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La Princesa Dragón.

La Princesa Dragón.

Status: Terminada
Genre:Viaje a un mundo de fantasía / Reencarnación / Mundo mágico / Completas
Popularitas:212.9k
Nilai: 4.9
nombre de autor: abbylu

Continuación de la emperatriz bruja y reencarne en una jodida villana.
Orden de los nuevos libros con Lilith/Luciana, como diosa suprema.



1]La Emperatriz bruja.

2] Reencarne en una jodida villana.

3] La princesa dragón.

4] Qué empiece mi reinado.

Personajes que siguen apareciendo de mis novelas anteriores.
Luciana, Lilith... Geral como Regulus... Brandon como Malik. Estos personajes aparecen en el último libro de la saga anterior. La reina del inframundo.

NovelToon tiene autorización de abbylu para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

capítulo 24

El sol apenas se alzaba sobre el horizonte del Imperio de Jade cuando un mensajero irrumpe en la sala del trono, cubierto de polvo y con el rostro pálido por la urgencia. En su puño apretado traía el informe que cambiaría el curso de los días venideros. El emperador Hansei lo tomó con recelo, sus ojos oscuros leyendo las líneas con creciente preocupación. Según el informe, durante una emboscada nocturna en el Imperio de Atenea, el príncipe Elios —o al menos quien todos creían que era un príncipe— había derrotado a uno de los mejores hombres del archiduque Leguen. Peor aún, los dragones, criaturas ancestrales de poder inconmensurable, habían despertado.

Hansei cerró el pergamino con un suspiro pesado. Siempre había confiado en el juicio de su hermano menor, el archiduque Leguen, incluso cuando otros lo acusaban de actuar por intereses personales. Pero esto... esto cruzaba un límite.

Sin demora, el emperador mandó llamar a Leguen. El archiduque apareció ante su hermano con la misma arrogancia y calma que lo caracterizaban desde joven. Llevaba el pecho erguido y los labios curvados en una mueca que pretendía ser neutral, pero no lograba ocultar su molestia.

—¿Qué has hecho, Leguen? —preguntó Hansei con voz firme—. Me entero por terceros que has movilizado tropas hacia Atenea. Que uno de tus mejores hombres ha caído. Y que los dragones... han despertado.

—Fui a buscar a mi prometida —respondió Leguen sin titubear, como si aquello justificara todos sus actos—. Fui a reclamar lo que es mío, y ellos respondieron con violencia.

—¿Y los dragones? ¿Qué tiene que ver tu prometida con esas criaturas? —la voz del emperador se elevó, por primera vez perdiendo parte de su compostura imperial.

—Ahora entendemos por qué estaban tan interesados en retener a los hijos de Bórico. Los bastardos despertaron a los dragones. Si lo desean, pueden conquistar varios imperios. ¿No ves, hermano? Atenea se está armando, se está preparando para algo grande. ¡Algo que podría destruirnos!

Hansei se levantó de su trono. Su rostro, antes sereno, ahora era una máscara de furia contenida.

—¡Esto no es una guerra, Leguen! ¡Es una imprudencia tuya! Has puesto en riesgo décadas de paz, de tratados firmados con sangre. Esto no se resuelve con palabras vacías. Si tu prometida está retenida, lo averiguaremos... pero no así.

El emperador ordenó redactar una misiva con carácter de urgencia dirigida a los emperadores de Atenea: Leonor de Atenea y Mauricio de Zenda. Exigía un comité de guerra, una reunión para esclarecer los hechos. Quería respuestas claras: ¿Estaban realmente reteniendo a la prometida de su hermano? ¿Habían despertado a los dragones con fines militares? ¿Era cierto que el príncipe Elios no era quien todos pensaban?

Pero Hansei no iría solo. Sus hijos, los cuatro príncipes de Jade, insistieron en acompañarlo. Había tensión en el palacio. Por primera vez en años, los cimientos del Imperio de Jade temblaban.

—No podemos permitir que la reputación del Imperio se manche por los caprichos de nuestro tío —dijo la príncipe Kevin, el mayor de los cuatro hermanos, hábil estratega y diplomático nato.

—Tampoco que se destruya un tratado de paz ancestral por su arrogancia —añadió el príncipe Jun, el segundo en la línea de sucesión, de carácter reflexivo pero con firmeza en sus convicciones.

—Padre, sabemos lo que realmente persigue Leguen —intervino el príncipe Ryuu, el más joven pero con una mente aguda para la política—. Nunca fue por amor. Él quiere poder, y lo vio en esa mujer.

—Y en los dragones —completó Kevin con seriedad.

El cuarto hermano, el príncipe Daiki, no dijo nada. Observaba en silencio, pero sus ojos reflejaban una furia contenida. Había visto a Leguen manipular situaciones antes, y esta vez no lo dejaría pasar.

Hansei asintió. Sus hijos tenían razón. Era momento de actuar con sabiduría, pero también con determinación. No permitiría que su imperio fuera arrastrado a una guerra sin sentido.

La comitiva imperial partió al amanecer del día siguiente, con estandartes ondeando y dragones de guerra vigilando desde los cielos. La tensión se palpaba en el aire. A cada paso hacia Atenea, más rumores se sumaban al caos: que el príncipe al que todos temían era en realidad la princesa Neftalí, que los dragones habían respondido a su llamado, que una antigua profecía hablaba del regreso de la madre de los dragones, y que la figura central de todo esto era alguien completamente inesperado.

