Rowellin sólo quería una familia, un hogar propio y un esposo amoroso, pero, en lugar de eso, se encontró con demonio, el mismísimo diablo llamado; Artemis Winchester.
Atención, esa historia es moralmente cuestionable, no apto para sensibles. Rowellin es la hija de Kendric Maynard (Historia de "Ya no te amo").
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Capítulo 19
Luego de haber compartido tal beso, nos alejamos sólo un momento, jadeando por la falta de aire. Ella acarició mí cabello, mientras me obligaba a acostarme a su lado.
—Dormiré aquí hoy, si te parece bien –Me sorprendió que ella fuera sorprendentemente amable ahora mismo, ya que siempre solía imponerse ante todos, Asentí levemente y me acosté a su lado, la rodeé con mis brazos, dejándola acurrucarse en mí pecho–.
Ella era mucho mayor que yo, más no me ganaba en estatura, porque yo soy mucho más alto que cualquiera en la mansión, menos contra el señor Winchester. Malenka se acurrucó en mí pecho, mientras le acariciaba su largo cabello rubio. Ella olía a perfume caro, cosa que nunca había sentido, pero era delicioso. Enterré mí rostro en su cabello y pronto la escuché roncar, nos cubrí con la manta y apagué la luz, dejándola descansar.
A la mañana siguiente, desperté primero, como siempre. Bajé a desayunar y pronto escuché delicados pasos acercarse a la cocina. Miré hacia la puerta y ahí estaba ella, por primera vez en desde que estoy aquí, pude ver un leve rubor en su rostro antes arrogante. Se veía adorable, cosa que hizo mí corazón latir, era grato saber que ella no era un jodido robot sin cerebro.
—Sobre anoche... Lo siento, estaba vulnerable y algo ebria... No le digas a nadie, prometo que no volverá a ocurrir.
Asentí levemente, no tenía intenciones de reclamarle, mucho menos presionarla por sus acciones. Sé bien qué sólo es una mujer que se siente sola y herida por las acciones de su esposo, sin mencionar las presiones que le hacen vivir los Novikov.
—No se preocupe, señora —la tranquilice, mientras bebía un sorbo de mí café–. No diré nada, fingiré que nada a pasado.
—Bien, sólo espero que sepas que fue un error, no te hagas ideas equivocadas, sólo eres un niño –se cruzó de brazos. Sí, ahí estaba ella, la Malenka arrogante, soberbia y egoísta que yo conocía, pero bien sabía que sólo era una fachada, un muro que ella construía a su alrededor para que nadie pudiera ingresar a su corazón y hacerle daño–.
—Claro señora, lo que usted diga –dejé mí taza en la mesa, volví a mirarla y tomé las llaves del auto–. ¿Está lista para irnos? Hoy tiene reunión con los Novikov –le recordé y ella asintió levemente–.
—Sí, ya vámonos.
La llevé a un restaurante en donde sus familiares la estaban esperando. No voy a mentir, me sentí intimidado, eso se debe a qué todos los hombres Novikov estaban con sus guardaespaldas, quienes mostraban sus armas abiertamente. Las damas Novikova comían plácidamente, mientras charlaban entre ellas de cosas triviales.
—¡Malenka! ¿Por qué no me dijiste que tenías un chófer tan joven y guapo? ¡Presentamelo! Se ve que tiene al rededor de mí edad, me gustaría llevarlo a una cita.
Vi a Malenka fulminarla con la mirada, ¿Acaso estaba celosa? No, no es posible, ella no es ese tipo de mujer. Además, ella ya lo dijo, sólo soy un niño y ella es una señora casada.
—No, él apenas tiene dieciséis años y tú tienes dieciocho. Ni soñando te dejaré acercarte a mí chófer –Le respondió bruscamente a su hermana menor, quien hizo una mueca ante su negativa. Pero no se rindió, acercó su mano a mí brazo, acariciándome de forma seductora–.
—Bueno, eso no lo decides tú, hermana mayor –sonrió de forma descarada–. Estoy segura de que el muchacho apreciaría mucho todo lo que puedo enseñarle~
Para sorpresa de todos, Malenka se puso de pié al instante y tomó mí mano, sacándome del restaurante a toda velocidad. Subimos al auto y la miré con confusión.
—¡¡SIMPLEMENTE CONDUCE!! –ordenó con mucho enojo y simplemente obedecí, comenzando a conducir sin rumbo alguno–.
Me mantuve en silencio, sabía que en momentos como éste debía dejar que se calmara por su cuenta. Ella no quería regresar a la mansión, entonces tomé una ruta que daba afuera de la ciudad. La llevé a la playa, noté que se relajó al ver al mar, eso me hizo sentir mejor. Detuve el auto y ambos bajamos, ella se quitó los tacones y caminó por la arena, acercándose al agua. Yo, por mí parte, me acerqué a un puesto de comidas, le compré una hamburguesa, porque seguramente tendría hambre, ya que no llegó a tocar su comida en el restaurante.
Me acerqué a ella, quien ahora estaba mojando sus pies en el mar, mientras soltaba su cabello dejándolo moverse por el viento fresco.
—Señora, aquí tiene –le entregué la comida, y sorprendentemente lo aceptó. Creí que lo rechazaría, ya que ella sólo come comida de ricos, pero no lo hizo. Comenzó a comer con calma y tranquilidad, podía notar como disfrutaba del sabor, no le importaba ensuciarse porque conmigo no tenía una imagen que mantener, podía ser ella misma y eso me agradaba–.
—¿Tú no vas a comer? –preguntó sin mirarme, mientras que un tinte rojo cubría su cuello y orejas, estaba avergonzada incluso por preguntar eso, ella es demasiado linda cuando no es una maldita perra arrogante–.
—Voy a comer algo cuando llegue a la mansión, no se preocupe por mí, señora.
Ella guardó silencio y luego trató de retomar su máscara de perra.
—¿Quién se preocupa por ti? Simplemente, no quiero que te desmayes mientras conduces, eso pondría en peligro mí vida –musitó, y solté un suspiro, realmente no entendía por qué su personalidad cambiaba en cuestión de segundos–.
—Bien, compraré algo para poder comer.
—Seguramente querrías comer con mí hermana, ¿No? –miró hacia el mar, evitando mí mirada–. Ella es joven y hermosa, seguramente te gustará pasar tiempo con ella...
—¿Acaso está celosa, señora? –pregunté burlón, causando que su rostro se pusiera rojo–.
—¡¡Claro que no!! Simplemente tengo curiosidad.
—Sí, tu hermana es hermosa, pero no es mí tipo. Prefiero pasar mí tiempo con usted.
Gracias a q la despediste ,fue q se decidió handar con tu esposo!!
Ella no gusta de Rowellin