NUEVA LUNA

NARRADOR

En un lugar desconocido de la manada BLOOD MOON ...

Días Después de los eventos ocurridos en la Ceremonia de Unión entre el Beta de la manada y su compañera, se realizó una reunión de emergencia para discutir asuntos sumamente importantes y de extremada urgencia.

Un grupo de personas estaban reunidas estaban discutiendo acaloradamente.

— Aunque la manada en estos últimos años ha aumentado no solo en tamaño, fuerza, poder y riqueza... Se ha notado la falta de un aspecto muy importante... Desde que los trillizos han tomado posesión de su cargo, no han encontrado a sus respectivas parejas... Incluso el Beta encontró a su pareja primero.

Es decir que hemos estado sin la presencia de una Luna por demasiado tiempo y lo cual es preocupante.— dice uno de los presentes.

— Bueno... también existe la posibilidad de que sea una sola chica. — menciona alguien más.

— Sí... También es una posibilidad bastante grande que ese sea el caso — afirma está persona — pero el punto final y el más importante en estos momentos es el hecho de que los trillizos están a muy poco de cumplir los 30 años y a estas alturas no tienen ningún heredero.

Y aunque sigan siendo jóvenes, el tiempo pasa volando y lo más probable es que sin darnos cuenta lleguemos a un punto en dónde quedemos a la deriva en cuanto a esto.

Porque las próximas generaciones no van a estar interesadas en esforzarse en cumplir con los objetivos que tienen BLOOD MOON tanto como nosotros, y se ha notado en la forma en como ignoran nuestras enseñanzas.

Habla está persona molesta ante toda la situación.

— También debemos tomar en cuenta el nivel de convicción que tienen nuestros actuales Alfas en lo que respecta a dirigir está manada junto a su Luna destinada, es decir, que ni siquiera están abiertos a la idea de tomar a una pareja elegida.

Y teniendo en cuenta las pocas veces que hemos sacado el tema a relucir de forma sutil, y no importa como siempre ha terminado muy mal.

Alguien más expresa su opinión durante la reunión.

— Eso ya no importa sin importar que debemos tomar el asunto en nuestras manos. Y aunque sea poco ético y es algo que es sumamente importante tratar de forma inmediata. De esta manera podemos satisfacer y agradar a nuestra Diosa.

Es por eso de que es hora de escoger la pareja elegida perfecta a nuestros Alfas, por eso he pensado y analizado y he llegado a la conclusión de que no hay nadie mejor para este papel que para la hija mayor de el antiguo Beta de la Manada, la Srta. Annie Snow.

Expresa con determinación.

— Bueno... No parece mala idea, si damos a conocer que es ella el prototipo de pareja perfecta para dirigir está manada, probablemente los Alfas no estén tan reacios a la idea de tener una pareja elegida. — Habló otro de los presentes por primera vez.

— Sí... Si tienes razón en eso, a pesar de que invertimos muchísimo tiempo en alimentar y fortalecer su relación porque no hicimos la idea equivocada de que los cuatro eran los que estaban destinados a cumplir con la profecía, logramos que tuvieran una muy buena relación... Incluso dieron el paso de llevarlo a un nivel más íntimo.

Habla otra vez la persona de la idea, complacido con el panorama que se imagina en su mente.

— Exacto... Lástima que a la hora de la verdad, no fueran compañeros predestinados, pero de igual forma todas las situaciones que generamos en esos momentos, nos pueden beneficiar en la actualidad. — habla la segunda persona.

— Por eso debemos hablar rápidamente con el Sr. y la Sra. Snow, quiénes mejor que sus padres para plantearle la situación a la Srta. Annie, aunque estoy completamente seguro de que una vez que escuché lo que queremos que haga seguramente por el futuro de BLOOD MOON, estará más que encantada de aceptar.— expresa la tercera persona con cierta emoción en su voz.

