Causalidad

— Saint, ¿puedo hablar contigo? – estaba agotado, las sección de fotos había sido al amanecer y no había podido pegar los ojos por culpa de ese niño. Esperaba verlo y quitarme está sensación que no me gusta, se que esto no está bien, a penas sí lo conozco, es chaparro, tiene cara de pocos amigos y para colmo es un niño. Tiene escrito imposible en todo él, por qué cuando me sonríe olvidó todo eso.

Debo enfocarme, no se qué quiera Mean, tal vez volvió a discutir con su novio y quiere desahogarse — ¿Saint? ¿Eschaste lo que dije...? – ¿qué dijo? Ahh!!!  Si... Hablar de algo.

— Si, de que quieres hablar...

— Te pregunte algo y ni siquiera te diste cuenta, qué está pasando contigo, eres distraído pero hoy te estás sobre pasando.

— Lo siento Min, no dormí bien.

—Por qué...

— No tenía sueño... ¿Qué me preguntabas? – Min y yo estábamos en la misma agencia de modelaje, fue ahí donde nos conocimos. Él y yo enseguida hicimos amistad, me gustaba su forma de ser tan abierta, cierta noche lo vi tan deprimido, algo raro en él, lo invite a mi casa a beber algo. Fue ahí dónde me contó sobre su novio y los problemas que tenían que enfrentar, desde entonces, siempre me busca para desahogarse y pedir consejo, lo entiendo, los chicos en la agencia son los típicos machos que hablan de chicas y de cuántas se habían llevado a la cama, con tan sólo pedirles el número.

Personas normales cómo ellos se hacen llamar, qué solo buscan su satisfacción y no ven más a allá de sus narices. A mí desde el principio me etiquetaron, nunca me importo, estaba ahí para trabajar, no para hacer amigos, él único que fue respetuoso conmigo fue Min, por ello lo respete y apoye siempre que lo necesitaba.

Ahora que nuestra amistad es más fuerte, me siento bien saber que tengo un amigo que no me crítica y que ademas me entiende.

— ¿Qué hay entre tú y ese enano? – eso me tomó con la guardia baja, pude menejarlo.

— Ya te dije que se llama Perth y no sé a qué te refieres con esa pregunta. Somos compañeros de trabajo... – “y creo que me gusta” no pienso contarle eso.

— ¡Saint! Te conozco bien, algo te traes con él, puedo notarlo.

— Lo único que me traigo con él es trabajo, cómo vamos a tener algo más, sí apenas nos conocemos, mejor dime por qué piensas eso...

— A noche los vi irse juntos, tú le abriste la puerta de tu carro con una de tus sonrisas.

— Ya no puedo sonreír o qué, hay algo malo en abrir la puerta de mi carro... ¡¡Exageras!!

— Saint esa es una de tus sonrisas, la cuáles conozco muy bien.

— ¿Pues cuantas sonrisas tengo? a ver, ilustrame – no pude evitar reírme, según mi amigo tengo más de una sonrisa y eso me delata. Me crucé de brazos.

— ¿De verdad quieres saber?, en ti existen cuatro...

— ¡Cielos! – me reí con más ganas — Cuéntame más...

— Esa es una, la de nervios por sentirte descubierto...– tuve que tragar — Segunda: la que usas en las seción de fotos y eventos en general. Tercera: te acuerdas cuando fuimos a Corea y nos encontramos a ése chico que fue tú némesis en el campamento de niño, esa fue falsa y altiva, por último la qué haces cuando alguien te gusta o admiras. Cómo imagino que no es admiración lo que siente por él, regresamos a lo mismo y ese niño te gusta.

— A ver, aclaremos algo. Primero deja tú psicoanálisis de mi persona. ¡Me asustas! ¿Quién te dice que no admiró a ese niño?, es muy chico y míralo, ya está trabajando.

— No estoy criticando tus gustos, quiero que tengas cuidado, es un niño.

— ¿Crees que no lo sé?

— Lo admites, entonces...

— ¡Sueñas! – le apuntaba con el dedo— Sólo dije que tienes razón no que en verdad pasa algo.

— Saint soy tu amigo sabes que puedes confiar en mí verdad.

— Lo sé, en serio no hay nada... – es cierto, no había nada y no lo habría, sé que no debo — Gracias por preocuparte... ¿Cómo está tú chiquitín?

— No me hables de eso, me siento como los alcohólicos, un día a la vez. No quería contarte, siento que tú no le agradas a Plan.

