Elena nunca había imaginado que su vida cambiaría de manera tan drástica al cumplir diecisiete años. Criada en una tranquila ciudad costera, sus días transcurrían entre las aulas del instituto y las tardes en la biblioteca local, donde su amor por la historia y el arte florecía. Sin embargo, todo dio un giro inesperado cuando su padre, un renombrado historiador, recibió una oferta de trabajo que no podía rechazar.La oferta provenía de Adrian, el misterioso dueño de una galería de arte en la lejana ciudad de Ravenwood.
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Capítulo 20 : El Deseo de una Eterna Unión
Elena se encontraba frente a la puerta de la mansión de Adrian, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Había llegado el momento de tener una conversación crucial con él, una conversación que cambiaría el curso de sus vidas para siempre.
Con un suspiro decidido, tocó la puerta y esperó nerviosa a que alguien viniera a recibirla. Pocos segundos después, la puerta se abrió lentamente, revelando a Adrian parado frente a ella con una mirada de sorpresa en su rostro.
—Elena, ¿qué haces aquí? —preguntó Adrian, sorprendido de verla allí tan de repente.
Elena se mordió el labio nerviosamente antes de responder.
—Necesito hablar contigo, Adrian. Es importante.
Adrian la miró con curiosidad antes de abrirle paso para que entrara a la mansión. Una vez dentro, la condujo a la sala de estar y le ofreció un asiento en el sofá.
—¿Qué sucede, Elena? ¿Por qué estás tan nerviosa?
Elena tomó una respiración profunda antes de mirar a Adrian directamente a los ojos.
—Adrian, he estado pensando mucho en nuestro futuro juntos, y... quiero que adelantemos la boda.
Las palabras de Elena resonaron en el aire, llenando la habitación con una energía tensa mientras Adrian asimilaba la sorprendente solicitud de su amada.
—¿Adelantar la boda? ¿Estás segura de lo que estás pidiendo, Elena? —preguntó Adrian, buscando en su rostro alguna señal de duda o vacilación.
Elena asintió con determinación.
—Sí, Adrian. Estoy segura. Quiero estar contigo para siempre, y no quiero esperar más tiempo para que eso suceda.
Adrian la miró con una mezcla de sorpresa y preocupación, sintiendo una oleada de emociones abrumadoras en su interior.
—Elena, entiendo tu deseo de estar juntos, pero... adelantar la boda es una decisión seria. No podemos tomarla a la ligera.
Elena tomó la mano de Adrian entre las suyas, mirándolo con amor y determinación.
—Lo sé, Adrian. Pero también sé que te amo con todo mi corazón, y quiero pasar el resto de mi vida a tu lado, incluso si eso significa renunciar a mi humanidad.
Las palabras de Elena llenaron a Adrian de emoción y amor, sintiendo una gratitud infinita por tenerla en su vida.
—Elena, eres la luz de mi existencia. Pero debes entender que convertirse en vampiro es una decisión irreversible. No puedo hacerlo sin estar completamente seguro de que es lo que realmente deseas.
Elena asintió, sabiendo que Adrian tenía razón.
—Lo entiendo, Adrian. Pero necesito que me expliques cómo funciona todo. ¿Cómo me convertirías en vampiro?
Adrian tomó una respiración profunda antes de explicarle los detalles de la conversión vampírica. Le habló de los rituales antiguos y de los poderes oscuros que se desataban con cada transformación. Le advirtió sobre los riesgos y desafíos que enfrentaría como vampiro, pero también le aseguró que estaría a su lado en cada paso del camino.
—Elena, convertirse en vampiro es una decisión que no puede ser tomada a la ligera. Pero si estás segura de que es lo que deseas, estaré aquí para apoyarte en cada momento.
Elena miró a Adrian con determinación en sus ojos, sabiendo que había tomado la decisión correcta.
—Estoy lista, Adrian. Quiero estar contigo para siempre, incluso si eso significa renunciar a mi humanidad. Por favor, conviérteme en vampiro y hagamos de este amor una eternidad.
Adrian la miró con amor y gratitud, sintiendo una oleada de emoción llenar su ser.
—Entonces así será, mi amada Elena. Te convertiré en vampiro y juntos enfrentaremos cualquier desafío que la eternidad nos depare.
Con eso, se abrazaron con fuerza, sabiendo que su amor era más fuerte que cualquier obstáculo que pudiera interponerse en su camino. Juntos, se prepararon para el futuro incierto que les esperaba, con la certeza de que mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier cosa que la vida les deparara.
