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Como Un Conejo Asustado

Como Un Conejo Asustado

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Posesivo / Mafia / Omegaverse / Dominación
Popularitas:31k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Leidy Rojas

⚠️ Contiene suicidio, depresión, transtorno de estrés postraumático, dependencia emocional, violencia, abuso, rasgos de psicopatía, sadismo, contenido +18 (censurado) y una relación poliamorosa.

John, un omega que se ha cansado de vivir. Decide que ya no hay sentido alguno, se sumerge en el lago pinos susurrantes y allí deja escapar su vida. Tercer intento fallido, pero ahora todo es diferente. Al parecer en ese mundo nadie conoce a los omegas y la persona que más le hizo daño, ha muerto. John descubre en este mundo la delicadeza que las personas pueden tener pero que él nunca conoció en su antiguo mundo, el doctor Jeison. El Dr se muestra amable, atento y cuidadoso de una manera que John no ha experimentado. Lleno de cicatrices tanto en su cuerpo como en su corazón, ignora el hecho de que quien acaricia su nariz es un lobo disfrazado de oveja.

NovelToon tiene autorización de Leidy Rojas para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

El diablo también se arrodilla.

Jeison

  

Stiv estaba esperando en la puerta. Aún no había hablado con Emily y esperaba que él pudiera informarme sobre el estado de John. En las cámaras pude ver que estuvo en cama toda la tarde.

–¿Cómo estuvo su día, señor? –preguntó Stiv.

–Estuvo bien, Stiv, gracias por preguntar.

Entré y él cerró la puerta detrás de mí. La empleada de la cocina estaba colocando los platos.

–Puede ir a tomar un baño, cuando baje serviremos la cena –asentí. Pero aún no debía irme.

–¿Cómo estuvo John? –quise saber.

–La doctora me ha dicho que durante la sesión sufrió un ataque de pánico y también recomendó que estuviera acompañado. –

–Muy bien, gracias, Stiv.

Entonces había sido útil para John estar acompañado de Esparta y Dom.

Pasé del comedor y subí las escaleras. John estaría esperando en mi habitación. No me interesaba su pasado más allá de que esa fuera la razón de su obediencia. Aunque su salud me preocupaba, mi empatía tenía un límite. No estaba falto de corazón como Manuel creía, él seguía vivo y John había despertado una extraña sensación en mi pecho. Aún no conocía su origen, pero sabía que estaba relacionado con él.

Mi infancia se limitó a obedecer a mi padre, así que nunca me preocupe por los sentimientos de los demás. Nunca fui el típico niño alegre e inquieto, ni siquiera me vi falto de amor. Mi madre supo desde que era pequeño el tipo de persona que era y, después de que Richard, mi hermano mayor, muriera, fui el diablo para ella. Mi padre, por otro lado, se enorgulleció de mí; desde ese día no paró de educarme para heredar la empresa. Ni siquiera consideró a Gabriel después. Robert era demasiado emocional y explosivo. Ver en su hijo lo que él había querido ser desde pequeño lo llenó de orgullo. Pero, una vez que tomé las riendas del negocio familiar y reinstauré el tipo de negocio por el que mi abuelo había empezado el patrimonio de los Grey; la fabricación de estupefacientes y drogas. Robert estuvo de acuerdo con mi madre cuando notó mi falta de miedo.

Ya no había vuelta atrás para él, la empresa era mía ahora. Lo único que temía era que su apellido fuera manchado ante el público, pero ese apellido se había formado gracias a esos mismos negocios ilegales.

Abrí la puerta de la habitación. John estaba en bata y Esparta y Dom ya me esperaban sentados en la entrada. Ambos movieron la cola y sacaron la lengua. Me acerqué a acariciar sus cabezas, pero incluso cada pequeño movimiento lo hacía sin quitar los ojos de John y su cuerpo mojado.

–Jeison, llegaste –su rostro reflejaba una sonrisa tímida. Sus ojos estaban un poco rojizos, seguramente había estado llorando.

–Sí, ¿cómo estuvo tu día? –pregunté, seguía agachado y acariciando a Esparta y Dom. Quería saber más sobre su reunión con la doctora. Sintiendo la reacción de mi cuerpo al ver a John, no podía dejarlo ir. Él me generaba más placer que cualquier cosa que hubiera experimentado hasta el día de hoy. 

–Estuvo bien –dijo. Me levanté y saqué a Dom y Esparta de la habitación.

–La doctora es muy amable, yo... –levanté los tendidos de la cama, si no lo hacía, pronto estaría lleno de pelos. –tienes los ojos verdes igual que tú... –levanté la vista hacia John.

–¿Te gusta ella? –pregunté.

–Oh, claro que no, es solo que cada vez que los veo me acuerdo de ti –John sonrió, él era tan hermoso. El calor de mi pecho se extendió a todo mi cuerpo. Esto se sentía como algo mucho más trascendental, no era solo deseo carnal. 

–Entonces no hay ningún problema –así era mejor, lo tendría solo para mí.

Rodeé la cama y me acerqué a John. Sus mejillas estaban rojas y sus ojos cafés me miraban con admiración. Su cuello se encontraba frío y sus labios estaban rosados y listos para ser besados.

–Jeison –musitó. Mis labios picaron, sin tener en cuenta la razón me incliné a besarlo. Sus labios eran pequeños y suaves, su boca caliente y húmeda.

Las manos de John apretaron mi chaleco. Cuando el beso se detuvo, se veía aún más provocador en su bata de baño. Desenredé las tiras y la bata se abrió; su cuerpo delgado y pequeño eran llamas en mis ojos, pero verle su intimidad goteando era aún más excitante.