— ¡Qué sorpresa! No me había dado cuenta...

— Lo siento, no tengo idea el por qué.

—Y el despistado soy yo – hable por lo bajó.

— ¿A qué te refieres?

— Por qué eres tan bueno para los psicoanálisis ajenos y no para tú propio novio.

— Eso quiere decir que acerté contigo...

— No cambies de conversación.

— ¡Esta bien! Creó entender.

— Hablen más, no guarden las cosas.

— Me lo dice alguien que no dice lo que siente...

—¡Ay olvídalo! Usas mis palabras contra mí.

— Lo siento me pasé. Ve primero, entró después.

— Umh!!! Qué lindo, no quiere que su Pequeñín lo vea conmigo.

— Te equivocas, estoy haciéndote un favor, quiero que entres para que veas a tú enano, ¡él cuál mueres por ver!

— Min a veces puedes ser muy odioso... – achicando mis ojos, caminé por delante de él, lo escuché reír.

— Es cierto!? – él granuja se burla de mí – ¡¡Ternuritaaa!!

— Me voy, no merece contestación tus palabras – [grité] soy tan transparente, no, el problema es que mi amigo me conoce mejor que nadie. “Si quiero verlo”

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Cuando llegue escuché una risa fuerte, el sonido era agudo y muy sensual, me adelante a entrar y como lo supuse era Perth, está en el suelo con Plan jugando al parecer.

Plan le estaba haciendo cosquillas a “mi niño”, a cabo de decir mi niño.

Todos los chicos gritaban haciendo una rueda, me quedé observando sin decir nada con los brazos cruzados. Sentí un brazo en mis hombros, giré mi cabeza, se trataba de Min.

— ¿Qué? ¿celitos?

— ¡Aléjate de mí tonto! – quité su brazo, le parece gracioso, pues a mí no.

— ¿Chicos que hacen? – enseguida todos dimos la vuelta, la coreógrafa había llegado captando la atención de todos.

No tuve tiempo de hablar con Perth, en seguida empezamos a trabajar.

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Me excuse y salí al baño, no me dí cuenta en qué momento Saint estaba entre los chicos, se veía muy apuesto, su cabello no está arreglado como siempre, se veía tan bien y yo estoy hecho un desastre, Plan desde temprano, no dejaba de provocar y no me iba a dejar tan fácil, me cae muy bien, pasamos todo el día haciéndole bromas a los demás.

La pelea de antes había hecho que Plan me dejara todo el pelo alborotado no es que lo tuviera tan largo pero al estar corto tiende a ponerse rebelde, también mi ropa se arrugó por el movimiento. Me lave la cara, trate inútilmente con mis dedos arreglar mi cabello.

— ¿Perth por qué tardas tanto? – parecía molesto, creo que me tarde de más. — ¿Qué haces?

— Lo siento por tardarme, es que tenía calor...

— Mira tú cabello, es un desastre – Saint tocó mi cabello y acomodó lo rebelde que se encontraba, también toque mi cabeza rozando su mano “es malo querer más que solo rozarlo”

— Es qué Plan es tremendo...

— Si, te ví muy contento con él...  ¿Estás enterado que tiene pareja verdad? – el dejo de tocar mi cabello, eso me puso triste... ¿Que me estaba preguntando?, a sí Plan... Será correcto que diga que lo sé, él lo sabe, no creo que tenga problema que diga que también sé.

— ¡Si!, por qué me lo preguntas...

— Por nada, pensé que no lo sabías – por qué siento que está molesto, ¿qué hice mal?, él dijo que somos amigos por lo tanto puedo preguntar qué le pasa.

— ¿Saint estas molesto conmigo? Sé que me tarde un poco en el baño, prometo que no vuelve a pasar... – De pronto se enderezó y me miró extraño, cambio su tono y volvió a sonreír. “Amor por qué eres cruel conmigo”, yo no puedo ni tocarlo. Pase mi lengua por mi labio, al verme me dió la espalda.

— No te preocupes, disculpame a mi por decir tonterías, te espero a fuera –no quería que se fuera, lo detuve tomando su mano.

— ¿En serio no estás molesto conmigo?

— No Cari... – carraspeo — Perth, ¿quieres volver a cenar conmigo? – “no quiero lo estoy deseando”

— Mmm, esta vez yo te invitó.

— Yo te invite antes...

— ¡Saint! ¿Por favor? –apretó mi mano.

— ¿A dónde me vas a llevar?

