Ser la hija de Lucifer podría hacer que tu vida fuera lo mejor. Imagínate caminar por el mundo llevando los tratos de tu padre. Mientras creas caos sin importarte nada ni nadie.
Pero aún con todo aquello te sientes vacía. Y cometes un gran error te obsesionas con el angel de la muerte.
Te vuelves su sombras , lo sigues y te facinas con su trabajo. Pero vas de error en error y terminas robando lo. Logrando con esto desatar uno de los peores caos en el infierno.
Tu padre te destierro. Y te envía al mundo humano con los 4 jinetes del Apocalipsis. Que por cierto su líder te odia.
A si que arta de todo obedeces a tu padre y te vas del infierno.
Hasta que un día llega . Quien era tu amor cuando eras una pequeña y voltea tu mundo haciendote sentir cosas que no conocías.
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Lo que realmente eres
La luz casi le irritó los ojos a la princesa, el lugar era muy distinto a lo que ella había imaginado, caminó haciendo que sus pasos hicieran qué los presentes alzarán la vista hacía ella, los gemidos de sorpresa no se hicieron esperar.
Todos estaban con la boca abierta cuando adara se detuvo en el recibidor del lugar.
- hola - le dijo a una mujer de cabello plateado que parecía más aterrorizada que sorprendida.- Quiero mis almas - la mujer trago saliva y dio un paso atrás.
- An...Angel bienvenida - le saludó haciendo una reverencia - no la esperábamos -
- mis almas - repitió
- si...si yo...yo...he...si sus almas - la mujer giró y camino dos pasos luego se detuvo como si acabara de recordar algo se giró de nuevo y bajó la cabeza - Ángel la parca no nos informo...- Adara la interrumpió.
- Mis almas recicladoras, ¿o voy yo por ellas ? - la mujer alzó la vista pero luego la bajó al ver el rostro desfigurado de adara.
- lo lamento mucho, pero sin el permiso de la parca, las almas no pueden...- el estallido la hizo callar, adara habia desplegado sus alas de hierro destrozando con el movimiento parte del recibidor.
- no tengo mucha paciencia recicladora - la princesa extendió su mano y los hilos de tormento se despegaron por todo el lugar, ninguno todo a las personas que se encontraban presente pero se fueron perdiendo por los largos pasillos del depósito, segundo despues cada hilo traía consigo un recipiente ennegrecido, una presión se formó en su pecho al ver las almas atormentadas por no estar en su lugar de reposo - maldito - gruño mientras tomaba en sus manos los recipientes, no eran tantos como ella había creído pero el sentimiento de dolor la hizo sentir como si hubiera perdido mil almas.
- ama lo sentimos - la mujer hablo cuando adara se había girado para irse.
la princesa la ignoró y miro el lugar que ahora estaba tan desordenado como su mente.
- que me envíe la factura, pagaré por los daños , no pienso deberle nada a esa cosa -
- usted también es una angel -
- ahss, me comparas a mí con eso - se miro una mano donde sus garras estaban perfectamente afilada, la mujer sonrió y le señalo un espejo adara giro el rostro y casi se le caen los recipiente - por el infierno - gritó su aspecto estaba totalmente cambiado, sus alas de hierro la hicieron girar y quedo de frente al espejo, su ropa habia sido sustituida por una túnica negra que arrastraba, al dar un pasó el tintineo de cadenas la hicieron mirar al pisó. Sus pies estában descalzos. - estoy horrible - chilló y la mujer a su lado soltó una carcajada.
- es un espejo mágico, te muestra lo que eres realmente - adara la fulminó con la mirada - mírate - la princesa miró su cuerpo y vió qué sus ropas eran las mismas qué se habia colocado aquella mañana. - vez - adara chasqueo la lengua con fastidio.
- me largó - giro sobre sus talones y tropezó con algo duró, al alzar la vista se encontró con unos ojos azules como el azúl del cielo , alzó una ceja y el hombre dió un paso atrás.
- princesa Adara - hizo una reverencia - permítame presentarme, mi nombre es miguel, el arcángel Miguel - Adara lo miró y contuvo la respiración, aquel hombre era quien había matado a su madre, lo miró de arriba a bajó y sonrió con malicia.
- Arcángel Miguel, un placer - le sonrió de forma angelical - debo irme lamentó no poder seguir deleitando lo con mi presencia - volvió a sonreírle y se colocó un mechón de cabello suelto detras de la oreja de forma coqueta, el arcangel parpadeó siguiendo el movimiento, la princesa sonrió mientras sacaba de nuevo su reloj - dile a tu amo que no vuelva a interferir en mí trabajo - giró el reloj y desapareció dejando a todos sorprendidos en el lugar .
Adara llegó justo cuándo nous se ponia en pie .
- Te hizo algo el arcángel Miguel, estas bien- la princesa calló de rodillas y las náuseas la hicieron llevarse las manos a la boca. - princesa - nous la ayudó a ponerse en pie mientras adara trataba de controlar su cuerpo .
A .C
