Soy Azahara y os voy a contar mi historia, aunque no lo creáis, todo lo que os voy a decir es real.
Nunca imaginé que dejaría mi casa, mi ciudad, mi familia y amigos, en fin en dejar mi vida para empezar otra en un lugar diferente donde solo conozco a un par de amigas y lo que menos esperaba era todo lo que me deparaba el futuro con seres increíbles pero reales.
NovelToon tiene autorización de Mónica Ibáñez Ruiz para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 2 Recuerdos y planes.
Azahara.
Una vez que Nataly se calló un poco y por fin dejó de chillar porque estoy con ellas decidí explicar el porqué había viajado.
- Estoy aquí para pasar un tiempo con vosotras, después de la insistencia de que viniera, tomé la decisión y aquí estoy, no os dije nada para daros una sorpresa. -
- Y tanto que no las has dado, ¿Vas a estar mucho tiempo? - Nataly se veía feliz porque estuviera con ellas.
- Claro que se va a quedar un tiempo, tanto que no dejaremos que se marche nunca más. - Ariadna me volvió a abrazar.
No estaba muy segura si el hacer el viaje sería buena idea, sabía que venían cambios, pero también sabía que ellas me podrían ayudar, aunque mis padres y mi hermano en un principio se negaron, después de insistir mucho por fin se dieron cuentan de que tenía razón, aquí es donde supuestamente se encontraba el hombre que me amaría por el resto de la vida, un amor limpio, puro y duradero, o el hombre que me rechazara y no quisiera saber nada de mí.
- No sé cuánto voy a quedarme, pero espero que el tiempo que esté aquí lo pasemos bien, desde que decidisteis vivir aquí no os he vuelto a ver y eso que somos amigas desde chicas, pero siempre contamos una con las otras para todo. - les dedica una sonrisa que llevaba tiempo guardando para ellas.
- La distancia nunca ha sido un impedimento para nosotras, siempre hemos estado juntas. - Nataly se acercó a nosotras.
- Desde el colegio hemos estado juntas y nadie nos va a separar jamás. - Ariadna nos abrazó a las dos.
Las tres sabíamos que nuestro futuro era más complicado que otras mujeres humanas, éramos diferentes, pero eso no nos importaba lo más mínimo, estábamos orgullosas de ser lo que éramos y ninguna cambiaría su vida por mucho problema que conllevaría a ser lo que éramos.
Estuvimos por horas hablando, nos reímos, lloramos, nos contamos cosas que por teléfono no se podían decir.
En algún momento de la noche todas caímos dormidas cada una en un sofá.
Fui la primera en despertar, sin hacer ruido preparé el desayuno que les gustaban, era el que hacía mi madre siempre que ellas se quedaban a dormir en mi casa.
- Vamos, despertad, que no estoy aquí para ver cómo os pasáis el día durmiendo, es fin de semana y pienso pasarlo bien desde primera hora. - levante un poco la voz para que me escucharán y despertarán, ellas eran las más dormilonas.
- Como echaba de menos el despertar tan cariñoso que nos das. - dijo Ariadna con ironía.
- ¿No puedes ser más sutil a la hora de despertarnos?, te oímos igual si no pegas esas voces. - Nataly se dio la vuelta en el sofá para seguir durmiendo.
Al ver que no se levantaban me tiré encima de Nataly, Ariadna se levantó y se tiró encima de mí, todas empezamos a reírnos y acabamos en el suelo.
El desayuno fue tranquilo, ellas hablaban de donde podíamos ir.
El móvil de Ariadna sonó interrumpiendo sus planes, fue a atender la llamada, cuando volvió traía una sonrisa que se reflejaba hasta en sus ojos.
- Chicas, para esta noche tenemos plan, se me olvidó que estábamos invitadas a la fiesta de Helen. -
- Perfecto, pero tendremos que salir a comprar algo de ropa - Nataly nos guiñó un ojo, amabas sabíamos lo que eso quería decir.
- ¿No le importará a Helen que yo vaya?. - eran amigas de ella, yo solo sabía lo que ellas me contaban.
- Para nada, es más, está deseando conocerte. - bebió un sorbo de café. - después de comer iremos de compras, tenemos que estar guapísimas, quizás está noche triunfemos. -
- Que así sea. - contestamos Nataly y yo a la misma vez, las tres levantamos las tazas de café para hacer un brindis.