— Te molestaría ir a mi casa a mi madre le gustaría conocerte...

— ¿Tú mamá quiere conocerme?

— Sinó quieres puedemos ir a otro lugar...

— No para nada, con gusto voy contigo... – pasó su mano por mi cara, no puede evitar sentir un déjà vu  — ...tenías una gota de agua, ya la quité.

— Gr-gracias... Te gustaría quedarte a dormir en mi casa...

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Me dijo que no tardaría y estás tardando más de la cuenta, me quedé fuera del baño y no salía. Entre a ver qué pasaba, lo encontré mojando su cara, que le pasa cuando estábamos ensayando no dejaba de verme extraño. Yo tampoco podía dejar de verlo. Plan a cada rato lo jalaba o lo molestaba en la rutina y Min en vez de detenerlo le daba risa, que no ve que su novio está coqueteando con él niño. ¿Por qué es un niño?

Sonreía dejando pasar sus juegos, en realidad no me sentía a gusto y lo peor es que no estaba molesto con ellos, sinó conmigo por sentirme raro de verlos, claramente sólo estaba jugando.

Toque su cabello fue algo natural, cada vez que lo siento cerca quiero tocarlo, quiero mucho más que eso y me asusta esos pensamientos en mí.

Quería que estuviéramos solos por eso lo invite a cenar, entonces él me sorprendió diciendo que su mamá quiere conocerme y que además quiere que me quedé a dormir con él. No puedo aceptar, como podría dormir en la misma cama con alguien que me está llamando la atención.

Es la segunda ocasión que alguien logra remover algo en mí con su sola presencia, en aquél entonces yo tenía menos edad y en difinitiva era inexperto. No es que sea el gran conocedor, en este medio aprendes a identificar tus sentimientos mejor que otros.

No voy a negar que me atrae, de ahí a intentar algo, es un estrecho muy grande, por eso quiero descubrir que sentimiento exactamente está dentro de mí para poder manejarlo y saber qué pasos debo tomar.

— ¡Me encantaría! – “cariño no sonrías de esa forma por favor” – pero no me gustaría incomodar...

— No al contrario, le platique de ti y está muy emocionada por conocerte. Ya te había platicado que es una fanática de los chicos lindo...

— ¡Tú eres más lindo! – sonrió y me pegó con su puño amistosamente. Es tan tierno y yo tan tonto por aceptar, esto puede ser una prueba para mí auto control o el camino directo a la cárcel e iría con gusto.

Nos fuimos sonriendo al taller, llegó la hora de trabajar como pareja, la Mis nos dijo que nuestras manos tenían que uniese y mirarnos fijamente. Teníamos que decirnos que es lo que más nos gustaba del otro, claro todo esto dentro de nuestro personaje, en ese momento era Pete y Ae los que tenían que hablar no nosotros.

Lo veía y notaba que estaba tan nervioso como yo, esperaba que dijera algo cuando apretó mi mano.

Él quiere que empiece primero.

— Ae... Me gusta tu fortaleza, que no temes decir lo que piensas o sientes... Me gusta cómo proteges a tus amigos y qué nunca tratas de dañar a nadie... – No sabía que diría, sus manos sudaban y las mías lo apretaban para hacerlo sentir mí apoyo.

— Pete.., me gusta tu forma tímida de ser y la fragilidad que aparentas, me gusta que dentro de ti existe un chico muy fuerte que ha pasado por muchas cosas difíciles y a pesar de todo, no pierdes tu sonrisa... – sonreímos nerviosamente, fue nuestra primera interacción como pareja y a sí sería de hoy en adelante.

La instructora hablo y nos soltamos de inmediato.

— Muy bien, deben practicar un poco más los nervios al mirarse, recuerden que son una pareja. Cuándo empiecen las grabaciones no podrán tomarse de las manos todo el tiempo para retener sus nervios. – nos quedamos mirándola con los ojos bien abiertos sorprendidos. — Chicos no son la primera pareja que ayudó y ustedes me gustan mucho, se nota su química al actuar y eso es muy bueno. Lo malo es que transmiten mucho con sus gestos y eso puede afectarles a la hora de desarrollar la escena, por eso estoy yo aquí, para ayudarlos a canalizar esos puntos de otra manera. –no dijimos nada, ella tenía razón y sólo escuchamos — Por hoy es suficiente, los veo hasta el jueves. Adiós.

—*Gracias* – respondimos juntos.

— Saint perdona por apretar tus manos...

