La historia de una mujer que amó hasta el último día de su vida. Ella se quedó esperando a un amor que le juró que volvería, pero solo Dios sabe si cumpliría su promesa.
NovelToon tiene autorización de Maria Esther para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
¡¿Qué significa esto?!
Mientras tanto, Marcelo y Linda seguían en lo suyo. Total, si ya Jimena lo sabía, ¿que importancia tenía ya?
Marcelo parecía niño con juguete nuevo. Gozaba a Linda todo lo que le daba la gana. Era una mujer completa. Aunque, en el fondo, él seguía amando a Jimena.
Ese día, mientras hacían el amor, él pronunció sin querer el nombre de Jimena.
¡¿Qué has dicho, estúpido?!, Linda se levantó hecha una fiera.
Perdón, fue sin querer.
No me vengas con esas jaladas, tú sigues amando a esa mujer. Me alegra que se haya quedado sola.
Linda tomó el celular, la primera notificación la llenó de coraje y rabia.
¡¡¿¿Qué?!! ¡¿Qué significa esto?!
¿Qué pasa?
Ella le dio el celular.
Marcelo lo tomó y leyó lo que le mostraba Linda.
La nota decía así:
"El gran empresario Héctor Chacón se une en matrimonio a Jimena Rocha, gran empresaria de la moda. La boda fue celebrada en una reunión muy íntima, donde solo asistió la familia de ella. Ya que Héctor no cuenta con familiar alguno".
¿Jimena con Héctor?, ¿desde cuándo se conocen estos? Además, aquí dice que él no tiene familiares. ¿Por qué me has engañado? Él es tu amante, ¿verdad?
Claro que no, él y yo somos hermanos por decisión propia. Mi padre está de acuerdo.
Eres una mentirosa, él es tu amante.
Y si así fuera, ¿qué?, soy libre de hacer lo que quiera. Tú solo eres mi amante en turno. No tienes ningún derecho sobre mí.
Pero, yo pensé que...
¿Que te quería?, no seas ingenuo. No puedo negar que la pasamos bien, pero es solo sexo, nada más.
Pero, Linda, dejé a Jimena por ti, no seas injusta.
La vida es así de injusta. Y ahora, vete, yo te hablaré cuando te necesite.
Entonces, ¿no niegas que Héctor es tu amante?
No pienso contestar eso, no me importa que creas lo que quieras.
Eres una...
Mejor no lo digas, lo interrumpió ella. Solo soy una mujer que quiere ser amada, pero tú no me amas. Tú solo quieres a esa mujer tan poca cosa.
Pero tú me gustas mucho.
Ya obtuve lo que quería, ahora lárgate de mi casa.
Está bien, me voy, pero ese Héctor en cuanto vuelva me va a escuchar.
Como quieras.
Marcelo se vistió y dejó a Linda muy enojada por la trastada que le hizo Héctor.
Ella también hablaría con él en cuanto regresara de su luna de miel.
"Maldito estúpido, pero dejo de llamarme Linda si no logro que esos dos vivan un infierno juntos", pensó Linda, en verdad que estaba muy enojada.
.
.
En otra parte...
Jajajaj... no me eches agua, gritaba Jimena.
Te toca baño, jajajaj, ambos se veían muy divertidos, Jimena no imaginaba hasta qué punto se enamoraría de Héctor. Él la trataba como a una reina. Era muy atento con ella. El agua en la piscina estaba a temperatura media. Jimena sabía nadar muy bien, había aprendido desde niña. Alex les dio la oportunidad a sus tres hijos, y ellos la habían sabido aprovechar muy bien.
La boda le había sentado muy bien, se veía radiante. Ella nunca pensó que se casaría así de pronto. Pero, bueno, lo hecho, hecho está.
En cambio, Marcelo estaba que no lo calentaba ni el sol. No le cabía en la cabeza que Jimena se hubiera casado con Héctor.
"¿Cómo se habrán conocido?", se preguntó.
Se fue a la terraza de su casa y ahí gritó hasta quedar completamente afónico.
¡Jimena!, gritó, tenía el alma destrozada, ¿qué hice, Dios mío?, Jimena, ¿tan pronto te olvidaste de mí?
Marcelo no podía con tanto dolor. Tarde comprendió el error tan grande que había cometido. Jimena siempre fue la luz de sus ojos, la amaba tanto y ahora ella estaba casada con Héctor. ¿Qué le depararía la vida a Jimena casada con ese hombre?
.
.
Al día siguiente, Marcelo fue a visitar a Linda, pero ella no lo dejó entrar a su casa.
¿Qué quieres?, lo nuestro ya terminó.
Tú nomás me usaste, ¿verdad? Querías que terminara con Jimena para que ella sufriera, y de paso me hicieras sufrir a mí.
Linda aplaudió lentamente. Bravo, has adivinado, dijo a través de la ventana. Ella se lo tenía merecido, siempre denigrándome. Ahora que pague.
Estás loca, ¿qué va a pasar con ella y Héctor?
Eso no te importa, tú terminaste con ella, ahora te aguantas.
Fue por ti, ¿no te das cuenta?
No, chiquito, no me eches a mí la culpa, tu calentura te hizo dañar a Jimena. No te importó el amor, solo querías tenerme entre tus brazos, pero esto se terminó, ya me aburriste. Y que no se te ocurra volver. Ya no te necesito.
Linda cerró la ventana de golpe.
Marcelo se fue con el rabo entre las patas. Se sabía perdido. Y también sabía que Jimena jamás lo iba a perdonar. Le había hecho mucho daño.
Esa noche lloró como nunca había llorado en su vida.
.
.
Héctor y Jimena no se cansaban de hacer el amor. Ambos se llevaban bastante bien. Todo marchaba a pedir de boca.
Iban a todos lados juntos. Subían muchas fotos a las redes sociales.
Marcelo las veía, estaba que trinaba de coraje. No sabía cómo Héctor había conquistado a Jimena en tan poco tiempo. Y él se había quedado "como el perro de las dos tortas". Sin una ni otra.
"Dios, tengo que hablar con ella. Tengo que prevenirla de ese hombre antes de que la haga pedazos".
"Lucharé por ti, haré hasta lo imposible para que me perdones".
"¡Oh, mi querida Jimena, qué mal te he hecho!", Marcelo no dejaba de lamentarse. Sabía que había hecho mal y ahora tendría que pagar las consecuencias.