PSYCHO-MAFIA. Poderes Y Secretos.

Domingo por la mañana...

Acababa de llover ligeramente y el aire estaba refrescante.

Con una sencilla camisa negra, Zachary compró un gran ramo de rosas rojas brillantes en la floristería de la planta baja.

Colocando el ramo con cuidado en el lado del pasajero, Zachary condujo desde su villa hasta los suburbios remotos de la ciudad. Subió una montaña.

La montaña no era una atracción turística. El auto no podía subir allí en absoluto, por lo que tuvo que detenerse al pie de la montaña. Zachary salió del auto, sosteniendo el ramo de flores, y caminó hacia el único camino que existía en dicho lugar.

Hace veinte años, este era el cementerio público de la ciudad. Más tarde, debido al desarrollo de la ciudad, el cementerio se trasladó a una ubicación más conveniente. El número de personas que venían al cementerio disminuyó gradualmente y se volvió cada vez más desierto. Las montañas eran verdes y, de vez en cuando, los pájaros volaban de aquí para allá.

Los zapatos de cuero negro pisaban las viejas y destartaladas losas de piedra, y de fondo se oía el sonido de la brisa que susurraba entre los árboles. A unos diez minutos de camino por el sendero de piedra y ladrillo, a mitad de la colina, había un cementerio escondido.

Había estado abandonado durante años y estaba cubierto de maleza. Al pasar por parches de monumentos y piedras, Zachary se detuvo al final del camino. Colocó flores ante la pequeña inscripción de piedra azul y no dijo nada. El cielo estaba nublado y parecía que iba a llover.

Zachary escuchó un ruido y frunció el ceño. Cómo no vió nada a su alrededor, se sentó frente a la lápida. Aproximadamente media hora después, se dio la vuelta y abrió un paraguas negro que tenía en las manos.

Mientras caía la lluvia, abrió el paraguas, cubriéndose él y a las hermosas rosas. La lluvia empapaba una parte de su cabello y su ropa, pero él parecía no darse cuenta. Zachary se quedó allí, en perfecto silencio.

La lluvia paró por un rato.

Zachary acarició suavemente el nombre de la persona en la lápida.

_ Madre, te traje rosas. Acaba de llover y los pétalos están manchados de humedad, es muy bonito.

Naturalmente, no hubo respuesta. Zachary agregó.

_ Sé que te gustan las montañas, y a mí también me gustan. La ciudad está tan llena de gente y es tan turbia, no es nada comparado con esto.

Un pájaro de repente agitó sus alas y salió volando de los arbustos. Se posó en la lápida y le gorjeó. Zachary sonrió suavemente.

_ Con él haciéndote compañía, supongo que no estará demasiado sola. Madre creo que estoy enamorado, si lo vieras es pequeño, bonito y habla mucho a mi alrededor.

El pájaro ladeó la cabeza y miró a Zachary, luego, abruptamente, se escondió de nuevo entre los arbustos.

_ Madre, siento que ya no puedo aguantar más, Si no fuera por él... Yo _ dijo Zachary en voz baja _ ¿Puedes entrar en mi sueño y hablarme? ¿Puedo seguir adelante con él? _ Se sentó en los escalones como si estuviera al lado de alguien _ Se está haciendo tarde en otoño, espero ver las estrellas esta noche.

Era casi mediodía y no había sol en un día lluvioso, por lo que no se daba cuenta del paso del tiempo. La lluvia caía a ráfagas, mojando su abrigo una y otra vez.

Gotas de agua se deslizaban por la esquina de su frente, y Zachary de repente recordó que había concertado una cita con Keith para un tratamiento esta tarde. Sacó su teléfono del bolsillo, eran las 12:26 p.m.

Abrió el chat y le envió un mensaje a Keith.

 [Keith, tengo que hacer algo hoy, así que tengo que cancelar mi cita, lo siento.]

Después de enviar el mensaje, apagó su teléfono. Debido al trabajo, siempre había llamadas entrantes. Pero hoy, no quería que nadie lo molestara.

Sentado solo y marchito, desde el amanecer hasta el anochecer. Cuando miró al cielo y se reveló la primera estrella, Zachary sonrió y dijo.

_ Madre, mira, las estrellas están afuera.

Era como si hubiera regresado a sus años de infancia, el tiempo que había pasado con ella en las noches de otoño. El sonido de los insectos era incesante y Zachary se sintió desolado por dentro.

De repente, un rayo de luz brilló en el área y miró fijamente hacia la fuente de luz cuando alguien se acercó. Sorprendentemente, no estaba asustado en absoluto. Incluso se le ocurrió que si era un evento paranormal real, no estaría de más terminar su vida aquí.

La luz de la luna se filtraba a través de los árboles, creando un ambiente tenso y cargado de peligro. En el centro, Zachary está rodeado por tres hombres, cada uno con una mirada feroz y armas en mano.

El líder del trío, es un hombre corpulento, da un paso adelante, su voz retumbando en el silencio.

_ No tienes escapatoria. Hoy terminarás aquí. Fue difícil, pero al fin tus hombres están lejos para defenderte.

Zachary responde con calma.

_ No tengo miedo. He venido preparado para lo que sea.

Sin previo aviso, el hombre lanza el primer ataque, avanzando con fuerza. Zachary esquiva hábilmente y contraataca con una daga que corta el aire, hiriendo al desconocido en el brazo.