— Tranquilo, yo hice lo mismo, ella tiene razón deberíamos practicar más.

— ¡Mmm!, haré mi mejor esfuerzo, me da gusto que seas tu quién esté a mi lado.

— Em.., pienso lo mismo.  ¿Nos vamos ya?

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Estábamos en camino a su casa y me detuve en una pastelería.

¿Qué pasa Saint?

— Te molesta que lleve algún postre para tu mamá...

— No me molesta pero ella no lo necesita, no te preocupes.

— Por favor Perth déjame hacerlo... ¿Si?

— Tú ganas, no hagas esa cara Saint me pone nervioso...

— ¿Te pongo nervioso?

— A veces, tú eres mayor y sabes de muchas cosas y te admiro sinceramente... –me admira, eso es todo.

— ¿Cómo que dulce le gustará a tu mamá Perth? – no quería seguir con el mismo tema.

— El que tú elijas está bien, cualquier cosa dulce le encanta.

— Me espera voy por el...

— ¡Esta bien!

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Qué bueno que Saint no quiso que lo acompañe, estaba a punto de decirle que estaba enamorado, no puedo hacerlo, tengo que pensar en todos los del proyecto, para bien o para mal ya estoy dentro de esto y los demás confían en nosotros para que esto tenga éxito, incluso las fans tienen demasiadas expectativas sobre nuestra actuación, si yo no logro controlar lo que siento y Saint lo descubre. Puede resultar que él no siente lo mismo que yo, entonces grabar junto será muy difícil para él, y yo deseo que esté a gusto a mi lado. Debo pensar en él antes que en mis propios sentimientos, no quiero dañarlo de ninguna manera.

Al llegar a casa nuevamente abrió la puerta del carro para mí, sí el sigue con esos gestos, me pone las cosas más difíciles.

— ¡Gracias!– si dice una vez más “es un placer” me lo como.

— De nada – “te has salvado amor” y yo me estoy condenando.

— Tu casa es muy bonita.

— Gracias, mi otra casa era más bonita aunque más pequeña.

— ¿Vivías en otra ciudad?

— No aquí mismo, mis padres compraron está, más amplia prefería mi casa de la infancia...

— Ahh!!! Imagino que ahí debiste tener buenos recuerdo.

— Muchos... ¿Tú de dónde eres?

— Yo soy...

— Tano que hacen todavía a fuera, entren... –mi madre no dejo que él terminara de contarme, la seguimos y cuál fue mi sorpresa, había alguien más en mi casa.

— ¿Nelly que haces aquí?

— ¡Hola Tano! Me quedé platicando con tu mami y se me fue la hora pero ya me iba...

— No hija cómo crees que te vas a ir, ya es muy tarde, quédate y te vas mañana temprano solo avísale a tus padres...

— Nelly las clases empiezan hasta la otra semana, ya habíamos quedado... – estaba muy molesto por qué ella estuviera en mi casa, una cosa era que se me insinuara y otra es qué entre a mi casa sin mí permiso y que use a mi madre a su favor.

— Lo siento, te traje material de trabajo para repasar y como te dije me quedé platicando con tu hermosa mami, no te preocupes ya me voy – pretende ser la ofendida, sabe perfectamente que esto no me agrada.

— Tano no seas descortés, además ya es muy tarde para que se vaya ella sola...

— Yo puedo llevarla –por lo enojado olvide que Saint estaba a lado mío escuchando todo.

— ¡¡Oh cariño en serio!! me harías ese favor... ¿Ésto es para mi,? Qué lindo eres..  – tomó el pastel que Saint traía con él.

— ¡Por supuesto! Espero le guste...

—  A sí será... Mientras ustedes van a dejar a mi dulce Nelly, tendré lista su cena cuando regresen.

— Si madre...– que más podía hacer, prefería eso a que se quedará en mi casa.

Saint salió primero, lo seguí y Nelly medio al cansé jalando de mi brazo.

— ¿No estás molesto verdad Tano?, como dijiste que era muy importante para ti pasar los parciales, quería apoyarte un poco con trabajos extras... –que podía decir, sé que no lo hace a mal, lo que ella no entiende es que aunque se esfuerce en atenciones hacia mí, no va a conseguir nada. Yo tengo a la persona que me interesa conmigo y aunque él no tenga conocimientos de mis sentimientos ni lo imaginé, mi corazón se aferra a él como un loco.

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¿Esa es la novia?, ya hasta se ganó a la mamá de Perth.