— Y sin duda la creo capaz de facilitarnos el camino en gran medida a la hora de hablar con los Alfas. Y una vez que todo este listo, estaremos más que preparados para asegurarnos de que sus hijos cumplan con el papel al que están destinados, aun cuando no se inició como debería.

— Pienso que con el paso de los siglos y las generaciones que han pasado en todos estos años, lo que se ha planteado en la profecía se ha tergiversado.

Capaz y en la generación en dónde tuviéramos a unos trillizos como descendientes de los Alfas y Lunas y a una hija dentro la familia de los Betas, que es lo que ha sucedido en este tiempo en realidad se tenían que juntar de manera adecuada para cumplir con el mandato de la Diosa.

Porque el hecho de que fueran compañeros predestinados, en estos momentos me parece imposible, porque si no desde hace mucho hubiésemos cumplido con nuestro objetivo, sin importar lo que naciera en cada familia.

Lo que si nunca se debía cambiar es que tenían que ser descendientes de la familia del Alfa y la del Beta de la manada BLOOD MOON.

Terminó de hablar la cuarta persona. Las otras tres personas de suma importancia en la reunión asintieron en compresión.

Los demás que estaban presentes solo cumplían con el papel secundario de servir como testigos.

Y con lo que ellos pensaban que era la verdad absoluta decidieron comunicarse inmediatamente con Sebastián y Ana Snow para tratar este tema de manera inmediata.

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Después de media hora, tanto Sebastián como Ana se presentaron ante estás personas, pero en sus caras se demostraba que la habían pasado muy mal últimamente.

Después de saludarse con cierta cortesía fingida, uno de ellos decidió preguntar que les pasaba antes de entrar a lo verdaderamente importante.

— ¿Se puede saber por qué tienen esas caras? — pregunta la segunda persona.

— Problemas familiares — le contesta tajante el Sr. Sebastián, mientras que las cuatro personas levantan una ceja a causa de la respuesta que recibieron.

— Bueno... Pasemos directamente al motivo por el cual fueron convocados.

La primera persona comienza a contarles sus planes y lo que necesitan que ellos hagan para que los mismos se lleven a cabo.

Gradualmente, tanto las expresiones en el rostro del Sr. Sebastián como el de la Sra. Ana pasaron por un sin fin de emociones distintas mientras escuchaban lo que tenían que decir.

Después de que terminaron de hablar, y con un silencio incómodo instalándose en el lugar por un buen tiempo, la voz del Sr. Sebastián resonó en el lugar.

— De ninguna manera esa sería buena idea. De por sí ya hemos actuado egoístamente detrás de bambalinas por una profecía antigua, la cantidad de problemas, arrepentimientos y repulsión ante lo que nuestras acciones nos ha traído a nosotros este hecho es indescriptible...

Todos se pusieron en alerta por lo dicho por el Sr. Snow, por lo que se vio en la obligación de confesar lo que había pasado una vez que se había terminado la fiesta aquel día.

Después de que las personas importantes en el lugar expresan su enojo por el hecho de que sus motivos ocultos fueran expuestos, deciden calmarse y terminar la reunión antes de que todo empeoré.

— Bueno... Ya no importa lo hecho, hecho está. Así que mejor porque no hablan con la Srta. Annie. Seguramente ella está en sintonía con nuestros ideales... Además, les agradecería que controlarán a su hija menor, es ridículo que después de tantos años siga de caprichosa y rencorosa.

Habla la tercera persona con cierto desdén en su voz

— Te prohíbo que hables de mi hija Nina de esa manera. — le contesta de regreso la Sra. Ana.

— Vamos a hablar con Annie, pero les advierto que si ella se niega ninguno de ustedes la va a presionar a cambiar de opinión. — dice el Sr. Sebastián con la finalidad de salir de una vez por todas de este lugar.

Que para él viene siendo una dolorosa representación física del conjunto de malas decisiones que ha tomado todos estos años por querer complacer a los demás.

Los demás le dicen que de ese ser el caso, ellos van a respetar la decisión de Annie.

Pero no tienen ninguna duda de que sus planes no van a fallar.