Alina se encuentra en una situación desesperada.
No solo perdió a su esposo debido a algún malentendido que incluso si ella lo quiere aclarar solo lo oscurece más, sino que sus amigos y madre le dan la espalda.
Con un niño en brazos y otro en el vientre, Alina debe enfrentar un sinnúmero de situaciones que harán su vida difícil.
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Eso es bueno, eso es bueno
— A la boutique le está yendo bastante bien, desde que eres la modelo de nuestra ropa, leí algunos comentarios divertidos en internet sobre ti. Pedían el número de tu cirujano para que les dejara la nariz como tú la tienes, otras chicas pedían el número de tu entrenador personal para tener una cintura pequeña, parece que tu futuro como modelo es ilimitado. Bien, podrías hacerte influencer — comentó Scarlett con diversión.
— No creo que sea lo mío. Creo que las personas que se dedican a subir contenido en línea son dignas de admiración. A veces tienen que soportar comentarios malintencionados, ataques a su figura, a su forma de hablar o simplemente a su existencia. Yo no sería capaz de soportar aquello.
Scarlett sonrió mientras tomaba a Andresito de mis brazos.
— Es tu decisión, Alina. Ya sabes, es tu vida, tú tienes el derecho de elegir lo que quieras ser. Ya sea una influencer, una abogada, una mesera. Eso no te hace más o menos que nadie. Verdad bebé.
Andresito soltó una risita ante las palabras de Scarlett.
— Lo sé — le dije — Gracias por tus palabras.
Scarlett sonrió, mientras sacaba un sobre de dinero y me lo entregaba.
Con algo de confusión lo tomé.
Al contar el dinero no pude evitar pensar que, quizás, Scarlett se confundió, ya que había $50 dólares adicionales de lo que habíamos acordado.
Justo cuando le iba a decir, ella habló.
— Esta es tu paga, añadí algo adicional como bonus debido a tu esfuerzo y dedicación. Veo que tienes algunos conocimientos en marketing digital y negocios. Tus ideas dieron excelentes resultados, Alina. Así que espero que no dejes de estudiar.
Torcí los labios ante sus palabras.
— Me halagas demasiado — respondí con una sonrisa — Solo estaba poniendo en práctica todas esas clases de e-commerce, marketing y administración que recibí en la universidad. En cuanto a estudiar, lo pospuse para el próximo año, planeó cambiarme de universidad y tomar las clases de manera virtual. No te preocupes, no abandonaré mis estudios.
Scarlett sonrió ante mis palabras.
— Eso es bueno, eso es bueno — soltó risueña.
Sonreí con los labios apretados mientras le daba un sorbo a mi té mientras miraba la casa de Scarlett.
Realmente, me sentí algo curiosa por saber la razón por la que Scarlett vivía en esta casa tan destartalada cuando podía permitirse vivir en un lugar un poco más adecuado y moderno.
— Esta casa fue lo único que nos dejaron nuestros padres a Aegean y a mí. Aquí están todos nuestros recuerdos, aquí crecimos. Tal vez puedes pensar que soy una mujer muy sentimental, pero me rehusó a salir de esta casa. Sabes, el dinero va y viene. Pero, el valor sentimental de los recuerdos es algo que no tiene precio — explicó Scarlett.
— Pero, ¿por qué no la has remodelado? — cuestioné.
— Por qué no creo que sea necesario, al menos, no aún. Quizás en el futuro lo haga — explicó — Cuando Aegean se case y traiga a… no, ese bastardo ya está casado.
Arrugue la nariz ante la forma en la que se dirigió a su hermano.
— En realidad, me preguntó la razón por la que tu taller no se ha podido levantar en estos años, tienes todo para triunfar, la calidad de la ropa y los diseños son innovadores. Las chicas son muy honestas y trabajadoras. Pero, el crecimiento del taller es lento, yo…
— Eso es porque, las ganancias que obtenemos no es mucha, por lo cual no podemos invertir en un plan de negocio a gran escala. Además, hay demasiada competencia. Tendríamos que buscar un valor agregado adicional a nuestro producto que lo haga diferente al resto para que resalte. Los diseños innovadores son un punto a nuestro favor. Pero, afuera, hay un montón de marcas más conocidas que reinventan las vestimentas. Soy consciente de mí misma, Alina. Y sé que aunque no somos las peores, ciertamente nos falta para estar en la cima. Desde un buen plan de marketing hasta expandir nuestro local cambiando la tecnología que utilizamos para crear nuestras prendas…
— Sé que lo lograrás en el futuro — dije interrumpiendo sus palabras.
— Eso es verdad, pero tomará algún tiempo, no podemos correr cuando recién estamos aprendiendo a caminar.
Asentí entendiendo por completo el mensaje de aquella frase.
Después de todo, ahora me encontraba en mi punto más bajo, pero no siempre iba a ser así.
No podía hacer que las cosas se aceleren o ponerme enojada porque algo no salía de la manera en la que yo quería.
Debía ser paciente y seguir esforzándome y planeando pequeñas metas para el futuro.
— ¿Tus malestares aún persisten?
Asentí al escuchar la pregunta de Scarlett.
— No he podido tener una comida entera en algún tiempo. Aunque me obligue a comer, al final terminó botando todo. Lo único que no me causa náuseas es el agua y las frutas.
Sacrlett suspiró mientras miraba mi vientre a modo de regaño, lo que me hizo reír.
— Bebé, no seas malo con tu mamá, no seas quisquilloso con la comida, mira no más lo pálida que está.
— Este embarazo es tan diferente. Cuando tuve a Andresito, no tuve ningún malestar, solo me dieron antojos, quería comer chocolate con macarrones, helado con arroz… Cielos, y un montón de cosas extrañas.
Scarlett soltó una carcajada ante mis palabras.
— Todos los embarazos no son iguales — dijo risueña — Te entiendo, cuando estaba embarazada de los mellizos, también me dieron unos antojos terribles.
— Prefiero tener antojos que náusea, es horrible y eso solo es el inicio, porque ya me imagino cuando esté en los siete u ocho meses, yendo al baño a cada rato.
Justo cuando Scarlett iba a decir algo, su expresión se mostró algo preocupada mientras miraba a Andresito.
— ¿Qué pasa? — cuestioné tratando de ver qué era lo que le pasaba a mi hijo, pero no podía hacerlo debido a que él estaba de espaldas.
— No te alteres.
Bueno…
Eso no había servido de mucho debido a que desde que dijo aquella frase yo ya estaba alterada.
— ¿Qué pasa? — repetí mientras me acercaba a ella y miraba a mi hijo con preocupación.
— Le está sangrando la nariz — dijo Scarlett — Busca un paño, puede ser un golpe de calor.
No tan convencida con sus palabras busque algo para limpiar la nariz de mi hijo.
Justo cuando iba a sacar un paño para limpiar la sangre de la nariz de Andresito.
Las siguientes palabras que dijo Scarlett me dejaron helada.
— ¡Él se está sujetando el pecho, Alina! ¡Parece que no puede respirar, tu hijo parece estar teniendo un ataque, llama rápido a la ambulancia!
Hola, pequeña reina, gracias por leer, no te olvides de dejar un like o comentario, con amor, Erica.