Yanelis una organizadora de bodas de buena posición económica y Manuel un cantanta de mariachi, fueron novios durante cuatro años
Ahora, dos años después de separarse, deben reencontrarse para la boda de Briget la mejor amiga de ella, y Miguel, el hermano menor de él, quienes se conocieron gracias a ellos dos.
Manuel hará todo lo posible para recuperla tras descubrir una verdad que desconocía.
¿Podría haber una segunda oportunidad para el amor?
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El día que te conocí
Yanelis
Huye, grita mi cerebro, cuando veo al hombre que está durmiendo junto a mí, pero mi corazón lo contradice, pidiéndome que me quede y mi cuerpo obedece al último. Acaricio su mejilla recostada en su brazo, su incipiente barba raspa mis dedos y me parece lo más maravilloso del mundo
_ ¡Hola mi amor!_ murmura mirándome
_ hola _ Él ajusta sus brazos alrededor de mi cuerpo y me besa, me alejo _ ¡Manuel! ¡No, nos hemos lavado los dientes!
_ ¡Eso no importa!
_ ¡a mí sí!
_ de acuerdo _ me dio un picotazo _ ¿quieres unos waffles? ¿O huevos?
_ ¡café con tostadas! ¡Debo ir a trabajar!
_ ¡Es domingo! _ me abrazó acostándose sobre mí y hundiendo su rostro en mi cuello
_ ¡tengo una boda hoy! ¡Es pequeña, pero aun así es mi responsabilidad!_ me miró
_ ¡no! Dile Gustav que se encargue
_ Él está en París. Regresará la próxima semana. ¡Manuel puedes unirte a mi vida o hacerte a un lado y dejarme vivirla a mi manera! ¡Yo no cederé para hacerte feliz!
_ ¡Lo siento!_ murmuró levantándose y camino hacia la cocina _ ¡te haré el desayuno!
Me arreglé y fui junto a él. Estaba sirviendo el desayuno solo con los pantalones, puestos sabe que esa es mi debilidad.
_ eres un tramposo _ susurré y poso sus ojos en mí, sonrió con picardía, acercándose
_ ¡No es justo que solo yo tenga que aguantar las ganas de tenerte!_ me robo un beso y me llevo de la cintura _ Ven a sentarte _ alejó la silla y me sirvió
_ ¡Gracias!
_ ¡gracias a ti por perdonarme!
_ ¡será la única vez!
_ ¡no será necesaria una segunda vez, no volveré a equivocarme!
El lunes trajo todas sus pertenencias, solo ropa, nada más y las acomodamos juntos. Así como todo el departamento, pusimos diferentes detalles que le gustaban a él, ahora era de los dos.
Lo pondría a prueba un tiempo, para ver si funciona, de todos modos, todo mi ser, solo lo quería a él. Habíamos sufrido, cambiado y madurado este tiempo separados y quizás esta vez sería diferente
El miércoles, salí temprano y antes de ir a casa, pase por una tienda de lencería. ¡Dijo que no fue a trabajar, ya que se sentía mal! ¡Es una mentira enorme! Sé muy bien que es lo que quiere. Lo mismo que yo. Hoy sería nuestra primera vez, luego de reconciliarnos y quería que fuese memorable.
Abrí la puerta encontrándome con una hilera de pétalos en el suelo. Continúe el camino, que me llevó hasta nuestra habitación. Tenía puesto solo unos pantalones a cuadros rojos y negros, mientras acomodaba un corazón en la cama con los pétalos. Me miró y se levantó con el canasto de flores en la mano.
_ ¡llegaste temprano!_ murmuró _ esto era una sorpresa... ¡Yo aún no me arregle!
_ ¡pues yo creo que llegue justo a tiempo!_ Me coloque la gorra de policía que tenía en mi bolso y deje caer mi tapado negro al suelo, con el bolso incluido
Tenía un vestido nuevo de policía en color azul marino, con un cinto negro sobre él, del cual colgaban dos esposas nuevas. Mis medias negras con ligueros que terminaban uniéndose a la falda.
_ ¡hermosa! _ exclamó dejando caer el canasto.