Pude percibir a Perth molesto o a lo mejor era que estaba preocupado por ella y daba la impresión de molestía, claro, eso debe ser. Debí quedarme callado, ella era la novia, no tenía nada de malo que se quedará en su casa, él que sobraba en todo caso es otro. La vi llamarlo con tanta familiaridad que logro molestarme, tanto que deseaba jalar a Perth y llevarlo conmigo. En el momento que esos pensamientos pasaron por mi cabeza tuve que usar todo mi autocontrol para no ser tan evidente.

Los esperé recargado en la puerta cuando salieron, esa niña estaba colgada del brazo de Perth y él ni siquiera intento alejarla. Por qué lo haría, las razones son más que claras. Abrí la puerta de atrás, imaginé que irían sentados juntos. Ella me vio y me sonrió, algo descarada para mí gustó. Si mi pareja estuviera a mi lado no tendría ojos para nadie más y menos sonreír para alguien que no sea mi pareja, está visto que no todas las personas piensan igual.

— Señorita, por favor – la cortesía ante todo.

— Gracias eres muy amable –deje la puerta abierta esperando a que Perth entrará, se me quedó mirando juntando las cejas.

— ¿Qué esperas? – “entra de una vez con tu noviesita” por qué no deja de mirarme. — ¡Entrá! –ahora él muy osado se está riendo.

Me quito de la puerta cerrando,  me llevo de los hombros.

— Saint entra, sé que estás cansado, voy contigo adelante, vamos no quiero que te canses de más –eso quiere decir que se preocupa por mí o por qué piensa que me puedo quedar dormido al manejar y le preocupa que le pase algo a su hermosa novia.

— ¡Saint regresa a ti!

— Lo siento parece que sí estoy cansado...

— Ves, tengo que cuidarte. –eso me confirmo que se trataba de lo segundo y me dolió. ¿Quién soy yo para sentirme ofendido o celoso?.

Una vez en el auto, Perth puso la dirección en el navegador, sabía a la perfección la ubicación de su novia, como no iba a saberla.

En el camino escuchaba como la chica trataba de hacer plática con su novio, éste le contestaba con monosílabas y ella dejó de intentarlo hasta que me habló a mí.

— ¿Eres el nuevo compañero de reparto de Tano verdad? – no quería contestar, no sería propio quedarme callado, además no sabía hasta dónde Perth le había hablado de mí o tal vez ni siquiera me mencionó.

— Sí, trabajamos juntos.

— Eres muy guapo y muy alto también... – fugazmente miré a Perth, se estaba riendo. “De que te ríes no escuchas lo que tu novia está diciendo”

— ¡Gracias!

— ¿Y tienes novia? – “no piensas decir nada Perth”

— ¡No!

— Es una lástima, tan guapo y eres soltero, hubiera sido lindo ir los cuatro al cine... – no sabía que contestar, no fue necesario. Perth fue quien habló.., por fin.

— Y por qué iríamos los cuatro al cine Nelly, que yo sepa tú sólo eres mi tutora, no mi novia –la chica no dijo nada, juro que quería mantenerme serio, apreté con fuerza mis labios, la sonrisa en mi boca está por declarar como me sentía por dentro.

La chica no tardó mucho en volver al ataqué.

— Podemos salir como amigos, todo puede pasar cuando las personas que conviven por un tiempo llegan a conocerse, ¿tú qué sabes?, quizás el tiempo pueda cambiar algo – vaya esa chica de verdad que va por todo, lo que respondió Perth me dejó sin palabras.

— Espero que tus palabras lleguen a ser cierta, en el caso de ti y de mi, lo digo de antemano no aplica.

— Ya lo veremos Tano, nada está escrito...

— En mi vida sólo hay una persona que puede escribir y esa no eres tú. – ¿Qué quiere decir?, no me quedó claro, bueno antes él dijo que tenía novia, en definitiva esta chica no lo es, puede a ver alguien más.

— ¡Llegamos! – Perth hizo que me detuviera, era una zona recidencial, nada mal, se veía que la niña vivía muy bien.

— Saint voy a acompañar a Nelly, no tardó.

— ¡Aw! –no pude evitar sonreír, mi alegría había regresado.

— Nelly sal de una vez...

— Perth no sea descortés, aprende de tu amigo y ábreme la puerta. –me dió risa como Perth miraba arriba tratando de pedir a alguien imaginario paciencia.

— ¡Regreso Saint! – salió del carro sin esperar a la chica.

