Estoy a punto de casarme con un hombre cruel y sin sentimientos y todo por pagar una deuda familiar, mi nombre es Sofía Gómez y el hombre que me compro se llama Adrik Ivanov, su nombre lo define a la perfección, ya que el es un hombre cuya oscuridad y frialdad te abraza con solo una mirada.
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Capitulo XX Amnesia
— Mamá! qué me pasó?. — pregunto Adrik despertando completamente.
— Tuviste un accidente hijo, ya viene el médico y tú papá a verte. — respondió Lucrecia.
En ese momento entro Sofía a la habitación y al ver a su esposo despierto se puso muy feliz, camino rápido hasta llegar a él.
— Amor despertaste!, no sabes lo feliz que estoy al verte bien.
Sofía quiso besar a su esposo, pero este la esquivo dejándola extendida hacia él.
— Quién es usted?, y cómo se atreve a querer tocarme?. — dijo Adrik con voz firme, el mismo tono que usaba con ella cuando se casaron.
La muchacha quedó en schok, no supo que responder y está confusión la aprovecho Lucrecia para sacar a Sofía de la habitación.
— Ya escuchaste a mi hijo, él no permite que te acerques, así que mejor sal.
— Señora, qué está pasando aquí?. — la confusión de Sofía era evidente.
— Lucrecia se acercó a Sofía y le susurró al oído.— Al parecer mi hijo no te recuerda, mejor sal de aquí y no lo agobies, pues puedes ocasionarle un daño irreparable.
Sofía no le quedó de otra que salir de la habitación, bajo la mirada de odio de Adrik, pues a él nunca le había gustado que las personas intentarán acercarse a él.
— Hija que tienes por qué lloras así?. — pregunto Dimitri al ver a Sofía llorando desconsoladamente.
— Ay, abuelo!, Adrik no me recuerda, esto debe ser una pesadilla. — explico la muchacha llorando sin parar.
— Debe ser un error, él no se olvidaría nunca de ti.
El abuelo acompaño a Sofía de vuelta a su habitación, mientras que Fedor entro en la habitación de su hijo.
— Hijo!, como te sientes?. — pregunto Fedor emocionado.
— Espera a que el doctor lo revise. — respondió Lucrecia con una gran sonrisa.
Al terminar de examinarlo el doctor, explico que Adrik había perdido parte de sus recuerdos y que por ahora solo quedaba esperar que la inflamación terminara de ceder y comprobar si la pérdida de memoria no fuese permanente, lo que se recomendaba en esta situación era que el paciente pasará el mayor tiempo posible rodeado de las cosas que había olvidado, la sonrisa de Lucrecia desapareció, ya que su hijo había olvidado a su esposa y ella no quería que ellos pasarán tiempo juntos, pues él podría volver a enamorarse de esa mocosa sinvergüenza.
— Creo que recuerdo lo que tengo que recordar, no necesito estar rodeado de nada, ahora déjenme descansar. — Adrik estaba irritado y no era para más, él había perdido parte de su vida.
Al estar solo sintió que algo le estaba faltando, pero no sabía que era, de repente recordó a la mujer que entró hace unos segundos a su habitación y el vacío que sentía se disipó un poco, mejor no quiso pensar nada.
Mientras tanto Sofía se encontraba con el abuelo en su habitación, ella estaba segura de que su esposo no la recordaba y que la pesadilla empezaría de nuevo, tenía miedo y se sentía desprotegida.
— Hija no llores, eso le hace daño a tu bebé. — dijo el abuelo.
— Por qué nos pasan esas cosas a nosotros?.
— No lo sé hija, solo ten presente algo, yo no los voy a dejar desprotegidos, no a ti, mi a mi nieto.
— Gracias abuelo, ahora ve a ver a tu nieto debe necesitarte mucho.
Ella solo quería quedarse sola, necesitaba pensar en lo que debe hacer, mientras tenía que descansar pues tantas emociones podrían hacerle daño a su bebé.
Los días pasaron y Sofía había vuelto a su vida, ella se quedó en la casa que compartía con su esposo y Cecilia la visitaba a diario para hacerle compañía.
Una semana después, Sofía y Cecilia empezaron a pedir los permisos necesarios para montar su bufete y hasta el momento todo estaba saliendo bien, en lo que les daban el permiso ellas empezaron a remodelar las oficinas, el abuelo Dimitri se hizo socio de la firma solo para ayudar a su nieta política.
— Como está Adrik, abuelo?. — pregunto la chica deprimida.
— Está mejor, lo darán de alta el día de hoy.
— No quiere verme, intente hablar con él hace unos días y él se negó a recibirme.
— Ya le explicamos las cosas, pero él se niega a creernos.
— Abuelo quiero pedirte un favor.
— Pide lo que sea hija, con gusto te apoyare.
— No le digas de mi embarazo.
— Hija!, pero él tiene derecho a saberlo.
— Abuelo, mi vida fue un infierno cuando me casé con él, y no quiero pasar por lo mismo otra vez.
— Temes que te obligue a vivir con él?.
— Así es abuelo, Adrik volvió a hacer el de siempre y no quiero que lastime a mi bebé, por ahora no le digan nada, después veremos que hacer.
— Está bien hija, le prohibiré a la familia que diga algo, solo espero que él pueda recordarte pronto.
El abuelo dejó a Sofía sola, debía hablar lo antes posible con su familia, estos aceptarían cualquier orden dada por el abuelo.
— Amiga te encuentras bien?. — dijo Cecilia entrando a la oficina que sería de Sofía.
— Si amiga, necesito un favor tuyo.
— Dime, te ayudaré en lo que me pidas.
— Necesito sacar todas mis cosas de esa casa, podrías ayudarme?.
— Por supuesto que sí, pero cuéntame qué ha pasado.
Sofía le contó todo lo hablado con él abuelo y lo que era su vida con Adrik en el pasado, ella entendió el porque su amiga no quería volver con su esposo, así que ese mismo día fueron a la casa que Sofía compartía con Adrik y empezó a recoger sus cosas, cuidando que no se le quedará nada olvidado, ella no lo hacía por cobardía, este decisión la estaba tomando por el bienestar de su bebé.