_ ¿Le gusta prisionero?_ pregunté retirando las esposas de mi cinto. Asintió sin dejar de observarme _ No puede hablar a menos que yo lo solicite _ ordené.
Curvo sus labios con una mirada lasciva y se acostó desparramando los pétalos. Gatee sobre la cama hasta terminar sentada a horcajadas sobre sus pantalones y lo espose a cada lado.
Comencé a besarlo, luego baje por su cuello, abdomen hasta su intimidad. Jugué un rato allí, hasta sentirme satisfecha con sus gemidos, y ruegos. Termine de desnudarlo y me senté sobre él
_ Dios Yanelis ¿no tienes nada debajo?
_ ¡por hablar deberá ser castigado!_ asintió, coloque el cierre en su boca _ ¡bájelo!_ mordió el cierre y me moví lentamente hasta que se trabó en el cinturón _ ¡como castigo deberá comer!_ gemí al sentir su boca sobre mi pecho, era yo quien decidía y elegía cuando, cuanto y como en nuestra cama. Verlo rogar me encendía, él sabía como enloquecerme, para culminar el castigo, le ofrecí su parte favorita, sentándome sobre su boc@, y me recordó que era excelente para algo más además de cantar...
Llevábamos cuatro meses conviviendo. Nuestra relación era diferente, decidíamos muchas cosas juntos, pero también cada uno tenía su espacio. Hoy era la boda de Jeremy y Nerea. Tenía muchísimo por hacer, como siempre en todas las bodas, pero era mucho peor porque se casarían en la catedral de San Patricio, luego irían a un enorme salón a celebrar y debíamos decorar los dos lugares.
Faltaban cinco horas para la celebración, yo tenía unas leggins negras y una enorme remera gris, estaba acomodando la iglesia y Gustav se encargaba del salón. Todo avanzaba bien, hasta que el repartidor de las rosas me llamó avisándome que el camión se rompió, tuve que ir yo misma con dos empleados más. Me reí mientras iba a buscarlas recordando el día que conocí a Manuel
Llegue a Central Park y vi el camión estacionado, del otro lado. Debía atravesar el parque para ir a buscarlas. Maldije mientras caminaba con mis empleados detrás, cuando me estaba acercando el camión despidió cientos de globos. Al mismo tiempo que Briget con su enorme barriga y Miguel sostenían un cartel que decía ¿Quieres casarte conmigo? Escuché a Manuel cantar y giré encontrándome con toda su orquesta. Llevaban los trajes negros, siempre a juego y coordinados
🎶 ¿Qué más puedo pedir? Si yo te tengo a ti
¿Qué más puedo pedir? Si tú me haces feliz
¿Qué me podría faltar? Si tú eres mi todo. Y voy a confesarte Que tú me traes bien loco. Y si me vuelvo a enamorar. De tu boquita y de tu carita hermosa
Me gustan tus sentimientos. Como quiera a los míos se acomodan. Y ¿qué más puedo pedir? Sí te tengo para mí
Y ¿qué nos podría faltar? Ah ah Si tú y yo somos feliz 🎶
_ ¿qué me dices mi amor te gustaría ser mi esposa?_ se arrodilló con los anillos por sexta vez en estos meses _ ¿o tendré que hacerlo otra vez?_ bromeó
_ ¿eres consciente de que estoy trabajando no?
_ un sí, ¡no te quitará mucho tiempo!_ me guiñó un ojo
_ ¡un no también!
_ de acuerdo tendré que pensar otra forma de pedirte matrimonio…_ se puso de pie
_ Si quiero casarme contigo Manuel _ contesté. Me beso. Todos celebraron, en tanto Manuel me colocaba el anillo.
_ ¡te amo mi Yanelis!
_ ¡y yo a ti Manuel! Ahora dime, ¿dónde están mis rosas?
_ ¡en la iglesia! ¡Con Gustav! _ me reí _ ¡eres difícil de sorprender!
Regrese a mi trabajo. Logramos acomodar todo justo a tiempo y me puse un vestido azul oscuro sin mangas. Nerea ingresaba vestida de blanco y con un gran velo. Camino la mitad del camino con su abuelo, quien beso su frente y le entrego la mano de la novia al padre de Nerea y sentó. Los dos continuaron caminando hasta el altar, beso su mano y se la entrego al novio.
