.
Alana: Estoy al tanto de mi posición, no es necesario que me lo repitas. Si hubiera querido escapar, ya lo habría hecho; esa no es mi intención. No deseo que me ocurra nada malo. Hablaré con mi mamá y regresaré para informarte. Solo necesito saber qué debo hacer cuando lleguen tus padres.
Martín: Simplemente, sé tú misma; no necesitas hacer nada más. Ellos son conscientes de que eres hija de Juan, pero también saben que no somos una pareja unida por el amor.
Alana: ¿Podría saber por qué desean que su hijo se case con una mujer a la que no ama?
Martín: Puedes preguntárselo directamente a ellos.
Alana: ¿Cuándo podré hablar con mi madre?
Martín: Mañana podrás ir.
Alana: Está bien, mañana iré y hablaré con ella.
Martín: Regresaré mañana por la tarde para saber qué dijo tu madre.
Luna llegó con dos bebidas, le entregó una a Martín y otra a Alana, y luego se retiró. Martín bebió y le preguntó a Alana cómo le va en la universidad.
Alana: Excelente, ya estoy casi al día con todas las actividades.
Martín: ¿Tienes muchos amigos o algún enamorado?
Alana, algo sorprendida por la pregunta, decidió no prestarle demasiada atención y aprovechó para hacerle una pregunta, ya que, siendo sinceros, no somos pareja por amor y tú tienes a tu novia.
Martín la miró fijamente, lo que hizo que Alana se sintiera nerviosa, y rápidamente añadió: Hay un chico que está interesado en mí y me está invitando a salir.
Martín: ¿Me estás pidiendo permiso?
Alana: Creo que debería hacerlo.
Martín: Tienes toda la razón, no somos una pareja motivada por el amor, pero serás mi esposa. Como bien sabes, tienes la libertad de relacionarte con quien elijas, siempre y cuando lo hagas de manera discreta. Si decides salir con ese chico, que sea únicamente en la universidad y tratando de que nadie los vea.
Alana: ¿De verdad crees que podré salir de vez en cuando con él y luego regresar a casa? No permitiré que sepa de ti, te lo prometo.
Martín notó que Alana se mostraba muy contenta al hablar de aquel chico, y comentó: Parece que te gusta mucho.
Alana: Un poco.
Martín: No puedes permitir que te vean, ya que eso también podría traerte problemas, y no creo que desees vivir siempre encerrada aquí, ¿verdad?
Alana: Obviamente no.
Martín: Entonces, asegúrate de que no te vean. No seré el CEO que todos vean como cachudo. Ahora debo irme; mañana irás con tu madre y luego regresaré por la tarde.
Alana: Está bien, así será.
Martín se retira de la casa, deseando evitar que Sara comenzara a llamarlo para preguntar dónde se encontraba.
Ahora debía explicarle que tendría que regresar a casa, ya que sus padres llegarían el martes y no sabía a qué hora se irían. Alana recogió los vasos y los llevó a la cocina para lavarlos. Después, se dirigió al despacho para llamar a su madre.
Martín llegó al departamento y encontró a Sara visiblemente molesta. Al verlo, ella le preguntó dónde había estado.
Martín respondió: He estado resolviendo una situación. Ven, necesito hablar contigo.
Sara lo siguió y, tras escuchar lo que tenía que decir, se levantó y exclamó: ¿Vas a dormir con ella?
Martín contestó: No, no dormiremos juntos.
Sara: Martín, ¿vendrás a verme durante el día, verdad?
Martín: Claro que sí.
Sara: Entonces está bien.
Luego se acostaron.
Sara debía aprovechar esos días para reunirse con Santiago, ya que lo extrañaba mucho. Martín, por su parte, se sentía un poco agotado de la situación con Sara, ya que ella no realizaba ninguna actividad en casa. Todos los días tenían que pedir comida porque a ella no le gustaba cocinar, y Martín añoraba las comidas caseras.
Al día siguiente, Alana se despertó a las 9 de la mañana, se arregló y le informó a Luna que iría a visitar a su madre.
????????????.Quedé como un Condorito
¿ exigo una explicación ?
se de cuenta del erro que cometio dejar a su hija y la madre de su hija