La llegada al Imperio de Atenea fue solemne. Leonor y Mauricio los recibieron con la cortesía y firmeza propias de emperadores que también deseaban evitar una guerra innecesaria. Había desconfianza, pero también voluntad de diálogo.

—Agradecemos que hayan respondido a nuestra petición con rapidez —dijo Leonor mientras caminaban hacia el salón del tratado—. Sabemos que han circulado rumores y acusaciones.

—Y queremos resolverlos antes de que una chispa se convierta en incendio —añadió Mauricio con tono serio.

Hansei inclinó ligeramente la cabeza. Los príncipes de Jade se ubicaron a ambos lados de su padre, mostrando unidad.

—Venimos a buscar la verdad —respondió el emperador—. No queremos la guerra, pero no toleraremos la traición ni la manipulación. Mi hermano, el archiduque Leguen, afirma que su prometida está aquí en contra de su voluntad. Que fue atacado injustamente. Y que ustedes despiertan dragones con fines militares.

Leonor guardó silencio unos segundos. Luego, habló con calma.

—La mujer que reclama el archiduque no está aquí como prisionera. Está aquí por su propia voluntad. Y el príncipe al que su hombre atacó... no era un príncipe.

—¿Entonces? —preguntó Kevin, con el ceño fruncido.

—Era la princesa Neftalí, hija legítima de Bórico, quien se ocultó tras los muros de mi Imperio para protegerse a sí misma y a sus hermano, luego de que el archiduque Leguen masacrara a la familia real de Bórico y tomara por la fuerza el reino.

Un murmullo recorrió la sala. Daiki cerró los ojos. Jun intercambió miradas con Ryuu, quien apretaba los puños. Kevin habló por todos.

—Entonces todo esto... fue provocado por una mentira.

—No solo una mentira —dijo Mauricio, ahora más tenso—. También por el deseo de controlar aquello que no debe ser controlado. Los dragones no son armas. No son propiedad de nadie.

—Pero respondieron a ella —intervino Hansei con gravedad.

—Porque son parte de su linaje. Su madre fue una de las últimas domadoras de dragones. No los despertó para atacar, sino para proteger. Protegió a su familia de un hombre que intentó llevársela por la fuerza.

La conversación se tornó densa. Se discutieron las verdaderas intenciones de Leguen, su historial de manipulaciones, los movimientos no autorizados de tropas, la traición a tratados y la amenaza que significaban sus ambiciones.

Finalmente, Hansei habló con una voz cargada de tristeza y decisión.

—Mi hermano ha traicionado la confianza del trono. Y ha puesto en riesgo la estabilidad de todos nuestros pueblos. Tendrá que responder por ello.

Los príncipes asintieron, uno a uno. El tiempo de actuar había llegado. La paz no se rompería por un solo hombre. No mientras ellos estuvieran allí para impedirlo.

Y así, con acuerdos firmados, promesas de vigilancia compartida y el inicio de una investigación formal contra el archiduque, el comité de guerra cerró su primer día. Pero todos sabían que aquello solo era el inicio de una tormenta mucho mayor.

1
Ceecee
bonita
Silvia Izarie
en realidad siempre pensé que el nombre neftali es masculino.
Silvia Izarie
que no la dejen viva,esa con su veneno,puede aliarse con David,que es un mago de oscuridad.
pero donde quedo regulus???
Silvia Izarie
y después de la guerra ya no mencionan al gran mago,jajajaja pobrecito solo lo usan para entrenar
Silvia Izarie
esta novela está buena para un filme de hollywood
Silvia Izarie
ay! pensé que la perdimos
Silvia Izarie
y díganme los 4 principitos, no van a pelear por ellos solo están juzgando a los demas.
Silvia Izarie
guerra!! autora que pasó con la Reyna Maribel madre de Leonor?
Silvia Izarie
bueno diría yo,que hay que leer las primeras historias, porque ahí te darás cuenta de los nombres.
Arantza
Excelente
Edith Murillo
está es continuación de alguna saga ya he leído varias de esta escritora es muy buena excelente escribe increíble desde el primer capítulo hasta el último muchas gracias me pueden confirmar??????
Abbylu: en la descripción esta el orden de la saga
total 1 replies
Graciela Lopez
estoy con el ❤️ latiendo muy acelerado y comiéndome las uñas de la incertidumbre x lo que se viene
Ceecee
y los dragones para cuando 🤭
Celery Mmev
Gracias por compartir la novela /Drool//Grin//Rose/
Alejandra Bonilla
Excelente Novela Autora, como todas las que escribe, Saludos y Bendiciones
Ceecee
aquí es donde me confundo. Lilith, amenadiel que tienen que ver con la mitología griega
Ceecee: ah cierto, es que las otras las leí hace rato
Abbylu: Ella jamás le decía a Dios por su nombre... siempre lo cambió por el de otros dioses... es un chiste personal entre ambos.. deberías leer mis otras historias para detendré la referencia...
total 2 replies
Karlite
Amo tus historias
Miroslava Soto Vigil
me muero
Miroslava Soto Vigil
los dragones tienen su chispa /Proud/
Eve
jajajaja ahora se le dice movimientos de defensa
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