El segundo hombre, se lanza al ataque por la izquierda, intentando golpear al Zachary en la cabeza con una barra de metal. Pero zachary se agacha y lanza otra daga que le impacta en la pierna, haciéndolo caer al suelo con un grito de dolor.

El tercero es el más fuerte del grupo, observa furioso desde atrás. Con un rugido de rabia, se lanza hacia Zachary con su daga desenvainada. Zachary se mueve rápidamente para evitar el golpe devastador; siente la ráfaga de aire cuando la daga pasa zumbando cerca de él.

Con movimientos rápidos y precisos, Zachary ataca nuevamente; la daga brilla mientras se mueve como una sombra. El primero que lo había atacado intenta levantarse, pero recibe otro golpe que lo deja tambaleándose.

La pelea se convierte en un caos: los hombres gritan y maldicen mientras intentan coordinar sus ataques.

Zachary esquiva y contraataca; cada movimiento es letal y elegante.

Pero los tres hombres son persistentes; logran acorralarlo contra una pared que esta a punto de caer de vejez. El tercero lanza un ataque final, pero Zachary utiliza toda su agilidad para saltar sobre él y clavarle su propia daga en la muñeca, desarmándolo.

Justo cuando parece que la victoria está al alcance de Zachary. El primero se termina de reincorporar y lanza un golpe sorpresa que lo derriba al suelo. Los tres hombres se agrupan alrededor de él, riendo triunfalmente.

_ ¡Es hora de acabar contigo! _ grita El segundo mientras levanta su barra de metal para dar el golpe final.

De repente, un estruendo retumba entre los árboles. El tronco de un árbol sale por los aires y aparece Keith. Su presencia irradia fuerza y determinación; su cabello está alborotado.

_ ¡Suéltalo! _ ordena con voz autoritaria, mientras avanza hacia ellos con pasos firmes.

Los tres hombres se giran hacia él, sorprendidos por su llegada repentina. El primer atacante intenta atacarlo primero, pero Keith lo detiene fácilmente con una mano, lanzándolo contra la pared vieja como si fuera una pluma. La pared se derribo.

_ ¡¿Quién demonios eres?! _ grita el segundo mientras intenta atacar desde atrás.

Keith se vuelve rápidamente y lo atrapa por el cuello antes de que pueda reaccionar. Con un movimiento ágil y poderoso, lo levanta por los pies y lo arroja hacia el tercero, quien no tiene tiempo para esquivar.

Ahora enfrentándose a Keith juntos, los tres hombres intentan atacar, pero Keith es imparable. Con movimientos fluidos e impresionantes, derriba al tercero con una patada giratoria que lo deja aturdido.

Mientras tanto, Zachary se levanta lentamente del suelo, recuperando su compostura al ver a Keith luchar a su lado. Se siente revitalizado por su presencia.

Keith lanza otra patada que conecta con él primero justo cuando intenta levantarse nuevamente. El impacto resuena en toda la montaña mientras él tipo cae sin sentido al suelo.

_ ¡Vamos! ¡Termina esto! _ le grita Keith a Zachary mientras se enfrenta al segundo.

Con determinación renovada, Zachary avanza hacia el segundo, quien intenta escapar pero es demasiado tarde. Con movimientos rápidos y precisos, utiliza las dagas para desarmarlo antes de asestarle un golpe final que lo deja fuera de combate.

_ ¿Se rinden? _ pregunta Keith con una sonrisa desafiante.

El tercero asiente lentamente mientras siente que no tiene escapatoria ante la formidable pareja frente a él.

Con los tres hombres derrotados y tendidos en el suelo del cementerio, Keith toma la mano de Zachary y lo mira a los ojos.

_ Nunca más estarás solo.

_ ¿Zacha?.

Zachary estaba aturdido

_ ¿Cómo...?.

Keith parecía aliviado.

_ Suerte que te encontré.

Zachary parecía sorprendido y murmuró las mismas palabras una y otra vez.

_ ¿Cómo?.

_ ¿Lo has olvidado? Hicimos una cita para esta tarde.

_ ¿No te envié un mensaje para cancelar la cita?

_ No lo recibí _ Keith preguntó _ ¿Cuándo lo enviaste?

_ Mediodía.

_ ¿Aquí?

_ Mmm.

Keith suspiró y dijo.

_ No hay señal aquí, ¿no lo sabías?

Zachary negó con la cabeza.

_ Entonces, ¿ese mensaje no fue enviado?

_ Sí, pensé que estabas... en peligro y no me equivoqué _ Keith miró su teléfono y luego lo apagó. Miró a Zachary con atención por un rato a la luz de la luna _ Es bueno que estés bien.

_ ¿Pensaste que estaba qué?

_ Tu estado mental no es demasiado estable y estoy preocupado por ti.

Zachary sonrió.

_ ¿Preocupado por mí? ¿por qué?.

Keith preguntó retóricamente.

_ ¿Qué piensas? Si algo te sucediera, como tu psicoterapeuta, mi reputación caería en tus manos.

Zachary respiró profundamente desanimado.

_ ¿Cómo encontraste este lugar?.

_ ¿Crees que este lugar es fácil de encontrar? _ Keith dijo impotente _ Nuestra cita anterior fue a las dos en punto, y cuando no apareciste a las dos y media, comencé a buscarte.