Yo, Lyra Vance, la autora que una vez dio vida a este mundo de pesadilla, ahora soy su prisionera. Ironías del destino, ¿no? Siempre me había fascinado la idea de trascender los límites de la realidad a través de la escritura, de crear mundos donde la oscuridad y el horror se entrelazaban en una danza macabra. Pero nunca imaginé que mis propias creaciones se volverían contra mí, que me arrastrarían a las profundidades de mi propia imaginación retorcida.
Fui Lyra, la escritora que tejía historias de terror con palabras afiladas como cuchillas. Pero ahora, soy Zephyr, la última víctima de mi propia pluma, condenada a un destino cruel y despiadado. Mis ojos, antes llenos de vida y curiosidad, ahora reflejan el terror que me rodea, la certeza de un final inminente, si no cambio el rumbo de la historia que yo misma escribí
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Capitulo 20
Han pasado dos días desde la visita de Connan. Supongo que hoy regresa de la capital, y la ansiedad me consume. Ese hombre despierta en mí sensaciones desconocidas, sensaciones que solo había leído en libros. Mis relaciones pasadas nunca me llenaron, siempre faltó esa chispa, esas mariposas en el estómago de las que tanto hablan. Por eso, decidí que prefería estar sola antes que mal acompañada.
Dos días de encierro, dos días dedicados a fortalecer mi mente con los secretos de la magia. Dos días, también, de lidiar con mi hermana, quien parece decidida a convertirme en su enemiga. Su obsesión: cree que codicio a su príncipe, que mi plan es arrebatarle su felicidad para huir del matrimonio que me espera. He intentado razonar con ella, explicarle hasta el cansancio que su amado príncipe no despierta ni el más mínimo interés en mí. Pero es inútil, su paranoia no conoce límites.
Hoy amanecí renovada, con una energía que no sentía hace varios días. Decidí ir a la ciudad para comenzar mi entrenamiento en el templo. El líder ha preparado un área especial para mí, dada la magnitud de mi magia. Me parece perfecto, ya que aún no es momento de que mi familia descubra mi despertar mágico. El traqueteo del carruaje me arrulla en un mar de pensamientos mientras me dirijo a la ciudad. Mi vida aquí ha sido un torbellino de emociones, un constante sube y baja que me agota. Y esa pesadilla... aún me persigue. Un sabor amargo, una opresión en el pecho, como si mis sueños fueran portadores de un mensaje críptico que no puedo descifrar. La incertidumbre me tiene prisionera en su red.
La pesadilla y el recuerdo de mi primer día en la ciudad se combinan para crear una tensión insoportable. Cada sombra, cada ruido, me pone en alerta. Aunque cuento con la protección de los cazadores, sé que no puedo bajar la guardia. Afortunadamente, el viaje al templo transcurrió sin incidentes. Al llegar, el líder me recibió con una amplia sonrisa, visiblemente contento de tenerme como alumna. Me informó que él mismo me va a enseñar a controlar mi magia.
__Señorita Moreau, la energía que emana de usted es palpable, una prueba del despertar de su magia. Sin embargo, esta vitalidad puede ser un arma de doble filo si no aprende a canalizarla. Y lo que es aún más intrigante, su magia desafía todo lo conocido, no existe registro de ella en los documentos mágicos. Debemos aventurarnos en territorio inexplorado, experimentar y validar o eliminar hipótesis__. En el corazón del área de entrenamiento asignada para mis prácticas, Zyon reveló la verdad sobre mi magia. Un poder inmenso, sí, pero también un arma mortal. Si no aprendo a dominarla, la magia me consumirá, llevándome a la muerte.
El peligro me impulsa a comenzar el entrenamiento, pero la magia se resiste. Minutos y horas se diluyen en un pozo de frustración. ¿Cómo puedo dominar un poder que se niega a manifestarse?.
__No se desanime, señorita. Dominar el arte de la magia requiere tiempo y esfuerzo para florecer. Con perseverancia, encontraremos la forma de despertar su poder y convertirlo en una herramienta poderosa__. A pesar de los ánimos de Zyon, la frustración me envuelve. Sin embargo, sé que tiene razón. La grandeza no se alcanza de la noche a la mañana. La paciencia será mi mejor aliada en este camino hacia el dominio de mi magia.
__Agradezco profundamente el entrenamiento de hoy, maestro Zyon. Continuaré mis estudios y asistiré a cada clase con dedicación. Sé que mi magia aguarda el momento preciso para manifestarse, y cuando llegue, estaré lista para dominarla__. Con una sonrisa de aprobación, Zyon me escolta hasta la puerta del templo. Allí, Leonor aguarda pacientemente, con el carruaje dispuesto para mi partida.
__A casa, Leonor. Estoy agotada, necesito descansar. Mañana regresamos temprano para continuar con mi entrenamiento__. Un simple asentimiento fue su única respuesta, un abismo de silencio que contrasta con su verborrea habitual. Leonor, siempre tan perspicaz, tan conocedora de mis pensamientos y deseos, se ha convertido en una estatua muda. Su repentino silencio me desconcertó, un enigma que se profundizó cuando me abrió la puerta del carruaje con un gesto mecánico, sin una palabra más.
Justo cuando estaba por interrogar a Leonor sobre su inusual silencio, una fuerza inesperada me arrastró al interior del carruaje. Solté un grito ahogado, presa del pánico, pero el terror se desvaneció al instante al reconocer a mi raptor. Con un suspiro de alivio, me acomodé a horcajadas sobre sus piernas, rodeando su cuello con mis brazos, buscando refugio en sus brazos.
__¡Alteza! Casi me da un infarto__ Exclamé, llevándome una mano al pecho__Por un momento, pensé que me enviaría al altar... directo al más allá. ¿Acaso desea enviudar antes de la boda?__. Mi intento de amenaza se diluyó en el aire, víctima de la proximidad que nos envuelve. Su risa, una melodía inquietante y a la vez irresistible, llenó el carruaje, desarmando mi fachada. Menos mal que las cortinas y la puerta cerrada nos protegen de miradas indiscretas. Si alguien nos ve así, la reputación de ambos quedará manchada, acusándonos de comernos la torta antes del matrimonio.
__Mi querida prometida, la única muerte que podría infligirte sería de puro placer. Y aun así, si llegara a suceder, te seguiría hasta el último confín para continuar disfrutando de nuestra unión. Desde el momento en que te conocí, mi vida no tiene sentido si tú no estás en ella__. Un calor inusual, pero exquisitamente placentero, me invadió al oír a Connan. Su rudeza, su salvajismo, adquieren una sensualidad perturbadora cuando habla con dulzura. Es increíble pensar que el emperador, conocido por su implacable crueldad, posea una dulzura tan inesperada, tan pura como la miel.
__Si es así, entonces mi deseo por nuestra noche de bodas arde con intensidad, Alteza. Quiero que la bestia que reside en su interior me transforme, me haga suya en todos los sentidos: mujer, amante, amiga, esposa y Emperatriz__. Ahogué un grito entre mis dientes al sentir la embestida de Connan, una fiera desatada a través de nuestras ropas. Su hombría, dura y ardiente, me ataca con una intensidad que me hace temblar. A pesar de la tela, la sensación es tan vívida que me arranca gemidos incontrolables. Su rudeza, lejos de asustarme, me excita hasta el límite, despertando en mí un deseo oscuro y prohibido. ¿Acaso siempre había ansiado esta entrega total, esta mezcla de dolor y placer?.
maldita sea
hijos de la tostada
que paso aquí 😔