ANGEL O DEMONIO

¿Sabías qué es de mala educación entrar a la habitación de un hombre sin ser invitada?.

Gabriela sentía como su cuerpo se iba quedando sin sangre, su alma se había ido a otro mundo y había dejado su cuerpo abandonado en ese lugar.

Lo sé, lo siento no fue mi intención invadir tu espacio, pero necesito tu ayuda, dijo Gabriela casi en un susurró pues su garganta se negaba a hablar con claridad.

El no poder escuchar su pensamiento hacía que Rashid entrará en un desconcierto atroz lo ponía de malas el no saber si esa niña estaba jugando o no con él.

Se le hacía mucha coincidencia que precisamente esa chica se encontrara en habitación será que es obra de mi padre después de todo yo regrese antes que él al hotel.

¡No lo dudaría ni por un segundo ese hombre es capaz de cualquier cosa con tal de meter a mi cama a una mujer!.

¿Qué estás haciendo aquí?

Preguntó una vez más Rashid sin poder evitar que su mirada recorriera cada centímetro de piel desnuda que tenía aquella chiquilla, se levantó de un salto de su cama y se paró delante del cuerpo de Gabriela a escasos centímetros de su rostro al no ser tan pequeña en estatura quedaba a unos cuantos centímetros de sus labios.

¡Maldita sea!

Se imaginaba que lo había heredado de su padre pues él era bastante alto.

Gabriela se hizo pequeña al ver a semejante hombre en paños menores, jamás había visto a un hombre desnudo y sentía que su corazón se iba a detener en cualquier momento al sentirse acorralada por Rashid lo único que se le ocurrió fue cerrar los ojos tan fuerte impidiendo que ni el más mínimo rayo de luz entrara por sus párpados.

¡Ya te lo dije necesito tu ayuda, por favor!

Rashid la escucho fuerte y claro pues se agachó para ver su rostro más de cerca y sus labios casi rozaron los de él mientras ella hablaba.

Su respiración era cálida podía ver su corazón palpitar en la delicada piel de su yugular, su cuello era la invitación perfecta para la cena, saboreo su piel como nunca antes lo había hecho, pero se negó a caer en la tentación abrase visto semejante aberración él un hombre de trescientos años y ella una simple niña de ...

¿Cuántos años tienes chiquilla?

Pregunto para darse golpes metales cualquiera que lo viera lo juzgaría como pedófilo.

Voy a cumplir diecisiete años en diciembre.

Rashid la apartó de su camino y se dirigió al enorme Clóset que había en la habitación para sacar unas pijamas y dárselas para que cubriera la desnudes de su piel y evitar que siguiera provocando sus bajos instintos primitivos.

Él aprovechó y se colocó una también dejando expuesto su musculoso pecho pues acostumbraba a dormir desnudo, pero en vista de que esa noche tenía visita hará la excepción.

Toma pinté eso, no es correcto que una chiquilla de tu edad ande vagando por la habitación de un hombre serio y respetable como yo en paños menores.

Gabriela se quitó las manos del rostro para tomar las prendas que él le estaba dando por supuesto que eran de hombre y le quedaban enormes pero no tanto pues ella no era tan baja de estatura.

¿Cuál es tu nombre?

Sabía que ya le había preguntado eso anteriormente, pero quería iniciar una charla con más calma para lograr entender que era lo que estaba haciendo en ese sitió.

Soy Gabriela, respondió ella tímida no sabía cómo reaccionar ante aquel apuesto e intimidante hombre era bastante aterrador estar delante de un vampiro musculoso obviamente no como su padre pero si quería la podría hacer trizas con solo un parpadeo.

No tengas miedo Gabriela no voy a hacerte daño, aunque estás metida en el lugar más peligroso de la ciudad en estos momentos dijo Rashid invitando a qué se sentara en la orilla de la cama.

¿Cómo es que terminaste en este lugar Gabriela?.

No lo sé estaba en mi habitación y de repente unas manos salieron de la pared y cuando desperté estaba en una de las habitaciones de este lugar, pude salir gracias a que Buer dejo la puerta abierta.

Gabriela estaba dispuesta a contarle todo a Rashid pero en ese momento su cuerpo sintió como le caía un balde de agua helada encima, haciendo que su cuerpo reaccionará al instante y solo así pudo abrir los ojos

¡De pie jovencitas ya es hora de que realicen su trabajo!

Escucho aquella voz cavernosa que reconoció al instante era Buer…

No sabía que era lo que estaba pasando pues juraría que ella había logrado salir de aquel lugar pero fue solo un sueño pues su cuerpo estaba junto a la de las otras chicas y estaba en ropa interior como lo había soñado. Las chicas gritaban que las dejarán ir gritaban por sus madres con mucha desesperación.

Su cuerpo comenzó a temblar por el frío.

Vamos salgan rápido que las tienen que arreglar gritó aquel viejo mientras jalaba la cadena con la cual estaban sujetas.

¡No puede ser a dónde nos lleva!

Gabriela vió que los pasillos eran idénticos a los de su sueño y eso la inquietó ¡¿cómo es que sabía cómo eran si jamás había estado ahí antes?!

Al poner más atención se dio cuenta de que estaban caminando por el pasillo contrario al de Rashid, bueno al menos eso era lo que creía.

Aquel hombre se detuvo frente a una de las habitaciones y al abrir la puerta se encontró con Amelia la cual las estaba esperando junto con otras chicas las cuales vestían con ropas negras.

Amelia abrió los ojos de par en par al ver entrar a Gabriela, pero no dijo nada se limitó a seguir las órdenes de Buer el cual le ordenó que era su responsabilidad arreglarlas para que estuvieran listas para el gran evento de aquella noche.

Tiene una hora para que todas estén listas, grito el hombre y salió de la habitación.

NOTA DE LA ESCRITORA:

Hola chicas les agradezco mucho por el apoyo que le dan a mis historias lamento comunicarles que me mudo de aplicación con esta historia y ya no podré publicarla aquí, ya que me restringen muchos capítulos y constantemente tengo que modificar mis historias al ser un poco eróticas espero me entiendan mil gracias por todo su apoyo.

Les agradezco de todo corazón por su apoyo a mis fieles lectoras.