SÁLVAME

Jaime llegó a los vestidores con la ropa que había conseguido para su hermano y la mujer con la que se encontraba.

_ Javier, estás ahí.- grito Jaime desde la puerta.

_ Si hermanos, pero no entres.- le contesto Javier.

_ Te traje ropa, así que abre.- le dijo Jaime.

Javier abrió la puerta con sumo cuidado, y le recibió la ropa a su hermano, después de vestirse salió en compañía de Karen.

_ Es mejor que te vayas.- le dijo Jaime a la mujer.

La mujer no dijo nada, solo se alejó con rapidez, era evidente el enojo en el rostro de Jaime.

_ Se puede saber qué estabas pensando.- el tono de voz de Jaime era alto.

_ Lo siento.- contesto Javier.

_ Lo sientes, de verdad lo siente, cuando vas a madurar Javier, ya no eres un niño, debes entender que tus acciones pueden afectar a los demás, solo imagínate si alguien más vio lo que paso, sabes el problema en el que estaremos.- Jaime caminaba de un lado a otro.

_ No pasará nada Jaime, así que deja de preocuparte.- ver la tranquilidad de Javier aumentaba el enojo de Jaime.

_ Eres un inconsciente, nunca piensas en los demás.- Jaime se alejó dejando a Javier solo.

Jaime volvió al restaurante en donde todos los esperaban.

_ En donde estabas.- le pregunto Dante.

_ Lo siento, me surgió algo, pero ya lo solucioné.- dijo este mientras se sentaba.

Dante sabía que algo de verdad grave había pasado, pues notaba que su hermano estaba molesto.

…

Valentina.

Ver la cara llena de enojo del hermano de Javier, me preocupo, quizás no estuvo bien lo que hice, solo espero que no les haya ocasionado problemas.

El resto del almuerzo estuvo tranquilo, la conversación fue interesante, bueno por lo menos para mí, pues a mi querida madrastra y a su hija no les gustan los negocio, solo el dinero que se obtiene de ellos. Pero bueno, el resto de la tarde la pasamos entre las caballerizas y el casino, cerca de las siete de la noche volvimos a casa en donde me encerré en mi habitación para descansar, a la mañana siguiente me despertó temprano una de las empleadas para avisarme que había llegado una correspondencia para mí.

_ Pasa Lupita.- le dije.

_ Buenos días, señorita, disculpe molestarla tan temprano.- me dijo cuando ingreso a mi habitación.

_ No te preocupes, dime en que te puedo ayudar.

_ Lo que pasa señorita, es que llego algo para usted.- dijo al tiempo que se acercaba a mi cama y me entregaba un sobre.

Yo inmediatamente lo recibí, pues sabia que era de la universidad, así que me apresure para abrirlo. Las manos me temblaban, la verdad era que estaba nerviosa.

_ Que dice señorita.- me pregunto Lupita.

_ Pase, pase.- empecé a gritar.

Lupita sonreía al verme, estaba tan feliz, había logrado ingresar, esa era el primer paso para llegar a mi meta. Mi padre ingresó corriendo a mi habitación, él se veía asustando, al parecer exageré con mis gritos.

_ Hija está bien.- me pregunto.

_ Lo estoy, siento mucho si te asuste, es que estoy feliz papá, logre ingresar a la universidad.- le conté.

Este se llevó la mano al pecho y luego sonrió.

Me he llevado un gran susto hija.- dijo. Pero estoy feliz por ti, sabía que lo lograría.

Él se acercó a i y beso mi frente.

Esto debemos celebrarlo, hoy te llevaré a almorzar a uno de los mejores restaurantes, ya lo conoces, era el favorito de tu madre.- me dijo. Lo le digas a nadie, esta vez solo seremos tú y yo.- me susurro.

_ Gracias padre.- le dije con una sonrisa.

El beso mi frente y salió de mi habitación, yo estaba feliz que no podía dejar de sonreír.

Es primera vez que la veo sonreír, señorita.- me dijo Lupita. Se ve tan hermosa cuando lo hace.

_ Gracias.- le dije sin dejar de sonreír.

Ella salió y yo me acomode en mi silla y me fui directo al baño para asearme, tenía tan buen ánimo que quería desayunar, para luego salir a comprar algunas cosas. Sé que aún falta para el ingreso a clase, pero quiero comprar todo lo que necesito con tiempo y tranquilidad.

Cuando baje en el comedor ya se encontraban todo, la cara de la señora Carmina lucia algo molesta, no sabía el porqué, peo de igual forma no me importaba.

_ Buenos días.- dije.

Ellas me respondieron sin ganas, mientras mi padre me sonreía con alegría.

_ Te ves feliz.- me dijo Sara.

_ Lo estoy.- le contesté.

Ella no dijo nada más, por lo que asumí que ya sabia el porqué de mi alegría.

_ Que harás hoy.- me pregunto mi padre.

_ Quisiera salir de compras.- le contesté.

_ Bien, le pediré al chofer que esté listo, para cuando tú digas.- dijo mi padre.

_ Gracias padre.

Durante el desayuno, mi padre me comento sobre algunos negocios que tiene y que probablemente saldrá de viaje. Ellas estuvieron en silencio todo el tiempo limitándose a comer.

…

Mientras Valentina estaba feliz por haber ingresado a la universidad, en casa de los Evans pasaba algo similar, quizás no con la misma emoción.

Que bueno que lograste pasar.- le dijo Dante a Javier. Felicidades por eso.

_ Gracias.- contesto Javier mientras se sentaba en la mesa.

_ Por ahora descansa, en lo que llega el día de ingresar.- le dijo Diana.

_ Jorge se encargará de todo el papeleo.- agrego Alonso.

_ Gracias.- contesto Javier.

No pareces feliz.- dijo Jaime. Quizás extrañas la mala vida que llevabas.

Javier no contestó nada, pues sabia que su comentario era por lo que había ocurrido en el club.

_ Deja a tu hermano.- dijo Diana.

Jaime no contestó nada, pero se quedó en silencio, el ambiente se sentía tenso e incómodo.

Se puede saber que es lo que pasa.- dijo Diana. Por qué el ambiente se siente tan incómodo, ha pasado algo y no nos lo han dicho.

Jaime miró a Javier y ese tenía la cabeza a gacha, él estaba molesto, pero no quería que sus padres se molestaran con su hermano.

_ No es nada madre, solo estamos agotados, es todo.- le contesto Jaime a su madre.

Diana no estaba muy convencida, pero aun así no insistió, al terminar, cada quien se fue a hacer lo suyo, era domingo, por lo que estarían en casa.