— Gusto en conocerte Saint, cuida bien a mi Perth por favor él no lo sabe todavía, aquí entre nos, él va ser mío...

— ¿Por qué estás tan segura?

— Él nunca ha tenido novia, es muy tímido y  yo no, eso lo hace más fácil.

— ¿Él no tiene novia?

—Nunca a tenido, por ello su mamá es mi mejor aliada...

— No crees que eso es tomar ventaja.

— Yo lo llamo amor, en la guerra y en el amor todo se vale.

— Nelly sal de una vez, ¿que esperas? – Perth le gritaba, ya había empezado a caminar dejándo la puerta abierta. No había notado que ella está recargada en el asiento de enfrente hablándome.

— ¡Te lo encargo! –la descarada me guiñó un ojo y tocó mi hombro.

Perth me mintió, no tiene novia, por qué decir que sí, lo que es más sorprendente es que nunca ha tenido a alguien en su vida, entonces ese comentario de antes que significa, qué le gusta alguien y nunca se ha declarado.

Estoy tan confuso, quisiera preguntar por qué me mintió y por qué no hacerlo, se supone que ya somos amigos que tiene de malo.

Perth está tardando más de lo normal, sólo tenía que dejarla en la puerta, está tardando en despedirla. Pegué en el volante y sin querer toque el claxon. ¿Rayos que acabo de hacer?, va a pensar que lo presione a propósito, volvió a pegar en el volante, está vez con mi cabeza, ¡cielos parezco tonto!.

Mi puerta se abrió.

— Saint disculpa, Nelly tiene una mamá más platicadora que la mía y por más que le decía que tenía que irme no terminaba de hablar, lo siento mucho...

— No te preocupes, ¿por qué estás tan agitado?

— Venía bajando las escaleras, cuando escuche tu claxon, entonces empecé a correr – “cariño” deje de mirarlo necesito tocarlo, lo único que pude hacer es apretar el volante y morder mi labio para contenerme.

Estos deseos de tocarlo se están volviendo más fuertes.

— Perdóname lo hice por accidente...

— Al contrario, perdóname a mí por tener que traer a mi compañera, se lo cansado que estás... –paso su mano por mi cara, “cariño me estás matando” —... se nota en tu cara lo cansado, ¡lo siento!

— Perth no hagas eso.. – lo dije o lo pense.

— ¿Qué hice? – lo dije.

— Digo... No digas eso, no me molesta apoyarte.

— ¡Ah eso! ¿Quieres que te ayude a manejar?

— ¿No tienes licencia Perth?

— Se manejar además ya es noche, puedo hacerlo sin problemas, claro sí tienes confianza en mí...

— Claro que confío en ti.

— Bueno, entonces déjame llevarte a casa... – qué bonito se escucha eso de casa, cuando llegó a la mía siempre estoy solo, mamá está conmigo pero no es lo mismo cuando alguien más se preocupa por ti y te hace sentir bien.

Cambiamos de lugar y me ayudó a poner el cinturón, se puso el suyo y empezó a conducir. ¡Vaya en serio no lo hace tan mal!. Respire tranquilo y miré para la ventana, a través del cristal podía ver el reflejo de Perth, sus manos sostenían firme el volante y su mirada estaba centrada en al frente y en los espejos de apoyó, a veces notaba que me miraba y volvía a concentrarse en manejar, no sé en qué momento me quedé dormido pero a sí fue.

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Me dí cuenta que no dejaba de mirarme, podía ver su hermosa carita por el reflejo del cristal poralizado, tal vez pensaba que no manejava bien y quería supervisar, por qué su mirada me decía otra cosa o soy yo él que lo imagina todo.

Saint se quedó dormido, incluso dormido es él hombre más hermoso que he visto.

Me estacione y me quedé en la misma posición contemplándolo, por mi podía quedarme aquí por siempre mirándolo sin más que hacer, pero él debe descansar bien y aquí no lo hará.

— Saint, despierta.., ya llegamos –moví un poco su hombro para que me hiciera caso, ni así se movió.

¡Dios que lindo se vé! “controlate no hagas algo que después te arrepientas”

— Amor anda despierta... – él no me oye, que hay de malo llamarlo como me gustaría sin que lo escuché. — Despierta Saint, estamos en casa – hablé más fuerte, por fin se movió, volteo a mirarme y sonrió.