Me arrodillé ante mi mascota.

–Será mejor que te sientes –comandé.

–¿Eh? –los ojos de John, aún más brillantes y abiertos, preguntaron. Podía ver sus pupilas dilatadas. Se veía confundido y tímido, pero obedeció mi palabra. Sí, él obedecía; era tan dócil y sumiso que solo su existencia me excitaba. John era la persona indicada para hacer arrodillar a un demonio. Él conocería el deleite del oscuro y adictivo placer. Pasé mi lengua por sus piernas hasta llegar a la humedad de su rígido miembro. Mis manos alzaron sus piernas y las colocaron en mis hombros. Hoy llevaría el peso de un amante.

Escuché a John gemir mientras sus manos temblorosas agarraban mi cabello. No, él no tendría tal valentía. Toqué su entrada ya húmeda. Era un hombre, pero aun así parecía una mujer en celo. Introduje mis dedos y, con un gran grito, John jaló de mi cabello.

–Tendré que castigarte –dije mientras me acomodaba entre sus piernas. No estaba enojado. Los ojos de John goteaban lágrimas y se mostraban demasiado perdidos como para reprenderlo seriamente. A John ni siquiera le importó. Esta noche será demasiado divertida… un conejito demasiado atrevido.

–Vamos a bañarnos juntos –John estaba acostado en la cama, con varias mordeduras que le había hecho inconscientemente. Su cuerpo agotado, sudoroso y con mis fluidos aún dentro de él... ¿Dónde quedaba mi racionalidad cuando se trataba de él?

–Lo siento por jalar tu cabello y lastimar tu cuerpo –dijo el conejito, mirando las heridas en mis hombros.

–Tus ojos se ven mansos, pero realmente hay fuerza en ellos –John desvió su mirada. De alguna forma, esta idea me inquietaba, ¿sería un problema en el futuro? –. Está bien, conejito, me excita que saques a relucir tus garras. –Levanté a John, sonrojado por mis palabras. En mis brazos, lo llevé a la regadera; sus piernas, aún sin fuerzas, temblaron al tocar el piso.

–Yo te sostengo –John se agarró de mis brazos. Abrí la regadera y el agua empezó a salir. Lavé el cuerpo de mi conejito primero. Cuando ya estuvo limpio y sin fluidos, lo envolví en una toalla.

–Stiv se enojará, ya es tarde para cenar –Sentí un leve apretón en mi corazón y sonreí. ¿Esto era ternura?

–Stiv ya debió irse a dormir, después de todo debió notar que estábamos ocupados.

–¿Qué?... pero... –su voz nerviosa era linda y adictiva de escuchar.

–No te preocupes, no vio nada –si llegara a ver, entonces afortunadamente sería lo último que vería. Moriría alegre contemplando su cuerpo.

—Oh, está bien –dijo John, y salió de la habitación después de que lo ordenara. Terminé de bañarme y los rasguños ardieron cuando unté el jabón en mi cuerpo. Mi espalda también ardía; seguramente había heridas allí. Estaba seguro de que detrás de toda esa tristeza, un John intrépido existía.

No lo dejaría ir nunca, eso era un hecho. John era el tipo de obsesión que perduraba toda una vida. Era el control del cual no me aburriría; esta pasión hacia su cuerpo, sus lágrimas, su dependencia y su sumisión podría considerarse fanatismo de mi parte. Por fin tenía una fijación hacia algo bueno, incluso podía considerarse como mi absolución. Por el contrario, para mi conejito, había conseguido que el diablo se arrodillara. ¿Quién se estaba convirtiendo en la mascota de quién?

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Yendi Jaramillo Avila
Excelente
Yendi Jaramillo Avila
yo también busque el significado
🏳️‍🌈ZOE GIANNI 🇮🇹🇦🇷
según el traductor dice "es adictivo"
🏳️‍🌈ZOE GIANNI 🇮🇹🇦🇷
q extraño como de un cap a otro salta de escena ...
🏳️‍🌈ZOE GIANNI 🇮🇹🇦🇷
pero si le dijo solo stiv...
Roberta Medrano
estaba tan impresionada cuando apareció un alfa en este mundo donde Jhon por fin no tenía que esconderse y pobre de Manuel con tantos sentimientos encontrados
Wendy Alejandra Ortiz Pulido
hola me encanto pero necesito masSSSSSSSS ME KEDE CORTA
Franshesca Acosta
Está historia es una de las mejores que he leído 🥰😍😍
Franshesca Acosta
pues si lo son mi obsesivo Jeison 😎😈
Wendy Alejandra Ortiz Pulido
Excelente
Rosa Castro
Normal
Rosa Castro
Malo
Ale Must
Jaison necesita más ayuda que el mismo Jhon. El tiene más dependencia hacia Jhon que toda la que Jhon siente hacia él, Dios mío
Ale Must
Ay, me encantó esa frase! me la voy a robar jjjjjj
María auxiliadora Hernández
me gustó mucho tu novela
María auxiliadora Hernández
me gustó muchísimo tu novela
Karla Alejandra Cervantes
me encanta como estás manejando la historia felicidades espero con ancla el próximo capitulo
La Mirtha Fernandez
me gusta mucho es atrapante
Leidy R: Muchas gracias 😊
total 1 replies
La Mirtha Fernandez
me encanta la historia tiene todo me entusiasma mucho me da mucha ansiedad saber lo que viene por favor maraton /Pray//Pray/
Leidy R: Lo intentaré ☺️
total 1 replies
Angely liliana Mora Mojica
Actualiza plis
Leidy R: ¡Está verificando!/Determined/ Ya casi.
total 1 replies
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