Después de la iglesia fuimos al salón. Habían contratado a Manuel para tocar esta noche. La boda fue hermosa, los novios no dejaron de saludar a todos turnándose con el niño sin importarles las apariencias. Fue tierno ver al novio cambiando pañales a mitad de la fiesta. ¡Más porque lo conozco y jamás pensé verlo así! Las personas cambian por amor, cuando aman de verdad. Estoy segura de ello.
Cuando llego la hora del arrojar el ramo fui empujada al interior de la ronda, al girar vi a la señora Judit. ¿De dónde saco tanta fuerza esa mujer? Miré hacia delante y Nerea me sonreía, coloco el ramo en mis manos y se alejó. No entendía nada, pero los demás aplaudían. Manuel apareció y me beso, luego levantó mi mano.
_ Era el plan b _ mencionó sonriente _ pero dijiste que si en el parque _ me reí
_ ¿ibas a insistir a pesar del sexto no? ¿Encima el mismo día?
_ ¡por supuesto mi amor! ¡Voy a insistir toda mi vida!
_ ¡Estás loco Manuel!
_ ¡por ti mi amor!_ Me beso y le correspondí, cada día estaba más convencido de mi decisión
Un año después
Manuel
Caminaba hacia el altar, detrás de Miguel y Briget, del brazo de mi madre. Papá estaba en primera fila sosteniendo a los gemelos de mi hermano, Fabricio y Damián, junto a Emily.
Se notaba enamorado de su nueva esposa, se habían casado hace unos meses por civil, sin tanta ceremonia, pero Yanelis y Briget le prepararon una pequeña fiesta. La adoraban a diferencia de mi madre. Tenía un embarazo de 26 semanas, una niña venía en camino, pero ya habían comprado infinidad de juguetes y ropa
Desde que le reducimos los gastos a mamá comenzó a trabajar. Primero de limpieza, duro solo ocho meses. Briget le sugirió hacer comida para vender y la guio en el tema. Ahora cocina todos los días para vender y nuestra empresa es su principal clientela. Siempre cocinó delicioso
Yanelis la ha visto solo cuatro veces desde que nos reconciliamos y aunque mamá quiera realmente llevarse bien con ella, mi futura esposa la evita. Y yo no insisto, porque entiendo sus razones
Nos detuvimos frente al atrio de la iglesia San Patricio y giré para observar hacia la entrada, mientras acomodaba mi traje dorado. Esta vez mi sombrero descansaba en mi espalda, por respeto a la santa iglesia.
No podía creer que este día había llegado. Finalmente, me casaría con mi Yanelis, estaba ansioso y a su vez feliz.
Mire hacia la entrada y mi hermosa musa entraba del brazo de su padre con un vestido blanco, que acariciaba sus curvas, era escotado y de mangas caídas. Sus rulos caían despreocupados sobre sus hombros y llevaba una diadema de flores blancas. ¡Hermosa, perfecta!
_ cuídala _ exclamó su padre al darme su mano
_ ¡la cuidaré! ¡Lo que me quede de vida! _ beso su mejilla y se sentó _ ¡estás hermosa!_ mencioné para luego robarle un beso
_ ¡tu también mi mariachi!_ murmuró y nos colocamos frente al cura para unirnos ante Dios
El resto de la velada trascurrió rápido, Gustav y su pareja ya no ocultaron su amor. Mi primo político aprovechó el ramo para pedirle matrimonio a su novio. Yo disfruté cantarle unas canciones, a mi esposa y fue gracioso ver a mi hermano ser vomitado por Damián
Llego la hora del vals y tomé a mi ahora esposa para bailar. Sufrí antes de llegar hasta aquí, ¡pero lo logré! Estábamos casados. La observé mientras seguíamos el ritmo, ella tenía tacones y una vez más era más alta que yo.
_ ¿qué estás pensando? _ me preguntó mientras bailábamos.
_ estaba pensando en el día que te conocí _ nos reímos
_ ¿En ese maldito San Valentín?
_ Para mí fue un Bendito San Valentín. ¡Te amo!
_ ¡y yo a ti!