— Lo siento, me gano el sueño... – lo vi estirarse y frotar su cuello, no miento al decir que eso se veía tan sensual y provocativo. En él todo grita Cómeme. Me estoy volvi un pervertido por su causa — ... tú mamá seguirá despierta.

—No tengo idea, a lo mejor sí. –nada más salir del carro mi madre abrió el portón. Es un hecho esta despierta.

— Hijos que bueno que ya llegaron, me tenían preocupada – mi madre de verdad que se excede, acaba de llamar a Saint hijo, espero que a Saint no le incomode la forma tan abierta de ser de mi madre.

— Sí señora ya estamos aquí.

— Ohh!!! Querido, no me llames señora, me haces sentir viaja y todavía estoy muy joven...

— Madre no empieces

—¿Qué dije? Les dejé la mesa lista, perdón si no los acompaño, mañana tengo cosas que hacer muy temprano, no duerman tan tarde por favor.

Querido siéntete como en tu casa, eres bienvenido cuando gustes.

— Eres muy amable tía, gracias.

— No agradezcas, vamos hacer familia ¿no?

— ¡Mamá!

— Tano siempre es igual, no aguanta una pequeña broma, ignorarlo sí – se atrevió a giñarle un ojo. Saint no dejaba de sonreírle a mi madre y ella actuaba como chiquilla ante él. Sólo pude rascar mi cabeza de la pena que me estaba causando mi propia madre

— No te preocupes tía, lo voy hacer cambiar, déjamelo a mí– mi madre soltó una carcajada, sus palabras me dejaron con la boca abierta, sé que le seguía el juego a mi madre. Estonces por qué siento que lo dice en serio. Mi madre puso sus manos en su cara y me miró.

— ¡Este chico me encanta! Perth sí lo tratas mal, te voy a castigar ¿oíste?

— ¡Ma! No sé supone que estás cansada, déjanos comer por favor.

—Ayy!!! Se me olvidaba, este niño sinó come a sus horas se pone de un humor, ya, ya no me mires a sí, me voy –quería decir que es mentira, Saint se veía tan contento que no pude decir nada, se estaba divirtiendo, gracias a las ocurrencias de mi madre. — Fue un placer conocerte Saint, espero verte pronto.

— Lo mismo digo tía, gracias por la cena.

— No agradezcas, Tano me dijo que te gusta mucho ese platillo, lo preparé especialmente para ti, espero lo disfrutes.

— ¡Gracias! –Saint no dejaba de verme. Mi madre acaba de exponerme ante el, “vete de una vez madre antes de que digas algo que no pueda arreglar”.

— ¡Tu mami es encantadora!

— Habladora dirás...

— Para nada, creo que es bueno que diga lo que piensa, eso la hace más hermosa.

— Gracias Saint, sé que ella es hermosa, pero no le digas que yo lo dije, si no, no habrá quien la aguanté – los dos reímos, mientras nos sentábamos a la mesa.

Comimos tranquilamente, podía notar que disfrutaba de verdad comer, incluso quiso que le sirviera nuevamente. Terminando levanté  la mesa y se ofreció ayudarme a lavar los platos, me negué.

— Mi madre me mataría, si supiera que te puse a lavar trastes, te diste cuenta lo que le gustas, creo que te prefiere a ti que a mí...

— Es hermosa, pude ver qué te ama mucho...

— Tanto que me apena ante la persona que... –tuve que tragar, rasque mi ojo como si algo me hubiera entrado, el tonto de mi estaba hablando más de la cuenta, otra vez.

— ¿Qué pasa?

— Creo que me entró algo en el ojo.

— Déjame ver... – esa tampoco fue buena idea, él estaba muy cerca de mi. Su aroma me envolvió.

— Ya estoy mejor Saint, de verdad.

— Tranquilo, no te voy hacer nada...– “el problema no es que me hagas sinó lo que yo pueda hacerte amor”— Perth ahora por qué te ríes... – “por qué me encantas y no puedo pensar en ti de otro modo que no sea a mi lado”

— Me acordé de las ocurrencias de mi madre...

— A mí me parece que decía la verdad.

— Eso es natural en ella...

— ¡Me gusta!

— ¿Qué te gusta?

— Qué las personas sean directas, que digan lo que piensan y sienten... – “Y si eso hace alejar a la persona que amas, también lo harías Saint”... No tuve el valor de preguntarle. De pronto me puse triste.

— ¿Perth que pasa?

— ¡Nada! Será mejor ir a dormir, tú estás cansado y mañana tienes que madrugar otra vez.

