Una tarde como cualquiera, Andi escuchó el grito de una niña que le decía "papá" a su esposo. En ese momento, ella sintió que el amor era egoísta y cruel. Pero nadie sabia que ese encuentro cambiaría sus destinos.
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Traumático
Andi en su interior empezó a encogerse y empezó a preguntarse que sería de su vida si se hubiese casado con Kevin antes de que apareciera Dennis a su destino.
—¿No prefieres ir a casa a descansar?— dijo Kevin, después de estacionar en el hospital.
—No podré descansar mientras Lara este aquí.
—Entiendo. Bueno vamos.
La puerta del ascensor estaba por cerrarse cuando una mano evitó que se cerrará.
—¿Qué haces aquí, Diana?— preguntó al ver a la mujer.
—Vine por mi hija.
—No tienes ningún derecho.
—Este documento dice lo contrario. Míralo— dijo Diana, extendiendo la mano para mostrar el papel.
Kevin agarró el papel y efectivamente era un documento que le permitía llevarse a la niña. Enseguida cambio las emociones en su rostro, Andi noto la preocupación de Kevin y le quitó el papel, su respiración empezó a acelerarse, "esto no puede estar pasando", pensó.
—Me gusta ver esa preocupación en sus rostros; eso significa que logre mi propósito— dijo Diana, apretando el botón del ascensor.
—Diana, por favor, no te lleves a la niña— imploro Andi.
—No sabes nada Andi. Si realmente quieres a la niña déjala con su verdadera familia.
El ascensor se abrió y Diana preguntó a una enfermera en que habitación estaba su hija.
—¡Diana!...— con un gritó, Andi la detuvo— Por favor hablemos antes.
—No tengo tiempo para hablar, llevaré a otro hospital a mi hija.
—La niña está aquí por tu culpa.
—Eso no es verdad.
—Diana, por favor, hablemos.
—Está bien. ¿Qué quieres?
—Para la niña es muy traumático todo lo que está viviendo. No fue fácil decirle que su padre no era su padre, y ahora pasará lo mismo. Es muy pequeña para soportar mucho. Entiendo perfectamente que seas su madre y la quieras recuperar, pero vayamos paso a paso; no la asustemos más. Déjame hablar con ella; es una niña muy lista, sabrá entenderlo.
—Cuando hables con ella me la llevaré.
—Está bien.
—Hable con su médico, me dijo que mañana ya le darán el alta, vendré por ella.
—Diana. ¿Qué más te dijo el médico?
—Nada más.
—La niña está enferma, tiene leucemia, ella aún no lo sabe, no quise decirle hasta encontrar un donante, pero ahora que no estará conmigo quiero que la cuides mucho Diana.
—¿Qué? ¿Qué es lo que estás diciendo, Andi?— se alteró Kevin.
—Perdón si no te lo dije Kevin, estaba buscando el momento.
—¡Cómo no se te ocurrió decírmelo desde un principio!
—Puedes enojarte todo lo que quieras, eso no cambiará las cosas.
—Andi, mi hija está enferma, que parte no entendés...
Kevin enojado caminaba de un lugar a otro tomándose de la cabeza, intentando aclarar sus pensamientos.
—Mañana vendré por la niña ¿Puedes hablar ahora con ella, por favor?
Andi asintió con la cabeza. Diana después se marchó.
Kevin se sentó en las sillas del pasillo. Andi se sentó a su lado.
—¿Podemos hablar, Kevin?
—No sé si pueda hablar, estoy enojado con todo esto. Aún no enterré a mi padre y ahora me toca lidiar con Diana y la enfermedad de Lara. No puedo con todo.
—Sé que todo es difícil. En poco tiempo hemos intentado construir una familia que no existe y que nunca existirá. Te voy a pedir un enorme favor Kevin, necesito que me escuches.
—No quiero escucharte, Andi. Porque sé lo que más vas a decir.
—Kevin, Lara nos necesita.
— Y yo te necesito a vos para cuidar a Lara.
—Kevin, mañana Diana vendrá por la niña y quiero que vayas con ellas.
—¿Qué? ¿Qué pelotudez estás diciendo?
—Kevin, no quiero alejarme de la niña, pero no puedo pelear con este destino sin armas. Te necesito ahí con la niña.
—Fue inútil todo lo que hicimos entonces.
—¿Quieres que forme una familia con, Diana?
Hay finales crueles. Andi ya no sabía contra qué tenía que luchar; solo estaba segura de que Lara se merecía una familia, y esa familia eran sus padres biológicos. No podía quitarle ese derecho a ninguno.
—Kevin, cuando nos casamos nunca imaginamos que estás cosas podían haber pasado. Diana fue el amor de tu vida y ahora tienes una hija con ella, puedes volver a empezar.
Kevin muy enojado miró a Andi— si quisiera a Diana, jamás te hubiese dicho que me sentía bien estando a tu lado. ¿Por qué te cuesta tanto quererme, aunque sea un poco?— dijo, algo triste.
Andi se arrodilló frente a él, se fijó en su mirada triste, le acarició su rostro y le dio un beso. Una explosión de emociones estallo en el corazón de Kevin, con sus manos expertas levantó a Andi y la abrazó cuidando su fragilidad.
—Es una locura lo que me pides, Andi— Kevin susurró a los oídos de su esposa.
—Lo sé, pero Lara nos necesita. Yo sacrificaría mi vida y mi felicidad por ella. ¡Entiéndelo!
—No apuremos las cosas Andi, pensemos en algo.
—No tenemos mucho tiempo, pero por ahora quiero que vayas donde vaya la niña, dime que si Kevin.
—Con una condición.
—¿Qué condición?
—Que nos veremos todos los días. Aunque sea cinco segundos, hasta que encontremos una solución.
—Está bien.
Una corriente de energía mala recorría por la mente de Andi. No sabía si estaba haciendo lo correcto al entregar a su esposo a la mujer que un día la amó. Los miedos fluían. Le costaba aceptar que ya no podía vivir sin Lara y sin él, que lo único que la mantenía de pie era el amor que ellos le daban.