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Por qué de repente se puso serio, que fue lo que dije para ponerlo de esa humor.

Me llevo a su habitación es muy amplia y está bien ordenada.

— No te sorprendas, mi madre sabía que vendrías y ordenó, mi cuarto regularmente no se ve a sí de bonito todo el tiempo..

— Ohh!!! No lo imaginaba de ti.

— Eso quiere decir que necesitas conocerme más a fondo... – “cariño no deberías decir eso a la ligera y menos cuando nos encontramos entre cuatro paredes”

— ¿Quieres ducharte primero?

— Em.. No.. ¿Cómo quieras?

— Yo te pregunté a ti que prefieres... – Y si ahorramos agua “Saint te estás condenando solito”.

— ¡Voy primero!

— Bueno, hay toallas dentro del baño y una bata para que salgas...

— Está bien. ¿¡Qué haces!? – casi grité, perth se bajo los pantalones de un tirón quedando en boxer y estába por hacer lo mismo con su camisa cuando mi pregunta lo detuvo.

— Hace mucho calor y me siento pegajoso, en lo que tú terminas puedo sentir el aire en mi piel ...

¿Te incomoda?

— ¡No!, no, no.., para nada, entonces voy al baño... – La puerta queda justo a lado del mueble dónde ahora Perth esta sentado terminando de quitarse los pantalones y los zapatos, no me mirá, yo sí que puedia verlo. Al caminar no noté la puerta hasta que topó frente a mí, por suerte no se dió cuenta entre y cerré tras d mí sobando mi nariz.

En la regadera pensaba en todo lo que había descubierto en tan pocas horas y tenía varias preguntas en mi cabeza que no tenían respuestas...

Perth no tiene novia... ¿Por qué dijo que la tenía sinó es cierto?

Le dijo a su mamá que prepararse mi platillo favorito... ¿Cómo supo que me gusta y que motivos tuvo para hacerlo?

Es un hecho que él tiene a una persona especial en su vida, la cuál no está con él y aún a sí se aferra a ella... ¿quién es esa persona?.

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— Ya puedes entrar – no podía verlo, más bien no debía, me conozco, sí yo lo veo mi mirada me delatara. Me dirigí a él mirando al suelo.

— ¡Gracias! Puedes descansar de una vez, ya te dejé la cama lista puedes apagar la luz si quieres... – empecé a caminar cruzando junto a él, olía tan rico.

— Gracias Perth eh... – me detuvo “no es justo cariño, no ves mi problema” tuve que preguntar y esperar paciente.

— ¡Saint! ¿que pasa?, vas decirme algo...

— Gracias por la cena me gustó mucho y también por invitarme a quedar...

— Somos amigos o ¿no? – no podía decir lo que realmente pensaba.

— Cierto... Somos amigos. – su voz se escucha apagada y por más que muera por verlo no lo haré.

— ¡Duerme bien!

— ¡Tú también! – me soltó y casi corrí al baño.

¿Qué más puedo hacer o decir?

Me tarde en salir del baño, estaba muriendo de los nervios, el agua fría no me ayudó a calmar nada de ellos. Tenía que salir de una vez, por mi me quedaba a dormir aquí, no es correcto. Me obligué a salir, secaba mí cabello con la toalla, vi el cuerpo de Saint sobre mi cama, podía notar que no dormía por su respiración, se notaba agitado. Le pasará lo mismo que a mí, no lo creó tal vez por el cansancio le cuesta dormir, no diré nada.

Me preguntaba cómo podría dormir junto al chico que me gustaba sin cometer ninguna tontería, sí despierto casi me descubre solo, dormido y sintiendolo cerca es una misión imposible. Tengo 16 casi 17 con necesidades como cualquier chico sano y lleno de hormonas locas que pueden actuar por mí.

Me pregunté: ¿puedo hacer ésto? ¿Seré capaz de dormir? ¿ Podré controlarme?

El deseó de conservar su amistad es más importante que mis necesidades, eso me dio la fuerza para poder pasar la noche junto al hombre que vive en mi corazón sin saberlo.

Me acostó junto a él.

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Ambos con los ojos cerrados y boca arriba, más despierto que nunca.

Los dos chicos tenían sus propias preguntas sin responder, las de Perth siempre son respetos a ser correspondido y las de Saint que siente realmente por su compañero.

Lograron dormir soñando con lo mismo, no dañarse de ninguna forma.

Los pobres enamorados tardarían más en descubrir que su camino ya estaba unido sin darse cuenta.

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